A escasos mil metros de la cima, eternamente nevada, Barrick Gold Corporation se apresta a explotar los restos diseminados de oro y plata de la vieja mina inglesa La Mejicana. Los pueblos de Chilecito y Famatina se organizan para impedir que desaparezca el único curso de agua que reciben de la precordillera andina. Juraron entregar […]
A escasos mil metros de la cima, eternamente nevada, Barrick Gold Corporation se apresta a explotar los restos diseminados de oro y plata de la vieja mina inglesa La Mejicana. Los pueblos de Chilecito y Famatina se organizan para impedir que desaparezca el único curso de agua que reciben de la precordillera andina. Juraron entregar sus vidas en defensa del único manantial que proviene del Famatina. Saben que cada gota de agua en la provincia de La Rioja vale más que un lingote de oro, y son lágrimas las que escurren de la montaña.
Chilecito, cuarenta y ocho mil habitantes, la segunda ciudad de la provincia de La Rioja, advierte que padecerá las mismas consecuencias que los siete mil habitantes de Famatina. Ambos pueblos viven en estado de asamblea permanente ante el anuncio de la empresa transnacional canadiense Barrick Gold de explotar los yacimientos de oro de la mina La Mejicana, ubicada en los Nevados del Famatina a 277 kilómetros de la ciudad de La Rioja y a más de 4.500 metros de altura sobre el nivel del mar.
Organizados como tantas otras comunidades afectadas por la nueva minería extractiva de tajo abierto y de lixiviación con químicos, los asambleístas se proponen evitar la destrucción de sus economías regionales y la diáspora de las poblaciones al pie del emblemático cordón montañoso. En las instalaciones colmadas del club Newll’sOld Boys de Chilecito expusimos acerca de esta minería que invade la Cordillera de los Andes y sus estribaciones. El Cordón del Famatina ofrece un solo curso de agua cuyas nacientes se hallan precisamente en contacto con el mineral a extraer. El sistema que utilizaría Barrick es el mismo que en el resto de la cordillera, minería a tajo abierto con voladuras de cerros, de glaciares de roca y humedales para obtener piedras del tamaño de una pulgada que regarán con la sopa química compuesta de diversos reactivos, dominados en este caso, por el cianuro de sodio, o por el ácido sulfúrico para el concentrado de cobre.
Las asambleas de Chilecito y Famatina planificaron nuestros encuentros con concejales y fuerzas vivas de estas localidades. En el Concejo Deliberante y en Capra, la entidad que agrupa a los productores agropecuarios riojanos, realizamos varias conferencias con nuestro compañero, el ingeniero de minas Hugo González, dedicado a analizar el Informe de Impacto Ambiental del Proyecto Famatina. El debate lo extendimos luego con la presencia del titular del Minería y Medio Ambiente de la provincia de La Rioja, Abel Nonino, y un nutrido cuerpo de asesores de esa secretaria, incapaces de rebatir los cuestionamientos, a tal punto que un periodista local le pregunta al funcionario “si no piensa renunciar al no contestar ninguna de las preguntas de los asistentes.” No hubo medio periodístico que no aludiera al resultado de los debates y a la incapacidad de los gobernantes para dar respuestas: tres días después el gobernador Ángel Mazza decide separar a Minería de Medio Ambiente, otorgándole rango de Secretaría a ésta última; en tanto el vicegobernador Luis Beder Herrera no dudó en tomar distancia de la política minera del jefe de gobierno ante la discusión generalizada en La Rioja en torno a esta minería: “Si van a usar cianuro o mercurio hay que decirles que no” y además “nos van a dejar migajas, como pasa en otros lugares”.
El agua del Famatina es sagrada
En el informe de impacto ambiental Barrick reconoce que el proyecto Famatina se sitúa en las nacientes del río Amarillo, con una cuenca de 550 kilómetros cuadrados y un caudal medio de 0,76 metros cúbicos por segundo, es decir, casi nada. Dicho de otra manera, conforme a datos de aforo de este río en su mejor momento, indican un caudal medio de 782 litros por segundo, “siendo el máximo promedio anual de 2165 litros por segundo y el mínimo de 341 litros por segundo”. Según la información que ofrecen explotaciones mineras semejantes, Barrick utilizará 1.000 litros de agua por segundo. Nos preguntamos entonces de donde sacará la transnacional los litros que le faltan y de dónde obtendrán Chilecito y Famatina el agua que habrá de cubrir sus necesidades.
De los innumerables y diseminados depósitos de agua de las altas cumbre de los Nevados del Famatina, es decir, de la fábrica de agua del Famatina, surgen tres ríos, el Amarillo, el Marco y el Achavil. Se unen todas las aguas en la zona de Los Corrales, constituyendo el río Amarillo, que precisamente tiene un color de intenso ocre. Es el agua que aprovechan para riego en el Valle de Famatina y Plaza Vieja. Es el agua a la que habrá de recurrir la minera además de las numerosas perforaciones horadando acuíferos.
