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Capitalismo y tecnología en la obra (oral) de don Felipe Gas-Natural

Fuentes: Rebelión

Nicolas Berggruen y Nathan Gardels han publicado en Taurus su libro Gobernanza inteligente para el siglo XXI. Una vía intermedia entre Occidente y Oriente, «su reflexión sobre las virtudes y defectos de ambos sistemas, y sobre cómo aprovechar los respectivos éxitos para desarrollar formas de gobernanza más adaptadas a los retos de la era moderna» […]

Nicolas Berggruen y Nathan Gardels han publicado en Taurus su libro Gobernanza inteligente para el siglo XXI. Una vía intermedia entre Occidente y Oriente, «su reflexión sobre las virtudes y defectos de ambos sistemas, y sobre cómo aprovechar los respectivos éxitos para desarrollar formas de gobernanza más adaptadas a los retos de la era moderna» [1]. ¡Qué cosas tan curiosas que se escriben!

Taurus es parte de PRISA, el «imperio en decadencia», y, por tanto, el libro se presentó por todo lo alto en Madrid, el pasado jueves 17 de enero de 2013.

El País, el diario global e imperial, como mandan los cánones y las estrategias publicitarias no confesadas pro domo sua, dedicó una página, nada menos que una página a la presentación del ensayo. Estaba don Cebrián en el acto y el señor jefe es el señor jefazo.

No estaba sólo. El acto también contó con la presencia de su amigo del alma, de don Felipe Gas-Natural. Un breve comentario sobre un comentario del protector de Rubalcaba.

Copio las palabras de la intervención de don FG-GN que reproduce el diario: «Yo siempre he pensado que la democracia tiene la capacidad de autorregenerarse. Pero es verdad que hay una crisis. Basta con ver a Obama, que acaba de ser reelegido, paralizado por una vetocracia que le impide subir el techo de deuda y que le obliga a pactar hasta descafeinar todas las políticas que ha prometido. En cierto sentido, Occidente está muriendo de éxito. Ganó la Guerra Fría. Ganó la carrera tecnológica. El mundo actual es el resultado paradójico de esas victorias: ahora los países emergentes avanzan con capitalismo y tecnología«.

Dejemos lo de la autorregeneración de la democracia (¿en qué democracia estará pensando?) y la referencia a Obama. Don Felipe habla de victorias! ¡Ni un solo lamento! ¡Occidente muere de sus éxitos imperiales! ¡Avanzan los emergentes con capitalismo, sin más añadidos, sin notas críticas! ¡Resultado paradójico! ¿Dónde reside la paradoja? ¿En la crisis-estafa actual surgida tras el triunfo urbi et orbe del capitalismo y del creciente desarrollo tecnológico? ¿Y ya está? ¿Y a transitar por la misma senda?

Este hombre, este ex asesor de Carlos Slim, ha sido, lo sigue siendo, dirigente de un partido que se dice socialista y obrero. Este hombre fue presidente del gobierno español, con amplio apoyo social ciudadano, durante unos 14 años. Este hombre fue considerado un líder de izquierdas durante más de dos décadas (y lo sigue siendo para algunos). Este hombre estuvo directamente relacionado con la cabeza de los GAL. Este hombre tuvo a los señores Solchaba y Boyer como ministros de Economía. Este hombre habló de gatos, razones y de la insustantividad de discutir sobre procedimientos (¡todo valía!, a la Feyerabend). Este hombre, bien mirado, con pasión sosegada, ha hecho más daño a la izquierda que Aznar, Rajoy, Pujol, Aguirre y Mas, unidos y cogidos de la mano. De estos es imposible esperar nada; de él aún se sigue esperando algo.

Y no es un converso, no lo es, no es Colletti ubicado en las tóxicas aguas del berlusconismo. Si lo pensamos bien, y le quitamos sus diversas máscaras, siempre ha estado en lo mismo, siempre ha pensado en términos similares con los disimulos que la situación requería (¿Recuerdan su entrevista con Claudín para Zona Abierta?). Lo auparon para eso; la chaqueta de pana le quedaba bien.

