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Entrevista a Carmelo Suárez, Secretario General del PCPE

¿Cómo y por qué un «Frente de Izquierdas»?

Fuentes: La Haine

En los últimos meses varias organizaciones (fundamentalmente comunistas) están planteando públicamente la necesidad de construir un «Frente de Izquierdas». Vamos al grano con algunas preguntas y respuestas para el debate. 1. ¿Qué análisis de coyuntura hace el PCPE como para plantear el debate sobre la necesidad de construir un Frente de Izquierdas? ¿Podemos entender el […]

En los últimos meses varias organizaciones (fundamentalmente comunistas) están planteando públicamente la necesidad de construir un «Frente de Izquierdas». Vamos al grano con algunas preguntas y respuestas para el debate.

1. ¿Qué análisis de coyuntura hace el PCPE como para plantear el debate sobre la necesidad de construir un Frente de Izquierdas? ¿Podemos entender el «Frente de Izquierdas» como una coordinadora de organizaciones con una ideología afín o bien como un proceso de construcción de poder popular plural, lento y combativo? ¿Cómo definirías al Frente de Izquierdas?

En cuanto al análisis de coyuntura; en el marco del estado español la izquierda comunista, y «afines», se encuentra en una situación en la cual se ha producido un decantamiento de la situación que lleva a un más claro deslinde con el reformismo. Esto es producto de un largo proceso de años. Claro que cuando se hace esta afirmación tiene un carácter general, y hay una serie de situaciones concretas en las que este proceso no se ha dado, así hay una parte no pequeña de la base social de izquierdas que sigue mirando tanto hacia la socialdemocracia liberal (PSOE) como hacia el reformismo socialdemócrata (IU) como si fueran opciones de izquierdas.

Para llegar a este punto ha sido necesario que a quienes se les cayó el cielo en la cabeza en el 90 hayan digerido la nueva situación superando con éxito la prueba de su conciencia revolucionaria, y, por otro lado, que quienes creyeron hasta más allá de los límites de lo posible en la siempre aplazada recuperación revolucionaria del PCE, hayan culminado su periplo personal y/o colectivo para mirar con rigor hacia la construcción de un proyecto soberano e independiente para la clase obrera, fuera del tutelaje de los muy diversos mecanismos de control y sumisión del sistema de dominación.

Ello permite contar hoy con una diversidad de sujetos sociales y políticos con los que es posible abordar esta cuestión del Frente de Izquierdas; cosa que no era posible hace cinco o diez años. Piénsese que la propuesta de Frente de Izquierdas es una propuesta del PCPE a finales del año 1984. Esa propuesta derivó en ese momento hacia la formación de IU, de donde fuimos posteriormente expulsados por rojos para convertir ese germen del Frente en una opción electoralista.

Hoy es un buen momento para plantear la propuesta, como estamos haciendo. Pero a ello hay que añadir que también, desde el punto de vista de las luchas populares, hay unas condiciones más adecuadas. Luchas de enorme y de pequeño calado están siendo esterilizadas en su potencialidad transformadora por la ausencia de un referente político fuerte que proyecte todo el esfuerzo realizado hacia la totalidad de la clase y hacia una base social amplia que mira esas movilizaciones con simpatía y complicidad.

No me extiendo más en esta parte de la pregunta y paso a lo siguiente.

Lo que define al Frente de Izquierdas no es una ideología común, abordar la cuestión de esta manera es poner piedras en el camino y andar en otra dirección. En el Frente de Izquierdas convivirán ideologías diferentes, y con no pequeñas contradicciones en este terreno.

El Frente de Izquierdas se tiene que fundar sobre políticas concretas, al principio más imprecisas y genéricas y, en la medida que se fortalezca el Frente y la base social implicada, estas políticas se irán perfilando con más contundencia, será producto del protagonismo de las masas y del acumulado de las luchas populares que agudizarán progresivamente las contradicciones del sistema de dominación, provocando un aumento cualitativo y cuantitativo de la conciencia de la clase.

La lucha contra las privatizaciones, por el desarme, por el fin del intercambio desigual, por la liberación de la mujer, por la República, contra la UE, etc. etc., son, entre muchos otros, los elementos que han de definir un acuerdo para avanzar en los primeros pasos de la constitución del Frente.