Nosotros recorrimos todo su curso y vimos la confluencia de uno y otro cauce hasta convertirse en el Amarillo. A 4.500 metros de altura registramos el agua contaminada por la vieja empresa minera con un 2 de pH, una acidez que contrasta con el otro curso de agua prístina y potable de 6,42 de pH. En este sentido me parece oportuno recurrir al texto original de la consultora (M. A. Consultoría de Mónica Patricia Allita), que produjo el Informe de Impacto Ambiental del Proyecto Famatina para Barrick Gold: “Los datos de pH tomados en el río Amarillo, a la altura del campamento de Cueva de Pérez, arrojan un resultado de pH=2.00 en sus nacientes, hecho que demuestra la acidez inicial de este río, supuestamente debido a dos factores, uno de origen natural, ya que atraviesa zonas de alteración de sulfuros (pirita, marcasita, etc.) y el segundo factor podría obedecer a la presencia de labores antiguas (socavones con acumulación de agua en su interior, escombreras con contenido de sulfuros que lixivian el agua de lluvia escurriendo con drenaje ácido) que se encuentran ubicadas en zonas altas de la sierra, es decir aguas arriba y que drenan como afluente del río Amarillo. Este último factor podría tener influencia en el aumento de la acidez natural del mismo, hipótesis que debería corroborarse con un estudio más detallado de la zona. Mientras que los datos registrados en la vertiente que distribuye el agua al campamento, y que no está relacionada con la zona anterior, tiene un pH aceptable con un valor de 6,42”.
La Mejicana
He resaltado el fragmento anterior para indicarle al lector desprevenido que el informe al que aludo es el que la propia Barrick elevó al gobierno provincial. La empresa no oculta lo que ya sabía todo Famatina y además le achaca a la minera anterior la contaminación de las aguas. Al mismo tiempo es común escuchar a los empleados de esta empresa que la minería que practican ellos difiere de las otras por su responsabilidad: “A nosotros eso no nos pasa” afirman con muletilla. Lo cierto es que La Mejicana es una exposición de minería salvaje, típica explotación del extranjerismo que se retira con el botín dejando los escombros, donde nunca hubo remediación y el daño vigente está a la vista.
Admito que uno de los momentos más felices de mi vida lo pasé en la cima de esta montaña. Llevamos tubos de oxígeno pero no fueron necesarios. A 5.600 metros todo parece cercano, el cielo y la nieve de las cumbres; por momentos impacta la altura y algunos respiramos con dificultad, fatigados, pero pudiendo describir cada una de las imágenes testigo y acercar el glaciar con forma de guanaco –recordando a nuestra buena amiga Roxana que así lo bautizó- (la cúspide, a 6.100 metros de altura, ofrece la forma de ese camélido con el que tropezamos constantemente y que deambula en manadas). Pero este otro cerro que pisamos y que fue marcado por la minera con un mojón, será pulverizado y convertido en estériles. La Mejicana contiene decenas de minerales diseminados que serán arrancados por Barrick aplicando el sistema de tajo abierto y lixiviación con reactivos diversos. Son numerosos los cerros que serán volados con la promiscuidad del nuevo sistema extractivo. Recordemos que las minas cerradas, cuyas vetas fueron extraídas mediante galerías subterráneas, hoy se reabren, pero para volar las rocas donde se hallan minerales de baja ley; minerales diseminados que se habían abandonado por no ser rentables. Barrick arremeterá contra el Cordón Famatina para sacarle el oro y el cobre principalmente, pero además plata, molibdeno y –según parece- todo el espectro mineral que compone la tabla periódica; para ello consumirá mil litros de agua por segundo y quemará gigantescos volúmenes de combustible para mover equipos de gran porte que requieren caminos de sesenta metros de ancho. La explotación minera de Barrick en Famatina será semejante a la que efectúa en la Reserva de Biosfera de San Guillermo, en la provincia de San Juan, en el complejo Veladero – Pascua Lama, donde reconoció tardíamente la presencia de glaciares que habrá de intervenir para extraer los minerales. La misma minera irresponsable actuará en Famatina. La misma minera que respondió con el rigor “científico” del saqueador: “trasladaremos los glaciares con palas mecánicas.”
Transitar las cumbres del Famatina es inolvidable, bellas, majestuosas, aún soportando el viento zonda permanente, gélido en las alturas y cálido en los valles poblados. Pero registrar el daño ya producido, espanta y angustia. Miles de toneladas de hierro abandonadas, aerosillas del cable carril diseminadas, rieles, vagonetas, cables, estructuras de hormigón y viejos habitáculos de los mineros de la centenaria mina, con los techos volados, chapas por todos lados, vigas carcomidas, escombreras de estériles, y socavones desvencijados, goteando ácidos que meticulosamente filmamos como prueba de los drenajes letales que deja esta minería: el pasivo ambiental.
Se fueron. Dejaron la escoria. En el fondo de una de las galerías, la cámara filmadora registró estalactitas formadas por los sulfuros, de rutilante brillo al impactar la luz, pero prueba evidente del ácido sulfúrico generado por la actividad minera al filtrarse el agua en los socavones a través de las rocas fisuradas. Las galerías son en la actualidad ríos congelados, debemos caminar despacio, un tanto agachados, preocupados de no patinar en los cuerpos de hielo. Afuera es igual, restos de humedales congelados de lo que sin duda fueron oasis imprescindibles para la fauna de las alturas. Por allí transitaron los equipos mineros alterando un ecosistema vital y provocando el impacto que recoge el propio informe de Barrick, el pH del agua, su acidez.
