Esta es la denuncia formulada por la Asociación Americana para el Progreso de la Ciencia (AAAS, en sus siglas en inglés), que asegura que muchos científicos en agencias federales están siendo ignorados o incluso presionados para cambiar las conclusiones de sus estudios cuando no respaldan las políticas gubernamentales. En su encuentro nacional este fin de […]
Esta es la denuncia formulada por la Asociación Americana para el Progreso de la Ciencia (AAAS, en sus siglas en inglés), que asegura que muchos científicos en agencias federales están siendo ignorados o incluso presionados para cambiar las conclusiones de sus estudios cuando no respaldan las políticas gubernamentales.
En su encuentro nacional este fin de semana, la AAAS incluso denunció que el aumento de las restricciones a la hora de conseguir visas de entrada a Estados Unidos está reduciendo la afluencia de estudiantes extranjeros que tradicionalmente han supuesto una gran parte de la comunidad investigadora de este país.
Rosina Bierbaum, decana de la Escuela de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Universidad de Michigan, afirmó, en declaraciones a AP, que la Administración Bush ha recortado el papel de los científicos en el diseño de las políticas, especialmente en materia de medio ambiente. Para ello puso como ejemplo el cambio climático, materia en que, a pesar del gran consenso científico alcanzado en los últimos años, éste es ahora cuestionado por quienes elaboran las políticas de Bush.
Kart Gottfried, de la Universidad de Cornell y de la Unión de Científicos Concienciados, aseguró que una encuesta realizada entre los científicos del Servicio de Pesca y Naturaleza de Estados Unidos muestra que el 42% de ellos se sienten presionados para no hacer públicos sus hallazgos que no están de acuerdo con las políticas de Bush sobre especies amenazadas. Incluso un tercio de los investigadores de este organismo aseguraron sentirse presionados para no expresar dentro de la agencia sus puntos de vista contrarios a las políticas de Bush.
Además, Gottfried añadió que los científicos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) han sido presionados para cambiar sus investigaciones para que éstas fueran coherentes con las posiciones del Gobierno.