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[Crónicas sabatinas] Más acá y por debajo del soberanismo-independentismo

De consistencias, inconsistencias… y de falsedades

Fuentes: Rebelión

Para Antonio Machado, in memoriam et ad honorem. 75 años y nueve meses después Desde un punto de vista teórico, yo no soy marxista, no lo he sido nunca, es muy posible que no lo sea jamás. Mi pensamiento no ha seguido la ruta que desciende de Hegel a Marx. Tal vez porque soy demasiado […]

Para Antonio Machado, in memoriam et ad honorem. 75 años y nueve meses después

Desde un punto de vista teórico, yo no soy marxista, no lo he sido nunca, es muy posible que no lo sea jamás. Mi pensamiento no ha seguido la ruta que desciende de Hegel a Marx. Tal vez porque soy demasiado romántico, por el influjo, acaso, de una educación demasiado idealista, me falta simpatía por la idea central del marxismo; me resisto a creer que el factor económico, cuya enorme importancia no desconozco, sea el más esencial de la vida humana y el gran motor de la historia. Veo, sin embargo, con entera caridad, que el socialismo, en cuanto supone una manera de convivencia humana, basada en el trabajo, en la igualdad de los medios concedidos a todos para realizarlo, y en la abolición de los privilegios de clase, es una etapa inexcusable en el camino de la justicia; veo claramente que es ésa la gran experiencia humana de nuestros días, a la que todos de algún modo debemos contribuir.

Antonio Machado (1º de mayo de 1937)

Ningún historiador serio de las naciones y el nacionalismo puede ser un nacionalista político comprometido.

Eric Hobsbawm (1992)

Cuentan, es sabido, que en los días gélidos los erizos sienten la necesidad de juntarse para darse calor y no morir. Cuando se aproximan mucho, las púas de los otros erizos les causan dolor. Sin embargo, alejarse comporta un frío insoportable. A diferencia de los erizos, nos acercamos no sólo a otros erizos sino a la causa de los días helados. El peligro y la moderación nos mantienen a una distancia adecuada para subsistir. Pero, a veces, nos seguimos acercando.

Belén Gopegui (2014)[1]

Ni en la II República, ni bajo el franquismo, ni hoy, la izquierda catalana ha sido independentista. Han existido, y existen, sí, partidos y grupos, pero muy minoritarios. ERC no puede considerarse un partido de izquierda.

Hignio Polo (2014)

El que expresa opiniones no debe dejarse sorprender en flagrante delito de contradicción. El que tiene pensamientos piensa también entre contradicciones.

Karl Kraus

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Preámbulo que sigue siendo necesario… acaso más que nunca.

Ni con lo hunos, próximos a la Moncloa y sus alrededores, ni con los hotros, los más cercanos, estos tan próximos a la plaza de Sant Jaume, la ex plaza de la República, y a una cosmovisión de derecha extrema neoliberal, los mismos, estos últimos, que probablemente -con probabilidad: 0,97- dirigirían una Cataluña independiente-dependiente, un país (en absoluto, «un nuevo país») que tendría que ver con la justicia social, la democracia de la ciudadanía y la equidad lo mismo que don Jorge Opus Dei Fernández con la mecánica cuántica o la teoría de la cardinalidad transfinita de Cantor. Nada de nada.

Por lo demás, tras el 9N, y fuera de todo atisbo de duda razonable, es más que evidente que el asunto fue siempre, se dijera lo que se dijera, de independencia-dependiente (UE, euro, grandes poderes). No del «dret a decidir», del «volem decidir nosaltres» o de lemas publicitarios (y falsarios) semejantes. No, no era eso, nunca ha sido eso, y los que lo señalaron con tenacidad y paciencia desde hace tiempo (no hablo de mi como es de toda evidencia) merecen un reconocimiento. El mío está aquí explicitado.

Debe añadirse también por si fuera necesario -¡qué tiempos estos en los que hay que decir lo más evidente!- que los ciudadanos/as que no participaron (participamos) en la jornada de agitación nacionalista-independentista del domingo 9 no somos ni reaccionarios, ni fachas, ni antidemócratas, ni anticatalanistas, ni neofranquistas ni tampoco, por supuesto, nacionalistas españolistas. A muchos de nosotros no nos emocionan ni la bicolor (que asociamos inevitablemente al fascismo franquista) ni el tachín-tachán del himno «nacional». De hecho, nunca hemos gritado ¡viva España! (sí, desde luego, ¡viva la España republicana!) y en su momento, no ahora, también gritamos ¡Visca Catalunya!

En síntesis: hay muchas letras en el abecedario latino entre la A y la Z, entre la proposición p y su opuesta no-p caben muchas mediaciones, muchos matices. Y matiz es concepto.

¿Son consistentes la simplificación y el insulto? No, no lo son, no son consistentes con una cultura democrática y de izquierdas.

I

¿Hay que proseguir señalando, apoyando, incluso gritando cortésmente, ¡viva la lucha del pueblo burgalés!, ¡viva la lucha de la ciudadanía rebelde e indignada contra la especulación!, ¡abajo el caciquismo!? ¿Hay que insistir? ¡Por la misma senda que Gamonal!

Parece razonable hacerlo. ¿Es consistente hablar-pensar-sentir en estos términos desde un punto de vista lógico -que diría aquel gran lógico norteamericano traducido al castellano por Manuel Sacristán- y de izquierda no nacionalista?

Sí, lo es. Es neta y necesariamente consistente.

II

Dentro del frente nacional-nacionalista se sigue cantando y publicitando una gran victoria. ¿Lo ha sido para ellos? No, en absoluto. Dentro del otro frente nacional-nacionalista se habla de gran derrota. ¿Lo ha sido realmente? ¿Gran derrota? No, tampoco ha sido eso.

¿Quién ha resultado vencedor el 9N? ¿La ciudadanía? ¿ERC? ¿ICV? ¿EUiA? ¿El molt ex honorable Jordi Pujol que también votó SI-SI? ¿Las CUP? ¿Otras fuerzas de «izquierda nacionalista» que apoyaron activamente la participación ciudadana en ese día de agitación nacionalista? No, desde luego que no. Ninguno de ellos.

