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Conservación Ambiental: ¿Una necesidad o sólo un capricho?

Fuentes: Rebelión

Durante los últimos años escuchamos reiterados llamados señalando que es necesario cuidar nuestros recursos naturales, pero lamentablemente muchas veces se tilda de «ecoterroristas» a quienes proponen acciones más concretas de protección del medio ambiente y se etiquetan estas posturas como de anti-desarrollo. Debemos cuidar la biodiversidad, proteger los procesos naturales del medioambiente, los que deben […]

Durante los últimos años escuchamos reiterados llamados señalando que es necesario cuidar nuestros recursos naturales, pero lamentablemente muchas veces se tilda de «ecoterroristas» a quienes proponen acciones más concretas de protección del medio ambiente y se etiquetan estas posturas como de anti-desarrollo. Debemos cuidar la biodiversidad, proteger los procesos naturales del medioambiente, los que deben ser conocidos y analizados en forma explícita y sostenida por expertos. A la vez considero que la ciudadanía debe recibir elementos para conocer y evaluar la realidad medioambiental actual. Algunos de ellos son: El ambiente nos brinda servicios ambientales. Si alteramos la fotosíntesis o el ciclo del nitrógeno, ya sea por reducción de la abundancia de organismos sobre explotados o por la introducción de algún compuesto que modifica estos procesos naturales, tendremos modificaciones en el funcionamiento del ecosistema. Ello puede implicar que la disponibilidad de agua en una región disminuya o que las aguas costeras o de lagos disminuyan su calidad. Estos efectos tienen graves consecuencias económicas y sobre la salud humana.

 

En segundo lugar, destaco la importancia de la biodiversidad. Hay organismos que cumplen funciones claves para el funcionamiento de los ecosistemas y cuando los afectamos tenemos efectos directos y muchas veces dramáticos en el ambiente. Cada especie tiene un conjunto de atributos codificado en su genoma (genes) que no se manifiestan estando en condiciones que solemos llamar coloquialmente «normales». Así, organismos casi ignorados hoy día, aquellos extremadamente raros en la naturaleza, tienen el potencial de transformarse en recursos de insospechada importancia por lo cual no debemos promover su extinción. También debemos considerar que los organismos en la naturaleza no están aislados, ellos interactúan. Un ejemplo de ello son las tramas tróficas, esto es el flujo de energía que pasa desde una planta a los herbívoros y luego a los carnívoros, pasando finalmente todos ellos a la cadena de descomponedores. Esto explica que la explotación pesquera en el Pacífico Norte haya desplazado los lugares de caza de las orcas, repercutiendo en la abundancia de erizos de mar que se encuentran en las zonas costeras

 

También se debe considerar el valor de nuestro capital natural. Todos tenemos muy claro que si utilizamos nuestros ahorros sin invertir, entramos en un proceso de descapitalización, en esas circunstancias nuestro «bolsillo» pasará en poco tiempo a estar en uno de sus peores momentos y nos llevará a la ruina. Entonces… ¿por qué cuando utilizamos un recurso (gasto de los ahorros) con mayor velocidad que su capacidad de recuperarse (sin invertir) no llegamos a la misma conclusión (la ruina) y, por el contrario, decimos que tenemos una economía pesquera floreciente. Un banco de peces en el mar tiene un valor, y es parte del Capital Natural. Por ello, cuando disminuimos el capital que el país tiene, ya sea en forma de recurso pesquero, forestal o los beneficios que el propio medio ambiente provee al hombre, debemos decir que estamos consumiendo nuestro Capital Natural y que estaremos dejando en herencia sólo deudas: un país cada vez más empobrecido.

 

Y, por último, debe existir una respuesta ética. Si con nuestro uso alteramos el medio ambiente tenemos un compromiso ético ya que estamos haciendo estas actividades concientemente. Además debemos reconocer en todo momento que las acciones que hoy hacemos repercutirán en las próximas generaciones por lo que tenemos un compromiso con ellas. Pensemos, los efectos medio ambientales provocados por el calentamiento del planeta tienen una inercia que no detendremos de forma inmediata ni siquiera en este siglo aunque detengamos los procesos de producción de dióxido de carbono hoy día.

 

El tema medioambiental tiene que ser debatido en su justa medida y el país debe hacer los ajustes que corresponda ya que nuestro desarrollo está basado en la explotación de recursos naturales. Si no es así el ambiente nos pasará la cuenta real, en pesos y dólares, y las futuras generaciones nos juzgarán por nuestra «conciente-inconciencia».

 

 

Alejandro Buschmann
Doctor en biología marina
Oceana, Oficina para América Latina y Antártica