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[Crónicas sabatinas] Más acá y por debajo del soberanismo-independentismo

Crónica anunciada de una nueva jornada de agitación nacionalista-independentista… que aumenta la división entre las clases populares

Fuentes: Rebelión

Para Bao Ninh y su El dolor de la guerra Esta es nuestra segunda oportunidad. Sin identidad y sin imaginario no hay pueblo ni Res-Pública. La política a lo grande es eso: ideas para morir, ideas para vivir. Una razón para vivir: eso fue siempre el comunismo. Ánimo y fuerza: hay un pueblo que ganar […]

Para Bao Ninh y su El dolor de la guerra

Esta es nuestra segunda oportunidad. Sin identidad y sin imaginario no hay pueblo ni Res-Pública. La política a lo grande es eso: ideas para morir, ideas para vivir. Una razón para vivir: eso fue siempre el comunismo. Ánimo y fuerza: hay un pueblo que ganar y construir.
Manolo Monereo

Fíjense que mientras en Cataluña se sigue hablando exclusivamente del proceso, en el resto de España hay una fuerte presión social contra los lentos movimientos del PP y del PSOE, para frenar la corrupción. Y les puedo asegurar que el tamaño, la duración y la intensidad del expolio mafioso del Régimen de Pujol no tienen parangón. Estoy convencido que en un país con fuerte convicción democrática, sin interceptores nacionalistas, la ciudadanía se hubiera echado a la calle, para mostrar su ira y su repulsa contra el mayor robo que ha sufrido Cataluña. Caerían esculturas, efigies, placas conmemorativas y nombres de calles del señor Pujol, que envilecen a muchos pueblos y ciudades de nuestro país. Me temo que nada de esto va a pasar. Algunos están más interesados en mirarse en el espejo y repetirse qué valientes que somos que hacemos frente a España, que en reconocer lo cobardes que han sido en permitir y jalear un Régimen corrupto en Cataluña.
Joan Boada Masoliver

No detenerse.
Y cuando ya parezca
que has naufragado para siempre en los ciegos meandros
de la luz, beber aún en la desposesión oscura,
en donde sólo nace el sol radiante de la noche.
Pues también está escrito que el que sube
hacia ese sol no puede detenerse
y va de comienzo en comienzo
por comienzos que no tienen fin.
José Ángel Valente, «ANTECOMIENZO»

I

Me temo que esta vez el monotema gran-tema va a silenciar todo o casi todo lo demás. Por ejemplo, que el lunes pasado se superó un record en Nou Barris, un barrio de la periferia norte de Barcelona. ¿Un record? Sí. ¡16 desahucios en un sólo día!

En el caso de la familia de la señora Antonia Cabrera (su hijo en el paro, con dos niños de 4 y 6 años y su compañera embarazada), la orden de desalojo les llegó tras una deuda de 950 euros, aproximadamente la tercera parte de lo que una de las 400 familias con poder y mando en plaza catalana (lo mismo sucede con las que tienen mando y mucho poder en Madrid, Sevilla, A Coruña o Bilbao) se gasta en una comida de celebración el fin de semana.

Así, pues, disculpas por la información, cansinamente unidimensional que diría el añorado Herbet Marcuse. Para compensar una recomendación indignada contra la inadmisible y vergonzosa manipulación de Salvador Puig Antich (e incluso de Manuel Vázquez Montalbán, Paco Candel, Martí i Pol, Alfonso Carlos Comín y Antoni Gutiérrez Díaz) en la campaña del 9N y el SI-Sí: «9N No votaré per tu» http://youtu.be/X9uX8hqtEzc

II

Otra obviedad y más disculpas. Es innecesario señalarlo pero los tiempos y el ambiente (piensen en lo que está sucediendo esta mañana, jueves 6 de noviembre, en la Universidad de Girona) empujan a manifestarse en este sentido.

