«Sin duda, la alianza de Podemos e IU supone una victoria histórica de la izquierda española (en la que ambas partes salen ganando) que ha provocado una rabieta monumental de los Hunos y los Otros; la embestida de los medios de comunicación; la cagalera de la Banca y del Ibex, y el repicar de las […]
Javier Cortines
En efecto, está siendo tal la rabieta de las fuerzas del tripartidismo (PP, PSOE y C’s) ante la unión electoral de PODEMOS, IU, terceras fuerzas políticas, las mareas y las confluencias, que han revivido y actualizado viejos mensajes y viejas estrategias del pasado para infundir el miedo en el electorado. La vieja estrategia de la pinza, ya usada en 1992 con la IU de Julio Anguita, ha sido ahora amplificada bajo el catastrofista mensaje «¡Que vienen los comunistas!», apoyados en la indecente propaganda de que esta ideología nunca ha traído nada bueno, sólo miseria a la Humanidad. Habría que responderles que los que han traído pobreza, miseria, desigualdad, guerras, hambrunas, y esta alienante sociedad en que vivimos han sido el capitalismo y su actual vertiente, el neoliberalismo. Es de esperar que estos mensajes del horror se amplificarán durante la próxima campaña electoral. El PSOE, por su parte, continúa con su campaña de desprestigio de la formación de Pablo Iglesias, hermanándolo con Rajoy por no haber permitido «el cambio» que los españoles deseaban. Pura y dura hipocresía. Manifiesta indecencia.
Así que en vez de rectificar, Pedro Sánchez se presenta de nuevo como el adalid del «cambio» y del «progreso», prometiendo de nuevo con el mayor descaro y desvergüenza que derogará la reforma laboral (cuando ha podido hacerlo y no lo ha hecho hace apenas un mes), profundizando en su sectarismo y en el chantaje hacia la coalición UNIDOS PODEMOS, calentando el ambiente y alejando la posibilidad de un pacto equilibrado entre el PSOE y la coalición de izquierdas. Asegura que cree que nunca será Presidente si ello depende de los votos de Pablo Iglesias, cuando a estas alturas a lo que debiera responder es a la pregunta contraria, es decir, si Pablo Iglesias puede contar con su voto para ser el Jefe del próximo Gobierno. La dependencia del PSOE sobre las derechas se vuelve cada día más fuerte, y su prepotencia hacia las fuerzas de izquierda no hace más que acrecentarse, creando un clima poco propicio a un posible entendimiento después del 26J. Ahora mismo el PSOE se ha convertido en el auténtico tapón para el necesario giro social y democrático que demanda la sociedad, y además su tendencia es a pagarlo en las urnas. Y para colmo de la insensatez, Pedro Sánchez anuncia aumentos en el presupuesto para Defensa si llega a gobernar. Todo un desatino político que no hace más que confirmar lo que en el fondo son y representan.
Por si aún no quedara claro lo rastreros que son en el partido autodenominado «Socialista» y «Obrero», hemos tenido noticia de que en cuanto conocieron la voluntad manifiesta de PODEMOS e Izquierda Unida de concurrir juntos a los próximos comicios, la dirección del PSOE contactó con dirigentes de IU para decirles que las encuestas que ellos manejaban pronosticaban una importante subida de IU si ésta concurría en solitario, y así desinflar los ánimos de concurrir en coalición con la formación morada. Mientras, el Consejero de Justicia de la Junta de Andalucía aseguraba en una entrevista que si PODEMOS sube en las próximas elecciones, se demostrará que «la sociedad está enferma». Y es que el miedo que le tienen a Iglesias y los suyos es auténticamente terrorífico. Más bien habría que decirle al señor Consejero (que también tildó a los jueces de «Reyes de Taifas», por lo cual tuvo que disculparse al día siguiente) que una sociedad demuestra que está enferma si continúa votanto a los que llevan conduciendo al país durante más de 30 años por la senda de la traición, del neoliberalismo y de la pobreza generalizada.
