Estimados compañeros del PCPE Estimados compañeros del PCPE. Al leer «ELECCIONES 2007. Entrevista al Partido Comunista de los Pueblos de España» publicada en Kaos en la Red, Insurgente y Rebelión, así como algunos de los comentarios que realizan los lectores, siguiendo el interés que se desprende de ella, vuestro animo, así como el que nos […]
Estimados compañeros del PCPE.
Al leer «ELECCIONES 2007. Entrevista al Partido Comunista de los Pueblos de España» publicada en Kaos en la Red, Insurgente y Rebelión, así como algunos de los comentarios que realizan los lectores, siguiendo el interés que se desprende de ella, vuestro animo, así como el que nos suscita a los que soñamos con superar el caos divisionista que en mayor o menor medida nos embarga a todos, en esa confianza, lo mismo que hice desde mis limitaciones a la compañera Nines, ahora, la misma osadía de realizar los siguientes comentarios en el ánimo de que entre todos contribuyamos a superar ese mal atomizador que tanto beneficia a la oligarquía imperialista nacional e internacional.
Es evidente que una vez caído el «vaticano» socialista, el llamado socialismo real, con un PCUS con tantos manuales teóricos que no se correspondían con la práctica que realizaban, se ha generado una gran confusión entre los que nos consideramos defensores de aquel «dogma de fe» cayendo en otro dogmatismo que nos mantiene divididos, cuando no, endiosados y confrontados de forma tan anti-dialéctica. No hemos sabido ver lo positivo y lo negativo de aquella experiencia, y de esa forma pretender querer empezar de cero sin tener en cuenta los aspectos positivos y básicos de aquel marxismo, en aquellas difíciles condiciones, desarrollado por Lenin mediante la praxis revolucionaria.
Es por esa incomprensión nuestras limitaciones, que a pesar de las buenas intenciones que desde hace años nos animan a todos los que de diferente forma dedicamos nuestro tiempo a la lucha revolucionaria, dada nuestra insuficiente capacidad material-ideológica nos vemos impedidos de saber priorizar los escasos medios que disponemos para saber cómo sacar el mejor rendimiento y contribuir a acabar con la dispersión. No comprender si lo prioritario es la unidad de la izquierda, o la unidad comunista. Caemos en lo fácil que es la unidad de la dispersa izquierda comunista y con otras tendencias para acciones puntuales sin mayor trascendencia en el proyecto emancipador. Evidenciamos que despreciamos el priorizar la necesidad de acabar con la dispersión comunista, a fuer de quemar nuestras energías en ese titánico esfuerzo por las acciones puntuales. Problema que desgraciadamente, no es solo nuestro sino que se da en los demás países donde el imperialismo actúa con total impunidad. Aunque todos admitimos que sin teoría revolucionaria es imposible un proyecto organizativo revolucionario, tal vez desde nuestra individualidad personal cada uno consideremos que ya somos el verdadero proyecto teórico revolucionario, que los demás individuos y grupos en la dispersión vendrán a nosotros, cuando lo más fácil es que muchas personas terminemos tirando la toalla y los grupos anquilosados desaparezcan porque su burocracia organizativa ya no se corresponde con el idealismo revolucionario que les dio origen.