Creo que en este tema no se puede ser maximalista. Se trata de líneas políticas estructurales pero compartidas por una gran diversidad de sujetos políticos y sociales.

A partir de este acuerdo primario el elemento determinante del avance de la propuesta será la movilización social, la lucha y el combate. Hay que ser muy autocríticos con la situación de la izquierda -también la comunista- en los movimientos de masas; se tiene más presencia en las movilizaciones contra la guerra, por la República, de solidaridad con ., que en la lucha diaria del pueblo. La situación de opresión y violencia que sufren hoy las mayorías en nuestra realidad española tiene una muy débil presencia de las organizaciones de izquierdas. Hablo de lucha por la liberación de la mujer, movimiento vecinal, movimiento medioambiental, contra la precariedad en el trabajo, lucha estudiantil, sindical en general, etc.

Si la izquierda no da un salto cualitativo a su tipo de militancia no avanzará ni el Frente de Izquierdas ni ninguna opción partidaria concreta. Hay que acabar con la retórica de revolucionarias y revolucionarios de salón, capillas y cenáculos.

Por tanto el Frente de Izquierdas es lucha popular de masas con dirección política. Y esto último es una cuestión fundamental, no estamos hablando del movimiento de movimientos. En la lucha con el pueblo y con la clase es donde se construye poder popular, y eso lo tiene que hacer el Frente de Izquierdas en una fase de acumulación de fuerzas que nada tiene que ver con un momento revolucionario, sino todo lo contrario, con un momento de receso y desventaja en la correlación de fuerzas del proyecto de la izquierda. Luego habría que abordar el tema de las alianzas tácticas y estratégicas, pero noabordo esa cuestión ahora para no extender más la respuesta.

En el Frente de Izquierdas convivirán fuerzas revolucionarias con sectores reformistas, colectivos cristianos y también otros que no sean de matriz marxista, organizaciones sectoriales (mujer, juventud, cultura, etc.) con organizaciones de clase. El FI es plural y se une por sus propuestas políticas que acuerda en su proceso de constitución y en la lucha de masas de todos los días. La lucha por la hegemonía de las distintas orientaciones políticas y/o ideológicas en el interior del FI es una lucha legítima que se debe dar siempre subordinada al fortalecimiento de las alianzas, y sin adoptar decisiones que impidan estar dentro a quienes asumen las propuestas políticas más generales.

2. En el debate sobre un hipotético Frente de izquierdas en el estado español, debemos plantear una pregunta sobre cómo queremos construir el poder popular. ¿De abajo a arriba o al revés? Por ejemplo, a la hora de discutir sobre la viabilidad de usar las elecciones burguesas como supuesto instrumento de lucha, se nombra a menudo a la izquierda abertzale porque a pesar de presentarse a las mismas continua suponiendo un obstáculo para los intereses del poder con un electorado (ilegal y desobediente) que supera el 10%. Es decir, la herramienta electoral estaría en ese caso amarrada al interés político y capacidad organizativa populares. Ahora bien, el PCPE se presenta a las elecciones sin poder decir que un movimiento social amplio y fuerte controla que las instituciones burguesas no devoren a los anhelados cargos electos en la vorágine de la corrupción económica y moral. Lejos de eso, en el 2004 consiguió un 0.05% de votos en las elecciones generales, ¿qué base social sustenta y controla esa política electoral? Otro ejemplo es que para las próximas elecciones municipales se han presentado candidaturas en Castellón de la mano de un partido del sistema como es Izquierda Unida. Es decir, en estos momentos el PCPE pasaría de hacer política electoral controlada por el pueblo a utilizar las elecciones «para hacer campaña política» y «darse a conocer». ¿No representa esto, en esencia, una manera de pretender construir poder popular desde el ámbito institucional? ¿Es esta una forma de entender el Frente de Izquierdas?

Empezando por lo primero que planteas, la cuestión del poder desde abajo o desde arriba es un debate que se inició en un momento en América Latina, y luego alguna gente lo traslada a nuestra realidad. Hay que decir que en su origen es un debate bastante perverso, pues lo que esconde en el fondo es un ataque a la línea de flotación del partido de tipo leninista, al partido que se define como de vanguardia. Se orienta el debate a situar que el partido leninista no se construye en el fragor del combate de la lucha de clases sino que es algo ajeno a esta dinámica y que parasita a la lucha de masas para apropiarse del poder. Corresponde a una matriz anticomunista en la forma de abordar la cuestión. No me extiendo sobre esta cuestión de fondo, sobre la que el PCPE tiene una fundamentada elaboración .