El vencedor tiene un nombre. Ni siquiera es el de CDC y mucho menos el de Unió. Su nombre: Artur Mas, el presidente más neoliberal y con menos sensibilidad social, diga lo que diga en el Parlament, cuente lo que cuente ante las cámaras, de toda la historia de Cataluña.

¿Es consistente que las fuerzas de izquierdas, que la gran mayoría de estas fuerzas, hayan participado en un diseño organizativo hábilmente preparado desde instancias del gobierno de la Generalitat y de su Comisión de Transición Nacional hacia la independencia, bajo la dirección de Mas el neo?

No, no lo es. Lo contrario es mucho más verdadero… y duele mucho, muchísimo menos.

III

En el momento en que escribo, el president nacionalista Mas dice sondear a los partidos del frente nacional (que él dirige sin disidencias internas conocidas) antes de decidir si convoca elecciones.

Por su parte, Oriol Junqueras ha recogido en un manifiesto sus condiciones para plantear un proyecto común con CiU, no se sabe si en una lista única de país, para las futuras «elecciones plebiscitarias». La «alianza catalana» propuesta por el presidente de (no)Esquerra (no)Republicana de (no toda)Catalunya se vertebraría en torno a cuatro puntos: 1 .Independencia. 2. Plena ocupación. 3. Compromiso social. 4. Erradicación de la corrupción.

¿Es una broma? No, no, parece que no lo es. ¿Es consistente? No, en absoluto.

IV

Algunos datos básicos sobre la jornada de agitación nacionalista para situarnos un poco.

Porcentajes de votos SI-SI -apuesta por un estado «propio» e independiente- sobre el censo de la Generalitat (mayores de 16 años) en algunas de las principales ciudades de Cataluña:

Santa Coloma de Gramenet, 10,76%; Cornellà de Llobregat, 14,30%; Prat de Llobregat, 15,31%; L’Hospitalet de Llobregat, 13,82%; Sant Boi de Llobregat, 17,28%; Mollet del Vallés, 18,49%; Badalona, 19,07; Figueres, 20%; Barcelona 28,13%; Sabadell, 28,46%; Girona, 36,18%; Tarragona, 20,93%; Reus, 26,70%; Lleida, 26,61%; Sabadell, 28,46%. Sant Cugat 35,59%.

Censo general de la consulta (insisto: mayores de 16 años): 6.222.736. Votos por el SI-SI (acaso no todos estrictamente independentistas, algunos de ellos contrarios a la política defendida por el gobierno central): 1.806.336. En porcentaje sobre el total del censo anterior: el 29,03%.

Conocer el resultado de la opción SI-SI en los barrios y distritos de Barcelona también tiene su interés. No abrumo con más datos.

¿Son consistentes los resultados con lo que podía imaginarse antes de la jornada de «participación democrática»? Sí, en general sí. No ha habido ninguna gran sorpresa que merezca destacarse. Siguen trabajando la división del país (no digo por la mitad) y se sigue rompiendo la unidad de las clases trabajadoras catalanas y se prosigue su separación del resto de trabajadores/as de España. «La unidad nos da fuerza» y «el pueblo unido jamás será vencido» son consignas de rojos/as trasnochados… que no se enteran de nada.

¿Es consistente que entre las fuerzas e informaciones independentistas se ponga énfasis en la movilización del 9N y apenas se siga nada sobre el número de ciudadanos/as que decidimos no participar? Pues bien mirado sí lo es. No es eso lo que cuenta (aparentemente) en los cálculos (publicitados) de las fuerzas y colectivos que están por la ruptura y la separación…

Pero, por supuesto, cuenta.

Por cierto: votantes de CiU+ERC+CUP+(una parte de)ICV-EUiA en las elecciones de 2012: en torno a 1.850.000

V

Una de los grandes momentos del día. El encuentro -que pudo verse en «Salvados»- entre el presidente Artur Mas y el conseller de cultura Ferran Mascarell, ex Bandera Roja, ex PSC, cuando el primero se aproximaba a su lugar de votación. Mejor imagen del cortesano-político institucional-devoto del poder no creo que pueda hallarse.

¿Es consistente? No del todo con cierto pasado… pero, bien mirado, rascando un poco, sólo un poco, es absolutamente consistente con un presente muy generalizado.

VI

Las tanquetas militares que han corrido estas últimas semanas, urbi et orbe, en páginas independentistas eran imágenes de hace más de un año. La fuente: don Josep Cuní, de 8TV-condes-de-Godó-grandes-de-España, en respuesta a doña Pilar Rahola. Referencia horaria: 23:30 del pasado domingo 9N

¿Consistente con lo buscado, con lo deseado, con la tensión que se abona permanentemente? Consistente, totalmente consistente: España, no ya el gobierno o las instituciones del Estado, es un país de fachas, reaccionarios y militarotes de mierda (con perdón).

VII

Programa deportivo de la Cadena Ser dedicado al Barça, Barça, Barça, lunes 10 de noviembre. 15 minutos -no sé si más tiempo, no he podido resistirlo- haciendo referencia, con nombres y apellidos, a deportistas de élite de diferentes competiciones que participaron en el acto de agitación nacionalista del domingo. Ni un solo nombre de un deportista conocido que mantuviera una posición contraria… ¿Consistente?

VIII

Artur Mas se ha cansado de repetir (sin cansarse), y no ha sido el único, que «el 80 %» de los ciudadanos catalanes» y de los diputados del parlamento quería una consulta. ¿Es consistente la primera parte de la afirmación con lo que conocemos del 9N? Pues no del todo.

¿Son consistentes los datos de participación con los datos indiscutibles en sí y para sí, bajo peligro de ex comunión si osabas decir algo, de las importantes movilizaciones de los 11S de estos últimos años? No del todo tampoco.

O se exageró entonces… o ha habido en los últimos momentos un enorme (y desconocido) problema causante de ausencias ciudadanas, o se pusieron grandes dificultades para acudir a los colegios e institutos, o el cómputo del 9N está mal y acudieron muchos más votantes de los anunciados… o no fue eso y se, como algunos dijeron, los cálculos eran parte de la estrategia diseñada.

