Señor General: Quizás a usted -y a algunos generales como usted- les parezca horrible que Pablo Iglesias -Secretario General de PODEMOS, al que ustedes tachan de comunista- lidere de facto la oposición en el Congreso. Quizás a usted -y a algunos generales como usted- no les hayan advertido que sus burdas acusaciones despiertan la hilaridad […]
Señor General:
Quizás a usted -y a algunos generales como usted- les parezca horrible que Pablo Iglesias -Secretario General de PODEMOS, al que ustedes tachan de comunista- lidere de facto la oposición en el Congreso.
Quizás a usted -y a algunos generales como usted- no les hayan advertido que sus burdas acusaciones despiertan la hilaridad de cualquier persona con un mínimo de cultura política. ¿De verdad son ustedes incapaces de refrenar su grotesco patriotismo de hojalata?
Quizás a usted -y a algunos generales como usted- les dé flojera admitir que el líder político más valorado de nuestro país -este sí, comunista del PCE- sea Alberto Garzón, uno de nuestros más prestigiosos economistas contemporáneos.
Quizás usted -y algunos generales como usted- sientan la satisfacción del «deber cumplido» contemplando, impasible el ademán, las cunetas y fosas comunes de nuestra Patria, sembradas de cadáveres. Dignísimos restos que ustedes profanan con su actitud. Memoria viva de un régimen terrorista, al que ustedes, y gente como ustedes, añoran y enaltecen.
Quizás a usted -y a algunos generales como usted- les irrite que la Memoria democrática de nuestro pueblo nos siga recordando quienes fueron ellos y quienes son ustedes.
Quizá a usted -y a algunos generales como usted- les gustaría desempolvar la vieja legislación de su amado caudillo: la ley de represión de la masonería y el comunismo. Legislación que creó un tribunal especial para la persecución de todo lo que se moviese. Una jauría de militares fascistas, que alzaban el brazo con la mano extendida, coprotagonizando la hazaña.
Quizás a usted -y a algunos generales como usted- envalentonados por el ascenso de los fascismos de nuevo cuño, les gustaría conseguir amedrentar a millones de ciudadanos que también son el pueblo. Al menos eso dice su Constitución tramposa.
Quizás a usted -y a algunos generales como usted- les encabrite que nuestro pueblo trabajador pueda seguir haciendo uso democrático de su derecho al voto, derecho que ustedes le niegan o, al menos, intentan afear.
Quizás a usted -y a algunos generales como usted- les gustaría disuadir, con su estridente griterío de militares golpistas, a los que están llenando de pueblo con su voto el Congreso, de pueblo honrado y llano .
Quizás a usted -y a algunos generales como usted- les ponga intimidar, con sus mentiras y amenazas, el despertar de millones ciudadanos que ven como se acaba su sueño de clases medias, arruinadas por una oligarquía financiera monopolista, prepotente y corrupta.
Quizás usted -y algunos generales como usted- pretendan sofocar, con sus ridículas amenazas, el rechazo de Cataluña a su España franquista, pues temen que se acerque el final de su Régimen, hortera y corrupto. Sin embargo, con su burdo nacionalismo españolista están consiguiendo perversamente el efecto contrario
Quizás a usted -y a generales como usted- les gustaría seguir defendiendo «manu militari» a esa casta de fascistas neoliberales que arrojan a la ruina y a la desesperación a millones de gentes honradas, mientras se apoderan impunemente del dinero público a la vista de todos.
Quizás a usted -y a algunos generales como usted- les tiente emular a su «excremencia» el generalísimo, o quizás a un tal Pinochet.
Quizás…
Quizás…
Quizás…
Señores Generales: ¡váyanse a la mierda!
Manuel Ruiz Robles es Capitán de Navío de la Armada, coordinador del Colectivo Anemoi
@colectivoanemoi
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