No rige -o no deberá regir cuanto menos- aquello de «o conmigo o contra mi». ¿Elemental? ¡Elemental! Podemos discrepar a un tiempo, y sin contradicción, de las posiciones políticas (y las estrategias jurídicas anexas) del gobierno del PP (y sus prolongaciones próximas) pero no tenemos por qué ser partidarios de la diseñada política nacionalista-separadora del gobierno de la Generalitat y de su CTNIN (el Comité de Transición Nacional hacia la independencia neoliberal), que, por supuesto, va haciendo su trabajo de intelectuales orgánicos con la colaboración, entre otros y otras, de un ex activista de la izquierda anti-otánica. Ni tampoco tenemos que coincidir, por oposición, con las posiciones defendidas por los grupos políticos que siguen formando parte del frente nacional-nacionalista, todos unidos, cogidos de la mano, hablando en grupo, felices de haberse conocido… y con alguna discrepancia para los tiempos futuros que ahora, desde luego, no cuenta, no toca diría el ex de Banca Catalana: ¡lo importante (la secesión) es lo importante… y lo demás es un postre de tercera!

Así, pues, ni con unos ni con otros y sin contradicción. Por el camino de siempre de la izquierda transformadora no nacionalista ni independentista.

III

La crónica anunciada.

Estaba cantado el recurso gubernamental ante la primera convocatoria. Hubo dudas sobre el camino a emprender. Si se hubieran puesto de acuerdo en «una lista única de país», encabezada desde luego por don Artur Mas, se hubieran anunciado elecciones anticipadas. No fue así, no había garantías de seguir presidiendo el gobierno. El GEYP (gran ego y poder) es como h-c en vena.

Con vacilaciones, y con alguna discrepancia inicial de ICV, no sé si también de EUiA pero me da que no (¡la transformación de EUiA, salvando una gran parte de sus admirables militantes, dirigida por un senador real que acumula cargos y más cargos, es de libreto operístico…. trágico por supuesto!), con las vacilaciones de algunas formaciones, decía, se anunció otra convocatoria de la consulta presentada como jornada de «participación democrática». Con el mismo diseño: inexistencia de censo, de controles, mismas preguntas que excluyen posiciones (la federal por ejemplo). En realidad, como es toda evidencia, la reconversión del 9N es una nueva jornada de movilización nacionalista-independentista, otra fecha «histórica» para la metarrelato del nacionalismo catalán, con muchas fotografías y muchas gentes en las calles cercanas a colegios e institutos (Me atrevo a anunciarles una cifra antes de la celebración: más de 2 millones de personas).

El gobierno central, que, insisto de nuevo, debe tener algún topo infiltrado de ANC-Omnium-Súmate, actuó como era esperable que actuase. La aceptación del Tribunal Constitucional era también una escena escrita en el libreto. Incluso también era esperable la cacelorada en algunos barrios de Barcelona (no en todos ni el extrarradio), y en territorios del interior, de la Cataluña profunda dicen algunos, los pasados martes y miércoles. ¡De protestar por la criminal guerra de Irak a agitar insistentemente idearios nacionalistas-secesionistas! La ciudad de los prodigios, de las 400 familias y de la dura patronal da para mucho.

Hay una reunión estos días de los partidos del frente nacional. No se sabe nada de lo acordado en el momento en que escribo. Seguir adelante desde luego, con una posición ambigua y calculada del gobierno de la Generalitat. Sea como fuere, con presencia directa o no del gobierno catalán, se facilitarán las cosas para que la ciudadanía sentimentalmente nacionalista (o la que (pseudo)calcula según argumentos Liga-del-Norte: ¡viviremos mejor!) se movilice masivamente el próximo domingo. La agitación es por tierra, mar y aire. En algunos ambientes, es difícil -o cuanto menos no es cómodo- manifestarse en sentido contrario. Eres un pepero, un españolista, un español semi o neofascista, una mosca cojonera de la izquierda española-muy-española, si lo haces, si no apoyas la independencia o anuncias que no irás a votar el 9N. No existen matices (y matiz es concepto como dijo el clásico). No hay más: o eres independentista o eres amigo de Rajoy-Aznar… o no te enteras de nada.

Mientras tanto, eso sí, una parte (no muy visible) de las grandes fuerzas sociales en lucha titánica siguen discutiendo un plan, un pacto de acuerdo en torno a tres ejes políticos (se ha hablado de considerar constitucionalmente a Cataluña como nación) y unas 20 reivindicaciones económicas. No es imposible incluso que, se diga lo que se diga, algunos de los últimos movimientos hayan sido pactados-consensuados parcialmente entre fuerzas antagónicas.

TV3, por supuesto, un medio de (des)información, inculcación e intoxicación ideológica nacionalista (todo o casi todo lo «español», sea lo que sea, es un desastre y un ejemplo de reacción y autoritarismo) juega un papel más que importante en todo este «proceso». Alimenta culturalmente a unos 2 millones de personas, día y noche, días laborables y fiestas de guardar. Sin pluralidad real y al servicio de la gran causa.

