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La revolución energética que acabó con los apagones

Cuba, más energía y menos costo

Fuentes: Prensa Latina

La disminución en Cuba en 2006 de más del 90 por ciento de la energía eléctrica dejada de servir por falta de generación (los apagones), en comparación con 2005, es vista por la población como una signo inequívoco de que la Revolución Energética avanza por un camino cierto. Además del beneficio obtenido por la virtual […]

La disminución en Cuba en 2006 de más del 90 por ciento de la energía eléctrica dejada de servir por falta de generación (los apagones), en comparación con 2005, es vista por la población como una signo inequívoco de que la Revolución Energética avanza por un camino cierto.

Además del beneficio obtenido por la virtual desaparición de esas interrupciones -con frecuencia de largas horas-, los cubanos aplauden el programa aplicado, porque éste ha redundado en la elevación de su calidad de vida.

Como resultado de la Revolución Energética, hoy cerca de un 80 por ciento de los núcleos familiares en Cuba cocinan con electricidad, debido a la entrega de modernos módulos de cocción en reemplazo de otros consumidores de combustibles de alto costo y nocivos para la salud, como el kerosén.

El ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, al informar al Parlamento sobre los resultados en 2006, precisó que se se han comprado y distribuido más de 29 millones de utensilios y efectos electrodomésticos que permiten el ahorro de energía, en tanto aportan a una mejor calidad de vida.

GRUPOS ELECTROGENOS

Ante la crisis que sufrió en 2004 el Sistema Electroenergético Nacional (SEN), apoyado entonces en grandes plantas con elevados índices de consumo de combustibles y redes de transmisión y distribución en mal estado técnico, surgieron las ideas del nuevo programa.

Este consiste en un sistema basado en el uso de grupos electrógenos dislocados por casi todo el archipiélago y el empleo de medidas concretas para el ahorro de portadores energéticos.

Se trata de un esquema de generación eléctrica mediante la instalación de baterías de esos grupos electrógenos, que operan con diesel o fuel-oil, sincronizados al SEN, lo cual constituye uno de los más profundos cambios conceptuales en la esfera.

Es decir, equipos con bajo consumo energético, alta disponibilidad, facilidad para su instalación y niveles de potencia utilitaria inferiores a las termoeléctricas.

De acuerdo con expertos, la salida de funcionamiento de algunos de esos grupos no crearía nunca una crisis como la ocurrida en el 2004 cuando se averiaron las centrales termoeléctricas Lidio Ramón Pérez y Antonio Guiteras, esa última, la mayor del país.

Recientemente se anunció la conclusión oficial del Programa de Grupos Diesel en el país, los cuales aportan en conjunto más de mil 300 MW de potencia, tarea realizada en menos de un año.

Este avance es considerado por analistas de importante paso en las transformaciones que registra el sector energético en el archipiélago.

Las autoridades en la rama argumentan que mediante la producción de electricidad desde múltiples puntos de la ínsula, se garantiza la vitalidad económica y social de la nación ante cualquier clase de adversidad.

GRAN POTENCIAL DE AHORRO

Sólo la implantación de programas y estrategias para enfrentar las crecientes necesidades de energía, analizadas en el contexto de cada país y el establecimiento de programas de colaboración entre naciones, permitirá atenuar la situación de crisis energética en el orbe.

Como señaló el presidente de Cuba, Fidel Castro, lo único que evitará el agotamiento cercano del petróleo, a los ritmos actuales de consumo, es cambiar el irracional modo de consumo de las sociedades desarrolladas e ir a otro sistema.

Al calor de la Revolución Energética que lleva a cabo, Cuba invirtió cientos de millones de dólares para adquirir grupos electrógenos, y otros medios, entre ellos efectos electrodomésticos, aires acondicionados, refrigeradores y ventiladores.

Se incluyen en ese sentido, hornos eléctricos para panaderías, bombas de agua e insumos para la reparación de las redes de distribución de electricidad, todo lo cual conduce a un elevado ahorro de recursos, principalmente de portadores energéticos.

Además, el sistema comprende la instalación de más de 2,3 millones de breakers (interruptores) en las viviendas, lo que se realiza por primera vez en forma masiva, así como el incremento sustancial de la cantidad de transformadores de fabricación nacional.

De igual modo, se implementaron facilidades bancarias para que toda la población tenga acceso a esos beneficios.

Actualmente, el sector residencial en Cuba consume el 45 por ciento de la electricidad. Esto indica que cualquier medida de carácter masivo para favorecer el ahorro en ese contexto tiene elevada significación económica.

El primer emplazamiento de grupos electrógenos fuel oil puesto en explotación en la capital, está situado en el municipio de Regla y dispone de 28 motores y una potencia de 47,6 MW.

En el territorio capitalino, además, ya se colocaron 595 kilómetros de cables nuevos en las redes de distribución, de unos mil 300 que deben ser renovados.

Simultáneamente se produjo el reemplazo de más de 112 mil acometidas (alimentación eléctricas de las viviendas), de más de cuatro mil postes en igual situación de deterioro, mientras fueron instalados 380 mil breakers en las casas.

Como informó recientemente la Ministra de la Industria Básica, Yadira García, la inversión prevista en las redes, aunque es alta, permitirá mejorar la calidad de la electricidad.

La importancia de los grupos electrógenos ( ya existen en 116 de los 169 municipios del país) se puede apreciar, además, al tener en cuenta que estos pueden generar cerca de la mitad de la electricidad demandada en horario pico.

Asimismo, prosigue la instalación de grupos electrógenos de emergencia en objetivos sensibles de la economía y los servicios, para proporcionar el fluido, aún en caso de fenómenos meteorológicos y otros imponderables.

Se encuentran en el archipiélago más de seis mil 300 de esos medios, de los que tres mil 798 están en explotación.

Ellos garantizan la protección de hospitales, policlínicos, bancos de sangre, hogares de ancianos y de impedidos físicos y mentales, farmacias, panaderías, clínicas estomatológicas, centros de alimentos, frigoríficos, sistemas de bombeo y otras objetivos vitales.

El programa energético que implementa Cuba no es ajeno al incremento de la producción nacional de petróleo y gas, como tampoco al empleo de otras fuentes renovables de energía, entre ellas la eólica y la biomasa.

De acuerdo con los resultados de la Revolución Energética en 2006, el consumo eléctrico de la población por el empleo de equipos más eficientes y la venta de medios eléctricos para la cocción, aportaron una reducción notable del volumen de combustibles.

También arrojó una importante reducción de pérdidas y de insumo, así como estabilidad en el suministro de energía, limpia y sin emanaciones tóxicas.

El consumo de electricidad aumentó sólo siete por ciento, pese a que el Producto Interno Bruto (PIB) del país se incrementó en 12,5 por ciento mientras al SEN fueron conectados unos 120 mil nuevos clientes.