La muerte por congelamiento pudiera convertirse en fenómeno común dentro de apenas 60 años, por lo cual una organización ecologista invita hoy a Francia y al mundo a unirse en un apagón masivo mañana en la noche. A propósito de una reunión internacional sobre cambio climático que se realiza en esta capital, el grupo ecologista […]
La muerte por congelamiento pudiera convertirse en fenómeno común dentro de apenas 60 años, por lo cual una organización ecologista invita hoy a Francia y al mundo a unirse en un apagón masivo mañana en la noche.
A propósito de una reunión internacional sobre cambio climático que se realiza en esta capital, el grupo ecologista galo Alianza por el Planeta, pidió al país y al resto del orbe a sumarse a esta iniciativa durante cinco minutos al anochecer de este jueves.
Quien quiera unirse a esta iniciativa deberá apagar las luces ese día entre las 19:55 y las 20:00 horas el 1 de febrero, para llamar la atención de todos, en particular de los políticos, sobre el derroche de energía y la necesidad de actuar, indicó.
La organización subrayó que no se trata de economizar cinco minutos de electricidad, sino de convocar a una reflexión urgente sobre los drásticos problemas que amenazan a la humanidad con el recalentamiento de la atmósfera provocado por el hombre.
Más de 500 especialistas del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (GIEC) dijeron en la apertura del foro que realizan en París, que la actividad humana terminó por modificar la composición de la atmósfera con severos daños.
Para el final del siglo, las transformaciones del clima provocarán que de mil 100 a tres mil 200 millones de personas sufran de escasez de agua mientras las temperaturas se incrementarán entre dos y tres grados Celsius, aseguraron.
Asimismo, de acuerdo con un enjundioso informe que preparan desde hace dos años miembros del GIEC, a pedido de la ONU, entre 200 y 600 millones de personas más en todo el mundo sufrirían de falta de alimentos en unos 70 años.
De otro lado, la inundación de las zonas costeras afectaría a siete millones de hogares.
El doctor Graham Rearman, de Australia, uno de los colaboradores en la elaboración del reporte subrayó a la prensa que el mensaje más claro es que cada región de la Tierra estará en riesgo si no se adoptan medidas radicales ya mismo.
La gravedad es tal, que es predecible ver una disminución de las precipitaciones en las zonas agrícolas de China y Australia, con consecuencias desastrosas para la economía de dos grandes países, añadió.
En la misma línea de convocar a la opinión pública, el grupo Greenpeace logró mantener en la emblemática Torre Eiffel una enorme tela en la que reza la frase «todavía no es demasiado tarde» refiriéndose a los cambios climáticos.
El GIEC, creado en 1988 por las Naciones Unidas para ilustrar a los dirigentes políticos, debe publicar sus previsiones sobre el recalentamiento, sus consecuencias y los impactos regionales, los medios de adaptación y las medidas de atenuación. Yvo de Boer, secretario general de la Convención, resaltó que el reporte del GIEC va a reforzar el sentimiento de urgencia, «falta hallar los medios para traducirlo en hechos».
Reunidos desde el pasado lunes en París en la sede de Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), los expertos del GIEC se mantienen bastante pesimistas respeto a los peligros del recalentamiento de la tierra.