Representantes de distintas iglesias y comunidades expresaron ayer su apoyo a la legalización y despenalización del aborto, en una conferencia de prensa, en el marco de las actividades por el Día Mundial por la Salud de la Mujer que se celebró el sábado pasado. Los religiosos se mostraron a favor de la ley de interrupción […]
Representantes de distintas iglesias y comunidades expresaron ayer su apoyo a la legalización y despenalización del aborto, en una conferencia de prensa, en el marco de las actividades por el Día Mundial por la Salud de la Mujer que se celebró el sábado pasado. Los religiosos se mostraron a favor de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, con el propósito de sacar la problemática de la «clandestinidad», ya que los abortos en condiciones no seguras son la principal causa de mortalidad materna. Este debate llegó al Congreso por iniciativa del Colectivo de Mujeres Juana Azurduy y la diputada Cecilia Merchán, quien adelantó que para mediados de junio está prevista una nueva audiencia pública para discutir el tema, en la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados.
Bajo la consigna «la salud de las mujeres no es pecado ni delito», los religiosos expusieron la postura de sus iglesias y comunidades acerca de la interrupción voluntaria del embarazo. Lisandro Orlov, representante de la Iglesia Evangélica Luterana Unida, manifestó que «es necesario sacar el tema del aborto del Código Penal y ponerlo en perspectiva de derechos humanos, de Evangelio y respeto por las personas». El pastor señaló que la normativa prohibicionista llevó el tema a la «clandestinidad», pero hay que hablar con «honestidad»: «No es un problema de otros, es de nuestras iglesias. Nuestro silencio significaría complicidad y muerte», subrayó Orlov.
Una bandera colorida con la frase «Sí a la ley» fue el telón de fondo de la discusión de la que también participó el presbítero de la comunidad católica Guillermo «Quito» Mariani, quien rechazó la penalización del aborto, porque «clandestiniza y no da ninguna solución». Además, hizo hincapié en el «autoritarismo» en la Iglesia, que no quiere llevar adelante la discusión. «La posición de no dar el debate ignora los derechos de la sociedad civil a la discusión», dijo el sacerdote que renunció a su actividad pastoral en rechazo a la cúpula eclesiástica.
Por su parte, el rabino Daniel Goldman, de la comunidad Bet El, consideró que es necesario renovar la discusión y «no dejarse avasallar por el poder hegemónico que determina cómo debe ser la vida desde el punto de vista doctrinario y no desde la realidad de la vida misma».
En el encuentro, la pastora Mariel Pons, de la Iglesia Metodista Argentina, leyó una carta pastoral del obispo Frank De Nully Brown, en la que se hace hincapié en que el aborto es un «problema social». «Esconder nuestras prácticas culturales de abortos clandestinos no ayuda a enfrentarlas y a tomar decisiones inspiradas en la libertad y la dignidad de las personas», señaló. Por su parte, Malena Nisman, coordinadora del Colectivo de Mujeres Juana Azurduy, señaló que el evento buscó «incorporar miradas desde varios sectores y darle visibilidad al consenso social que tiene el debate».
«Es importante dar de baja un debate falso que dice que por un lado están los que promovemos el aborto y por otro las iglesias. Hoy demostramos que no es así», remarcó Merchán al cierre del encuentro, al que asistieron los diputados Ariel Basteiro y María Luisa Storani. La legisladora de Libres del Sur enfatizó que buscarán un avance en el Congreso. «Creo que si todos los partidos dieran libertad de conciencia, ganamos», expresó, en diálogo con Página/12.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-169160-2011-05-31.html