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Caminos que marcó Durban: 20 años después

Fuentes: Correo del Alba [Imagen: Unos niños en un campamento para desplazados internos en Haití. Créditos: Logan Abassi/ONU]

En este artículo el autor analiza los avances en materia antirracista después de 20 año de la Conferencia de Durban.


En estas pocas líneas quiero destacar uno de los acuerdos más determinantes en la causa que suscribo como afrovenezolano: una identidad, que como he sido interpelado al respecto en diversas ocasiones, es inalienable, intransferible e irrenunciable.

Desde el 30 de agosto y hasta el 8  de septiembre se estarán conmemorando  20 años de la Tercera Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, Xenofobia y las  Formas Conexas de Intolerancias, a partir de su celebración en la ciudad de Durban-Sudáfrica en el año 2001, acontecimiento histórico en materia de derechos humanos, esperado y realizado, que marcó una inequívoca diferencia en el siglo.

Habiendo realizado Naciones Unidas las dos primeras conferencia mundiales:

La primera en Ginebra (Suiza) en 1978, donde fueron abordados temas importantes como la condena de la política de apartheid  practicada en Sudáfrica.

La segunda, donde se exhortó a adoptar medidas contra todas las ideologías y prácticas como el apartheid, entre otras generadoras de exclusión, odio racial, intolerancias que atentaran contra los derechos humanos y las libertades fundamentales del ser humano y los grupos sociales; también realizada en Ginebra en 1983.

De modo que, en una distancia de 18 años de espera para volver a tratar una temática sensible y delicada,  no sólo desde la decencia humana sino desde el compromiso con los diversos países y grupos sociales del planeta, víctimas del racismo, la discriminación racial,  exclusión, entre los cuales se encontraba África y su diáspora.

Naciones unidas hasta aquel entonces había realizado tres conferencias mundiales sobre esta materia.

Permítanme, dar testimonio como testigo presencial y parte de la delegación de activistas de la Red de Organizaciones Afrovenezolanas de la cual formé parte junto a la activista Nirva Camacho y el activista Jesús Chucho García.

La conferencia, tenía en su agenda importantes temas en materia de derechos humanos. Entre los más polémicos estaban las reparaciones, para las y los africanos y sus descendientes, dada la inmoral, e injustificable y condenable esclavitud. Además de la devolución de las tierras a los Palestinos ocupadas por el gobierno Israelita. Aunado a esto, otra discusión sensible como fue la del temor de permitir que se comparara el sionismo con racismo; situación suscitada una semana antes de la conferencia de los gobiernos, sobre los temas antes expuestos en la conferencia de los movimientos sociales, en su inmensa diversidad de organizaciones de la sociedad civil, u Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s), nomenclatura dada por las Naciones Unidas, en su lenguaje.

Comenzaba la tensión y las presiones, no gratuitas, sobre la conferencia mundial. El boicot del gobierno de los estados unidos a la conferencia, sus amenazas, el  chantaje; tanto a gobiernos como delegaciones de países participantes.

El documento de los debates y discusiones en materia de derechos humanos expresadas por los movimientos sociales o la sociedad civil son vinculantes y además todas esas preocupaciones y demandas de las victimas por violaciones de esos derechos,  forman parte de los debates y acuerdos en la conferencia oficial de los  estados y gobiernos parte del sistema de las Naciones Unidas, quienes están obligados a escuchar qué piensan y proponen en materia de derechos humanos a través de  organizaciones sociales de base.

Los movimientos sociales de África y su diáspora en las Américas y el Caribe estábamos muy claros. Para nosotros, bajo las líneas políticas de Alianza Estratégica Afro-latina y caribeña, entre los temas importantes de la conferencia mundial, consensuadas en la Pre Conferencia de Las Américas en Santiago de Chile  del año 2000,  estaban las reparaciones y el reconocimiento como actores políticos y sociales afrodescendientes, dentro del sistema multilateral.

En este marco de premisas, por un lado estaban las delegaciones de los Estados y gobiernos que buscaban dar soluciones para superar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancias y, por el otro lado, un pequeño grupo muy poderoso formados en un bloque, unidos por el viejo y decadente ideario del sistema colonial imperial, haciendo resistencia por mantener su hegemonía mediante la vieja estrategia del chantaje a otras delegaciones de los gobiernos, a quienes amenazaban con quitarles respaldo político y fondos financieros, si votaban o apoyaban propuestas de los artículos del proyecto de declaración, así como también el plan de acción surgido en la conferencia de Durban para ser suscrito por los estados y sus gobiernos participantes.

En consecuencia temas como: el colonialismo, la esclavitud y el secuestro, comercio de hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas libres de origen africano que en su lenguaje colonial agresor  llaman “trata negrera”, no fueron discutidos en la conferencia como tampoco las reparaciones. Con alevosía y ventajismo del bloque colonial, pasaron esta importante discusión, a una “comisión especial” conformada, además, por las delegaciones oficiales de los gobiernos de los Estados Unidos, Francia, España, Portugal, Holanda, Israel entre otros, es decir por aquellos que deben y aún no han pagado de ninguna de las maneras esperadas por quienes han sido víctimas de sus comercios y sistemas inmorales, criminales, sobre los cuales han construido su poderío.

