Nafarroa recorría en calma chicha la singladura preelectoral hasta el domingo pasado. La oferta de la izquierda abertzale a EA y Aralar ha desatado una tormenta que puede mover el horizonte político, presente y futuro. Tras constatar los nervios de unos y los recelos de otros, Mariné Pueyo destaca que la mano de la izquierda […]
Nafarroa recorría en calma chicha la singladura preelectoral hasta el domingo pasado. La oferta de la izquierda abertzale a EA y Aralar ha desatado una tormenta que puede mover el horizonte político, presente y futuro. Tras constatar los nervios de unos y los recelos de otros, Mariné Pueyo destaca que la mano de la izquierda abertzale está tendida, que Gernika supone una base potente para el acuerdo y que es factible voltear la relación de fuerzas en Nafarroa e impulsar el proceso democrático.
Hoy hace una semana, la izquierda abertzale propuso a Aralar y EA unir fuerzas para las elecciones al Parlamento navarro de 2011. Mariné Pueyo, concejal en Iruñea, se encargó de enunciarla junto a Xanti Kiroga. Destaca que estos siete días han servido para dejar claro el temor de UPN y también del PNV, que Pueyo cree que tiene su reflejo directo en la posición de Aralar. La iniciativa ha tenido otro eco: el privado, el del boca a boca en la calle. Y ahí Mariné Pueyo asegura que han recibido muchos apoyos y no pocas felicitaciones.
Su propuesta no ha dejado a nadie indiferente pero, ¿con qué se quedan, qué es lo que más les ha sorprendido?
En cuanto a las formas, nos sorprendió que Aralar y EA contestaran a través de la prensa, porque la propuesta se la habíamos trasladado antes a ellos de modo directo. Pero son sólo formas, ya veremos si responden a falta de voluntad política. En cuanto a contenidos, lo destacable ha sido el mensaje contradictorio de Aralar. En la misma rueda de prensa nos han dicho «no» a conformar un sujeto, y al mismo tiempo «sí», si aceptamos a Nafarroa Bai como el sujeto. Vemos que Aralar acata el veto impuesto por el PNV, que además no llega de Nafarroa sino desde fuera. No entendemos que Aralar priorice la defensa de la posición del PNV a la unidad de acción de izquierdas y abertzale. Y hemos constatado que hay una gran distancia entre su dirección y sus bases. También resalta el seguidismo de los independientes al PNV; los discursos previos no iban por ahí.
¿Por qué esta propuesta electoral y por qué en Nafarroa?
Porque hay condiciones para un cambio radical: el fraccionamiento de la derecha, la debilidad del PSN, la apuesta inequívoca de la izquierda abertzale por las vías políticas, la salida de Batzarre que configura otra NaBai, la constatación del ansia de cambio en el «navarrómetro», el contexto social de crisis que reclama una alternativa… Entendemos que hay una masa social que nos está exigiendo crear cauces para ese cambio. Y que el agente de ese cambio no puede ser NaBai, como se demostró en 2007 y como se ha demostrado después. Pero dejamos muy clara una cosa: no queremos confrontar con NaBai, queremos confrontar con la derecha.
¿Había «cocina» previa antes de presentar esta oferta?
Desde la definición de nuestra nueva posición política, «Zutik Euskal Herria», hemos tenido muchas conversaciones con partidos, sindicatos, agentes… Pero hasta ahora no habíamos hablado del plano electoral porque lo prioritario era explicar nuestra posición y buscar acuerdos políticos mínimos. Ése sigue siendo el objetivo, pero no podemos obviar que las elecciones están ahí y que hay que hincarles el diente. Tras el Acuerdo de Gernika, era el momento.
Sus relaciones con Aralar han sido distantes, a veces crispadas. ¿Les crea alguna contradicción esta oferta en el seno de la izquierda abertzale?
Todo esto viene precedido de un análisis y un debate muy importante sobre los contenidos. No surge de la nada. Nuestras bases son perfectamente conocedoras de la apuesta. Con esta oferta recogemos su sentir, pero también el de una gran parte de la ciudadanía que nos pide unión a las gentes abertzales, progresistas y de izquierdas.
