La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) condena la brutal represión del régimen egipcio contra los centenares de solicitantes de asilo sudaneses que se hacinaban en una céntrica plaza de El Cairo el pasado 30 de diciembre y que se saldó con 28 sudaneses muertos y más de 500 heridos. Estos refugiados son parte […]
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) condena la brutal represión del régimen egipcio contra los centenares de solicitantes de asilo sudaneses que se hacinaban en una céntrica plaza de El Cairo el pasado 30 de diciembre y que se saldó con 28 sudaneses muertos y más de 500 heridos. Estos refugiados son parte de la diáspora de un pueblo golpeado por más de dos décadas de cruenta guerra civil que costó más de dos millones de vidas. Huían, pues, de la guerra, de las violaciones de los derechos humanos y de una miseria que nos golpeó con las imágenes (ya olvidadas) del drama de Darfur. Estas personas tan sólo pedían que su solicitud de asilo fuera atendida y que fueran reasentadas en terceros países occidentales.
Esta tragedia simboliza la precaria situación de los más de 40 millones de refugiados y de desplazados internos que existen hoy en el mundo. Condenados por la represión y la violencia a abandonar sus hogares y en muchos casos sus países, la inmensa mayoría de ellos llega a naciones tan pobres como la suya, con regímenes ajenos a la democracia (como el de Egipto) y hostiles a los refugiados.
Las propias víctimas de la masacre apuntaban una de las soluciones concretas que ya existen para estas situaciones, los programas de reasentamiento de refugiados del ACNUR, por los que terceros países aceptan acoger en sus territorios nacionales a refugiados procedentes de otros considerados «no seguros». CEAR cree que los gobiernos europeos, y en concreto el español, deben comprometerse con estos programas.
De hecho, el borrador del anteproyecto de la nueva Ley de Asilo elaborado por el Ejecutivo, que el 2 de enero conocimos por los medios de comunicación, incluye como «posible compromiso» atender la petición del ACNUR de que participe en sus programas de reasentamiento por primera vez desde 1999.