Sí quiero decir que no hay proceso revolucionario que no tenga una política de alianzas, y que sólo en la lucha de masas y en la confrontación con los instrumentos de dominación y explotación del capital es donde se construye el poder revolucionario. Por tanto desde una concepción revolucionaria, bolchevique y leninista, la participación de las masas en la construcción del nuevo poder está garantizada. Sencillamente, será así o no será, pues de lo contrario sólo tendríamos una parodia de revolución que no liquida desde sus cimientos todos los elementos de la superestructura de dominación que forman parte íntima de la constitución de la sociedad civil legitimadora en la sociedad capitalista.

En relación al tema electoral suscribo con todas sus letras la posición de Lenin sobre la participación en las elecciones y en las instituciones burguesas. Creo que quienes leen «Fahrenheit 451» tienen la cultura política suficiente como para ahorrarme la explicación en este aspecto.

En relación a los resultados hay que decir que, producto del desarrollo de la lucha ideológica y de los avatares de los comunistas en España, el PCPE ha sido más referente político para una determinada base social que opción de voto. Toda una concepción de «sí, ustedes son gente coherente, pero como no tendrán un buen resultado voto por el reformismo». Pensamos que esa situación -en buena medida por lo que expliqué en la contestación a la primera pregunta-, está tocando fondo y que el PCPE empieza a ser una opción electoral, que en las próximas Elecciones Generales presentará candidaturas en el 100% de las circunscripciones y, espero, obtendrá un resultado que ya empezará a notarse; y no es una cuestión de profecías sino que las cosas van cambiando y también en lo electoral cambiarán. En estas elecciones locales veremos cuáles son los resultados.

El ejemplo de Castellón -donde el PCPE concurre con IU y otras organizaciones- es muy útil para explicar nuestra concepción del trabajo electoral. En esa ciudad se da una práctica en la cual PCPE e IU participan en una variedad de movimientos sociales y acciones políticas unitarias junto a otras organizaciones, es algo producto de las condiciones concretas de las personas que están ahí, se colabora y no se condiciona. Es en ese contexto donde aparece la propuesta unitaria para las elecciones, y el Comité Ejecutivo aprobó esta coalición electoral. Para explicarlo más claro, esa misma propuesta se hizo en otros lugares del estado donde no se da ningún tipo de colaboración entre las dos organizaciones, eran propuestas exclusivamente electoralistas y al día siguiente volvía a estar cada cual por su lado. En ese caso el Comité Ejecutivo dijo que no.

El tema electoral, para nosotros, tiene que ser consecuencia de un trabajo político de masas diario, y entonces las elecciones son una batalla más. En Castellón al día siguiente de las elecciones las dos organizaciones -y otras más- seguiremos coincidiendo en una serie de luchas y la gente con quienes luchamos habrán visto la voluntad política de alianzas de izquierda como algo positivo para el pueblo y para la clase.

El PCPE realiza un importante trabajo electoral cubriendo la presencia comunista en todos los lugares donde concurre, eso es un elemento fundamental de nuestro trabajo estratégico. También lo seguiremos haciendo cuando exista un fuerte movimiento social y de masas. Claro que en ese momento todo será mejor, pero ahora cuando las papas queman la organización comunista tiene que estar ocupando su sitio y explicando su propuesta, y asumir un resultado corto que a nadie gusta.

Tengo un claro ejemplo a mano, Fernando Sagaseta, militante en su día del PCPE, fue un diputado que utilizó la tribuna del Congreso como un altavoz de una posición insobornable que irradiaba una propuesta comunista a todo el país. Es el tipo de militante que queremos tener en las instituciones.

Por otra parte el PCPE está introduciendo en su vida partidaria normal el sistema de rendición de cuentas y de evaluación del trabajo. Esta práctica ha empezado por el Comité Central y tiene periodicidad anual. Toda la organización posteriormente debate el informe que se aprueba por el CC y remite su opinión a la Dirección. Son métodos que hay que introducir para construir una organización fuerte que se dota de mecanismos internos contra el burocratismo, la retórica, el seguidismo y otras deformaciones que tanto daño han hecho al comunismo español. Ello ayudará también al problema, siempre complicado, de las desviaciones de quienes ostentan cargos en las instituciones.