IX

¿Es significativo, políticamente hablando, el abrazo entre Artur Mas y David Fernández en la noche del 9N, https://www.youtube.com/watch?v=s52j4iWscus? Lo es, desde luego, como lo fueron la intervención de DF contra Rodrigo Rato en el Parlament de Catalunya o la salida de los diputados de la CUP de la sesión de control mientras el molt ex honorable no tenía ningún reparo en abroncar a los asistentes a aquella «inolvidable» reunión parlamentaria?

Lo anterior, por supuesto, no descalifica ni anula las muchas cosas positivas protagonizadas por el diputado de la CUP en otros momentos y en ámbitos que nada tienen que ver con el nacionalismo-independentismo. Lo inconsistente desde mi (entristecido) punto de vista: que David Fernández no haya realizado ninguna autocrítica por lo sucedido (que a todo el mundo le puede suceder).

Sea como fuere, si no la ha realizado, ¿qué puede inferirse políticamente de ello y de la estrategia seguida por las CUP en esta última legislatura? ¿Es necesario seguir señalando que algunos de sus votantes no tienen nada que ver con el independentismo y que lo que explica su apoyo fueron sus propuestas de ruptura? ¿Lo abonado y apoyado durante estos meses es rupturista? ¿En qué sentido? ¿Tabla de salvación de la burguesía catalana, agradecida por ello como Artur Mas no se ha cansado de repetir, en nombre del combate contra un Estado? ¿Es eso? ¿Todo vale?

X

Una conjetura que corrió y corre por la red y lugares afines

Rajoy, el PP, el aparato de Estado, no ha intervenido con más intensidad… o ha intervenido haciendo el ridículo para echarle un cable y dos manos a Mas y evitar así otro subidón de ERC que ha quedado claramente tocada.

¿Consistente como conjetura? Puede, tal vez, hay muchos nudos entrelazados.

XI

Los mayores de 16 años, como se sabe, pudieron votar el pasado domingo 9N. ¿Es consistente? ¿No lo es?

No está bien o mal en sí mismo bajar la edad con derecho a voto a los 16 años, desde luego. El problema es bajarla oportunísticamente, sin que nadie diga ni esta boca es mía, para una determinada votación sin replantear la cuestión a fondo: la fijación de la mayoría de edad.

A todos los efectos y no sólo para este acto concreto. ¿Es una desconocida propuesta de CDC o de sus sistemas afines?

XII

Jordi Pujol, el molt ex honorable, el mismo al que Artur Mas sigue llamando ex president sin demasiado problemas poliéticos, fue a votar el pasado 9N. Se habló de ello, en tono más que amable, en una información de 3/24. ¿Es consistente? El lector/a juzgará (No sé si el señor Millet-desfalco-Palau lo hizo. En todo caso, salvo error por mi parte, no se habló de ello en los medios de (des)información catalanes, nada que envidiar por cierto actualmente con el criticado papel de otros medios)

¿Se imaginan una información de TV1 o de La Sexta en la que se comentara, con imágenes incorporadas, que en las elecciones municipales de 2015 Miguel Blesa, Rodrigo Rato o Francisco Granados han ido a votar?

XIII

Aparte de las alfombras, Andorra y Suiza, otro de los grandes momentos de la entrevista de Jordi Évole con el president neoliberal de la Generalitat del pasado domingo en «Salvados»:

Don Mas, el estratega, se las dio de tener consciencia plena, ya en su formulación, de la coincidencia del día de agitación nacionalista con la caída del muro. Según explicó, él mismo sugirió en la reunión que mantuvo con los partidos del frente nacional en noviembre o diciembre de 2013 la posibilidad de celebrar la consulta independentista otros domingos de noviembre, que no pasaba nada si fuera así, que no era imprescindible que fuera el 9N. Pero, comentó, ningún representante de las otras fuerzas apuntó ningún inconveniente en que el día de agitación fuese el 9N. Como el de Berlín, otro muro iba a caer en España ese día.

¿Consistente? Desde una perspectiva de izquierda equilibrada, antiestalinista, informada y no cegada, no, en absoluto lo es.

Ilustración: un paso de la entrevista con Sandra Wagenknecht «Aún hay discriminación 25 años después de la caída del Muro» (tomado de Thilo Schäfer. La Marea; SW es la viceportavoz del grupo parlamentario de Die Linke en el Bundestag, la cámara baja del Parlamento alemán, una de las voces más conocidas y representativas de la izquierda alemana).

En el 25 aniversario de la caída del Muro, se le preguntó a SW, ¿qué balance hace de la reunificación, especialmente en el Este? Su respuesta:

«Es difícil hacer un balance porque para mucha gente debe mezclarse la alegría sobre la caída del Muro con la decepción sobre lo que vino después. La mayoría deseaba una economía de mercado social, pero se les ha dado un capitalismo cada vez más agresivo y más propenso a las crisis. Con la reunificación llegó la libertad de viajar y mejoró el abastecimiento de productos. Pero, por otro lado, hubo una destrucción masiva de puestos de trabajo y se liquidaron las garantías de seguridad social. Mucha gente, en el Este y el Oeste, carece hoy de cosas fundamentales, como una vivienda asequible, y no saben cómo con sus escasos ingresos pueden asegurarse contra riesgos vitales como la salud. La potencia económica en el Este aún representa el 66% respecto de la del Oeste, y el paro es casi el doble. Este pobre balance tiene que ver con errores políticos en la unificación alemana, como la introducción del marco occidental al cambio de 1:1 o la política de privatizaciones de la Treuhandanstalt en beneficio de las grandes empresas occidentales. Aún hay discriminación 25 años después. Es una locura que las personas que trabajan en el Este recibirán una pensión menor que las que lo hacen en el Oeste.»

XIV

Dos diálogos en Espai Marx.

El primero:

Miguel Candel [MC]: Las ideas verdes duermen furiosamente.

SLA: Enigmático te leo querido Sancho-Miguel.

