Continúa el viaje del president Mas y su numeroso séquito. Continua la andadura usamericana del gobierno de los mejores privatizadores, tan amigo y admirador, según sus propias declaraciones, del Estado racista, belicista y anexionista de Israel. Pues bien, dos días antes de que el gobierno privatizador y neoliberal catalán imponga un nuevo e inequitativo impuesto […]
Continúa el viaje del president Mas y su numeroso séquito. Continua la andadura usamericana del gobierno de los mejores privatizadores, tan amigo y admirador, según sus propias declaraciones, del Estado racista, belicista y anexionista de Israel.
Pues bien, dos días antes de que el gobierno privatizador y neoliberal catalán imponga un nuevo e inequitativo impuesto (1 euro por receta), otra forma de repago y de ataque a la sanidad pública, el presidente de la Generalitat, que según crónicas e informaciones «se ha fijado en su viaje a Estados Unidos el objetivo de presentar Cataluña como una región -¿»región» es la palabra?- que poco o nada tiene que ver con la devaluada marca España» [1], aseguraba que Catalunya era la Holanda del sur de Europa.
Eso sí, por supuesto, con una pequeña pero gran diferencia: Holanda tiene de vecina a Alemania y Catalunya a España, y no es exactamente lo mismo, aseguró Mas el soberbio el pasado jueves en Boston, donde el president promocionó las empresas biotecnológicas catalanas -sólo las catalanas, claro está- y se ha desmarcado de la pobre imagen que España exporta en estos momentos. «Catalunya is not Spain», ¿recuerdan el mensaje del nacionalismo conservador? (Por cierto, esa España, que no es Catalunya, ¿qué territorio abarca en el imaginario nacionalista conservador o conservador catalán? ¿Incluye el País Vasco? ¿Galacia también? ¿Excluye a Andalucía donde los jóvenes estudiantes, según el president Mas que estudió en la escuela privada de élite Aula, no se les entiende cuando hablan en castellano?).
El president aseguró que era necesario transmitir un mensaje positivo sobre Cataluña «en un momento de malas noticias sobre España y el sur de Europa». No sólo se intentó desmarcar, pues, de la marca «España, la raquítica incivilizada» sino de la de Portugal, Italia y Grecia. Catalunya está en el norte, bien al norte, aunque el Mediterráneo bañe sus tierras. Mas insistió en el mensaje y sacó -tal Trazan neoliberal- pecho empresarial-capitalista: una de cada cuatro empresas del sector biotecnológico en España (que ahora sí incluye a Catalunya) es catalana -luego, por tanto, el 75% no es catalana- y Catalunya se sitúa a la cabeza en creación de empresas innovadoras. ¡La competitividad es marca de la casa! ¡Qué miedo! ¡Se salen, nos salimos!
Eso sí: los recortes presupuestarios en la Dirección General de Innovación se aproximan al 12%, en apenas dos años. ¿Cuadran las cuentas? Según el president Mas sí: los recortes en innovación no afectan por igual a todos los ámbitos. En organismos como el IRTA -dedicado a la investigación en el ámbito agrario- el presupuesto se ha mantenido. ¿Catalunya innovando en el ámbito agrario? No me lo puedo creer: ¡la agricultura ecológica y sostenible como marca de la Catalunya del futuro!
Sea como fuere, ¿Catalunya es Holanda? ¿Ha establecido bien el paralelismo el president Mas, el amigo americanizado de Israel? Debido a su importancia histórica, el término «Holanda» se ha venido usando tradicionalmente como nombre del país, pero es Países Bajos, como es sabido, la denominación oficial [2]. Una monarquía por cierto. Holanda, concretamente, está situada en la parte occidental de los Países Bajos, que limitan al norte y oeste con el mar del Norte, al sur con Bélgica y al este con Alemania. Así, pues, no está del todo claro -y desde luego no es exacto- lo de las fronteras alemanas señaladas por el president.
Sin importancia, pelillos a la mar.
Lo importante es otra cosa: ¿Catalunya es la Holanda del Sur? ¿Por qué será lo se anuncia que es? Porque el president y su gobierno -un gobierno de enorme gran sensibilidad social, mil veces demostrada- aspiran, ya están puestos en ello, ya se han remangado, a que los servicios sociales, el salario mínimo -en «Holanda» es de 1.357 euros en estos momentos-, las ayudas a la familias trabajadoras, el apoyo a los sectores más desfavorecidos, las tasas de paro (sumado: nada que tenga que ver con el socialismo o con un capitalismo fuertemente socialdemócrata, es la derecha la que actualmente gobierna en el país) de «Holanda» se vean superados por su competidora: Catalunya, la amiga de Israel, la Holanda del Sur, que desgraciadamente tiene como vecino la España improductiva, inculta, perezosa, aquella cuyos jóvenes apenas se hacen comprender cuando hablan. El coronel en jefe del país, los señores Fainé, Millet, Alemany, Molins y sus alrededores, ya han dado su vist i plau.
Cuando el president Mas llegó a Nueva York le recibieron un grupo de 140 miembros de los Castellers de Vilafranca del Panadès. Levantaron, según las crónicas, varias torres humanas en el centro de Manhattan. El Departament de Cultura -el conseller Ferran Mascarell, el ex dirigente de Bandera Roja- dejó claro que el desplazamiento de los castellers no lo había pagado la Generalitat. ¿Y quién lo habrá pagado entonces?
Item mas: ¿se conoce el coste real para las arcas públicas que ha significado este interesante viaje publicitario y pro-israelita del gobierno Mas, el gobierno de la «Holanda» del Sur?
Notas:
[1] M. Noguer, «Castellers» en Manhattan para reivindicar «La Holanda del Sur», El País (Cataluña), 22 de junio de 2012, p. 1.
[2] Durante el reinado de Lodewijk I (Luis Bonaparte), de 1806 a 1810, tomo la información de Wikipedia, el Estado llevó el nombre de Reino de Holanda.
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