Hubo un tiempo, cuando existía el llamado Socialismo Real, donde se propició una mejor disposición a la unidad comunista, sobre todo dado el viraje reformista del PCE con Santiago Carrillo como secretario general, (decía, primero la «democracia» -evidentemente abstracta- y luego el socialismo) que le llevó a realizar pactos secretos con los políticos representantes de los intereses de la oligarquía española e internacional sobre la transición de la forma de dominio fascista a la democrática burguesa, lo que le llevó a la ruptura de relaciones con el PCCH tras la crisis de la «Primavera de Praga» y prácticamente con los demás partidos comunistas europeos. Los que fuimos expulsados del partido por oponernos a aquel reformismo liquidacionista del movimiento obrero y popular de democracia directa participativa existente desde los centros de producción y servicios, estudiantil, barrial, etc., (las Comisiones Obreras, Vecinales, etc.) gentes que entonces éramos jóvenes sin ningún renombre político, constituidos orgánicamente en la OPI-PCE (posteriormente PCT) éramos recibidos por Ivanov primer secretario de la embajada de la URSS en España, (después ministro de exteriores con Yelsin, ya en la Rusia democrática burguesa) por los de otras embajadas como eran la de Bulgaria, RDA, y sobre todo con la checoslovaca. Esta última incluso nos facilitó la invitación a Praga donde fuimos recibidos por el propio Bilac, (el que dicen llamó a los tanques soviéticos) para exponerles nuestras tesis y solicitarles su apoyo material dada nuestra carencia y la complejidad del momento político donde el reformismo comunista y la socialdemocracia recibían todo tipo de ayuda que les permitiese protagonizar y consolidar la transición sin ruptura. Salvo palmaditas en la espalda dándonos ánimos en nuestra lucha contra el carrillismo, solo recibimos de los checoslovacos ayuda en carteles y carteras para la celebración del congreso de unificación que hicimos con el grupo PCE VIII-IX Congreso. Esa unidad con el prosovietismo burocrático que dio lugar al PCEU, duró muy poco tiempo. Fue una unidad inducida desde el burocratismo comunista de entonces, pero sin la necesaria coherencia ideológica entre ambos grupos sobre aspectos básicos de la filosofía marxista, especialmente respecto a la comprensión de la función histórica del Estado, la Democracia, el papel del partido y el papel protagonista de las masas trabajadoras como sujeto histórico del proceso revolucionario. Aquella incoherencia ideológica de entonces dio lugar a los falsos intentos de unificación posteriores.
Hubo otro congreso mucho más espectacular que vosotros mejor conoceréis ya que tras su fracaso como Partido Comunista (reconstituido) aquel proceso continuó con el nombre PCPE. Aquel congreso si recibió todo tipo de ayuda material y espiritual. Una cantidad importante de dinero que permitió comprar un gran edificio en Madrid, en la calle Saturnino Calleja, local de oficinas enorme que sirvió de sede y posteriormente vendido, vaya Ud. a saber que pasó con aquel dinero, si sirvió para ayudar a mantener la estructura organizativa, o como un camarada actual militante del PCPE me comentaba, haber sido dilapidado por la dirección de entonces en manos de Joan Ramos. Los que componíamos la dirección en la antigua OPI-PCE, ante aquella propuesta de falsa unidad capitaneada por Ignacio Gallego, decidimos no embarcarnos en ella, aunque algunos camaradas si se integraron, incluso algunos fueron elegidos para el Comité Central: Leopoldo del Prado, José Manuel Pravia, Angel Rendueles, y otros camaradas que se integraron en la base. También fueron elegidos varios miembros del anterior PCE VIII-IX, del grupo de José Satue con el propio Satue, Emilio Rincón y Fernando Sagaseta, también gente honrada como Alfredo Clemente, Joan Tafalla, Quin Boix, Antonio Gades, Francisco Garcia Salve (el ex-cura Paco). Otros terminaron retornando al PCE donde alguno hizo «carrera», tal es el caso de Angel Pérez, aquel revolucionario, entonces miembro del Comité de Empresa de METRO, que fue traído a nuestro grupo por el entrañable y viejo camarada, Angel Soria.