MC: Es un ejemplo de sinsentido. Otro. Unos no-electores convocados a partir de un no-censo mediante una no-convocatoria de la Generalitat acuden a unas no-mesas a depositar unos no-votos bajo la supervisión de una no-comisión electoral. ¿No dijo Parménides que es imposible concebir y expresar el no-ser? Pues se equivocó: la Generalitat acaba en un día con 25 siglos de tradición filosófica y lógica. ¿Hay quien dé más que Mas?

El segundo diálogo:

MC: «Durante el período conocido en España como el Sexenio democrático, el Gobierno progresista concedió el voto universal, masculino, aboliendo el censitario. Este paso, a mi entender, tenía una trampa: el voto se concedía a los mayores de 25 años. En aquella época, en esta edad, los hombres ya solían estar casados y tenían varios hijos. Eran, pues, en general, personas más conservadoras que los jóvenes de 18 o 20 años, sin responsabilidades familiares y, por lo tanto, más radicales en sus planteamientos. El día de hoy, en Cataluña, pueden votar los casi podríamos decir adolescentes de 16 años. Tal y como se ha desarrollado el «procés», es lógico pensar que, en esta edad, estos chicos y chicas van a votar por la independencia… ¿Qué validez tiene el voto de estos jóvenes? ¿Cómo podemos dejar una cuestión tan importante para el conjunto de los españoles en manos de estos muchachos? La situación de los jóvenes es muy diferente ahora que la de décadas atrás. Se hacen adultos mucho más tarde. Por varias razones, pero creo que hay una determinante. Antes, en el trabajo, a partir de los 14 años las diferentes generaciones se encontraban y los casi niños recibían lecciones y aprendían de los comportamientos y conversaciones de los adultos. Hoy día, en los colegios, institutos y redes sociales, están hasta una edad mucho más avanzada sólo en contacto con jóvenes de su misma edad, con escaso contacto con personas de otras edades y experiencias… Esto me ha venido a la mente hace un rato, cuando he escuchado por la radio a un chico que hoy cumplía 16 años y era el primer votante de una mesa electoral…

De eso se trata: que se pueda traducir en votos por la independencia toda la «masa de maniobra» (perdón por el símil militar) de las manifestaciones independentistas de los últimos años, en que un tercio, al menos, eran menores de 18 años. Hay que tener a los chicos entretenidos: ya que no se les ofrece trabajo, se les ofrecen cabezas de turco contra las que desahogarse.

Viva la democracia participativa».

José Luis Martín Ramos: «La fecha-frontera para el voto siempre tendrá algo de arbitrario. ¿Por qué a los 18 y no a los 18 y tres meses? ¿o a los 17 y ocho meses? ¿o a los 21? ¿o a los 16? Para mí la cuestión solo se puede resolver a partir de la siguiente afirmación: el derecho de voto va ligado a la asunción plena de los derechos de ciudadanía; derechos, pero también deberes. Por tanto, el derecho de voto ha de obtenerse al mismo tiempo que la plena mayoría de edad legal. Si se da el derecho de voto a los 16 años, se tendría que establecer que esa es la mayoría de edad penal, por ejemplo. O que a los 16 años se puede libremente comprar y beber bebidas alcohólicas, fumar, conducir un coche, pedir una hipoteca y entramparse de por vida, casarse independientemente de que a tus padres les parezca bien o mal, marcharte de casa a vivir tu vida, asumir las deudas contraídas, sean las que sean, y así sucesivamente. Estoy seguro de que la inmensa mayoría de quienes ahora quieren darle el voto a los chicos y chicas de 16 y 17 años (por las razones que Miguel sabiamente señalaba) estarían radicalmente en contra de todas las demás derivadas que acabo de señalar. Derecho a cargarte un Estado mediante el voto, sí. Derecho a beberte una cañita en el bar de la esquina, no. Ejemplar (y muy estadounidense, por cierto)».

XV

Carta «oberta a la meva amiga Muriel Casals Couturier«, la presidenta del Omnium Cultural, de Antoni Montserrat Solé:

«Benvolguda Muriel:

La utilització de la figura d’Antoni Gutiérrez Díaz em sembla excessiva. El Guti, amb qui vaig col·laborar força anys a la Comissió Política d’Intel·lectuals del PSUC i després al Comitè Central era un personatge discutit dins del partit i vaig deixar de coincidir-hi a partir d’un cert moment, ja a la legalitat. El principal impulsor de la Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya i de l’Assemblea de Catalunya, però, no era independentista. Era un comunista que defensava el dret d’autodeterminació, com el PSUC ha fet sempre des de la seva fundació, però no la separació, el mateix que continua dient i fent ara el PSUCviu. L’evolució de les persones no la podem prejutjar, però no podem manipular-la.»

La traducción castellana:

«Querida Muriel:

La utilización de la figura de Antoni Gutiérrez me parece excesiva. El Guti, con quien colaboré muchos años a la Comisión Política de Intelectuales del PSUC y luego en el Comité Central, era un personaje discutido dentro del partido y yo mismo dejé de coincidir a partir de un cierto momento, ya en la legalidad. El principal impulsor de la Coordinadora de Fuerzas Políticas de Cataluña y de la Asamblea de Cataluña, sin embargo, no era independentista. Era un comunista que defendía el derecho de autodeterminación, como el PSUC ha hecho siempre desde su fundación, pero no la separación, el mismo que continúa diciendo y haciendo ahora el PSUCviu.