3. Miles de militantes anarquistas nutren asambleas, centros sociales, sindicatos, manifestaciones… en todo el estado español. CNT en Catalunya ha puesto fin recientemente a más de un año de huelga en Mercadona; un bloque de centros sociales okupados de 1500 personas llamaba a impulsar la lucha anticapitalista en la manifestación por una vivienda digna el pasado 24 de marzo en Madrid; lo mejor de la CGT ha participado activamente en las últimas manifestaciones anti-OTAN en ciudades como Zaragoza o Sevilla; charlas, debates, conciertos, cenadores veganos, acciones nocturnas protagonizadas por activistas libertarios se suceden casi a diario. No creo que sea posible (ni inteligente, ni digno) entender un Frente de Izquierdas en el estado español ignorando a estos miles de rebeldes por más que los comunistas y los anarquistas hayan tenido disputas históricas. Ahora bien, en general para trazar caminos de unidad (en lo que nos une a lxs luchadorxs, que es el objetivo fundamental de destrucción del estado) hacen falta grandes dosis de voluntad y esfuerzo. ¿Qué hace en la actualidad el PCPE en este sentido? ¿Cómo entender este debate en el marco de un Frente de Izquierdas?

En relación a esta cuestión insisto que el Frente de Izquierda como tal no se puede pensar desde las exclusiones, sino desde la voluntad de encuentro y de acuerdo. Hay diversidad de formas de organizar la lucha de masas, hay experiencias más espontaneístas y otras más organizadoras. Hay preocupaciones sectoriales muy diversas que tienen que confluir. Pero también hay que decir que hace falta un proyecto organizado con voluntad de hacer la revolución y construir el socialismo.

Lo uno no se puede contraponer a lo otro, sino que son cosmovisiones y compromisos distintos que tienen que convivir en el Frente. La verdad es que en cierta medida no entiendo la pregunta dirigida al PCPE, nuestra cultura no es la de buscar la división, la diferencia; todo lo contrario, buscamos el elemento de encuentro, el de la coincidencia y lo reforzamos, hacemos de él factor de construcción de nuevas estructuras, de nuevas y más amplias coincidencias.

Y en ese proceso tendremos diferencias, y en la pregunta hay un ejemplo que explico. Nosotros hemos publicado hace bastantes meses que ese movimiento por una vivienda digna tenía un tufo de instrumentalización del gobierno que estaba trabajando para un aterrizaje suave de la burbuja inmobiliaria. Creo que los acontecimientos recientes, que han tenido fuerte repercusión en la Bolsa y que están llevando a una desaceleración del mercado inmobiliario, confirman este análisis.

En un tema como éste hay que colocar propuestas concretas que tienen que incluir la propiedad pública de los suelos urbanizables, la edificación de los suelos residenciales con infraestructuras ejecutadas antes de realizar nuevas ampliaciones de suelo, la penalización fiscal de las transacciones inmobiliarias especulativas, etc. Ésa sería una política del Frente de Izquierdas que, en su caso, desbordaría la maniobra del gobierno porque aborda elementos que no están en su agenda y no estarán nunca porque están en contradicción con su proyecto político.

Por tanto insisto, el Frente de Izquierdas no se puede construir con una lista de incluidos y excluidos, eso es una aberración. Será el proceso, serán las luchas, las capacidades de movilización y de liderazgo, lo que defina a los sujetos y también los mismos métodos de lucha, donde las masas tienen siempre una gran capacidad creativa.

El PCPE, con mayor o menor fortuna, trabaja con estas orientaciones y con estos contenidos. Si alguna vez nos equivocamos, pues nos hacemos la autocrítica y aprendemos para la próxima ocasión. Pero el problema del sectarismo y la división no es nuestro problema.

4. En ámbitos del incipiente movimiento republicano se reivindica a menudo la II República. Si bien son indudables los avances que se produjeron durante la segunda república en el terreno político y social, tampoco debemos olvidar hechos especialmente graves: políticas represivas hacia el movimiento popular vasco, la masacre de Casas Viejas, los miles de muertos provocados por negarse a dar armas al pueblo cuando el levantamiento fascista era una realidad…, etc. Si bien a día de hoy cada organización tiene derecho a reivindicar o rechazar la II República según su propia visión de la historia, ¿cómo abordar este tema en un espacio unitario como el Frente de Izquierdas?