En un artículo de finales de 1984 publicado inicialmente en el diario Liberación, cuando la compaña antiotánica seguía viva y en pie de resistencia, Manuel Sacristán (1925-1985) intervino sobre el tema con una perspectiva novedosa. «La OTAN hacia dentro» era el título de su escrito.

En los compases finales de su nota señaló que la situación de partida presentaba en España, «con más claridad que en ningún otro país de Occidente», un dato que el gobierno y sus aliados en este punto que incluían hasta la extrema derecha, tenían que eliminar para salir victoriosos: «la mayoría de los españoles es contraria a la permanencia de España en la OTAN, y el gobierno está comprometido a celebrar un referéndum sobre la cuestión». Para mantener, en esas circunstancias, la permanencia en la Alianza atlántica, no había más que dos caminos: «o un acto despótico claro, o la violentación de unos cuantos millones de conciencias por procedimientos tortuosos por ‘lavado de cerebro».

Era muy probable que la primera opción, «la que adoptarían con gusto los franquistas», fuera menos corrosiva de la sustancia ético-política del país que la segunda solución. «Pero ésta es seguramente la que los sedicentes socialistas tienen más a mano. Con ella el gobierno empezará -si no ha empezado ya- a desintegrar moralmente a los militantes de su propio partido (ya más predispuestos que otros de la izquierda al indiferentismo, por su costumbre de estar en una misma organización con gentes de concepciones muy distintas y hasta opuestas)». De ahí, proseguía, «la gangrena se extendería, a través de la potente estela de arribistas que arrastra el PSOE, hasta sectores populares extensos». Hacia dentro, concluía, «es la OTAN para España tan terrible como hacia fuera y más corruptora».

Acertó de pleno. Decían que no tenía olfato político, que no tocaba realidad. ¡Si llega a tocarla!

Don Felipe G-Natural abonó y sigue abonando esa línea corruptura que denunció el traductor de El Capital y el Ani-Dühring.

PS: Alexandre Carrodeguas, de Espai Marx, ha recordado un texto de Benito Pérez Galdós: «La paz, hijo mío, es don del cielo, como han dicho muy bien poetas y oradores, cuando significa el reposo de un pueblo que supo robustecer y afianzar su existencia fisiológica y moral, completándola con todos los vínculos y relaciones del vivir colectivo. Pero la paz es un mal si representa la pereza de una raza, y su incapacidad para dar práctica solución a los fundamentales empeños del comer y del pensar. Los tiempos bobos que te anuncié has de verlos desarrollarse en años y lustros de atonía, de lenta parálisis….Los políticos se constituirán en castas, dividiéndose hipócritas en dos bandos igualmente dinásticos e igualmente estériles, sin otro móvil que tejer y destejer la jerga de sus provechos particulares en el telar burocrático. No harán nada fecundo… no suavizarán el malestar de las clases proletarias. Alarmante es la palabra revolución. Pero si no inventáis otra menos aterradora, no tendréis más remedio que usarla los que no queráis morir de la honda caquexia que invade el cansado cuerpo de tu Nación. Declaraos revolucionarios, díscolos si os parece mejor esta palabra., contumaces en la rebeldía. En la situación a que llegaréis andando los años, el ideal revolucionario, la actitud indómita si queréis, constituirán el único síntoma de vida. Siga el lenguaje de los bobos llamando paz a lo que en realidad es consunción y acabamiento… Sed constantes en la protesta«.[las cursivas son mías]

Joaquín Miras, otro compañero de Espai Marx, ha comentado la nota anterior: «Muchas gracias, Alexandre. El libro se titula Cánovas y el que señalas es el último párrafo; el último párrafo de este último libro de la última serie de los Episodios Nacionales de Galdós. Su opus ultimum politicum, donde pone «finis»

Notas:

[1] El País, 18 de enero de 2013, p. 8

[2] Manuel Sacristán, Pacifismo, ecologismo y política alternativa, Público-Icaria, 2009, pp. 217-218.

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.