La propuesta ha generado una doble reacción: ilusión y optimismo, pero también temores y recelos. Empecemos por estos últimos. Se les acusa de querer romper Nafarroa Bai…
Es una forma de desvirtuar el debate sobre los contenidos. Nosotros queremos hablar de contenidos, no de sujetos, ni de candidatos, ni de listas, ni de sillo- nes… y es ahí donde no quieren entrar. Quien afirma eso demuestra que se basa en intereses partidistas. Las luchas de poder en Nafarroa Bai son eviden- tes. Veremos cómo se resuelven. Pero este debate se va a tener que dar…
Se les acusa también de que serían una rémora para la colaboración con el PSN, que se cita como imprescindible…
El PSN no es garantía alguna para el cambio. Lo demostró en 2007 y aún más después. ¿Cómo se le puede considerar todavía así? ¿En base a qué? ¿Qué contenidos de izquierdas y abertzales tiene para Nafarroa? Es que también le hemos oído a UPN decir que el cambio es Yolanda Barcina… Se trata de un concepto muy manipulado. Pero lo que está claro es que la unidad de acción que proponemos sí está destinada al cambio. Y que haría moverse a todos.
¿Gernika es suficiente para llegar a una unión electoral?
En nuestra opinión, sí, lo es. Las bases de Gernika van mucho más allá que las bases políticas de Nafarroa Bai. Por eso es sorprendente que nos propongan que asumamos las bases de NaBai, ¡pero si los compromisos de Gernika van mucho más lejos! Y no sólo en cuanto a los contenidos, sino en la aglutinación de una mayoría social.
Miremos ahora a las posibilidades de la propuesta. ¿Qué efectos creen que tendría esa alianza, en 2011 y después?
Planteamos las elecciones de 2011 como un instrumento. Según cómo se utilice, puede beneficiar o perjudicar. Creemos que esta unidad de acción puede ser muy válida también para desarrollar el proceso democrático. En este contexto general, nadie puede decir que éstas son unas elecciones más. En Nafarroa esa unión podría ser la primera fuerza, o en cualquier caso sería una fuerza determinante para un cambio de gobierno y un cambio social. Si lo lográsemos, Nafarroa tendría además la centralidad que le corresponde y que le es negada ahora, y daríamos impulso fuerte a que las decisiones sobre Nafarroa se tomen en Nafarroa.
En el texto plantean además que están dispuestos a actuar con generosidad. ¿Tanta como para pedir entrar en Nafarroa Bai, o eso está descartado?
No contemplamos esa posibilidad en estos momentos, pero sí tenemos las puertas totalmente abiertas a una amplia coalición que sea un agente de cambio. ¿Cómo? Vamos a hablarlo, vamos a debatirlo. Nafarroa Bai no puede ser agente de cambio. No lo fue en 2007 y menos aún ahora, con esas peleas internas constantes que lo debilitan.
«No han visto temblar su marco tan cerca en 30 años»
Mirando más allá de las elecciones de primavera, si logran esa alianza, ¿creen que podrían condicionar también a UPN, PP, PSN…?
No hay más que ver su nerviosismo, y cómo se ha ido incrementando estos días. Sanz dice que ve la oferta con preocupación, Barcina propone que se rechace el diálogo político… Esta propuesta tiene la virtualidad de hacer temblar las bases de su marco, y eso no lo han visto tan cerca en 30 años.
Entonces, ¿se toman este momento como un «ahora o nunca»?
Será muy difícil que se repita una situación así en el corto y medio plazo. Si no lo logramos ahora, es posible que dejemos que Nafarroa siga así otros 30 años o más, porque una situación tan favorable no se repite de manera frecuente. Por eso resulta importante apelar a la responsabilidad de estos partidos.
La izquierda abertzale ya ha anunciado que va a presentar una nueva formación política. Que sea legalizada o no condiciona todo esto…
No debería. Ser legales es nuestro derecho. La Ley de Partidos respondió a impulsos políticos y que va contra el sentir mayoritario de la ciudadanía. Quienes dicen que la rechazan y entienden además que nuestra apuesta va en serio -con los principios Mitchell, con Gernika, etcétera- tendrán que aceptar que tenemos el mismo derecho que ellos de ser legales.
¿Está diciendo que esto sí debe condicionar la respuesta de EA y Aralar?
Bueno, según ha dicho Txentxo Jiménez, si entráramos en Nafarroa Bai no habría juez ni ley que lo pudiese impedir… Pero no es ése el tema: lo que nosotros proponemos es configurar un sujeto político en base a una serie de acuerdos abertzales, progresistas, de izquierdas. Reiteramos nuestra apuesta por configurar esa alternativa y vamos a seguir trabajando en ella, con la mano tendida totalmente. Además, es una exigencia social. En la calle percibimos un apoyo total. El 68% pedía cambio en el «navarrómetro», que no es nada sospechoso de estar manipulado por la izquierda abertzale.