El Parlamento Europeo se ha mantenido firme en su decidida apuesta por reducir los niveles de azufre en el combustible utilizado por los barcos. La propuesta inicial de la Comisión contemplaba una limitada reducción de este contaminante para los barcos que circularan por los mares del Norte de Europa. El Parlamento sin embargo apuesta por […]
El Parlamento Europeo se ha mantenido firme en su decidida apuesta por reducir los niveles de azufre en el combustible utilizado por los barcos. La propuesta inicial de la Comisión contemplaba una limitada reducción de este contaminante para los barcos que circularan por los mares del Norte de Europa. El Parlamento sin embargo apuesta por reducciones mucho mayores, y por hacer extensiva la aplicación de la directiva a otros mares como el Mediterráneo.
El Parlamento europeo se ha mantenido firme en sus tesis iniciales. La Comisión de Medio Ambiente ha respaldado esta semana, las enmiendas presentadas en el informe de la eurodiputada verde Satu Hassi, que apuestan por límites mucho más estrictos de azufre en los combustibles marinos.
Ecologistas en Acción se dirigió la pasada semana a los eurodiputados españoles en la Comisión de Medio Ambiente, pidiéndoles que respaldaran dicho informe. Las enmiendas conducirían a una reducción de las emisiones de azufre en el transporte internacional de alrededor del 75%. En una primera fase, la reducción afectaría a los barcos que naveguen por el mar del Norte, Báltico y Canal de La Mancha. Pero el informe propone además una segunda fase en la que la reducción sería obligatoria para el resto de las aguas europeas, incluyendo el mar Mediterráneo.
La contaminación atmosférica por barco es un problema al que no se le ha dedicado la necesaria atención. En muchas ciudades de Europa se empieza a tomar en serio la contaminación del aire mediante medidas encaminadas a las restricciones de tráfico, aumento de ventas de filtros de diesel, etc. Sin embargo, durante los últimos 10 años, el tráfico de barcos ha incrementado las emisiones globales de dióxido de azufre (SO2) en un treinta por ciento. Hoy día existe legislación para el contenido de contaminantes procedente del tráfico rodado. Sin embargo, un barco medio contamina entre 150 y 300 veces más que un camión por tonelada y kilómetro. Eso es lo que hace estas medidas tan necesarias. Mientras que los niveles de azufre provenientes de fuentes continentales tienden a reducirse, las provenientes del tráfico marino aumentan, amenazando con convertirse en la primera fuente de emisión (se estima que en 2020 las emisiones de SO2 producidas en el mar superaran a la producidas en tierra).
Conviene recordar que las emisiones de azufre, además de incrementar la acidificación, contribuyen a la formación de partículas en suspensión (PM), que pueden causar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, como así lo confirma la Organización mundial de la salud. Se estima que las emisiones de los barcos contribuyen en un 20-30% a la cantidad de PM en zonas costeras. Las partículas en estas zonas, al igual que lo hace el aire subsahariano, pueden desplazarse con el viento y contribuir a aumentar los niveles de contaminación de nuestras ya asfixiadas ciudades. Además, como es de sobra conocido, la lluvia ácida producida por las emisiones de SO2 resulta muy perjudicial para la biodiversidad, especialmente para aquellas zonas más sensibles como ecosistemas de lagos y bosques.