En el interior y en los alrededores de todo lo apuntado, una fuerte división no sólo entre las clases trabajadoras catalanas y las del resto de España-Sefarad sino entre las mismas clases populares catalanas. Es más que evidente quien conduce el proceso, quien lo protagoniza, las oscuridades del mismo… y, sobre todo, la continuidad de una política neoliberal con el apoyo de CiU y ERC (y, en ocasiones de otras fuerzas no siempre alejadas, PP y PSC entre ellas).

¿Qué pasará el 10N? ¿Se convocarán elecciones anticipadas? Puede ser… o tal no. Mas y CDC (Unió está en otra honda según parece) lo tienen crudo. ¿Convocar para que gane ERC y sea don Oriol «el lacrimoso» el nuevo presidente del país?

Queda pensar en un cambio de pareja, suicida o no (el PSC se ha ofrecido en repetidas ocasiones) o en ir tirando como se pueda, con gestos nacionalistas permanentes, esperando nuevos tiempos, sabiendo las imposibles alianzas de la oposición… o acuerdos y pactos desde posiciones de poder. Mas ya ha anunciado su disposición a hablar con Rajoy después del 9N.

Aunque el marco fuerce lo suyo, el futuro, como señaló el asesor de Miss Thatcher, está abierto. Eso sí, sin escenarios favorables a las clases trabajadoras… a no ser que irrumpa Podem-Podemos con fuerza y recupere la tradición esencial de la izquierda: respeto (y apoyo si se quiere) a la diversidad nacional y solidaridad entre pueblos hermanos.

IV

Como el asunto (el tratado de la infamia y la destrucción de conquistas) es importante, vale la pena incidir.

El grupo parlamentario de Izquierda plural presentó en junio (o mayo) de 2014 una propuesta de participación democrática en el Congreso de Diputados. Antes de que el gobierno votara a favor del TTIP, un asunto que afecta directamente a toda la ciudadanía, sobre todo a la trabajadora y a la más vulnerable, se debía convocar un referéndum en el que pudiéramos manifestarnos en torno al tratado. Está recogida la posibilidad incluso en la Constitución de 1978.

Votaron en contra, como es sabido, PP, PSOE, UPD y CiU. ¿No estaba, no está CiU por el «dret a decidir» [DAD] en este caso? ¿Rige o no rige ese supuesto derecho? Parece que sí, que debería regir.

¿Hay aquí algún problema con el voto contrario al DAD de CiU? ¿Le sacan los colores ICV, EUiA, las CUP? No. Siguen formando parte del mismo frente nacional, al lado de una fuerza neoliberal que se opone a que los ciudadanos votemos sobre ese tratado que puede cambiar nuestras vidas para mucho peor.

¿Alguna contradicción en el horizonte?

V

Antes de que Joan Herrera o Dolors Camats explicaran su voto en el próximo 9N (el suyo, no el de la coalición que no existe como tal ¿pero el voto no era secreto por cierto?), mientras el Parlament de Catalunya se reúne para «investigar» (en vano probablemente: hay elecciones anticipadas en uno los horizontes posibles) el caso del ex molt honorable, ámbito en el que algunos diputados y diputadas siguen usando la expresión «president» para referirse al jefe del clan Pujol-Ferrusola, mientras el gobierno de la Generalitat alega ante el Constitucional que el otro gobierno, el central, no ellos, rompe las reglas de buena fe con su recurso ante el Constitucional, presuponiendo (‘¡quina cara, senyora Marta!) que ellos obran según esas reglas reclamadas de buen hacer, mientras todo eso ocurre y CiU está reconsiderando su voto (¡es broma, es broma!) contrario al ejercicio del derecho democrático a un referéndum sobre el TTIP, dado que muy recientemente, apenas una semana, se realizó un ejercicio práctico, concreto, del aquí denominado con «astucia y diseño» «derecho a decidir», la Unión Europea, sus máximas instancias, pero, sobre todo, el gobierno en pleno de la Generalitat de Catalunya y las fuerzas políticas y sociales del frente nacional, la sociedad civil nacionalista catalana, empezando por la ANC, el Omnium y Súmate, han reconocido, como no podía ser de otra manera dada su probada coherencia y su apoyo generalizado a las prácticas de participación democrática, el Parlamento de Donetz… ¡Han reconocido al Parlamento de Donetz!