Y es que la hipocresía de estos personajes es tal, y sus estrategias para desgastar a PODEMOS tan vergonzosas, que esa actitud requeriría, más que una tímida defensa, una decidido ataque por parte de la izquierda. Ellos no se cortan ni un pelo en sus ataques furibundos y disparatados contra Pablo Iglesias y los suyos, como en estas bochornosas declaraciones del Director General de la Policía, Ignacio Cosidó, por las cuales se levantó una petición de una conocida red social para solicitar su dimisión. Y ello por no mencionar el indecente vídeo de precampaña que han preparado en estos días, donde hablan de las políticas «moderadas» del PP, de que empezaron a gobernar «pensando en las personas», y de que «hemos conseguido un país más justo, libre y solidario, donde los fuertes ayudan a los débiles», entre otras aberrantes mentiras. Por si todo ello fuera poco, los casos de corrupción ya no es que sumen, es que multiplican, en una nauseabunda oleada que configura las portadas de los informativos diarios. Y tanto en precampaña como en campaña como en gobierno como en oposición, sus vergonzosos líderes continúan mintiendo, continúan intoxicando la política, continúan representando la España oscura y siniestra de los herederos del franquismo, de la represión, del avasallamiento de los más débiles, del entreguismo hacia el gran capital, de la injusticia social, del favoritismo hacia los poderosos, y de la destrucción de los derechos humanos.
Y mientras, Albert Rivera ha viajado recientemente a Venezuela, a interesarse por la situación de los que ellos se empeñan en llamar «presos políticos», pero que no son más que golpistas al amparo de la criminal administración norteamericana, y de las grandes empresas, las mismas que desabastecen supermercados y farmacias, negando a la población los suministros básicos. Si al líder de CIUDADANOS le interesaran de verdad los Derechos Humanos, podría viajar también a México, a Colombia, incluso a Estados Unidos, podría visitar la prisión de Guantánamo, auténtica cámara de los horrores, o tal vez a China, o al Sáhara Occidental, o a Palestina. Como muy bien ha declarado el ex JEMAD Julio Rodríguez: «Si tuviera que visitar todos los países donde se violan los derechos humanos, volvería en 10 años». Pero incluso si no quiere visitar ninguno de esos sitios, se puede quedar tan ricamente aquí en España, visitando a los desahuciados, a los torturados por la policía en sus dependencias, a aquéllos a los que han retirado las ayudas a la Dependencia, a aquéllos niños y niñas que viven bajo situación de pobreza infantil, o a los encarcelados injustamente, que sí son presos políticos, como el sindicalista andaluz del SAT Andrés Bódalo, por el que sus compañeros se encuentran en la Puerta del Sol haciendo una huelga de hambre desde hace varios días. Pero seguro que nada de esto interesa a Albert Rivera, cuya demagogia no tiene límites.
El asunto de Venezuela también colea por otros muchos frentes, ya que también hemos conocido que en la reunión anual del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), máximo órgano oficial que trata de los asuntos de seguridad en nuestro país, se ha tratado el tema de la «seguridad» de los aproximadamente 200.000 ciudadanos y ciudadanas españoles/as residentes en el país latino, ante el clima de caos y rebelión social que allí se vive, y por los cuales parecen estar muy interesados las autoridades españolas, algo totalmente inaudito y vergonzante, cuando en nuestro país existen millones de personas a las que se les niegan los derechos humanos fundamentales, tales como la vivienda, la sanidad o el trabajo, incluso el voto (a los jóvenes exiliados a la fuerza a los que representa la Marea Granate). La situación es de tanta hipocresía y estupidez social, que ya resulta grotesca e indecente. Y a todo esto, los partidos políticos no son los únicos agentes que hacen precampaña, ya que como siempre, tenemos a los empresarios, empeñados en difundir sus aberrantes mensajes, como el concepto de trabajo que confesó Juan Rosell, y a la Comisión Europea, que a nuevas vueltas de tuerca con el asunto de la corrección del déficit público, dictamina ya al nuevo Gobierno que salga de las urnas los recortes que va a tener que asumir. En fin, quizá la precampaña más calentita de todas cuantas hemos tenido durante los últimos años, que esperamos elevará aún más el tono en campaña, y puede que nos traiga nuevas sorpresas después del 26J. De momento, el líder del PSOE ha asegurado en el Círculo de Economía que él garantiza que no habrá terceras elecciones…creo que la interpretación de dicha profecía daría para otro artículo. Permaneceremos atentos.
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