La evolución de las personas no la podemos prejuzgar y no podemos manipularla. «

Por la misma senda y en «Metiendo bulla«, el miércoles, 5 de noviembre de 2014, José Luis López Bulla, el ex secretario general de CCOO, escribía una nota titulada: «VÁZQUEZ MONTALBÁN, EL GUTI Y COMÍN REINVENTADOS DESVERGONZADAMENTE». Vale la pena reproducirla parcialmente:

«Antoni Gutiérrez Díaz, El Guti, Alfons Carles Comín y Manuel Vázquez Montalbán tuvieron en común una larga militancia comunista con una rica y compleja diversidad de matices político-culturales. Es decir, fueron diversamente comunistas. Del comunismo de los sueños, no el de las pesadillas. A los tres los conocí y con ellos trabajé políticamente durante años, pero -como es natural- sólo puedo celebrar lo que hicieron en vida, que no fueron pocas cosas. Ni siquiera puedo afirmar qué postura hubieran tomado con relación al actual proceso que existe en Cataluña. Mis intuiciones sobre qué dirían ahora mis viejos amigos no tienen valor alguno. Sin embargo, una conocida de Antoni Gutiérrez (Muriel Casals), la viuda de Vázquez (Anna Sallés) y el hijo de Alfons (Toni) han aparecido públicamente en los medios apoyando el 9 N catalán (cosa que me parece legítima) con la foto de su allegado, como quien indica que «ellos» apoyarían la jornada y su planteamiento subyacente. Comoquiera que Casals, Sallés y Comín Jr. apoyan la independencia es de cajón que el mensaje que nos trasmiten es que «ellos» también estarían por la labor».

Lo que raya en la impostura, comenta generosamente López Bulla:

«No hace falta que diga que el legado personal de Alfons Comín le corresponde a su familia al igual que el de Vázquez le corresponde a la suya; por cierto, ignoro qué legado personal del Guti le puede corresponder a Casals. Pero a los tres que han exhibido el retrato no les corresponde la gestión intelectual o política de lo que, ahora -ahora mismo, se entiende- harían los fotografiados».

Ni a ellos, remarca López Bulla, ni a nadie. Lo que han hecho, en su opinión, es el uso político de la memoria y, por y con ello, una estafa político-cultural.

«Que la han hecho transformando la memoria personal en una caco-utopía. Y es que en la izquierda y, desde ella, también se proyectan groseras manipulaciones. También hay contorsionistas que siguen las huellas de ciertos estetas de antaño. Entre otros, los que borraron a Trotsky de aquella famosa fotografía. Los tres publicistas del 9-N, es cierto, no borran nada, simplemente añaden algo a quienes ahora, desgraciadamente, no pueden decir ni oxte ni moxte; desgraciadamente porque no están con nosotros. Hay, además, un recurso a un sentimentalismo colado de matute y a separar de forma arbitraria el grano de la cizaña -los nuestros y los otros- más un cuarto de kilo de emoción falsa del «ellos también habrían votado sí» con la lagrimica asomando por el rabillo del ojo. Que me recuerda aquel anuncio del perro abandonado en la carretera: «Jamás te lo habría hecho a ti». De hecho, huelga decirlo, han empleado una estética sin ética como, para otros asuntos de antaño, hubiera dicho otro de los grandes, José María Valverde».

XVI

En el artículo «El demos catalán», del pasado 8 de noviembre, Judith Carrera comentaba un libro importante que ofrece una fotografía de presente de Cataluña a partir de la inmigración. Se trata de Catalunya al mirall de la immigració. Demografia i identitat nacional (L’Avenç), una obra de Andreu Domingo que

«[…] analiza la evolución de la población catalana desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Es un libro exhaustivo que, a partir del caso catalán, recorre muchos de los debates políticos, jurídicos y culturales vinculados a la inmigración en las sociedades occidentales de las últimas décadas. Sin embargo, más allá de los discursos teóricos, lo más interesante del libro es el retrato demográfico que hace de Cataluña, la fotografía real de quiénes somos, dónde hemos nacido y a dónde emigramos».

La principal conclusión del libro, sostiene JC, es la centralidad de la inmigración en la evolución de la población de Cataluña.

«Domingo demuestra hasta qué punto las principales olas de inmigración del siglo XX han sido determinantes para la Cataluña actual. Con la población envejecida y la baja fecundidad propias de todo país que ha realizado su transición demográfica, Cataluña ha pasado de 2 millones de habitantes en 1901 a los 7,5 millones actuales gracias sobre todo a tres olas de inmigración: la del primer tercio de siglo, la que tuvo lugar durante el franquismo y la más internacional y reciente de finales de los años noventa y principios del siglo XXI. Con esta perspectiva de largo recorrido, Domingo demuestra que las migraciones dependen esencialmente de los ciclos económicos, de tal manera que las tres tuvieron lugar durante las fases de crecimiento previas a la crisis de 1929, la del petróleo de 1973 y la global y financiera de 2008, respectivamente».

Concluye JC: «Catalunya al mirall de la inmigració es un libro lleno de matices que da cuenta de la complejidad de la inmigración y de fenómenos demográficos de enorme trascendencia y sensibilidad política y social. Así, por ejemplo, se diluye el lugar común de que Franco utilizó la inmigración rural para intentar desnaturalizar el pueblo catalán, o se alerta del peligro de creer que Cataluña está expulsando de manera masiva a sus jóvenes mejor formados ante el riesgo de que se convierta una profecía autocumplida.»

Ahorro citar algunos comentarios de doña Marta Ferrusola y de otros insignes ciudadanos sobre la inmigración. Y no sólo entre personas del ámbito de la derecha e incluso también entre prestigiosos políticos catalanistas del período republicano

XVII

¿Mordió el tan denostado Tribunal Constitucional el anzuelo del Gobierno español, que pretendió poner gasolina jurídica al 9-N? Esta es la reflexión de José María Mena.

¿Fue suspendida la consulta, como se ha dicho reiteradas veces por portavoces del frente nacional-nacionalista catalán?

«No ha sido suspendida la consulta por el Tribunal Constitucional. Solo han sido suspendidas, y solo cautelarmente, las actuaciones de las instituciones que integran la Generalitat de Cataluña vinculadas con la consulta. Todas las demás iniciativas proconsulta conservan su legitimidad constitucional, no están suspendidas».

La Abogacía del Estado, órgano jurídico que expresa la voluntad del Gobierno, señala Mena, además de pedir la suspensión de la consulta, pidió al TC que hiciera un apercibimiento: las autoridades y funcionarios de Cataluña que no acataran la orden de suspensión podrían cometer un delito de desobediencia, que llevaba aparejada la pena de inhabilitación.