Perdón, perdón, me he vuelto a equivocar. He empezado mal el relato. ¡Se me ha ido otra vez la olla!

Innecesario es señalarlo de nuevo pero el gobierno central y sus alrededores están haciendo todo lo posible para que las aguas independentistas se agiten aún más en el país fraternal de Joan Salvat Papasseit, Salvador Espriu, Montserrat Roig y Salvador Puig Antich. En la otra cara de la misma moneda, el gobierno nacionalista de la Generalitat (con algunas contradicciones en su seno) y sus diversas prolongaciones exteriores siguen con su política de máxima tensión. La idea-fuerza de fondo: tensiona, separa, divide, manipula, marca y resalta diferencias menores, identifica gobierno con España, habla del PP como si fuera toda España, rompe el demos común, hace añicos la unidad de las clases trabajadoras hispánicas, que algo queda.

Lo esencial de la situación, que no quiere reconocerse, queda reflejado en este gráfico reciente:

¿Cómo es posible que esa opción federal a la que se hace referencia no pueda ser votada en esa supuesta jornada de participación democrática? Obsérvese el porcentaje de los potenciales votantes de Podemos, PSC, ICV, incluso de Ciutadans, CiU y ERC, que están por esa vía. Aún más: ¡un 17% en el caso de los votantes del PP!

Por cierto: ¿qué haríamos nosotros, que deberíamos hacer si no se pudiese votar la opción independentista? Criticar, vindicar, no aceptar, señalar que no es democrático, que faltan opciones políticas, etc. ¿Por qué entonces fuerzas que dicen ser de izquierda, democráticas e independentistas, apoyan una votación, unas preguntas donde no queda recogida una opción que no es la suya pero que es central en esta situación y en la temática discutida? ¿No les importa lo que opina y desea una parte sustantiva de la ciudadanía trabajadora-catalana? ¿O son tan catalanes como los otros? ¿Será que ahora ser catalán es aquel vive, trabaja o intentar trabajar en Cataluña y es, además, independentista? ¿Herencia, legado pujolista?

VI

Como algunos historiadores, que han sido maestros de muchos de nosotros, parecen confundir o incluso identificar España con Castilla, valdría la pena no olvidar las posiciones defendidas por la izquierda comunera –http://es.wikipedia.org/wiki/Izquierda_Comunera– que cuentan, por ejemplo, como la monarquía masacró a los castellanos y los reprimió a lo largo de la historia.

En una entrevista concedida a El Periódico a raíz de la publicación de su último libro «La formación de una identidad. Una historia de Catalunya» –http://www.elperiodico.com/es/noticias/ocio-y-cultura/josep-fontana-historia-catalunya-3622287– Josep Fontana cuenta y defiende cosas del siguiente tenor:

1. «No entienden que los otros hablen distinto, que sean distintos. Han sido educados para no entender».

¿Quiénes no entienden que otros hablen distinto? ¿Los vascos, los gallegos, los asturianos, los aragoneses, los andaluces incluso? ¿Los castellanos, los palentinos, los vallisoletanos, por ejemplo, no entienden eso?

2. «Tras la manifestación del 11 de septiembre del 2012, cuando se produjo aquella reacción, muy espontánea, de la gente, que cogió a los políticos por sorpresa, mi idea era explicar por qué se había producido ese fenómeno».

¿Reacción espontánea de la gente? ¿No hubo, no ha habido agitación y organización durante meses y meses, durante años y años? ¿Esa es la mirada crítica de un historiador con ojo político?

3. «Que la gente se dé cuenta de que no es una cuestión de los últimos dos años, sino de los últimos 500 años.»

¿Desde 1514?

4. «Es un país [Cataluña] donde no hay grandes fortunas, ni grandes magnates feudales como en Castilla ni grandes fortunas urbanas como en Italia. De ese equilibrio, de esa mediocridad conjunta si quiere, nace la posibilidad de crecer como lo hace. Todo eso crea una sociedad que negocia, lo que da como primera característica dar un papel fundamental a las Cortes. Y muy pronto se crea una Diputación que mantiene el control sobre la conducta y la política del rey. Se crea desde muy pronto un tipo de gobierno que genera unas constituciones y un tipo de derechos que la gente conoce porque les da garantías. Que les garantiza cosas tan importantes como no poder ser castigados sin juicio previo. Eso es algo que los militares castellanos no entienden. O no tener que ir a la guerra más en defensa del país. Eso durará: en el siglo XIX la gente no entiende que tiene que hacer el servicio militar».