Al congreso asistió una gran representación de partidos comunistas de Europa, y de los demás continentes, destacándose la del PCUS encabezada por Vladimir Pershov, al que tuve la oportunidad de conocer en Moscú, Noviembre de 1967, cuando el PCUS organizó la cena que se celebró con la delegación del PCE (personalmente iba en la delegación que representaba a CC.OO., ante la invitación que nos hicieron los sindicatos «soviéticos») que asistió con motivo del 50 Aniversario de la Revolución Soviética, donde estaba presente la plana mayor del PCE, presidida por D. Santiago Carrillo y en un extremo de la mesa la camarada Dolores Ibarruri, que aparecía como una convidada de piedra, ya que el protagonismo durante la cena lo ejerció en todo momento D. Santiago. Recuerdo los brindis con su copita de vodka que continuamente alzaba a favor de Ruiz Jiménez. Parecería que con ella estaba dando en la narices de Pershov por la futura celebración de su estrategia reformista, que ya entonces estaba en marcha y que robó al ideólogo del partido Fernando Claudín, el cual fue expulsado acusado de traidor y reformista. Claudín en su informe al CC, después de realizar un análisis bastante objetivo sobre la situación en la España de 1964, que chocaba con el triunfalismo existente en Mundo Obrero y la Pirenaica, donde aparecía la dictadura, como una breva que estaba al caer de la higuera, proponía que el proceso de transición tenía que ser hegemonizado por la burguesía «democrática». Carrillo con su lenguaje ampuloso y «revolucionario» la puso en práctica dada la debilidad ideológica de la mayoría de los miembros del partido, de ahí, cuando posteriormente tuve la oportunidad de leer el informe de Claudín, interpreté y comprendí los brindis democráticos que hacia en Moscú a Pershov.
Hoy día no se ve la necesidad prioritaria de unidad comunista, sin embargo cada día se manifiesta con mayor objetividad esa necesidad, aunque se hace de forma reduccionista a través de las uniones de la izquierda heterogénea para actividades puntuales, dadas nuestras limitaciones que generan esa confusión subjetiva sobre lo prioritario entre unidad de partido o unidad de la izquierda, con tanta sopla de siglas que impide se desarrolle con objetividad un proyecto que necesariamente tiene que ser dirigido desde una interpretación actualizada del marxismo y el leninismo, tanto en el aspecto ideológico como organizativo. Habrá que insistir hasta la saciedad, sin cohesión ideológica de un grupo suficiente de personas, capaz de desarrollarlo entre muchas más, hasta llegar a ligarse a las masas que organizadas también sean protagonistas del proceso revolucionario, que inicie el proceso que de lugar al derrocamiento de la oligarquía imperialista nacional e internacional, al socialismo y su proceso de desarrollo hacia el comunismo. Una cohesión que necesariamente tiene que desarrollar viejos conceptos sobre la unidad de todo el ser material que es el ser humano. La unidad sobre lo prioritario al referirse al todo material-espiritual, que nos permita superar el materialismo vulgar que nos divide en seres políticos y seres productivos, que nos inducen a concepciones y actuaciones anti-dialécticas y deterministas. Una cohesión ideológica actualizada que nos permita elaborar un proyecto estratégico y táctico que responda a la realidad objetiva nacional e internacional. Sin ello, la frase socialismo o barbarie, ya no tendrá sentido, la barbarie terminará aniquilando hasta a los propios bárbaros imperialistas, que están masacrando vidas y destruyendo significativos signos de vida en el resto de la naturaleza, sin que objetivamente a pesar de ello, las manifestaciones de repulsa puntuales sin una base ideológica-organizativa sólida en que sustentarse, lo impidan.
