¿Qué ha ocurrido con buena parte de los crímenes de la dictadura? ¿Fueron realmente silenciados durante años? El periódico Directa y la productora Sistema del Solar han realizado el documental La veu de les muntanyes, de 47 minutos, que fue estrenado el 23 de octubre en la biblioteca Ferrer i Guàrdia de CGT-València; el audiovisual da cuenta de los asesinatos perpetrados por la Guardia Civil contra la resistencia de los maquis, entre 1945 y 1951, en las comarcas de Castellón.
Dirigido por la periodista Ester Fayos, La veu de les muntanyes “se adentra en el pasado guerrillero para desgranar las irregularidades que rodean las muertes de tres masoveros en las comarcas del norte de Castellón”; se trata de José Fabregat Juan, Pedro Solsona Garcés y Francisco Gisbert Prades.
El documental se presentó dentro del XI Festival Cinema Ciutadà Compromés, organizado por ACICOM (Associació Ciutadania i Comunicació) entre el 13 y el 27 de octubre.
Los ataques no sólo se llevaron a término contra la guerrilla, también contra sus redes de apoyo; en concreto, en las comarcas castellonenses de Els Ports, el Maestrat, L’Alcalatén, La Plana y asimismo en Terres de l’Ebre (Tarragona); algunas fuentes historiográficas, citadas en el reportaje, apuntan la cifra de 8.000 crímenes ejecutados contra los maquis y sus colaboradores.
El documental, guionizado por Paula Lorenzino y Ester Fayos, señala los puntos de conexión entre José Fabregat Juan, Pedro Solsona Garcés y Francisco Gisbert Prades; los tres murieron después de ser detenidos y sufrir torturas por parte de la Guardia Civil; los tres habían colaborado con la guerrilla y se les aplicó la llamada ley de fugas, que consistía en eliminar por disparo de bala a una persona detenida, con la excusa de que pretendía huir.
“La Guardia Civil tenía una intención asesina cuando aplicaba la ley de fugas contra guerrilleros y masoveros”, afirma el historiador Raül González Devís en una entrevista de Ester Fayos y Paula Lorenzino en Directa; Raül González es doctor en Historia, autor del libro Tragèdies silenciades (2015) y ha participado en el documental; en la entrevista subraya la importancia de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA):
“Fue una agrupación de guerrilleros potenciada por el Partido Comunista. Se instauró durante la primavera de 1946 con el objetivo de iniciar una resistencia armada que derribara la dictadura de Franco. Según mis cálculos, aproximadamente, entre 600 y 650 personas formaron parte del AGLA. Algunas eran militantes del Partido Comunista Francés (…); otras eran personas del territorio perseguidas por motivos políticos que para evitar la prisión decidieron integrarse en la agrupación (…)”.
El Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló señala a José Fabregat Juan entre las cuatro personas finiquitadas del municipio de Benasal (Alt Maestrat) -y una de Les Coves de Vinromà- en la Mola Garumba, en el municipio de Morella (Els Ports).
Además de José Fabregat, eran benasalenses José Joaquín Miralles Beltrán, Manuel Beltrán Beltrán y Juan Beltrán Saborit; antes de ser eliminados, fueron sometidos a juicio sumarísimo -y condenados a prisión- por su militancia de izquierdas o republicana; asimismo el covarxí Vicente Albalat Adell pasó por los tribunales franquistas antes de morir por la aplicación de la ley de fugas.
El Grup per la Recerca destaca cómo fuentes oficiales imputaron a los cuatro miembros de la resistencia citados su participación en operaciones de la guerrilla; se trataba de acusaciones muy genéricas e imprecisas; las fuentes orales informaron, por el contrario, de las detenciones, las palizas en el cuartel y el encierro en la Torre de la Prisión de Benasal que padecieron; especialmente la violencia de la que fue objeto José Fabregat Juan.
Respecto a Pedro Solsona Garcés, uno de los testimonios de interés es el aportado por su hijo, Antonio Solsona Nebot -en 2008- al Grup per la Recerca de la Memòria de Castelló; detalla que Pedro Solsona fue capturado en su lugar de residencia, el Mas de Monzó, ubicado en el municipio de Vistabella del Maestrat; sucedió el 4 de octubre de 1947, cuando apareció en su casa la Guardia Civil comandada por el teniente Lobo.
Permaneció dos días detenido en el cuartel de Vistabella; al día siguiente, de madrugada, Pedro Solsona Garcés salió del término municipal en un camión de la Guardia Civil; le mataron en un bancal: también el tío de Antonio Solsona fue asesinado; “mi padre nunca colaboró con la guerrilla”, concluye Antonio; su madre, esposa de Pedro Solsona, quedó viuda y con cinco hijos.
Francisco Gisbert Prades, vecino del municipio de La Pobla de Benifassà, fue víctima de la ley de fugas cerca de esta localidad del Baix Maestrat, el 9 de abril de 1949; ocurrió tras los sucesos –en febrero– del Mas del Cabanil (tres guerrilleros muertos y uno detenido por la Guardia Civil); en el contexto de la represión posterior, Francisco Gisbert Prades fue arrestado, torturado y después ejecutado; labrador de oficio, las fuerzas policiales le acusaron de “auxilio al bandolero”.
En La Tinença de Benifassà (comarca histórica de la que forma parte La Pobla de Benifassà), entre 1946 y 1950, el Sector 23 de la AGLA desplegó su actividad; la represión de la dictadura contra el maquis se desarrolló, con especial fuerza, desde 1947; de hecho, se produjeron más de una treintena de detenciones en municipios como La Pobla de Benifassà o Fredes; la acción represora, con resultado de aprisionamientos, torturas y muerte, se incrementó especialmente tras los episodios del Mas del Cabanil.
La Veu de les Muntanyes hace mención, asimismo, a un conocido maqui con una biografía de leyenda: Florencio Pla Meseguer La Pastora; tuvo “una vida marcada por las adversidades y las burlas respecto a su sexo y roles de género”, subraya Raül González Devís en un reportaje publicado en Directa (febrero 2022); tras contactar con la AGLA en 1948, resultó capturado y también encerrado en la prisión, por acusaciones de bandolerismo y terrorismo (logró acceder al indulto).
Bautizado con el nombre de Teresa -entre otras razones, para librarse de la mili-, fue contratado en 1943 en la masía La Pastora (La Pobla de Benifassà); los guerrilleros empezaron a acercarse a esta masada en octubre de 1948 y, durante unos meses, Florencio Pla les facilitó provisiones; así ocurrió, hasta que la Guardia Civil asaltó el Mas del Cabanil; logró escapar de las fuerzas del orden y se alistó en la Agrupación Guerrillera, en la que adoptó el apodo de Durruti; mediados los años 50, empezó a vivir, a solas, en la montaña.
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