¿Existe o no existe el idealismo historiográfico? ¿Y todas esas conjeturas se trasladan de generación en generación, sin mezclas, sin perturbaciones, ancladas en los memes e incluso en los genes? ¿Un ejemplo de esa sociedad que negocia son las prácticas pistoleras patronales de principios del siglo XX?

5. «Hay esta idea de que esta es una sociedad en que la gente tiene derechos. Por eso se sienten identificados, y cada vez que se quiere cambiar esto se producen protestas.»

Cosa que, por supuesto, no ocurre en Castilla ni en sus proximidades. Los comuneros castellanos son un invento del rancio-españolismo.

6. «Es que no lo eran. Esta sociedad se estaba transformando. Funcionaba, y por eso la gente mantiene su adhesión durante todo el siglo XVIII. El mito del progreso borbónico es una tontería. Los Borbones hacen que España, que aún era una gran potencia, pase a ser una ruina en 1808. Y aquello de que en Barcelona se luchaba por la libertad de toda España… lo que sucede es que son conscientes de que la libertad de aquí depende de que allí también exista. De aquí sale, en la burguesía, la idea de hacer una nación española en que las libertades sean equivalentes».

Luego, por tanto, es posible confluir con gentes de otros lugares por finalidades de progreso, de avance social, fraternal, solidariamente, ¿no es eso lo que se colige?

7. «Y los soldados se encuentran con problemas con sus superiores, el funcionario que reclama los impuestos suele ser castellano… En el teatro popular bilingüe el castellano se reserva a personajes ridículos, pretenciosos y autoritarios. Las cosas vienen de abajo, y no cambiarán hasta finales de siglo, cuando la burguesía ve que no tiene nada que hacer en la política castellana.»

Suele ser… luego no siempre. ¿Y no les ocurre lo mismo a las gentes de otros lugares de España cuando un funcionario reclama impuestos imposibles? Lo de personajes ridículos hablando en castellano tiene su cosa y su miga desde luego. ¡Teatro popular! ¿Y qué teatro popular era ese que ridiculiza un idioma que hablaban sectores populares también? Mi abuelo asesinado entre ellos.

Pero lo mejor es la respuesta a una de las últimas preguntas: ¿no habrá traducción? Fontana habla:

«He dicho que no. Quería explicar cosas a gente que tiene la misma cultura, que ha tenido las mismas experiencias, que se ha encontrado con los mismos problemas y con la que tenemos una visión del mundo compartida, que es lo que acaba fabricando toda esta identidad.

¿Una cosmovisión compartida por todos y todas? ¿Muy distinta de la de otras comunidades? ¿Mismas experiencias, misma cultura, ¡enfrentados a los mismo problemas!? ¡Por Dios! ¿Una identidad uniforme Millet-Pujol-Clara Valverde-Paco Téllez? ¿Leemos más? ¿Esto lo dice uno de los grandes historiadores catalanes?

La cosa acaba con otra pregunta de calado: «¿Se rinde? ¿No hay nada a hacer?». La respuesta, lean con atención por favor:

«No es eso solo. He escrito este libro pensando en lectores catalanes. Si he de hacer los mismos razonamientos a lectores castellanos, lo tendría que reescribir completamente. Y no sé si vale la pena el esfuerzo».

¡Y no sé si vale la pena el esfuerzo! ¡Un historiador que escribe para alimentar el alma del volk catalán! ¡El compañero Josep Fontana! ¡Quién nos ha visto y quién nos ve!

Por cierto, quienes negaron no hace mucho tiempo el honoris causa de la UAB al que fuera compañero de militancia de Manuel Sacristán y Manuel Vázquez Montalbán en el PSUC, Gregorio Morán hablaba de ello en su última sabatina, intelectuales nacionalistas como Antoni Simon, Terricabras junior, Josep Maria Solé i Sabaté seguro que ahora se lo darían entusiasmados y con vivas, bravos y abrazos.

