No hay valoración honesta de estas elecciones que no tenga como punto de partida reconocer que se ha negado el derecho a representación política a un sector de la población vasca, ilegalizando sus candidaturas, y que más de 800.000 inmigrantes legales no han podido votar. Eso, sin contar el millón largo de trabajadores sin papeles […]
No hay valoración honesta de estas elecciones que no tenga como punto de partida reconocer que se ha negado el derecho a representación política a un sector de la población vasca, ilegalizando sus candidaturas, y que más de 800.000 inmigrantes legales no han podido votar. Eso, sin contar el millón largo de trabajadores sin papeles ni derechos.
Las elecciones han estado marcadas por un importante incremento de la abstención (cuatro puntos). Pero la abstención no ha sido igual para todos. Territorialmente, se ha concentrado en lugares como Catalunya y, en menor medida, Andalucía. Socialmente, ha batido récords en las barriadas y poblaciones obreras.
El PSOE ha recibido un fuerte varapalo, perdiendo 240.000 votos. Estas pérdidas no se limitan a Madrid, donde el PSOE ha retrocedido hasta el punto de ceder al PP la hegemonía electoral en distritos y poblaciones tradicionales de la izquierda. También en Catalunya han perdido muchos votos y asimismo en Andalucía. Se consuelan diciendo que ahora tienen más cargos institucionales que antes.
La derrota del PSOE en Madrid es la que mejor sintetiza las consecuencias de las políticas del Gobierno (y las de los ayuntamientos socialistas): desmovilizar a la población trabajadora y envalentonar a la derecha reaccionaria. Incapaz de enfrentarse a los herederos políticos del franquismo, el Gobierno se deja avasallar por ellos en puntos centrales como el conflicto vasco. Su política económica y social (fiscalidad, precariedad, deslocalizaciones, servicios públicos) es continuidad de la de los gobiernos del PP. Y en la política municipal, los gobiernos socialistas han sido colaboradores necesarios en el boom especulativo del ladrillo, traficando con suelo público al servicio de las operaciones inmobiliarias privadas y abriendo paso a la corrupción. Son estas políticas las que preparan el retorno del PP al gobierno.
El PP, con su base social movilizada en sus feudos, ha superado en 156.000 votos al PSOE, echando las campanas al vuelo e iniciando la campaña de las generales. Pero Rajoy sabe también que en Catalunya ha perdido 77.000 sufragios y que en Galicia ha quedado fuera de toda alcaldía relevante. En Bizkaia se ha dejado 40.000 votos y en Alava pierde Ayuntamiento y Diputación. En Navarra, con su campaña furibunda a favor de la «Navarra española» y contra la «capitulación ante ETA», han perdido la mayoría absoluta en el Parlamento Foral y en Pamplona. Hay que mencionar también la escandalosa victoria en varios municipios turísticos de candidatos del PP procesados por corrupción.
IU-IC, que ha aparecido como el «socio menor» del PSOE, también ha salido malparado. Sus resultados en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid -donde se salva de la quema- no ocultan la caída de votos en poblaciones del cinturón obrero de Madrid. En Córdoba han sido superados por el PP. En Vascongadas, coaligados con Aralar, han sacado menos votos que antes solos. En Navarra, han sufrido un importante bajón. En Catalunya, ICV-EUiA ha perdido 77.000 votos (34.000 en la capital).
Esquerra Republicana, por su parte, ha sufrido un fuerte castigo, perdiendo 80.000 votos (43.000 en Barcelona ciudad). Además, una parte significativa de esos votos ha ido a las CUP, candidaturas independentistas que han superado a ERC en varias poblaciones importantes del interior.
Pero si algo ha destacado es la gran orfandad de la izquierda anticapitalista en estas elecciones. Dejando aparte las candidaturas abertzales y las de algunos municipios, no ha existido un bloque electoral de la izquierda anticapitalista, al servicio de la lucha por la vivienda digna, los papeles para todos, la República y la autodeterminación de los pueblos, contra la precariedad y las deslocalizaciones y en defensa de los servicios públicos. Por este motivo, Corriente Roja ha defendido la abstención, con las excepciones señaladas.
Ahora ya, toda la vida política está orientada a las elecciones generales de aquí a nueve meses. Es un período bronco que va a estar cruzado por la continuidad del conflicto vasco, las deliberaciones del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán y la continuidad de los ataques al empleo. Ahora la gran prioridad, como señala Corriente Roja, es avanzar en la configuración de un frente de la izquierda anticapitalista que plante cara a una política que sólo conduce a la desmoralización obrera y popular y al retorno del PP. Un frente que, pensamos, también debería expresarse en el terreno de las elecciones generales.
EUSKAL HERRIA: TRIUNFO DE LAS CANDIDATURAS ABERTZALES
Más allá de las declaraciones de unos y otros, la única fuerza que en el conjunto del Estado ha ganado sin género de dudas es la Izquierda Abertzale, desmontando de nuevo los intentos de anularla.
En contraste con el malparado PNV de Imaz, después de cuatro años de ilegalización, con ASB nuevamente ilegalizada, con 260 agrupaciones de electoresy 133 listas de ANV puestas fuera de la ley, la Izquierda Abertzale ha logrado 187.000 sufragios, mejorando los de EHAK y alcanzando el 15% del censo. En Gipuzkoa los votos a la candidatura (ilegalizada) de ANV la convierten en la segunda fuerza en las Juntas Generales. Con 89.000 votos anulados, la Izquierda Abertzale ha sido la más votada en 54 poblaciones, entre ellas Mondragón, Hernani, Pasaia, Oiartzun, Bergara o Leitza. En 25 municipios ha conseguido mayoría absoluta y ha obtenido 439 concejales. ANV reclama ahora, con toda justicia, que sean respetados todos sus votos, incluidos los de las candidaturas no legalizadas.
En Navarra, el voto abertzale, la pérdida de la mayoría absoluta de UPN-PP y el espectacular incremento de voto a la coalición Nafarroa Bai (que pasa de 20.000 a 77.625), reflejan la voluntad mayoritaria de parar los pies a la derecha franquista de la «Navarra española» y de abrir vías de confluencia con Vascongadas.
Mientras tanto, a menos de una semana de las elecciones, volvemos a la «normalidad»: la reacción española clama a cuenta del alta hospitalaria de De Juana Chaos y el juez Marlaska ha reabierto a Otegi un sumario de 2003 por «enaltecimiento del terrorismo»…
* A Luchar por el Socialismo es una publicación mensual del PRT – Izquierda Revolucionaria, sección oficial en el Estado Español de la Liga Internacional de los Trabajadores – IV Internacional (LIT-CI)