No terminamos de comprender que Lenin fue el teórico que, desde las difíciles condiciones materiales-espirituales de Rusia, más desarrolló en la praxis el marxismo. Cómo actuar, qué había que priorizar para un qué hacer objetivo. Un qué hacer que empezase por la unificación de la multitud de grupos comunistas (como sabeís, entonces se denominaban socialdemócratas) dispersos a lo largo del país. Lenin ya señalaba que la pugna ideológica contra la burguesía es la más prolongada y compleja, máxime en la actualidad si tenemos en cuenta la fase de desarrollo tecnológico-mediático puesto en manos imperialistas. No en vano, en su obra ¿Qué hacer? Escrita en 1902, en esa línea argumental decía: «…El problema se plantea solamente así: ideología burguesa o ideología socialista…. Por eso, todo lo que sea minimizar la ideología socialista, todo lo que sea alejarse de ella equivale a fortalecer la ideología burguesa». Nos podremos decir ya lo sabemos, pero si nos planteásemos el por qué de tanta dispersión comunista tal vez nos ayudaríamos a comprender el fondo del por qué, si somos conscientes de lo qué hacemos para generar cohesión ideológico-organizativa. Y si prestáramos la atención que requiere estas líneas sacadas de ¿Quiénes son los «amigos del pueblo»…, escrito en 1894, en respuesta a los activistas voluntaristas, tal vez nos contestemos: «La actividad política de los socialdemócratas consiste en contribuir al desarrollo y la organización del movimiento obrero en Rusia, a hacerlo salir del estado actual de intentos de protesta, ‘motines’ y huelgas, dispersos y privados de una idea directriz, convirtiéndolo en una lucha organizada DE TODA LA CLASE obrera rusa dirigida contra el régimen burgués… Es la clase de los obreros a la que los socialdemócratas dirigen toda su atención y toda su actividad. Cuando sus representantes avanzados asimilen las ideas del socialismo científico,… cuando estas ideas alcancen una amplia difusión y entre los obreros se creen sólidas organizaciones que transformen la actual guerra económica dispersa… en una lucha consciente de clases, entonces … alzándose… derribará el absolutismo… Podremos decir son otros tiempos, buscar con la lámpara de Diógenes al moderno sujeto histórico del proceso revolucionario, sin comprender que el sujeto histórico lo tenemos delante de nuestras narices. Hoy, si nos preguntáramos quienes son los que se encuentran desde la explotación, alienados y confundidos, necesitados de explicarse el por qué vivimos en tanta angustia e inseguridad los veremos donde están, sobre todo en la juventud, impedida de independizarse, de conseguir una vivienda, un contrato de trabajo que la asegure la permanencia en el trabajo, no solo la juventud sino de gente mayor que es arrojada a la calle por las descolocaciones imperialistas, incluso en gentes con formación técnica profesional que ya en nada se diferencian, en esa inseguridad, de los trabajadores manuales. Veremos si esas gentes son los llamados a tomar conciencia del protagonismo liberador, veremos si hacemos lo necesario para conectar de forma permanente con ellos, no solo con los llamamientos a las «grandes» movilizaciones, sino realizando con ellos el trabajo persistente, cotidiano y permanente que nos compete a los comunistas, organizados como ejemplo de clase dominante, con células comunistas en los centros de producción, o por ramas de producción, tomar ejemplo de cómo, en tiempos del franquismo faltos de libertad, condicionada por la represión física, fuimos capaces de desarrollar la organización alternativa de los trabajadores, el movimiento vecinal, etc.
Hoy es evidente, como nos dijera Lenin, es necesario resaltar las ideas del socialismo frente al sistema insolidario del capitalismo. Hoy esa labor es mucho más compleja, pero no por ello más necesaria, la batalla ideológica es la batalla prioritaria. Necesita que comprendamos desde qué medios la burguesía consigue generar la confusión y la alienación, comprendamos cuales son nuestros medios para poder contrarrestarlos, que no son otros que la organización revolucionaria partidaria, que como parte que somos de los explotados sepamos estar unidos ideológica y organizativamente para en cada lugar, en cada centro de trabajo poder hacer ese trabajo ideológico educador partiendo de la realidad y las contradicciones que en ellos genera el sistema capitalista y que nos permita conectar con la sensibilidad de los que los padecen, sobre todo con los compañeros más sensibles y predispuestos a tomar conciencia. Unir la lucha ideológica a la lucha económica y social en todo momento, mediante los escritos, el comentario e intercambio de opiniones. Aprovechar los momentos de descanso, el café, etc., que en cada lugar y momento nos permita realizar ese trabajo educador.
