El Instituto Nacional de Seguridad en el Trabajo ha confirmado dos nuevos casos de enfermedad laboral como consecuencia de la exposición a fibras procedentes del amianto en Metro de Madrid, tras el reconocimiento de un primer caso de asbestosis en diciembre del año pasado. Según fuentes de la empresa, en las últimas semanas se ha […]
El Instituto Nacional de Seguridad en el Trabajo ha confirmado dos nuevos casos de enfermedad laboral como consecuencia de la exposición a fibras procedentes del amianto en Metro de Madrid, tras el reconocimiento de un primer caso de asbestosis en diciembre del año pasado.
Según fuentes de la empresa, en las últimas semanas se ha confirmado el caso de un trabajador de mantenimiento de trenes que ingresó en Metro de Madrid a finales de los años setenta y el de otro trabajador de mantenimiento de escaleras mecánicas que ingresó en la compañía en los años ochenta.
Estos dos nuevos casos se suman al primero que se detectó y en el que está por determinarse el recargo de prestaciones que le corresponderían al trabajador por parte de Metro de Madrid.
Las mismas fuentes del suburbano han asegurado que no hay amianto en las 1.700 escaleras mecánicas del Metro de Madrid, ya que este material fue eliminado antes de la entrada en vigor en 2002 de la prohibición de la producción, comercialización e instalación de productos fabricados con amianto en España.
El plan de retirada del amianto del Metro de Madrid ha comenzado esta semana con la retirada de los seis primeros «apagachispas» de otros tantos trenes.
En esta primera fase, que ha requerido la autorización del Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo, se ha actuado en seis de un total de 33 trenes de dos modelos antiguos.
El amianto está en el 10 por ciento de un componente eléctrico denominado «apagachispas», que tiene un tamaño similar al de «una caja de zapatos», y en los suplementos de contractores, lo que supone una «ínfima» parte de los trenes.
Asimismo, el amianto está presente en un elemento situado en la cabina del conductor de dos modelos de trenes antiguos, en concreto, la placa aislante situada detrás del armario que contiene las resistencias.
La compañía invertirá un total de 140 millones de euros para la eliminación del amianto en toda la red, tanto en el material móvil como en estaciones y otras instalaciones.
En concreto, los trenes del suburbano estarán libres de amianto a finales de 2019, tras la inversión de 5 millones de euros.