La embajadora de Cuba en España, Isabel Allende, aseguró durante un encuentro con la prensa en la sede diplomática en Madrid, que Estados Unidos elaboró y distribuyó entre «un grupo selecto de países», el texto de la resolución que se presentará este mes ante la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas, en Ginebra […]
La embajadora de Cuba en España, Isabel Allende, aseguró durante un encuentro con la prensa en la sede diplomática en Madrid, que Estados Unidos elaboró y distribuyó entre «un grupo selecto de países», el texto de la resolución que se presentará este mes ante la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas, en Ginebra (Suiza), para condenar la situación de los Derechos Humanos en Cuba.
Allende ratificó la denuncia que días antes había realizado el ministro de Asuntos Exteriores cubano, Felipe Pérez Roque.
Aunque por el momento se desconoce el contenido preciso del texto elaborado por los Estados Unidos, circula ya por internet una versión de lo que podría ser la resolución más o menos definitiva.
Igualmente, la embajadora denunció la presencia de Luis Zúñiga Rey como miembro de la delegación que EE.UU. presenta a la 60ª Conferencia de la CDH en Ginebra.
Tras el disfraz de diplomático, Luis Zúñiga presenta un pasado terrorista como así consta en el informe del Relator Especial de la ONU sobre Mercenarismo, Sr. Enrique Bernales Ballesteros, presentado precisamente ante la CDH en 1999. En dicho informe se señala a Luis Zúñiga Rey, de origen cubano y radicado en Miami, como integrante del grupo clandestino de seguridad de la denominada Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), una estructura paramilitar. El ahora «defensor de los derechos humanos», incrustado en la delegación estadounidense, abandonó ilegalmente Cuba en 1973 y a su arribo a Miami se enroló en la CIA para realizar operaciones de sabotaje y atentados en territorio cubano. Un año después, Zúñiga Rey fue detenido por las autoridades cubanas incautándosele explosivos y armas. Juzgado y condenado a 25 años de cárcel fue liberado en 1988, tras haber cumplido solamente 14. A su retorno a EE.UU. ingresó en la FNCA y estuvo involucrado en la colocación de bombas en hoteles en La Habana y otras acciones terroristas en hospitales cubanos.
Allende tildó de cínica e hipócrita la postura de los EE.UU. con respecto a los Derechos Humanos. La embajadora recordó la situación de los presos recluidos en la Base militar norteamericana de Guantánamo, ubicada ilegalmente sobre territorio cubano. Y también la carencia absoluta de garantías jurídicas y procesales de los 5 cubanos que se hallan encarcelados en EE.UU., precisamente, por luchar contra el terrorismo. «Parece que hay dos clases de terrorismo: el que se lanza contra Cuba y el que se da en el resto del mundo», añadió la diplomática.
Según Allende, «el tema de los derechos humanos se trata, con respecto a Cuba, de manera selectiva» y existe un «deseo de magnificar» esta circunstancia. Ahora que ya casi nadie cuestiona la situación general en la isla, los EE.UU. tienen que seguir atacando con el único caballo de batalla que les queda: los 75 opositores juzgados y encarcelados el pasado mes de abril. En esta línea, hizo referencia a las denuncias realizadas respecto a estos presos. Cuba ha sido criminalizada «primero porque no los habíamos juzgado, después porque todos son presos de conciencia y después por su presunta situación de insalubridad en la prisión», una circunstancia que «ya se desmintió con pruebas». «Si a los presos les faltan, en alguna ocasión, medicinas es debido a que también les faltan a todos los cubanos», aclaró.
Para la embajadora «todo esto forma parte de una campaña para acabar con el gobierno revolucionario y el régimen social que existe en Cuba. Es lo que dijo Bush el pasado 10 de octubre y es lo que está recogido en la ley Helms- Burton». Los EE.UU. ya han declarado abiertamente su intención de acabar con el sistema político y social existente en la isla por cualquier medio, sea la vía militar, la subversión interna o el terrorismo.