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Entrevista a Pablo L. Crespo Vargas, educador, historiador, escritor y editor puertorriqueño

«Como puertorriqueño me enorgullecen mis raíces y tengo una consciencia que se dirige hacia el desarrollo de una mejor sociedad»

Fuentes: Rebelión

Pablo L. Crespo Vargas (Puerto Rico, 1974) es egresado en Educación, Historia (Licenciado, 1999) e Historia de América (Doctorado, 2014) de la Universidad Interamericana de Puerto Rico. En Pablo se cuece la pasión por la docencia y la investigación histórica, así como el amor a la patria chica, Lajas, Puerto Rico. De ordinario, Crespo Vargas […]

Pablo L. Crespo Vargas (Puerto Rico, 1974) es egresado en Educación, Historia (Licenciado, 1999) e Historia de América (Doctorado, 2014) de la Universidad Interamericana de Puerto Rico. En Pablo se cuece la pasión por la docencia y la investigación histórica, así como el amor a la patria chica, Lajas, Puerto Rico. De ordinario, Crespo Vargas es docente en el Departamento de Educación de Puerto Rico, y alternando a su vez con la docencia universitaria en su Alma Mater, la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Pablo me ha dado la oportunidad de entrevistarle sobre su tesis doctoral y su trabajo creativo. Comparto con todos vosotros sus respuestas.

– Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Hace par de años (2014) defendió su tesis doctoral en Historia de América en la Universidad Interamericana de Puerto Rico, de cuya facultad eres egresado en Educación Secundaria e Historia. Su tesis lleva por título: «El demonismo en el Caribe hispano durante la primera mitad del siglo XVII: estudio realizado sobre el imaginario plasmado en la documentación inquisitorial». ¿De qué trató o tratas en su tesis doctoral?

– Pablo L. Crespo Vargas (PLCV, en adelante) – Saludos Wilkins. Mi tesis doctoral fue un trabajo enmarcado en lo que se conoce como historia del imaginario. En él, se presenta la imagen que existió en el Caribe hispano sobre la figura del demonio, específicamente durante el siglo XVII. Para la misma utilicé la documentación inquisitorial procedente de Cartagena de Indias, pero resguardada en el Archivo Histórico Nacional de Madrid. Anterior a esta tesis, ya había realizado estudios sobre el fenómeno de la hechicería y la brujería en nuestro entorno caribeño para el mismo periodo.

– WRS – ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar el tema de su tesis doctoral? ¿Qué relación tiene su tesis doctoral con su formación educativa y trabajo creativo previo, durante y hoy?

– PLCV – Cuando realizaba mis estudios de licenciatura en educación e historia ingresé a un programa de estudiantes investigadores, llamado Ronald McNair en honor al astronauta afroamericano muerto en el accidente del Challenger en 1986, en donde trabajé dos proyectos de investigación históricos. Uno de ellos fue bajo la dirección del Dr. Héctor Velázquez, quien para ese tiempo había iniciado una serie de estudios dirigidos a identificar brujas y hechiceras procesadas por la inquisición en el Caribe. Lamentablemente, el Dr. Velázquez murió sin haber dejado ningún escrito, aunque sí ya había recopilado parte de la fuente primaria que, eventualmente, utilicé. Sobre el trabajo creativo, te indico que la documentación inquisitorial es una diversa que da espacio a desarrollar un sinnúmero de ideas que ayudan a poder presentar un trabajo más ameno y divertido para el público general. También te abre la mente para que uno comience a desarrollarse en la redacción de cuentos cortos y en narraciones literarias que llamen la atención. Recientemente llegué del XII Congreso Dominicano de la Historia, donde este tipo de exposición es muy llamativa para el público en general ya que se sale de lo corriente.

– WRS – Si compara su crecimiento y madurez como persona, investigador e historiador entre la época que se licencia en Educación e Historia de la Universidad Interamericana de Puerto Rico con su época actual, ¿qué diferencias observa en su trabajo?

– PLCV – Bueno, mucho… Uno va creciendo día a día y cada experiencia nutre a uno de una forma positiva, aunque la misma no lo sea. Te diría que el Pablo de hoy no se puede comparar con el de hace cinco años, pero dentro de cinco años también debo haber evolucionado en mi desarrollo literario. Una de mis facetas donde puedo ver esa evolución es en mi carácter como editor. El haber desarrollado un proyecto editorial que al momento ya ha publicado 59 títulos y que abarca ensayo histórico, novela, narrativa literaria y antologías poéticas y de cuentos es evidencia de esa madurez. Este proyecto, que lo nombré como Akelarre, le ha dado la oportunidad a otros compañeros y conocidos en poder publicar sus investigaciones y sus trabajos creativos.

– WRS – Combinó su conocimiento en Educación con una concentración en Historia a nivel graduado (Recinto de San Germán) y un postgrado doctoral (Recinto Metropolitano o de San Juan) en la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Pablo, ¿cómo visualiza su trabajo creativo con el de su núcleo generacional de educadores e historiadores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico? ¿Cómo ha integrado su conocimiento científico de la docencia y de la historiografía a su ideología política o su ideología política a su trabajo creativo?

