«Queremos nuestro derecho a vivir en paz, con dignidad, respeto y en un medio ambiente sano. Queremos participar, queremos información, y queremos que las autoridades no se vendan a las transnacionales, a los grandes empresarios mineros, forestales, pesqueros, salmoneros y financieros», fueron las frases que más sonaron en las manifestaciones. Temuco, 10 de julio de […]
«Queremos nuestro derecho a vivir en paz, con dignidad, respeto y en un medio ambiente sano. Queremos participar, queremos información, y queremos que las autoridades no se vendan a las transnacionales, a los grandes empresarios mineros, forestales, pesqueros, salmoneros y financieros», fueron las frases que más sonaron en las manifestaciones.
Temuco, 10 de julio de 2005. (Ecoceanos News)- Luego del saludo dado en Mapudungun y de unos minutos de dirigirse al público en esa lengua milenaria, Juan Pichún, familiar de los lonkos mapuche procesados por la Ley Antiterrorista, afirmó en español que los dirigentes de su comunidad estaban detenidos por las mismas actividades que hacían en ese preciso momento quienes habían llegado a la plaza de Temuco y habían caminado con pancartas y gritos por las principales calles de esa sureña ciudad: defender la vida y sus derechos y protestar contra la destrucción ambiental y la injusticia social.
«Queremos nuestro derecho a vivir en paz, con dignidad, respeto y en un medio ambiente sano. Queremos participar, queremos información, y queremos que las autoridades, los legisladores y los funcionarios, representen las demandas de los ciudadanos y no ! de las transnacionales, de los grandes industriales y empresarios mineros, forestales, pesqueros, salmoneros y financieros», fueron las frases que más sonaron en la manifestación.
Los Lonkos Pascual Pichún y Aniceto Norín están siendo sometidos a un juicio en que existen testigos sin rostros, es decir personas que no muestran su identidad,pero que sin embargo están avalados por la cuestionada justicia chilena. Las autoridades del pueblo mapuche otra vez «están enfrentados a la prosecución del enjuiciamiento político del movimiento mapuche por parte del Estado y sus latifundistas», dice Elikura Chihuailaf.
El discurso de Juan Pichún en la plaza de Temuco deja en claro que el sentimiento histórico de las comunidades mapuche es que bastos territorios al sur del Bio-Bio eran habitados por los abuelos y ese sentimiento de recuperar las tierras es el genuino motivo de las ! movilizaciones indígenas y no un acto que persigue prov! ocar ter ror, como lo señalan los dueños de las forestales, los grandes empresarios y sectores del Estado.
Desde el Bio-Bio hasta Pilmaiquén, incluso hasta el Llanquihue, toda la zona de la cordillera de la Costa está plantada con monocultivo de pino y eucaliptos, especies exóticas que no son bosques.
En toda esta franja de casi 800 kilómetros de costa y cordillera están ubicadas estratégicamente 4 gigantescas factorías que procesan celulosa, cuya operación solo es la punta del iceberg de un modelo forestal que ocupa zonas de las comunidades locales y las expulsa de sus ancestrales territorios, destruye el medio ambiente, genera pobreza, distribuye mal las riquezas e influencia poderosamente las decisiones del gobierno, los legisladores, los jueces y las oficinas estatales de medio ambiente.
Las movilizaciones realizadas este sábado 9 de julio fueron la expresió! n de rechazo a esta forma de modelo de desarrollo que están implementando las transnacionales, los industriales nacionales, el gobierno, gran parte los parlamentarios y diferentes oficinas públicas. Y esto se repitió con protestas contra el modelo forestal, minero, pesquero, salmonero y financiero en todas las más importantes ciudades del país.
PINTANDO CARTELES
De seguro la noche anterior a las caminatas ciudadanas, en diversos lugares, tal como nosotros lo hacíamos en Temuco, se reunían personas, jóvenes y niños a pintar los carteles y pancartas que se llevarían el día siguiente. «Los pinos no son bosques», «Salvemos el mar de la celulosa», «No más racismo ambiental», «Fuera los Basurales de tierra mapuche», y «Por la vida la defensa de nuestro mar», eran algunas de las consignas que se estamparon en esos banners.
El encuentro asemejaba a tiempos de la b! rutal dictadura cuando también la noche se hacía! c&oacut e;mplice para encuentros y planificación de acciones contra la muerte, el hambre, la tortura y la falta de democracia.
Esa noche del viernes nos juntamos en una casa de Temuco a pintar esos necesarios carteles. Mientras otras personas pintaban el lienzo que encabezaría la caminata y que decía «Contra la destrucción ambiental y la injusticia social», otros jóvenes realizaban un programa radial en una emisora comunitaria, otros conversaban lo que acontecía con los juicios contra las autoridades mapuche y algunos preparaban la comida que se sirvió comunitariamente.
El sábado al medio día nos comenzamos a reunir en la plaza que está frente al Hospital Regional de Temuco y esperamos cerca de una hora que termine un desfile militar en que el Estado hacía jurar honor y obediencia a la patria y a la bandera a los jóvenes que inician su servicio militar.
Justo a! las 13 horas, unas 300 personas de todas las edades incluidos niños, comenzamos a caminar por las calles de Temuco, a gritar consignas, cantar y mostrar nuestros carteles a la gente que se apostaba en las veredas y ventanas. Habían varias comunidades locales que mostraban su rechazo contra basurales, contra fábricas de celulosa, contra supercarreteras, contra procesadoras de aguas servidas. Al conversar con los manifestantes, señalaban varias frases que se repetían: «no nos avisaron de este proyecto ambiental», «las autoridades no nos quieren recibir», «no conocemos quienes son los dueños de estas empresas», «comenzaron a construir sin permiso», «la policía llegó y nos comenzó a reprimir»…
Frases que también llevaban ese sentimiento que «otras personas están decidiendo por nosotros acerca de nuestra vida y de nuestros intereses», «que exigimos respeto para nuestras comunidades, nuestr! os familias, para nuestros hijos y para nuestra naturaleza».
SOLO LA PARTICIPACIÓN
En la plaza hablaron diferentes representantes de comunidades y organizaciones, luego hubo poesía que expresaba mucho del sentimiento y demandas de los ciudadanos. El llamado fue a organizarse, a exigir información y a participar activamente en las diferentes discusiones que se realizan en torno a los intereses ambientales y económicos de las regiones.
El ejemplo de Mehuin, cuando la compañía forestal del grupo Angelini intento instalar el ducto de descarga de las residuales aguas industriales, y toda la comunidad se movilizó activamente y no permitió el establecimiento de este contaminante emisario submarino, fue el link que resumió la jornada de protesta ciudadana en las diferentes ciudades del país.
Información, participación y acción ciudadana son las demandas para las autoridades, para el Estado y para los grandes empresarios. Una ac! titud de este tipo logra generar espacios para que la ciudadanía, sus organizaciones y comunidades defiendan sus intereses. Así quedo expresado en esta jornada contra la «destrucción ambiental y la injusticia social».
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