– «El Santuario, sus plantas y sus cisnes dieron muestras claras de no poder atenuar un efecto contaminante agudo, cualquiera sea su origen, sucumbiendo a él», declaró. – «Los AOX que emiten no se degradan. Se acumulan en el ambiente y pasan por la cadena alimentaria al ser humano afectando sobretodo a los niños. Estas […]
– «El Santuario, sus plantas y sus cisnes dieron muestras claras de no poder atenuar un efecto contaminante agudo, cualquiera sea su origen, sucumbiendo a él», declaró.
– «Los AOX que emiten no se degradan. Se acumulan en el ambiente y pasan por la cadena alimentaria al ser humano afectando sobretodo a los niños. Estas sustancias producen alteraciones en el sistema nervioso, inmunológico y reproductor, son mutagénicos y cancerígenos. Chile posee un triste record en incidencia de cáncer», aclaró.
– «El gobierno y los empresarios que provocaron ésto han jugado peligrosamente con nuestra salud actual y futura al no aplicar el principio de prevención frente a las contundentes evidencias del grave daño ambiental», señaló.
Sólo 289 cisnes de cuello negro de un total de 6 mil registrados el 2004 es el último balance dado a conocer por la CONAF Décima Región producto de la grave contaminación de aguas y sedimentos que afecta al Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, ubicado en los humedales del río Cruces.
La información fue proporcionada este viernes, pero será analizada e interpretada por expertos en los próximos días, para darla a conocer a los medios de comunicación.
Luego de conocida la nueva cifra, las distintas organizaciones vecinales, sociales, deportivas, empresariales, industriales y de profesionales de Valdivia agrupadas en Acción por los Cisnes, manifestaron a través de un comunicado de prensa su profunda disconformidad por lo realizado hasta ahora por las instituciones gubernamentales medio ambientales y calificaron de «gravísima» esta situación.
«Lo que condenó a morir a los cisnes y destruyó las extensas zonas de plantas acuáticas, no es un fenómeno natural sino un desastre provocado por el ser humano. La grave situación en que se encuentra esta fauna desde mayo 2004 alcanza dimensiones de desastre: hoy sólo quedan 289 cisnes de 6 mil. Los organismos gubernamentales recién en enero del 2005 han reconocido estos hechos», señaló el médico y vocero de Acción por los Cisnes Eduardo Israel.
El profesional indicó que la muerte de la totalidad del «Luchecillo», que cubría la mitad de las 4.800 hectáreas del Santuario, fue denunciada por expertos e investigadores en octubre del 2004 y «sólo recién ahora se acepta que murieron intoxicadas» por algo que las afectó entre mayo y junio del año recién pasado.
Fue contaminacion industrial pesada
Según el médico que es conocido en la zona por sus sobrevuelos semanales al santuario de la naturaleza «los especialistas valdivianos ya descartaron como causas el sobre forrajeo, los pesticidas y la falta de fecas por el tratamiento de aguas servidas». El profesional explicó que el alimento de los cisnes murió por no poder realizar fotosíntesis, al adherirse a sus membranas celulares un coloide-plancton compuesto por una sustancia muco gelatinosa secretada por ellas mismas en respuesta a un daño agudo. A esta sustancia se agregaron microalgas, hierro y manganeso, existentes en altas concentraciones en el Santuario. Estos metales, junto a una gran cantidad de sólidos suspendidos y a compuestos halógenos orgánicos absorbibles (AOX), provocaron en estas aguas una toxicidad tal, que aún hoy impide el crecimiento del luchecillo», dijo.
Ciudadania se siente desprotegida
El profesional, quien fuera el primer valdiviano en informar al Servicio de Salud problemas ambientales provocados por la planta de celulosa Valdivia el año 2004, cuando hubo cuadros de náuseas y cefáleas en la población por las intensas emanaciones de olores desde la industria ubicada a 50 kilómetros de la ciudad, criticó a los organismos gubernamentales porque, a su juicio, «no tienen la capacidad de vigilar y prevenir a tiempo desastres de esta magnitud: llevamos 9 meses y aún no hay diagnóstico y menos tratamiento».
«Nuestra ciudad perdió no sólo la belleza del Santuario, sus cisnes y parte de su identidad sino que, lo que es más grave, perdió la barrera defensiva para los ríos de Valdivia, constituida por estas plantas acuáticas por su capacidad de retener metales pesados, AOX y sostener los sedimentos del suelo. Esta barrera ya no existe y los desechos vertidos transcurren libremente a la ciudad y hoy en día la ciudadanía valdiviana corre peligro por la contaminación de las aguas», declaró el médico.
El ser humano es el próximo paso
Eduardo Israel explicó también que las industrias como las de celulosa son consideradas por el mundo científico y especializado «altamente contaminantes».
Agregó que el mayor o menor efecto que provoquen depende de la capacidad del medio de diluir sus desechos. «Los AOX que emiten no se degradan. Se acumulan en el ambiente y pasan por la cadena alimentaria al ser humano afectando sobretodo a los niños. Estas sustancias producen alteraciones en el sistema nervioso, inmunológico y reproductor, son mutagénicos y cancerígenos. Chile posee un triste record en incidencia de cáncer», aclaró.
«El Santuario, sus plantas y sus cisnes dieron muestras claras de no poder atenuar un efecto contaminante agudo, cualquiera sea su origen, sucumbiendo a él. En este escenario, podríamos decir que el gobierno y los empresarios que provocaron ésto han jugado peligrosamente con nuestra salud actual y futura al no aplicar el principio de prevención frente a las contundentes evidencias del grave daño ambiental. La toma de conciencia es la base de nuestra defensa», concluyó.
Más información:
Eduardo Israel
Médico
Acción por los Cisnes
Fono: 09 9795232