«El cese en el cargo, si llegara a dictarse una sentencia condenatoria firme, afectaría al president Mas, a los consellers, a los directores de centros docentes y a todos los demás funcionarios que realicen actuaciones vinculadas a la consulta. Este delito de desobediencia, y su consiguiente severísima consecuencia, era lo que pretendía prefigurar el Gobierno con su complementaria petición de apercibimiento. La Abogacía del Estado necesitaba ese apercibimiento porque, desde hace muchos años, ha sido un presupuesto imprescindible, según el Tribunal Supremo, para que se pueda castigar a las autoridades o funcionarios por el delito de desobediencia a las órdenes de una autoridad superior».

Pero el TC no mordió el anzuelo.

«En su providencia de suspensión ha dado la callada por respuesta. No ha hecho ninguna referencia al apercibimiento que pretendía el Gobierno. Es razonable prever que esta calculada y cuidadosa omisión dificultará seriamente, o cerrará el paso, al propósito de encender el conflicto con el argumento simplificador de que la ley hay que cumplirla, como si esta fuera única, simple y de interpretación incuestionable, infalible. Así, sin previos apercibimientos a los presuntos desobedientes, le será muy difícil al Gobierno imputar a las autoridades y funcionarios de Cataluña la comisión de delitos de desobediencia.»

Por lo demás, en opinión del admirado fiscal del caso Banca Catalana, no debería desencadenar las iras contra el TC que el tribunal haya decidido la suspensión cautelar de las actuaciones de la Generalitat vinculadas a la consulta.

«Presentado el recurso por el Gobierno, el Constitucional hizo lo único que podía hacer, porque lo manda la Constitución, inexcusablemente. Y puso especial cuidado en señalarlo, al expresar que lo ordenaba «comprobada la concurrencia de las condiciones procesales de admisibilidad». El Tribunal es, en fin de cuentas, una oficina en cuya ventanilla de entrada se ha presentado un documento con todos los requisitos formales. Es obligado admitirlo.»

Su reflexión final:

«Lo cierto es que, afortunadamente, el Constitucional ha optado por no añadir ni una gota de gasolina, como dijo uno de sus magistrados que no ha querido dar su nombre. El Gobierno, al contrario, sí pretendió poner gasolina, encender la amenaza de los tribunales penales, el temor pretendidamente paralizante a las inhabilitaciones. Pudo desentenderse de una pacífica convocatoria cívica independentista sin relevancia jurídica. Pero dio un paso que podría haberse evitado, y lo dio sin acierto ni éxito. El único resultado efectivo del recurso, el único que se desprende con certeza de la decisión del Constitucional, es la nulidad jurídica de las actuaciones de la Generalitat vinculadas a la consulta. Todo lo que resuelva, decida, ordene, comunique o haga, será nulo, como jurídicamente inexistente».

Y nada más, concluye el ex fiscal general de Cataluña..

XVIII

¿Y Podemos, dónde está y ha estado Podemos? No ha intervenido mucho en el debate pero el sábado 8 de noviembre, el día de la inexistente jornada de reflexión, Gemma Ubasart e Iñigo Errejón publicaron un artículo con el título: «Podemos: más democracia, nuevo tablero.»

La mayor parte de la ciudadanía de Cataluña y sus representantes políticos, señalaban, «han mostrado de manera masiva que quieren votar para decidir el tipo de vinculación de su territorio con el Estado«. Lo han hecho, en su opinión, con manifestaciones, declaraciones parlamentarias, mociones en los Ayuntamientos y, lo que ellos llaman, «una extraordinaria vitalidad cívica» que corroboran los datos demoscópicos: más de un 80% de los catalanes y las catalanas está de acuerdo con ser consultada. Ya hemos comentado el carácter ideológico de la afirmación.

Podemos, los autores usan aquí el mismo lenguaje de diseño que el nacionalismo catalán, «apoya el derecho a decidir del pueblo catalán». No podría ser de otra manera señalan: la organización, Podemos, nace con el fin de radicalizar la democracia. Han nacido desafiando «la resignación y la alienación de la esfera pública que la descomposición del régimen podría provocar: reivindicando que de la crisis orgánica se sale con más democracia, con una irrupción plebeya, de la gente común, que recupere la política frente a la minoría privilegiada que se ha situado por encima del Estado de derecho». ¿Y qué tendrá que ver lo que está sucediendo en Cataluña actualmente en el ámbito independentista con la irrupción plebeya, con la gente? ¿Quién le habrá contado al joven Errejón este cuento?

Los autores están convencidos que el debate político sobre, de nuevo, el derecho (inexistente) a decidir se puede ver bloqueado por la cerrazón de las élites. En su opinión, ese inexistente derecho «debe ser puesto en relación con la discusión de qué condiciones hoy han ido produciendo un estrechamiento de las condiciones democráticas, y con qué transformaciones pueden garantizar el derecho de la ciudadanía a decidir sobre cuestiones territoriales, económicas y sociales». Este es el punto ciego, remarcan, que comparten hoy dirigentes en España y en Cataluña (es decir, en Cataluña y en el resto de España): «la desconfianza hacia la soberanía popular y su supeditación a otros criterios y poderes de origen no democrático».

Ejemplo que no citan: el caso del TTIP, la oposición de CiU a ejerce ese «derecho a decidir» en el caso del Tratado porque es chupiguay del Paraguay y ya está. Y punto. Y de decidir nada de nada.

Si bien «la arena social catalana» señalan en metáfora mejorable, se ha mostrado con gran vitalidad y creatividad, la arena institucional está bloqueada. «Es importante construir nuevos escenarios, encarar esta (y otras cuestiones) desde nuevas perspectivas, superar el bloqueo atravesándolo».

Siendo conscientes (¿lo son realmente?) de que el 9-N nos sitúa en un conflicto asimétrico si comparamos recursos materiales y simbólicos que tienen en sus manos instituciones españolas y catalanas (¿están apuntado que los recursos de las instituciones catalanas en Cataluña son incomparablemente mayores o apuntan en dirección inversa?), para superar el presente callejón sin salida apuntan tres escenarios:

El primero «pasaría por el desarrollo unilateral de un proceso de decisión sobre el futuro de Cataluña; convocar un referéndum no pactado y materializar el resultado de ésta solamente con la voluntad y acción de las instituciones y el tejido social. Esto comportaría el despliegue de iniciativas de desobediencia institucional, no acatando al Tribunal Constitucional (TC) e incumpliendo leyes estatales».