Creo que la existencia de diferencias en la interpretación histórica de la II República no puede ser elemento que divida y confronte en el FI.

En el Frente de Izquierdas creo que no habrá dificultad en definir los contenidos de las reivindicaciones en relación a la memoria histórica, que es una lucha de hoy. Y creo que también se tiene que definir la propuesta hacia la III República, que también es una lucha de hoy. Tenemos el programa de ocho puntos, que está reelaborándose en estos últimos meses, y también en eso llegaremos al acuerdo. Lo importante es definir las políticas para organizar la lucha de masas, el debate sobre el pasado no nos puede dividir.

Creo que precisamente, en esos años de la II República, se dio un proceso de debate de enorme intensidad en relación a las políticas de alianzas que correspondían a la coyuntura. El PCE se negaba en principio -desde una posición sectaria-, a cualquier política de alianzas y, posteriormente, asumió la línea de la Internacional de formación de los Frentes Populares. Fue un debate complejo, con algunas rupturas y todavía podemos leer muchos escritos de dirigentes significados con distinto criterio en relación a ello. El PCE, asumiendo una política de alianzas correcta, realizó una aportación histórica a la lucha contra el fascismo; donde únicamente se resistió en Europa al fascismo fue donde se aplicaron las políticas de la Internacional Comunista.

Creo que lo que tenemos que hacer es estudiar y profundizar sobre estas cosas. Pero no veo en ello una dificultad para el Frente de Izquierdas que es un Frente para la lucha política, y la política es una categoría de la práctica, no lo olvidemos y no nos perdamos por otros vericuetos.

5. ¿Qué pasos concretos a corto plazo cree el PCPE que deben darse para caminar hacia la vertebración del Frente de Izquierdas?

Creo, en primer lugar, que todas las iniciativas que ayuden a este objetivo son buenas. Hay que tener una mirada amplia y una gran receptividad para las propuestas que hagan otros sujetos.

El PCPE tomó la iniciativa de dirigirse a Corriente Roja para hacerle una propuesta de iniciar el proceso, creemos que son las dos organizaciones que, por tener mayor capacidad en el estado, también tienen la mayor responsabilidad en ello.

Después de algunos comentarios se nos pidió, por parte de CR, que les dejáramos un tiempo para su propia reflexión. En eso estamos en estos momentos, y cuando se den las condiciones tendremos que sentarnos de nuevo para ver si es posible continuar con la propuesta.

Pero esta cuestión no tiene un solo camino, ya lo hemos intentado en otras ocasiones anteriores en otras condiciones, y entonces no fue posible, pero no por ello desistimos.

El PCPE organiza la lucha popular de masas siempre con una voluntad unitaria, esa práctica política sabemos que dará resultados positivos, antes o después, y por ello continuamos.

Pero también es cierto que la situación de la clase obrera y sectores populares es hoy muy difícil y extrema -precariedad, acoso laboral, suicidios, alimentación deficiente, pobreza, violencia brutal contra las mujeres, marginalidad social creciente, represión policial, legislación represiva creciente, etc. etc.- y ello no puede ser indiferente a una organización revolucionaria. Se adquieren responsabilidades cuando no se sabe intervenir, cuando no se sabe dotar a la clase de un instrumento de defensa y de lucha. Por ello el PCPE empuja, insiste, reclama una respuesta a todos los sujetos sociales y políticos que creemos deberían estar en el Frente. Somos pacientes, y nos impacientamos al mismo tiempo.

Haremos cualquier cosa que pueda ayudar a hacer avanzar una coordinación de las fuerzas de izquierdas, nadie podrá decir que si no salió fue por responsabilidad del PCPE, porque no pusimos todo nuestro esfuerzo y todas nuestras capacidades en ello.

Para terminar, y fuera de la última pregunta, gracias por la oportunidad de explicar estas ideas, y mis mejores deseos para «Fahrenheit 451» que creo que trabaja de manera inteligente para ayudar al nacimiento de ese Frente de Izquierdas.