Siguiendo con el apoyo que nos presta Lenin en esa praxis, que nos puede parecer alejada en el tiempo, pero no en el fondo del problema que había entonces y tenemos ahora que da lugar a la dispersión partidaria. Del artículo Nuestro programa, escrito en octubre de 1899, mucho antes de la experiencia espontánea revolucionaria de 1905 con el surgimiento del Soviet. «La doctrina de Marx estableció las verdaderas tareas de un partido socialista revolucionario: no componer planes de reorganización de la sociedad… sino organizar la lucha de clase del proletariado y dirigir esta lucha, que tiene por objeto final la conquista del poder político por el proletariado y la organización de la sociedad socialista… No consideramos, en absoluto, la teoría de Marx como algo acabado e intocable, estamos convencidos, por el contrario, de que esta teoría no ha hecho sino colocar las piedras angulares en la ciencia que los socialistas deben impulsar en todos los sentidos, siempre que no quieran quedar rezagados de la vida. Una afirmación que nos invita a tener muy presente lo que ya nos anticipo Marx, al decir que él no era marxista, que comprendamos el marxismo sin dogmatismo, considerar que es una guía para la revolución en permanente autocrítica y desarrollo. En esa fecha también escribió un artículo titulado Nuestra tarea inmediata, del que resaltamos estos párrafos: «Sólo cuando cada obrero tiene conciencia de ser parte de toda la clase obrera, cuando en su pequeña lucha cotidiana contra un patrono o un funcionario ve la lucha contra toda la burguesía y contra el gobierno en pleno, sólo entonces su lucha se transforma en lucha de clases.’Toda lucha de clases es lucha política’; esta conocida frase de Marx no debe interpretarse en el sentido de que toda lucha de los obreros contra los patronos es siempre lucha política. Hay que interpretarla en el sentido de que la lucha de los obreros contra los capitalistas necesariamente -no mecanicista debemos interpretar, nos quiere decir Lenin- se convierte en lucha política, a medida que se convierte en lucha de clases. La tarea de la socialdemocracia consiste, precisamente, en transformar, por medio de la propaganda, la agitación y la organización de los obreros, esa lucha espontánea contra sus opresores, en una lucha de toda la clase, en la lucha de un partido político determinado, por ideales políticos y socialistas definidos… las ideas básicas del Manifiesto Comunista; su tarea es introducir en el movimiento obrero espontáneo determinados ideales socialistas, ligar este movimiento con las convicciones socialistas… Debemos proponernos, como objetivo más inmediato, la organización del periódico del partido, su aparición regular, su estrecha vinculación con los grandes grupos locales.
Finalicemos con estas citas de Lenin antes de realizar el comentario sobre la entrevista realizada al PCPE. Del libro ¿Qué hacer? Escrito cuando la celebración del Primer Congreso celebrado en 1898, al que no pudo asistir, no tuvo ninguna consecuencia, salvo el hecho de haberse formalizado su constitución, siendo esa obra aprobada en el II Congreso. «Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario… Y para la socialdemocracia rusa, la importancia de la teoría es mayor aun, debido a tres circunstancias que se olvidan con frecuencia. En primer lugar, nuestro partido sólo empieza a organizarse, sólo comienza a formar su fisonomía y dista mucho de haber ajustado sus cuentas con las otras tendencias del pensamiento revolucionario que amenazan con desviar el movimiento del camino justo… En segundo lugar, el movimiento socialdemócrata es internacional por naturaleza. Esto significa únicamente que debamos combatir el chovinismo nacional. Significa también que el movimiento incipiente en un país joven sólo puede desarrollarse con éxito a condición de que aplique la experiencia de otros países. Y para ello no basta conocer simplemente esta experiencia o limitarse a copiar las últimas resoluciones adoptadas; para ello es necesario saber enfocar de modo crítico esta experiencia y comprobarla uno mismo… En tercer lugar, …sólo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir la misión de combatiente de vanguardia… Y también en 1902 del articulo Aventurerismo revolucionario «La socialdemocracia estará siempre en guardia contra el aventurerismo y desenmascará sin el menor miramiento las ilusiones que terminan inevitablemente en un completo desengaño. Debemos tener presente que el partido revolucionario sólo merece este nombre cuando de hecho dirige el movimiento de la clase revolucionaria.
