La próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se celebrará en Cancún, del 29 de noviembre al 10 de diciembre de este año. Los representantes de las naciones del mundo tendrán que llegar a acuerdos respecto a alternativas frente al inminente calentamiento de la Tierra. En los próximos 100 años la temperatura […]
La próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se celebrará en Cancún, del 29 de noviembre al 10 de diciembre de este año. Los representantes de las naciones del mundo tendrán que llegar a acuerdos respecto a alternativas frente al inminente calentamiento de la Tierra. En los próximos 100 años la temperatura global se puede elevar hasta 3.5º C, las consecuencias para la vida serían irreversibles: «Entre un 20% y un 30% de las especies estaría en peligro de desaparecer. Grandes extensiones de bosques serían afectadas, las sequías e inundaciones afectarían diferentes regiones del planeta, se extenderían los desiertos y se agravaría el derretimiento de los polos y los glaciares en los Andes y los Himalayas. Muchos Estados insulares desaparecerían y el África sufriría un incremento de la temperatura de más de 3º C. Se reduciría la producción de alimentos en el mundo con efectos catastróficos para la supervivencia de los habitantes de vastas regiones del planeta, y se incrementaría de forma dramática el número de hambrientos en el mundo, que ya sobrepasa la cifra de 1.020 millones de personas (http://cmpcc.org/acuerdo-de-
El calentamiento global es la cara más visible de la grave crisis ecológica que enfrenta nuestro planeta producto de la degradación ambiental y el agotamiento de bienes naturales. La emisión de gases invernadero es su principal causa y por ello es una prioridad que los gobiernos asuman acuerdos encaminados a la reducción de estas emisiones en un 50% antes de 2050 para limitar el aumento de la temperatura global a 2°C. En 2012 expira el periodo acordado por el Protocolo de Kyoto en el que los países desarrollados estaban comprometidos a reducir la emisión de gases invernadero en un 5% global. Pero gobiernos de países como EU y Gran Bretaña se niegan en renovar un acuerdo en este sentido. En cambio, han confabulado en el «Acuerdo de Copenhague» estrategias que les permitan evadir su responsabilidad ante esta crisis planetaria a pesar de ser ellos con sus actividades industriales quienes más han contribuido al agravamiento del problema. Ante esta actitud un nuevo espacio de discusión fue convocado por el Gobierno de Evo Morales el pasado 22 de abril en Bolivia: la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra
Más de 35.000 personas de 140 países se reunieron en Cochabamba para construir un consenso respecto a verdaderas propuestas de preservación de la vida y la tierra. Propuestas que no se limitan al incremento de la temperatura sino que buscan de manera integral y equilibrada un conjunto de medidas financieras, tecnológicas, de adaptación, de desarrollo de capacidades, de patrones de producción, consumo y otras esenciales como el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra para restablecer la armonía con la naturaleza. En el documento final de este Encuentro de Pueblos el más importante de los acuerdos es exigir que se discuta la verdadera causa de esta crisis: el sistema capitalista. Un sistema en el que la «Tierra se convierte sólo en fuente de materias primas y los seres humanos en medios de producción y consumidores, en personas que valen por lo que tienen y no por lo que son (http://cmpcc.org/acuerdo-de-
Las actividades de consumo y depredación están matando el planeta y no podemos dejar que definan el destino de toda la humanidad un puñado de gobernantes en complicidad con sus jefes dueños del dinero quienes buscan que sus ganancias no sufran la más mínima pérdida aún cuando miles mueren de sed, de hambre, de extremo calor o de extremo frío; cuando las familias pobres pierden sus hogares o la vida en inundaciones, bajo los deslaves de tierra o desplazados por las grandes empresas que buscan los bienes de sus territorios.
La decisión sobre el futuro de nuestra vida en la tierra nos compete a todos los pueblos y la tarea de salvar a nuestra Madre Tierra está en nuestras manos, la tarea más urgente es abrir los ojos del mundo, concientizar y promover acciones en defensa de nuestro hogar que empieza a agonizar ante este sistema de muerte y depredación que es el actual sistema capitalista.
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