– PLCV – Mi trabajo historiográfico se distingue en el sentido de los temas que trabajo. Creo que hay que diversificarse, por eso entre los temas estudiados y de los que he publicado vemos cierta diversidad: supersticiones, el fenómeno de la brujería y la hechicería, historia militar, microhistoria, historia de la educación, historia del municipio de Lajas. Aquí lo importante es trabajar temas que apasionen y no temas por cumplir con unos criterios que establezca la sociedad o la academia. Cada historiador como escritor debe crear su propio camino y marca y no dejarse influir. Hace unos años, alguien que aprecio me dijo que debía dejar el tema de las brujas, que allí no veía futuro; curiosamente, la ponencia que presenté en el XII Congreso Dominicano de Historia el 17 de noviembre de 2017 fue todo un éxito, ya que es un tema que pocas personas trabajan en la región y que llama mucho la atención. Esto es igual al trabajo creativo literario, uno escribe lo que le apasiona, uno no escribe por vender o complacer a otros. Sobre las ideologías políticas, te debo indicar que éstas atan y yo no sirvo para ataduras como esa. Siempre he sido un libre pensador y eso me ha llevado a recibir críticas y a perder oportunidades tanto en el ámbito académico como laboral. Pero prefiero ser yo a ser lo que otros quieren. Todo eso está reflejado en mi trabajo, tanto literario como historiográfico.

– WRS – ¿Cómo concibes la recepción a su trabajo creativo dentro de Puerto Rico, y la de sus pares?

– PLCV – Entiendo que, para muchos, mi visión de hacer historia es algo distinto y llamativo. Soy una persona bien ecléctica que no cree que las cosas son completamente de un lado u de otro, sino que todo tiene su tonalidad y que la mayoría de las cosas están entre medio de esos extremos. Para los más conservadores eso no es bueno, pero para las nuevas generaciones es una esperanza ya que les demuestra que las cosas que nos proponemos se pueden realizar, siempre y cuando estén dispuestos a trabajar por ellas.

– WRS – Sé que vos es de Puerto Rico. ¿Se considera un investigador puertorriqueño o no? O, más bien, un investigador sea este puertorriqueño o no. ¿Por qué?

– PLCV – Bueno, soy lajeño, puertorriqueño, caribeño, en última instancia un homo sapiens sapiens. Estoy bien orgulloso de mis raíces y las promuevo donde sea. Nuestra cultura lo vale. También soy investigador. Pienso que son facetas completamente distintas. Como investigador trato de alcanzar cierto grado de objetividad, aunque creo que no existe un absoluto en esto, para poder analizar una serie de acontecimientos que nos ayuda a entender qué somos y hacia dónde vamos. Como puertorriqueño me enorgullecen mis raíces y tengo una consciencia que se dirige hacia el desarrollo de una mejor sociedad. Lamentablemente vivimos en una sociedad de muchas divisiones y enmarcada en unos criterios neoliberales, mi visión y objetivo es luchar en contra de éstas.

– WRS – ¿Cómo integra su identidad étnica y su ideología política con o en su trabajo creativo y su formación como educador e historiador?

– PLCV – Lo que soy y lo que pienso está en mi trabajo. Como te indiqué, estoy bien orgulloso de mis raíces, pero eso no impide que acepte la diversidad, porque de eso está hecho este mundo.

– WRS – ¿Cómo se integra su trabajo creativo a su experiencia de vida como estudiante de licenciatura antes y después de su paso inicial por la Universidad Interamericana de Puerto Rico? ¿Cómo integras esas experiencias de vida en su propio quehacer de educador e historiador hoy?

– PLCV – Uno es el producto de todas las experiencias vividas. Como seres humanos evolucionamos y nos adaptamos a nuestro medio ambiente. Como educador hay que enseñar que esos procesos son normales, a la vez que promocionamos el desarrollo cognoscitivo y analítico de nuestros estudiantes.

– WRS – ¿Qué diferencia observas, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a su trabajo creativo y a la temática histórica del mismo? ¿Cómo ha variado?

– PLCV – Entiendo que los temas que trabajo tienden a ser llamativos y esos los caracteriza. Esto es positivo, ya que cada vez que presento una ponencia puedo percibir la curiosidad que los mismos generan.

– WRS – ¿Qué otros proyectos creativos tienes pendientes?

– PLCV – ¿Proyectos creativos? Muchos, tengo mucho para investigar y más para escribir. Lo que falta es tiempo, ya que hay que trabajar para vivir. ¿Temas? Los que me apasionen, los que me llenan de preguntas y los que me inquietan. También deseo escribir alguna novela y de vez en cuando seguir con los cuentos cortos. No sé, la creatividad es inmensa. Gracias.

Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.