En tiempos de crisis climática, y pandemia de Covid mediante, es urgente ir más allá de la retórica y concretar acciones que fortalezcan nuevos modelos productivos, que privilegien el ambiente y la salud. Lejos de la mera retórica, propuestas palpables para la agricultura urbana, la producción de alimentos sanos y la soberanía alimentaria.
Estamos en una profunda crisis cultural, en la que hemos ido perdiendo todo vínculo con la naturaleza y con lo vivo. Además, aceptamos pasivamente las injusticias e inequidades cotidianas en las que todo se valora según la cantidad, solo se tiene en cuenta lo rentable y no el sentido de la vida. Necesitamos con urgencia iniciar un proceso de reflexión seria para tomar conciencia y actuar. Para ello, existen propuestas que permiten hacer un aporte desde los ámbitos urbanos.
Hoy las opiniones mayoritarias valoran de manera abstracta la conservación de la riqueza natural de un espacio natural cercano: humedales, bosques, zonas rurales. Pero estas sensibilidades ambientales no se plasman en cambios prácticos que alteren significativamente las formas bulímicas de la vida en las ciudades.