La tesis de fondo de la entrevista con el ex militante del PSUC: la negociación, el pacto, el acuerdo, no tiene sentido porque se trata de un choque (¿final?) de culturas políticas antagónicas, la española (castellana, pinyol dur) jerárquica y corrupta, la catalana, de abajo a arriba y libertaria. ¿Huele o no huele a choque de civilizaciones y a Tea Party?

VII

Votarán SI-SI porque dicen ser de izquierdas, lo han dicho públicamente en un artículo: Josep Ferrer, Francesc Osan, Josep M. Armengou, Francesc Matas, Elvira Duran, Josep Lluis Fernández, Josep M. López Llaví, David Companyon, Miquel Angel Escobar, Carme Garcia, Josep Ginesta, Lluis Rabell, Miguel Salas, Teresa Mira, Albert Farriol, Enric de Vilalta y Josep Sementé. En su opinión, «La izquierda no debería tener dudas el 9-N: la opción SI+SI es la que mejor defiende las aspiraciones catalanas de autogobierno y los intereses sociales y económicos de las clases populares.»

Sus tesis: 1. Porque hemos de estar del lado de la movilización popular. 2. Porque se han agotado las otras posibilidades de mejorar el autogobierno. 3. Porque abre expectativas de mejoras sociales y económicas. 4. Porque acelera el fin del régimen de la restauración. 5. Porque evidencia el derecho de los pueblos a configurar los estados. 6. Porque ejemplifica la victoria de la resistencia de un pueblo. 7. Porque demuestra que todo puede cambiar.

No hay por donde coger ni una sola de las tesis. Ya hemos hablado de ellas y de los argumentos de sus defensores en otras ocasiones.

La cuestión que vale la pena destacar: el tema esencial para esta «izquierda» no es, como decían y suele decirse (por ejemplo, al hablar del 11S de 2014), el dret a decidir. No, nada de eso. Cuento, estrategia publicista, engaña que algo queda. Lo que se defiende es la independencia (netamente dependiente de la UE, del euro, de los grandes poderes), la ruptura del demos común, la separación de las clases trabajadoras hispánicas. De eso estamos hablando.

Y hay algo más.

En uno de los papeles de les Esquerres pel SISI que corren estos días por Cataluña («Independencia, serà justicia social. Una altra Catalunya és posible»), puede leerse un paso como el siguiente:

«Los sectores que están intentando impedir el proceso, y el debate que comporta, tienen en común su proximidad con los poderes económicos y financieros españoles y catalanes. Son sus agentes, los que lo están intentando aguar o hacer descarrilar con propuestas de reformas, dilaciones o terceras vías, con el objetivo de ganar tiempo e intentar un nuevo pacto entre élites que permita mantener el statu quo actual.»

¿A qué es bonito, a qué es justo, a qué es ecuánime, a qué no es sectario, a qué describen correctamente la situación? En cuanto a las mejores económicas y sociales que señalan con la independencia, dada su alianza, en el frente nacional, con CiU y ERC, vale la pena recordar algunos pasos de un reciente artículo -«Exigimos un pacto»- de Àngels Guiteras Mestres, es presidenta de la Taula de Entitats (algunas son empresas) del Tercer Sector Social, nada sospechosa, en absoluto de «españolismo» o de radicalismo social:

«Las nuevas cifras de pobreza en Cataluña publicadas por el IDESCAT demuestran que cada día hay más personas que viven en situación de pobreza y que Cataluña es un país más pobre que hace un año. Está aumentando la crisis social en nuestro país. Las cifras demuestran lo que las entidades sociales vemos cada día y hace meses que denunciamos. Los indicadores publicados exponen, una vez más, que la pobreza es un problema de país. La pobreza en Cataluña es extensa, severa y crónica y la situación social que vive el país está poniendo a prueba a las entidades sociales de Cataluña.»

Para construir un futuro de progreso social para las personas, señala AGM, «todos tenemos que tener muy claro que ahora, más que nunca, la inversión social es la clave para el desarrollo económico y la calidad de la democracia. Sin cohesión social, sin política social y sin avanzar en derechos no tendremos un desarrollo económico estable y sostenido». Tenemos que construir una ciudadanía, afirma, «que defienda la justicia social en primera persona y participe conjuntamente con los gobiernos en la construcción colectiva de una sociedad mejor y menos desigual» (dejo lo de los gobiernos). La situación es crítica, afirma, «o avanzamos en derechos, o retrocedemos y adelgazamos el Estado del Bienestar».