Queda claro que el temor, de que, si se aprobaran algunos de  esos temas para su discusión, cabría el ser utilizados para futuras demandas en tribunales, contra estos países responsables de repudiables y condenables crímenes de lesa humanidad.

Desde la perspectiva de los movimientos y sujetos sociales suscribientes de la conferencia de Durban-Sudáfrica del año 2001, era apenas el comienzo de una dura lucha por el reconocimiento como actores políticos y sociales demandantes de la revisión de un proceso histórico y social secuestrado por intereses imperiales.

En el preliminar de este hito histórico se decía: “entramos negros y salimos afrodescendientes”, posicionando ante el mundo el concepto de Afrodescendiente ya no como una cualidad dependiente del racismo y el lenguaje colonial que asignó el adjetivo “negro” como nombre de un sujeto sin derechos; sino la conquista de una identidad que resignifica  los derechos de un sujeto político con una identidad política,  poseedora de una voz propia desde el producto colectivo de su historia, la cual está fundamentada en las acciones que han marcado desde la cotidianidad ancestral y presente, sus luchas. En Durban se dio, por así describirlo, una demostración del más alto nivel político y de conciencia, de lo que somos y lo que  ser Afrodescendientes, en el sentido político del discurso.

Hoy día, en las agendas del sistema multilateral las y los afrodescendientes forman partes de las discusiones de los gobiernos para la implementación de políticas públicas que se conviertan en calidad de vida.

En Durban, por primera vez en la historia:

  • Se reconoció el colonialismo, la trata y la esclavitud como crímenes de lesa humanidad.  Partiendo de allí :
  • Se logró la creación del grupo de trabajo de las Naciones Unidas en Ginebra, para los  africanos y los afrodescendientes.
  • La designación de un relator especial sobre los derechos humanos para los afrodescendientes.
  • Otro relator especial para  los afrodescendientes en la región de las Américas y el Caribe.
  • Los talleres sobre derechos humanos para las y los afrodescendientes.
  • El decenio para las y los afrodescendientes 2015-2024.
  • El foro especial para las y los afrodescendientes

Y por último:

  • El día internacional de las y los afrodescendientes todos los 31 de agosto de cada año.  Estos significativos e importantes avances en materia de derechos humanos  son el resultado de la conferencia de Durban para el reconocimiento de las y los afrodescendientes  a lo interno de los gobiernos y estados partes del sistema de las naciones unidas.

Muy a pesar de que los actos terroristas acaecidos el 11 de septiembre del año 2001 contra las torres gemelas en la ciudad de New York, empañaron los logros políticos en materia de derechos humanos y los acuerdos alcanzados obtenidos y manifestados tanto en el Proyecto de Declaración y el Plan de Acción de Durban por los movimientos sociales en esta tercera conferencia mundial, la causa se mantiene en pie tanto en la demanda como en las conquistas.

Lo antes expuesto, el largo camino recorrido y el que se tiene por recorrer, es de exhortar a los gobiernos en estos inicios de siglo:

A reparar y resarcir la deuda histórica que tienen con las y los africanos y sus descendientes, como víctimas del colonialismo, la esclavitud y la trata del comercio europeo.

A poner en marcha el Plan de Acción de Durban, quien cumple 20 años llamando a la conciencia de los pueblos y sus gobiernos, dada la vigencia del racismo, la discriminación racial  y las groseras y odiosas desigualdades sociales que aún la acompañan, de manera insoslayable contra los afrodescendientes y los pueblos originarios de parte del neocolonialismo. Prueba de ello las masacres y asesinatos contra afros e indígenas en Colombia, la brutalidad racial policial contra los afros en  Estados Unidos, la violación sistemática de los derechos a las tierras a los pueblos originarios de Brasil, el “silenciado” asesinato del presidente de Haití en el ejercicio de sus funciones por un grupo de mercenarios en supuesta complicidad  con el gobierno colombiano, amén de la deuda histórica de Francia con este país hermano, y por último, el bloqueo criminal y genocida contra Venezuela donde los más vulnerables y afectados son los pueblos y comunidades afros, y pueblos originarios, entre otros grupos sociales de la que hacen vida en la región.     

En espera que la justicia histórica nos alcance a todos y ordene lo que resta por ordenar cumplimentando este propósito de aquellos que hemos sostenido el compromiso que sellamos en Durban al exponer nuestras causas y explicitar nuestras luchas y demandas.

Jorge Guerrero Veloz Investigador militante del Movimiento Afrovenezolano y diplomático venezolano.

Fuente: https://correodelalba.org/2021/09/04/caminos-que-marco-durban/