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Daños millonarios por descontrol en industria cubana

Fuentes: OnCuba

El vencimiento de unas 1,445 toneladas de pulpa de mango y guayaba producidas entre 2015 y 2016 en una fábrica de conservas descubre «brechas en el control de los bienes del Estado», que sufrió daños millonarios, según denuncia la prensa cubana. En un reportaje titulado «Toneladas de irresponsabilidad», el diario Granma se adentra en la […]

El vencimiento de unas 1,445 toneladas de pulpa de mango y guayaba producidas entre 2015 y 2016 en una fábrica de conservas descubre «brechas en el control de los bienes del Estado», que sufrió daños millonarios, según denuncia la prensa cubana.

En un reportaje titulado «Toneladas de irresponsabilidad», el diario Granma se adentra en la pérdida de cantidades de pulpa «suficiente para llenar una piscina o para darle 1,2 litros a cada habitante de Pinar del Río», provincia donde se encuentra la industria La Conchita.

El hecho sale a la luz en un momento en que las autoridades de la Isla tratan de impulsar la producción nacional de alimentos para sustituir las importaciones, que anualmente cuestan a las arcas cubanas unos 2,000 millones de dólares.

El diario afirma que debido a las serias afectaciones económicas «el asunto de las pulpas vencidas se consideró un presunto hecho delictivo, por el incumplimiento del deber de preservar los bienes en entidades económicas».

Actualmente se encuentra abierto un proceso penal por las severas afectaciones económicas, cifradas en 2,2 millones de pesos.

Granma no especifica quienes serían los imputados ni explica si el monto de las pérdidas es solo en pesos cubanos (CUP) o si incluye también el CUC o peso convertible que circula a causa de la dualidad monetaria vigente aún en la isla.

Como apoyo a la situación denunciada, el diario incluyó una fotografía del «caos en los almacenes de La Conchita», donde se ven decenas de latas volcadas y abiertas de las que sale la pulpa, materia prima principal para los jugos, las cremas y las mermeladas destinadas a la venta minorista y el turismo.

Entre las principales causas de esta «irresponsable situación», auditores cubanos señalaron a Granma el «hacinamiento de los productos», la «falta de mecanismos para la rotación» en el almacén, las roturas de la cocina principal -más de dos años en reparación-, y la falta de envases, de los que se recibió solo el 37 por ciento del total necesario.

«Se nos unieron tres paralizaciones (de plantas de la fábrica), con una mayor entrada de mango y sin un respaldo de latas», explicó el jefe del departamento contable y financiero de La Conchita, Miguel Ángel González.

La inspección de los auditores a la industria pinareña, como parte de la la XII Comprobación Nacional al Control Interno, descubrió, además, que existían filtraciones y falta de ventilación en el almacén central, lo que «aceleró el proceso de descomposición de las mercancías».

«Lo más preocupante, sin embargo, fue la poca gestión para darle algún destino a una cantidad enorme de pulpas, antes de que se vencieran», insiste Granma.

En total fueron 645,5 toneladas en «envases abombados por la descomposición» vendidos como alimento animal a «un precio muy inferior al que la industria había pagado por el mango y la guayaba utilizada».

Otras 52,9 toneladas «ni siquiera pudieron aprovecharse como alimento animal debido a su deterioro, por lo que se indicó arrojarlas en el vertedero municipal», especificó el reportaje.

Sin embargo, el diario cubano asegura que la situación hoy en La Conchita es distinta. La administración de la fábrica decidió vender 1,475 toneladas de pulpa pertenecientes a la cosecha de 2017 a otras entidades para disminuir inventarios y se estabilizó la disponibilidad de envases.

Además, se organizaron tres turnos para trabajar las 24 horas, y la fábrica logró producir y vender 966 toneladas de mermelada concentrada, «mucho más de lo que había facturado en el 2017, el 2016 o el 2015», dice Granma.

Basado en este argumento, el reportaje concluye que la historia de negligencia y despilfarro pudo ser distinta, «si se hubiera actuado con responsabilidad desde el principio».

«Cuando se hizo la auditoría, enseguida se destrabó todo, pero después de que se echaron a perder cientos de toneladas», dijo al diario el auditor Sergio Carvajal, quien advierte que la responsabilidad no fue solo de la industria pinareña.

«Entre el 2015 y mediados del 2017, no existe evidencia documental de que se realizaran acciones de control relacionadas con los inventarios por parte de la Empresa Nacional de Conservas, lo que constituye un incumplimiento de sus funciones como órgano rector», aseguró Carvajal.

De acuerdo con Granma, el nuevo director de La Conchita, Fidel Boza, asegura que «bajo ningún concepto» se repetirá el estancamiento en los almacenes. Sin embargo, según los pronósticos la campaña del mango en 2018 debe ser superior a la del año pasado, lo que abre nuevas interrogantes y pone en tensión a una industria que el reportaje cataloga como «obsoleta», donde «no se sabe qué puede pasar al día siguiente».

Fuente: http://oncubamagazine.com/noticia/danos-millonarios-descontrol-industria-cubana/