Chilecito es uno de los mayores centros de producción de la provincia de La Rioja. Viñedos, bodegas, olivares, fincas y plantas de elaboración frutihortícola. A unos 35 kilómetros, el pueblo de Famatina apostó además a la calidad de sus nogales. El peso de esta lucha recae sobre la gente de estos valles. La producción agropecuaria de estos pueblos se ve amenazada, sus cultivos se verán afectados. Escaseará aún más el agua y la poca que hubiere estará contaminada. En la actualidad el agua para consumo humano que proviene de aquellas vertientes requiere tratamiento previo, aunque hay aguas subterráneas aptas de buena calidad. Para la agricultura en cambio se utilizan recursos hídricos superficiales, en la cuenca del Bermejo y en el Valle de Famatina, si bien en este caso disminuye su calidad por el alto contenido bórico y salino.
El agua es el bien más preciado en La Rioja. Escasea. Una gota vale más que un lingote de oro. El Famatina produciría en algunos sitios 8,4 gramos de oro por tonelada de roca; el promedio de la explotación deja igualmente veinte toneladas de escombros por cada anillo de oro. Los habitantes de estos valles riojanos no dejan de observar diariamente la figura nevada del Famatina. Esa forma de guanaco que enflaquece por el calentamiento planetario, insisten nuestros amigos de la asamblea instalada en Famatina; efecto al que tanto contribuye precisamente la minería. Pensar que el 85% del oro va a los escaparates joyeros no cabe en la mente del pueblo riojano, porque para vestir esas vitrinas se destruye la vida en el techo del Famatina, aguas arriba.
¿Podemos aceptar semejante contradicción? ¿Podemos permitir tanto daño?
La asambleas movilizadas en estas poblaciones ya dieron la respuesta. Nuestras charlas en los colegios y escuelas produjeron ricos intercambios y no hubo junta vecinal que no requiriera de nuestra presencia. La participación ciudadana se multiplica diariamente en La Rioja.
La conmemoración de la Independencia
El desfile cívico militar del 9 de julio en Famatina fue paradigma de la lucha que comienza. Las palabras del intendente y del alumno de la escuela agropecuaria convirtieron a esa fecha en un rotundo rechazo a la explotación minera en el Cordón Famatina. Las escuelas levantaron carteles “Por la Vida y Contra esta Minería”, la gente desfiló con barbijos, cosa que no necesita mayor explicación. En cuanto a mi, tuve una de las mayores satisfacciones de mi vida. Emocionarme en la cumbre de la montaña fue una, pero mayor aún responder a la invitación del municipio que consistió en cerrar el acto del 9 de julio con nuestro mensaje contra este flagelo. No lo esperaba. En realidad, no lo esperábamos y me resulta difícil escribir sobre ello. Pero así fue, frente al pueblo de Famatina y durante treinta minutos, expuse cada una de las razones por las que enfrentamos a las transnacionales del saqueo y de la contaminación. Allí, frente a los alumnos, docentes, fuerzas de seguridad y de gendarmería, pudimos hablar de los minerales críticos y estratégicos que vienen a llevarse, del pasivo ambiental que dejarán, y de la lucha que tenemos por adelante defendiendo el agua con todas nuestras fuerzas y señalando el camino para las generaciones futuras. Frente a las cumbres nevadas recordé que uno de los primeros libros que leí siendo estudiante fue “Mis Montañas”, de Joaquín V. González. Precisamente las montañas que tenía frente a mí. De modo que al referirme al imponente macizo, al que supo aludir el autor, pude transmitir el interior del Nevado, los glaciares de roca ocultos, los hilos de agua que salen de sus entrañas y que el hecho de estar hoy conmemorando la independencia en este lugar es precisamente porque contamos con los manantiales que nos permiten vivir y sembrar. La riqueza que habita en el Famatina no son recursos naturales, son bienes comunes. Nuestra obligación es preservarlos entendiendo que el ecosistema es el bien mayor y destruirlo es contribuir a la Nada. La mejor conmemoración de la Independencia es expulsar al invasor minero y no dejar de denunciar a los que le abrieron las puertas para el despojo y el saqueo.
Con mi buen amigo, el ingeniero Hugo González, pasamos una semana de estrepitosos encuentros. Que estas líneas sirvan además para agradecer a los pueblos de Chilecito y Famatina y de toda La Rioja, la generosidad, el recibimiento y el afectuoso almuerzo de despedida, convertido en una verdadera asamblea por la legión numerosa de participantes y por el compromiso que hemos asumido.
Javier Rodríguez Pardo, Movimiento Antinuclear del Chubut (MACH), Red Nacional de Acción Ecologista (RENACE). Asamblea Coordinadora Patagónica Por la Vida Contra la Contaminación y el Saqueo.
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