¿Por qué? Estamos tan divididos a nivel nacional e internacional, ¿Por qué? Existen tantas internacionales menos la Internacional Comunista, tan necesaria hoy para que se pueda generar una lucha unitaria en la fase imperialista del capitalismo. Es evidente que no existe esa organización unitaria nacional e internacional porque no existe teoría revolucionaria, no se ha desarrollado el marxismo al actual momento político.
Citas y comentarios de la entrevista.
«…donde nuestras células tienen un trabajo acumulado significativo…» Se dice en la entrevista. Desconocemos si el PCPE tiene una estructura organizativa celular como base horizontal y piramidal de organización vinculada a los centros de producción, por ramas de actividad laboral, barrial, cultural, etc., que permita vehicularse directamente a las masas trabajadoras. También en esa expresión celular se puede interpretar, puesto que la referencia se hace respecto a los contactos con otros grupos políticos con vistas a las elecciones electorales, que sean células de contacto puntual, pero no células como las que había en el PCE antes de su conversión organizativa en Agrupaciones heterogéneas siguiendo el ejemplo socialdemócrata, pensadas para el apoyo de la militancia a los cargos electos en la lucha institucional burguesa.
«En el ámbito municipal nuestras propuestas van en la dirección del establecimiento de mecanismos de democratización de la vida municipal, la creación de las Juntas de Distrito como mecanismos de democracia directa y de participación vinculante en toda la gestión municipal». Si bien es cierto que es una buena intención el buscar mecanismos de democracia directa participativa, también es evidente que no se cuestiona el juego político institucional burgués, se trata de alguna forma el perfeccionar esa maquinaria en vez de plantear su falsedad y pedir al mismo tiempo la necesidad de que el pueblo se organice de forma alternativa. En ningún momento se plantea, algo tan simple de explicar y fácil de comprender para la gente más sensibilizada a la que es de entender se dirige y se le pide el voto, que se sintetizaría en esta expresión: Si nos votas no pienses que nosotros somos buenos tribunos del pueblo que os vamos a solucionar los problemas que genera el capitalismo con este sistema de juego político imposible para la mayoría del pueblo, hecho a la medida de la clase burguesa en el poder. No nos votes si no estas dispuesto a implicarte personalmente y dispuesto a organizarte alternativamente para defender tus intereses, que son los de todos los de nuestra misma clase social, de nuestra clase hoy explotada y confundida. A lo sumo si conseguimos algún puesto en las instituciones burguesas, estaremos allí para llevar vuestra voz, para exigir se lleven a efecto las reivindicaciones formuladas desde abajo, desde nuestra conjunta organización de clase alternativa, así mismo para informaros de los manejos que se cuecen en esas alturas burguesas y proponeros alternativas movilizadoras reales tendentes a conseguir nuestros objetivos. En definitiva para instrumentalizar revolucionariamente el falso juego institucional burgués y generar organización de lucha y poder alternativo, desde ya, desde el actual aparato estatal de dominio burgués.