Algunos datos: «En Cataluña, casi 1,5 millones de personas viven en situación de pobreza; 554.600 personas no tienen ningún ingreso en nuestro país (185.000 más que hace 5 años) y somos la comunidad autónoma con más desahucios en toda España». ¡En la vanguardia de la barbarie social! Además, prosigue, «vivimos un proceso de proletarización de las clases medianas y empobrecimiento de las clases trabajadoras.

Las entidades sociales que atendemos a más de dos millones de catalanes hemos visto cómo ha bajado la financiación pública de nuestras acciones, pero a la vez hemos ganado complicidad ciudadana». Las entidades sociales del país, señala, «apostamos por un pacto contra la pobreza en Cataluña. Hace años que venimos reclamando este gran acuerdo, le damos pleno apoyo, y pedimos que sea lo más consensuado posible con los partidos políticos y los agentes sociales. Lamentamos que después de cuatro años hablando del pacto contra la pobreza, los grupos parlamentarios no hayan podido llegar ni a un acuerdo de mínimos».

Pregunta: ¿hay realmente voluntad y unidad política para ir a la una en la lucha contra la pobreza? Es obvio que no, que las «unidades políticas» se construyen con otras finalidades.

VIII

La Generalitat, mira por donde, se niega a negociar con los funcionarios antes del 9-N. Los sindicatos han denunciado -¡por fin!- que el Gobierno los usa como «moneda de cambio».

El gobierno catalán ha retrasado una vez más la negociación con los representantes de los funcionarios. Deberán esperar hasta el 10 de noviembre para conocer cuáles serán sus condiciones salariales en 2015. ¿Hasta el 10N? ¿Por qué será? Ya podemos imaginarnos la propuesta.

Los representantes de los 200.000 trabajadores que dependen de la Generalitat exigen recuperar -no se piden incrementos salariales- la paga extra que fue suprimida en 2012, medidas para convocar oposiciones y la creación de empleo público.

IX

En la hoja informativa de la Generalitat sobre el 9-N se afirma que pueden votar catalans majors de 16 anys, persones nacionals d’estats de la Unió Europea, persones nacionals de tercers països, catalans i catalanes residents a l’exterior.

¿No debería decir «ciutadans», ciudadanos en lugar de catalans/catalanes? ¿Es más artificial, no es tan «natural» como ser catalán, nacido en?

¿Por qué el uso del femenino «catalanes» sólo para hablar de personas residentes en el exterior? ¿No podrán votar Carme Forcadell, Marta Ferrusola y lMuriel Casals del Omnium?

X

¡Qué bien que les sientan a algunas personas haberse alejado de tareas y responsabilidades institucionales! Joan Boada Masoliver es un ejemplo destacado. Lean, lean, miren lo que escribía el pasado miércoles 5 de noviembre en El País de Cataluña en un artículo titulado «El Régimen corrupto». Gracias por él. Selecciona algunos pasos. ¡No se pierdan su lectura completa por favor!

«[…] Creo necesario hacer un ejercicio de recuperación de la memoria reciente para que la ciudadanía no olvide, ni pase página, ante el terrible engaño que ha perpetrado el ex presidente Pujol. Utilizó el poder para crear una tupida red de negocios ilícitos que beneficiaban a toda una casta de políticos, al propio partido (CDC), empresarios, jueces y medios de comunicación».

Todo el mundo, recuerda JBM, sabía lo que pasaba en el país, mucha gente era consciente del trato de favor que dispensaba el Gobierno catalán, no «Madrid», a ciertos sectores y personas. «Pero pocas personas e instituciones de control querían indagar, nadie quería llegar al fondo de los rumores de corrupción fuera por miedo, por complicidad o, lo que es peor, por no hacer daño a Cataluña».

Asunto este, recuerda el autor, que Pujol trabajó muy bien como se demostró en el caso Banca Catalana: «después de estafar a miles de accionistas y que la fiscalía le abriera un procedimiento judicial, echó mano de la bandera, se puso la patria como escudo y envió a sus acólitos y cómplices mediáticos a vociferar vivas a Cataluña e insultos a los fiscales acusadores. Esta victoria contra la democracia y la justicia le abrió las puertas de la impunidad».

