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Cumbre sobre el cambio climático

Fuentes: La Jornada

Terminó en Nairobi la cumbre sobre cambio climático. Asistieron representantes de 189 países, funcionarios internacionales y expertos en el tema. Antes de comenzar le llovieron críticas, ya que otras cumbres sobre temas relacionados con el ambiente terminaron en fracaso y también porque, aun con defectos, la gran reunión de 1997 realizada en Kyoto, que dio […]

Terminó en Nairobi la cumbre sobre cambio climático. Asistieron representantes de 189 países, funcionarios internacionales y expertos en el tema. Antes de comenzar le llovieron críticas, ya que otras cumbres sobre temas relacionados con el ambiente terminaron en fracaso y también porque, aun con defectos, la gran reunión de 1997 realizada en Kyoto, que dio origen al protocolo que lleva ese nombre, fijó los compromisos que las naciones deben cumplir para reducir la producción de los gases invernadero, causantes principales del calentamiento global. Pero Kyoto se cumple a paso de tortuga; no lo acepta Estados Unidos, responsable de la quinta parte de toda la contaminación del planeta, y hay ahora otros dos grandes contaminadores: China e India, empeñadas en crecer a toda costa.

También se alega que se saben las causas y los efectos posibles del calentamiento global: la quema de hidrocarburos, la destrucción de los recursos naturales, el uso irracional de la energía, y sus consecuencias: elevación de la temperatura mundial, que ocasiona cambios en la producción agrícola, la vida en la ciudad y el campo; aparición de plagas y enfermedades antes controladas, y el derretimiento de los casquetes polares, sin faltar el aumento del nivel de las aguas marinas, su calentamiento y huracanes cada vez más devastadores.

Sin embargo, de Nairobi salieron algunas propuestas que pueden llevar a acciones mucho más decididas para contrarrestar lo que nos espera si continuamos por el camino equivocado. Un primer consenso es revisar en dos años más los términos del Protocolo de Kyoto a fin de extenderlo después del año 2012. Por otro lado, las naciones industrializadas plantearon reducir a la mitad la generación de gases de invernadero, pero sin especificar cuándo comenzarán a hacerlo, a pesar de que todos los países están lejos de cumplir la tarea de reducir las emisiones de gases de invernadero y prevenir las consecuencias del calentamiento global.

Otro asunto destacado es que el cambio climático está costando demasiado en términos económicos y sociales, por eso es un asunto que no se puede limitar al medio ambiente, sino que hace parte de una agenda mucho más amplia: la del desarrollo sustentable y la economía global, pues lo malo que le ocurra al ambiente se refleja en la producción de bienes y servicios y en la calidad de vida de la población. Por eso las medidas para disminuir las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de invernadero deben acompañarse de menos deforestación, mejor uso del agua, y nuevos patrones de consumo energético, por ejemplo.

Hablando de deforestación, en Nairobi se mostró la necesidad de detenerla por su alta contribución al calentamiento global en países como México, Brasil, Colombia y Perú. De la mano de la falta de árboles viene la sequía. En la cumbre se dijo que Africa y América Latina serán los continentes que más la padecerán. Para Africa se proponen los mayores apoyos ante la pobreza que sufre, el aumento extremo de la temperatura, la falta de agua y la destrucción de recursos naturales.

En cuanto a México se informa que somos en América Latina los que más generamos dióxido de carbono y metano, principales gases de invernadero. Pese a tantas promesas oficiales, cada vez los producimos en mayor cantidad. Nos acompañan en la deshonrosa lista Brasil, Venezuela y Argentina. Ese primer lugar lo ganamos por mal manejo del bosque, la erosión y la quema de gasolina y diesel por parte del parque vehicular y la industria. Mientras, todos los estudios muestran que la temperatura seguirá aumentando en México, lo cual ya trae serios desajustes en las actividades productivas, la calidad de vida de la gente, menos lluvias y sequías más intensas. Esto lo reconoce el gobierno en sus informes sobre el tema, pero en cambio brillan por su ausencia las medidas que permitan contrarrestar esa variación y, en cambio, caminamos por la senda equivocada. El gobierno de los empresarios ha mostrado que es pésimo administrador y solamente le interesa generar riqueza para concentrarla en un pequeño grupo: el que manda en el país… Y viene lo peor.