«La corrupción, en este contexto, no es una cuestión de un partido u otro, sino que es intrínseco al sistema. La barrera burocrática existente entre la administración municipal y los vecinos y vecinas es infranqueable, y juega el papel de impedir el control democrático de la gestión pública». De alguna forma se elude el debate ideológico de fondo, aunque se reconoce la falsedad del Estado burgués, sin embargo no se entra de lleno en esa denuncia cuando al mismo tiempo se plantea que es un problema intrínseco del sistema dada la barrera burocrática existente que impide el control «democrático» de la gestión pública. La burocracia en sí misma no es el problema, lo es el sistema tremendamente burocrático y no participativo del Estado burgués. La burocracia o es democrática (en el sentido de participación de todos, sin ninguna barrera material discriminatoria) o es dictatorial en tanto no se generan las condiciones materiales y morales que lo impidan, es decir en la fase avanzada del comunismo, en el socialismo existirá una burocracia democrática, necesaria para dar a cada uno en función del grado de desarrollo productivo, de los bienes generados individual y colectivamente. No se plantea la necesidad de acabar con ese Estado y esa democracia abstracta al servicio de la minoría social en el poder, con su clase política constituida y puesta a su servicio, con partidos integrados en el sistema que aceptan ese juego que termina corrompiéndoles, acabar con ese «Estado Democrático o Estado de Derecho», porque la explotación del hombre por el hombre se hace «democráticamente», tan sumisamente asumida en las bocas reformistas. No se plantea la necesidad de generar un Estado alternativo, donde, con una democracia directa permanente de abajo hacia arriba el control y la revocación de los mandatarios se pueda realizar en todo momento.
En esta frase, lamentablemente se dice lo que se piensa sobre la unidad comunista, prevaleciendo de forma clara el deseo y la predisposición sobre la unidad de la izquierda para acciones puntuales.
«Pero no hay un proceso de unidad orgánica hoy, ni es una situación previsible.
El PCPE hace unos meses sí le planteó a CR una propuesta de tomar la iniciativa para la constitución de un Frente de Izquierdas- en el que las dos organizaciones seríamos el núcleo impulsor-, y que tendría como objetivo incorporar a una gran diversidad de sujetos políticos y sociales en una política frentista. No es un frente electoral sino un frente para la organización y la movilización unitaria de las fuerzas de izquierdas. En estos momentos estamos esperando la respuesta de CR, pues ellos nos pidieron un tiempo para concretar su propia posición interna con respecto a esa propuesta».
En esta frase final, queda implícita la incomprensión sobre lo que es el Estado y la Democracia burguesa y proletaria. Lo que es la democracia delegada y la democracia directa de ambos sistemas antagónicos por su fondo y forma de ejercer el poder.
«Siempre, para cualquier persona del campo revolucionario, hay mil motivos para votar a una propuesta comunista». Ojalá todos los trabajadores fueran campo revolucionario, nacieran con conciencia comunista, no sería necesario la existencia de partidos pidiendo el voto a las propuestas comunistas. Pero desgraciadamente, como dice el marxismo, y la letra de la Internacional, ni en dioses ni tribunos está el supremo hacedor, nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor. Todos unidos en el mismo objetivo, los que tenemos algún grado de conciencia y la mayoría explotada y alienada hoy, somos todos los que liberados de ese dominio ideológico burgués que manifestamos con mayor o menor intensidad, los llamados a cambiar la forma de dominio «democrático» burgués. No podemos, desde una interpretación materialista de la existencia, dejar de considerar que lo que es democracia para la burguesía, una clase social minoritaria, es dictadura sobre para mayoría social explotada. Lo mismo que es democracia para los trabajadores en el poder, organizados como clase dominante de abajo hacia arriba, y dictadura para la clase social burguesa, ya reducida a la simple condición de ciudadanos, sin ningún privilegio con los que poder comprar fuerza de trabajo o políticos, sin clase política que administre su sistema. En el socialismo ya no se divide al ser humano en ser político y ser productivo, todos somos seres político-productivos, porque los medios de producción son propiedad social y desde cada lugar donde laboramos podemos actuar desde la unidad dialéctica productivo-política, en lo particular y en lo general, eligiendo delegados a los diferentes niveles de gestión productiva y política.
Esperando haber contribuido a despertar la necesidad de debate sobre un tema tan confuso, recibir mis solidarios saludos.