Este ejercicio de insumisión, señalan y al que no parecen oponerse frontalmente, tendría que ir combinado «con la obtención de amplios apoyos internacionales». Les parece que «el esbozo queda muy lejos de la realidad actual». Por eso parecen desecharlo, no por otras razones complementarias.

Los otros dos escenarios que pueden visualizarse pasan porque se produzca algún cambio en el Estado español. El segundo de los escenarios contemplaría una salida sistémica.

«Pasaría porque el TC diera una respuesta rápida al recurso presentado por la Generalitat y que abriera la puerta a una reinterpretación y reforma de la Constitución. Con este movimiento se buscaría relegitimar el TC en Cataluña, así como también supondría un aval a las bases del PP para que Rajoy pudiera abrir diálogo, y distensionaría el contexto con el resultado de que PSOE y CiU podrían recuperar cierto control sobre la situación mediante la recuperación del diálogo. Se trata de una reforma constitucional desde las élites actuales, que no podría quedarse sólo en el aspecto territorial y que debería incorporar contenidos democrático-institucionales y sociales».

Sería una suerte de restauración desde arriba que enfrentase la descomposición del orden político y cultural nacido en 1978. Sin embargo, comentan, «no parecen encontrarse entre los dirigentes políticos de las principales formaciones muchos ejemplos de audacia y altura de miras como para asumir este reto».

Por lo demás, claro está, no es su apuesta. El tercer escenario es el suyo:

«Sería el de una apertura democrática y constituyente que cambie la correlación de fuerzas en favor de las mayorías empobrecidas. La irrupción de Podemos a nivel del Estado camina hacia esta dirección, pero aún falta mucho camino por recorrer en la articulación del amplio consenso necesario para el cambio político. En el momento de la descomposición del régimen de 1978, el atrincheramiento de las élites puede agudizar la crisis y enquistar las discusiones. Un proceso de reconstrucción de las bases de convivencia, sobre la base de un nuevo sentido común que ya exige transformaciones impostergables».

En un Estado plurinacional, concluyen, sólo el acuerdo y la seducción deberían ser pegamentos para reconstruir puentes, «en un escenario de construcción de la soberanía popular frente a los poderes de minorías y el diktat financiero asumido por las castas catalana y española cuya única patria real es la Suiza».

Es decir, Podemos no abona de ningún modo la independencia de Cataluña, no hay voces diversas en su interior. ¿Es el caso? ¿Es consistente? Sí, lo es.

XIX

Cuatro reflexiones complementarias. La primera es del historiador José Luis Martín Ramos:

«Pero Mas ha ganado un mundo, para él y para los suyos. El escaso 30% de independentistas es el problema -estaba a punto de decir el pecado – de Tricky Junqui (¿volverá a gimotear?); los dos millones cuatrocientos mil (añadir los que votaran en esa prolongación insólita, hasta el 21) son suyos, son su victoria. Y ahí están TV3 y 8TV (Cuní-Rahola) para repetirlo hasta el aburrimiento (no el suyo). Si en vez de 2,4 millones hubieran votado 3 o 3,4, la gran mayoría de ellos votando No o Si-No, en esa cuádruple o quíntuple respuesta contabilizada aún más liante, lo único que habrían conseguido es dar «legitimidad» a un proceso en el que ya podrían contar con una participación «mayoritaria» y una mayoría absoluta de síes a la independencia. ¡Qué gran «astucia» la de la izquierda que ha aceptado entrar en su juego! ¿Ppor qué no tenía juego propio? Mas ha minorizado a ERC y ha fagocitado a las CUP. El abrazo M/DF (por cierto lo hicieron a la española, estilo machos alfa como se dice ahora, con golpes fuertes a la espalda del otro) no es ninguna anécdota, como no lo fue el zapatazo porque eso no lo fue, ¿verdad?

La política de Unión Sagrada ha funcionado a las mis maravillas. Y seguirá funcionando si nos empeñamos en mantenernos en su agenda… Este final de semana en Portugal un hecho grave: 4 muertos por legionella; en Cataluña, que yo sepa, siguen sin darse explicaciones… qué digo explicaciones, ya ni siquiera información para cerrar el caso.

Por cierto, ¿cuándo empieza la comisión CDC(Pujol) y el debate de presupuestos que invoca Herrera? Tranquilos que no será ninguna nueva pantalla -sigo abusando de la imagen de JT- sino un adorno de clowns para que los trapecistas dejen todavía con la boca más baierta al personal.»

La segunda es del imprescindible luchador, siempre de causas nobles y populares, Mariano Aragón:

«Mas, reinvestido con el «aura» 9N como General de División -no de capitán general- después de haber pasado un profundo purgatorio, relativiza con sus socios el eje nacional (elecciones para qué, declaración de independencia no es un buen medio, los resultados permiten alegría pero no euforia…), y apunta, abrir negociaciones con el gobierno de Madrid. Diálogo permanente para un hipotético referéndum (cada vez más asumido por los poderes que tendremos que realizar), pero esencialmente recuerda a Rajoy: ¿qué hay de lo mío?, de la respuesta a los 23 temas que Más entrego a la Moncloa en su última visita, económicos, políticos y culturales (ya negociados con la hegemonía económica del país). Mas no renunciará al tiempo de legislatura que le queda. Mas, con el soporte de esa hegemonía, refundará su espacio político. Mas disputará a ERC los votos perdidos y la hegemonía política, los presupuestos del 2015 cobraran protagonismo, mientras la izquierda desorientada y rendida recordará la vida real: convenios colectivos, desahucios, carencias alimentarias… y hasta es posible que recuerde la existencia de la movilización social.»