A partir de este episodio, señala, «se abrió una fase donde sus amigos, su partido, miembros de su Gobierno y su entorno, empezaron a coser la trama delictiva con la participación imprescindible del Gobierno catalán para saquear dinero público en beneficio personal o del partido». No fue el único partido en Cataluña por supuesto.

Una vez creciditos los hijos de Pujol y Ferrusola, «algunos formaron parte de la red de chupadores de la Hacienda pública, ganando posiciones en el entramado, según su inteligencia al servicio del delito, e iban ampliando y consolidando la corrupción del Régimen». No existen, señala con razón JBM, «empresas del clan Pujol que merezcan tal nombre: no producen ni puestos de trabajo, ni productos o servicios que sirvan para mejorar la economía. Lo que hay es una mínima estructura de mediación financiera, urbanística y de contratación localizada allí donde fuera más útil para su exclusivo beneficio». Los eslóganes de aquel Gobierno nacionalista cobran nueva lectura: Fem país [¡Hacemos país!] o La feina ben feta no té fronteres [¡El trabajo bien hecho no tiene fronteras!].

El fango franquista debió de servir de inspiración al Régimen, al catalán nacionalista por supuesto, «para utilizar actitudes autoritarias contra algunas instituciones y medios de comunicación que eran comprados y callados a base de subvenciones o amenazas». A esta manera de hacer política algunos le llamaban «oasis catalán» pero era otra cosa: «una trama de corrupción que algunos (pocos) medios de comunicación y algún partido político llevó al Parlamento y a la justicia las actuaciones ilícitas del Régimen, cosa que les significó ser tildados de traidores a la patria».

¿Traidores a la Patria? Botiflers! También ahora se vuelve a hablar de ello.

XI

El claustro de la Universidad de Girona está debatiendo en el momento en que escribo si retira el título de doctora honoris causa, concedido hace un par de años, a la magistrada Encarna Roca, catedrática de Derecho Civil, coautora del libro en cuatro volúmenes Fundamentos de Derecho Civil de Cataluña. La propuesta fue presentada hace unas semanas por 77 claustrables de la universidad. El gran pecado de la doctora Encara Roca: su actuación jurídica como miembro del Tribunal Constitucional. ¡No se opuso a la decisión del TC en torno al recurso del gobierno central! ¡Tocaba hacerlo!

Hablamos de una universidad, no de todas las universidades catalanas. Hablamos de 77 claustrables de 250, un poco más del 30% del total. No conozco el resultado de la votación (¡espero que sea rechazada la propuesta!) Pero es más que obvio que no se acaba de entender del todo lo que significa independencia del poder judicial y que algo huele mal, bastante o muymal, y no es precisamente en Dinamarca. ¿Qué cosmovisión encierra una propuesta de estas características? ¿Independencia = libertad, democracia y justicia social?

Por lo demás, salvo error por mi parte, Miquel Roca i Junyent también es doctor honoris causa por la misma Universidad. A pesar de ser defensor y estrella jurídica mediática de una Borbón, nadie ha pensado en retirarle su doctorado. ¿Por qué este trato diferencial?

XII

Abrí recordando una reflexión de Manolo Monereo: «Esta es nuestra segunda oportunidad. Sin identidad y sin imaginario no hay pueblo ni Res-Pública. La política a lo grande es eso: ideas para morir, ideas para vivir. Una razón para vivir: eso fue siempre el comunismo. Ánimo y fuerza: hay un pueblo que ganar y construir». ¿Ayuda a todo lo apuntado el proceso independentista en Cataluña? No, no ayuda. Todo lo contrario. Divide, nos divide, nos quiera fuerzas y ánimos solidarios. Las fuerzas de izquierda no independentista (incluso ellas también), o las nuevas fuerzas que están irrumpiendo (no hace falta que dé nombres), deberían pensar al unísono con dos perspectivas consistentes: respeto a las identidades no uniformes de todos y todas y solidaridad como idea-fuerza, como valor central.

XIII

Para finalizar: música de Salvador Bacarisse interpretada por Narciso Yepes e imágenes de la derrota de nuestro pueblo: http://www.youtube.com/watch?v=CR-UiyIa7Yk (una recomendación de Manolo Monereo que agradezco).

…Y me olvidaba. Está anunciado para 2015, para enero. Es un congreso. Se habla de República federal, de solidaridad, de la Cataluña obrera y popular. Como en los viejos tiempos, mejor imposible.


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.