1. Contexto
El período de lluvias en algunas regiones brasileñas ha provocado en los últimos años, cada vez más, graves consecuencias socio-ambientales. Los cambios climáticos y el desequilibrio ambiental provocan cada vez más fenómenos como el exceso de lluvia en algunas regiones y sequías en otras. Esos fenómenos se agravan por la acción de grandes empresas del sector energético, de la minería y del agronegocio, por la forma como explotan los bienes naturales facilitados por la falta de planificación y medidas gubernamentales, agravadas con el gobierno de Bolsonaro.
Al final de 2021 y al inicio de éste enero de 2022, el período de lluvias en el sureste brasileño, y en partes del noreste han provocado grandes inundaciones, rupturas de represas, y agravamiento de los riesgos por ruptura, generando una situación de extrema vulnerabilidad en las poblaciones afectadas. En la segunda semana de enero, la región amazónica, en el norte de Brasil, también comenzó a sentir las consecuencias, con crecidas en los ríos de la región, que han provocado inundaciones en los estados de Maranhão, Goiás, Tocantins y Pará1.