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Burda publicidad independentista en TV3 y silencio de la coalición ICV-EUiA

Fuentes: Rebelión

El pasado 7 de mayo, TV3 emitió en hora estelar el programa «Hola, Europa». Un horror, sin posibles matices encubridores. Mirado como se quiera mirar, incluso desde una óptica «soberanista» [1]-independentista, un burdo programa de mediocre publicidad. De la que, en el fondo, no ayuda ni a la propia causa publicitada. Con el primer plano […]

El pasado 7 de mayo, TV3 emitió en hora estelar el programa «Hola, Europa». Un horror, sin posibles matices encubridores. Mirado como se quiera mirar, incluso desde una óptica «soberanista» [1]-independentista, un burdo programa de mediocre publicidad. De la que, en el fondo, no ayuda ni a la propia causa publicitada.

Con el primer plano casi ya era suficiente. En él estaba casi todo lo que vino después: el pueril canto de una melodía entonada a la manera de la Liga del Norte (y más allá).

Maio Roger [2] informaba el jueves 9 de mayo, en El País de Catalunya, que «PSC, PP y Ciutadans pedirán dictamen al órgano que controla los medios públicos.» El Consejo Audiovisual de Cataluña, el CAC, analizará la petición.

«Hola, Europa» recogía la opinión de más de treinta entrevistados que apuntaban y «argumentaban», todos ellos, las grandes bondades del independentismo. En el reportaje no apareció ni un sólo testimonio contrario, ninguna voz discrepante. Ni una sola. La directora, Dolors Genovès, probable militante de esa cosmovisión insolidaria, explicitó en una entrevista emitida el mismo martes en Catalunya Ràdio el sesudo y sobado argumento de que los contrarios a lo que ellos mismos llaman «secesión» no quisieron hablar. No tienen nada que decir, acostumbran a añadir, no tienen argumentos.

No se lo crean: falsedad gigantesca, de las grandes, como una enorme e inconmensurable casa de pagès. Son legión las gentes con buenos argumentos críticos sobre ese limitado, interesado y sesgado «dret a decidir» [3] con compases neoliberales, ritmo insolidario, melodía autocomplaciente y corrupción aléfica en las alas (y en el vientre).

El PP, Ciutadans, y el Partit dels Socialistes pedirán al CAC que analice el documental. Ello será causa de que se realice un informe sobre la emisión. También preguntarán al director de TV-3, Eugeni Sallent -proviene de la televisión privada, puesto en TV3 para tragar todos los sapos del mundo, en sustitución de la nacionalista-independentista Mònica Terribas, la hasta hace poco musa de algunos dirigentes políticos convergentes- «sobre la idoneidad del reportaje».

El, digamos generosamente, documental, gustó y entusiasmó a CiU y ERC. Por supuesto, era de esperar. Para eso estaba hecho. Para Albert Batalla, el portavoz convergente-unionista en la comisión de la CCMA, «no se trataba de exponer dos puntos de vista diferenciados, sino desmontar los argumentos del miedo». ¡Toma ya! No son argumentos críticos, son argumentos paralizadores, ¡quieren dar miedo, no exponer razones! Con ellos no podrán, son muy valientes. Su colega de ERC, Sergi Sabrià, encontró el documental «muy didáctico». Y no sólo eso, vio en él un coro «con voces plurales». ¿Qué entenderá don Sabría por pluralidad? ¿Qué concepto maneja de didáctica?

No reproduzco los argumentos críticos del PP, del PSC y de Ciutadans. No tienen demasiada punta y no es éste el punto de esta nota. El tema es otro, la posición claudicante de ICV-EUiA.

Iniciativa per Catalunya, el periodista no habla de la otra pata de la coalición (EUiA apenas cuenta a efectos informativos), por boca de la diputada Marta Ribas, lamentó también la falta de pluralidad en el documental. ¡Faltaría más! ¡Algo es algo! ¿Cómo afirmar lo contrario?. Pero, y este es el nudo que destaca, su protesta, la protesta de la izquierda de debò, se quedará sólo en esto, en estas palabras. «De la televisión pública se espera que haga lo que tenga que hacer, que respete la pluralidad y haga pedagogía. Pero no queremos discutir los criterios profesionales».

¿Cómo, qué? ¿Qué ha dicho? ¿Puede repetir por favor? La TV pública tiene que hacer lo que tiene que hacer, no lo hace, pero nosotros, que somos muy exquisitos, no queremos discutir ni criticar nada. Que «los profesionales» (¿y eso qué será?), palabra odiosa donde las haya, impropia de una portavoz de izquierdas, obren según su propio criterio. ¿Y ya está? Sí, ya está. A otra cosa.

En resumen: hacemos como ERC y CiU, no pedimos ni exigimos nada, nos cubrimos la cara con un poco de tinta rosada y adelante. No queremos mezclarnos con los «españolistas», nosaltres som un partit català de debò que hacemos pina con Ciu y ERC. ¿Será que Marta Ribas es amiga de la copresidenta Dolors Camats, una destacada representante del sector independentista de ICV? ¿Será que una falsaria independencia de pandereta bien vale una misa en París o, incluso, cegarse completamente ante lo que es, sin atisbo para ninguna duda, una burda publicidad sectaria, pueril, antidemocrática e independentista? ¿La izquierda de debò debe estar directamente relacionada con este lodazal político-cultural de falsedades sobre España y, en el fondo y en primer lugar, sobre la propia Catalunya?

Marta Ribas, eso sí, lamentó la ausencia de mujeres en el documental emitido. ¡Para morirse de llanto y de risa! ¡El «feminismo» insustantivo como eje político nuclear de la izquierda que se dice transformadora! ¡Qué tiempos, qué cosas!

Notas:

[1] ¿Por qué se llamarán «soberanistas» grupos, fuerzas políticas, colectivos, organizaciones, ciudadanos, que sólo ponen en cuestión la relación de «Cataluña» con lo que llaman (inconsistentemente) España, es decir, el resto del territorio, incluyendo en él les Illes, País Valencia, Euskadi y Galicia, y, en cambio, no dicen nada, absolutamente nada, sobre la dependencia de «Catalunya» de las autoridades europeas, del BCE, de los «mercados», de las grandes corporaciones o de las apuestas tipo Eurovegas? ¿De qué soberanismo hablan?

[2] http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/05/08/catalunya/1368045140_473163.html

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.