Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García
El último fin de semana [14 a 16 de octubre], agricultores, científicos y activistas de todo el mundo se reunieron en el Tribunal Monsanto en La Haya, Países Bajos, para presentar el proceso contra la destrucción provocada por uno de los gigantes corporativos que promueven la agricultura industrial.
Tribunal Monsanto reunido en La Haya el 15 de octubre
El simbólico tribunal apuntaba a que Monsanto -gigante del agronegocio- rindiera cuentas por las supuestas atrocidades cometidas contra la humanidad y el medio ambiente. Este acontecimiento no termina aquí. Sus ecos llegarán al sistema alimentario del mundo en la medida que los participantes del tribunal lleven, de regreso a su país, las lecciones, las soluciones y las renovadas esperanzas de un cambio.
Las juezas Tulkens y Dior en el primer día del tribunal
Cinco jueces de renombre internacional escucharon a 30 testigos. Los expertos dieron su informe sobre los daños medioambientales producidos por Monsanto. Un testimonio describió la forma en que el monocultivo ha resultado en una gran pérdida de la diversidad de las semillas. El patentamiento de las semillas ha sido comparado con una nueva forma de colonización.
Seng Channeang, pequeña productora rural camboyana
Estos testimonios proporcionarán a los pueblos de todo el mundo un expediente bien documentado que podrá ser utilizado en juicios que se inicien contra otras corporaciones similares.
«Aunque nuestro trabajo no es vinculante, es completamente legal», dijo Arnaud Apoteker, miembro del comité directivo del tribunal. «Los testigos han presentado casos reales ante jueces igualmente reales. Las lecciones de este encuentro pueden ser utilizadas en próximas batallas en cada país.
Uno de los 30 testigos, Feliciano Ucam Poot, campesino maya llegado de México, presentó pruebas para sostener su acusación de que el glifosato y otros productos químicos están vinculados con enfermedades infantiles.
«Antes de la introducción del glifosato y otros agroquímicos, no había visto que nuestra gente padeciera enfermedades como estas», dijo. «Muchas personas están sufriendo igual que nosotros; este tribunal se asegurará de que nuestro relato será escuchado en todo el mundo.»
Un momento de la conferencia de prensa del Tribunal Monsanto, 15 de octubre
«¿Acaso necesitamos todos esos agroquímicos para alimentar el mundo?», preguntó Hans Herren, prestigioso científico y presidente del Instituto Milenio en el Tribunal Monsanto. «Reduciendo el desperdicio de alimentos podríamos dar de comer a 10 millones de personas. Nuestra necesidad es producir más salud por hectárea, no más calorías por unidad de superficie», dijo.
En paralelo con las reuniones del tribunal hubo una Asamblea Popular, donde gente de todo el mundo debatió sobre posibles soluciones al impacto causado por la agricultura industrial. Como señalaron muchos de los testigos, uno de los mayores desafíos con que se enfrentan es hacer escuchar su voz. Esta asamblea hizo posible la existencia de un foro muy necesitado para que las comunidades se reúnan y encuentren soluciones sostenibles a problemas que son comunes.
La Asamblea Popular
«Debemos luchar por nosotros mismos. Si nuestra comida es tóxica, nadie está libre de peligro», dijo Farida Akhter, de UBINIG (Alternativas de desarrollo de políticas de investigación), de Bangladesh.
Las historias que cuentan personas como Feliciano y las preocupaciones de Farida encuentran eco en millones de voces de todo el mundo, desde la de apicultores mexicanos hasta la de pequeños productores franceses y granjeros de India.
Los jueces del tribunal evaluarán las acusaciones escuchadas, examinarán todas las pruebas aportadas y en diciembre de este año publicarán sus conclusiones.
Algunas de las juezas del Tribunal Monsanto
Estas cuestiones no solo atañen a agricultores y ambientalistas, nos conciernen a todos. Estamos ante una opción: en tanto ciudadanos/nas y consumidoras/res, todos y todas podemos decidir cómo debe ser el futuro que queremos.
He aquí 12 cosas que podemos hacer para empezar la revolución eco-alimentaria.
Watcharapol Daengsubha es un defensor de los alimentos ecológicos y la agricultura tradicional que trabaja con Greenpeace Southeast Asia.
Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y Rebelión como fuente de la misma.