La tercera es de nuevo y para nuestra suerte de José Luis Martín Ramos:

«¡Si fuera ingenuidad, todavía no sería tan malo! Es otra cosa. En las CUP antes de acordar la participación en las elecciones al Parlament de Catalunya hubo un importante debate estratégico. Simplificando se trataba de seguir cediendo todo el espacio independentista a ERC y, sobre todo, a CDC, el pal de paller y no participar -MDT tradicional principal promotor- o abrir un espacio independentista propio en la política catalana, propio e independiente. La posición vencedora fue esta última y se tradujo en una candidatura que quería recoger apoyos sociales más allá de las CUP y la presencia del líder político de esa segunda opción, Quim Arrufat. Era una apuesta arriesgada, porque la llegada a la política general podía traducirse en nuevas tensiones internas y en una incapacidad para abrir ese espacio independentista independiente («de clase y nacional»).

Me temo que no la han superado; no puedo decir nada sobre las tensiones internas, se que las ha habido pero no las controlo (sobre la relación entre el grupo parlamentario, el dúo de hecho, y las CUP, por ejemplo). Pero respecto a la segunda cuestión he de constatar una, para mí, lamentable deriva hacia el campo magnético de CDC por parte de las CUP (probablemente una suma de sus reminiscencias CDC y de la preocupación por competir en independentismo con ERC). Esa deriva se inició con el acuerdo del contenido de la pregunta, que por mucho que se empeñen nunca podré considerar democrática, por la exclusión deliberada de las fuerzas que representan parte importante (aun cuando sean minoritarias) de la sociedad civil y la sociedad política catalana y por la inclusión, tramposa, del sí-no como mecanismo para integrar al proceso independentista a los federalistas (que sólo si no lo eran o estaban desorientados podían caer en la trampa).

Siguió con las peticiones de Arrufat a una «unión sagrada parcial» entre CDCy ERC y ha culminado en las dos últimas semanas. Primero cuando fueron las CUP las que salvaron la maniobra de Mas de convertir la consulta en «acto participativo» (acordaos del extraño comportamiento de DF de la tarde a la mañana siguiente) y luego con esa participación más que entusiasta en una evidente maniobra de Mas, que obligó a ERC a entrar también en el juego y llevó a ICV a culminar su autodestrucción política con el no-pero-finalmente-sí a su participación en el nuevo 9-N. Más que entusiasta porque eso es lo que refleja el abrazo «a la española» de Mas y DF, sorprendidos in fraganti, que culminaron una serie de cabildeos y cuchicheos algunos también captados por las cámaras. Creo que las CUP hoy por hoy son el elemento acólito de la táctica de Mas. No es ingenuidad. Es opción política y finalmente ideológica (lo nacional determina la estrategia y lo de clase la propaganda y la táctica, pero no al revés).

En cuanto a ICV tampoco es ingenuidad, es incapacidad absoluta por evitar la segunda (o tercera) autodestrucción.

Del PCC prefiero no hablar. Mi desprecio es absoluto hacia un grupo burocrático que ha demostrado toda su capacidad de egoísmo y deslealtad en el denominado proceso de unificación de los comunistas catalanes.»

La cuarta es de Pere Rusiñol:

«La mayoría de análisis del 9-N se han centrado en sus consecuencias sobre el pulso por el problema catalán a partir de dos fenómenos simultáneos y paradójicos: la impresionante y entusiasta participación ciudadana y los primeros signos de estancamiento en el meteórico ascenso del independentismo desde la infausta sentencia del Tribunal Constitucional, en 2010. Ambos fenómenos son ciertos y es pronto para saber cuál prevalecerá. Pero en el 9-N se jugaba otra gran batalla, Catalunya endins, dentro del campo soberanista. Y esta la ha ganado Artur Mas por goleada».

¿Por qué?

«Antes del 9-N, Mas era un político acabado, que parecía incapaz de cumplir su gran promesa electoral, humillado en los sondeos y sin ninguna salida política realista para sobrevivir con dignidad después de la totémica fecha. El sucedáneo de consulta lo ha cambiado todo. Mas no sólo ha cumplido formalmente con su promesa de colocar urnas, sino que ha logrado emocionar a más de dos millones de personas. El acto ha sido meramente simbólico, pero sus participantes sienten realmente que han escrito junto a Mas un capítulo glorioso en la historia de Catalunya».

Antes del 9-N, todo parecía a punto para que Junqueras se zampara a Mas con un sorpasso en el campo nacionalista. Ahora ya no, en absoluto:

«Sin ninguna duda este se hubiera producido si el sucedáneo se hubiera percibido como una mascarada. Pero con el éxito aumentará muchísimo la presión de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural a favor de una Lista del President. Y con el viento huracanado en esta dirección a Junqueras no le quedará más remedio que dejar el sorpasso de ERC sobre Convergència para más adelante o quizá incluso para otra vida. Además, el 9-N ha vuelto a dar varias cartas a Mas cuando ya las había perdido todas: ahora puede amagar de verdad con las plebiscitarias con lista nacionalista única -antes, con la fortaleza de ERC y la caída de CiU, la posibilidad parecía un chiste-, pero al mismo tiempo recupera la posibilidad de esperar y ganar tiempo en nombre de una lógica negociación con el Gobierno central que antes era quimérica: ¿para qué sentarse a negociar con un político acabado?»

Mas, pues, sale muy fortalecido del 9-N y todavía puede engordar muchísimo más, señala PR, si el PP y los nacionalistas españoles intentan canalizar su rabia a través de la Fiscalía o los tribunales. Añade con envidiable lucidez:

«El cadáver político vuelve ahora al tablero por la puerta grande. Lo más curioso es que la resurrección de Lázaro hubiera sido imposible sin la compañía del centroizquierda, la izquierda y la extrema izquierda, que han ejercido de salvavidas del presidente más neoliberal de la historia de Cataluña. Mas ni siquiera ha tenido que pagar un precio por este acompañamiento: le ha salido gratis total. A pesar de gobernar en minoría, ahí sigue como consejero de Economía Andreu Mas-Colell, neoliberal muy competente y avanzadilla de los recortes en toda España; en Sanidad Boi Ruiz, ex portavoz de la patronal sanitaria concertada que dice públicamente que la salud no es un derecho, y en Empresa Felip Puig, el amigo de Jordi Pujol Ferrusola que con tanta dureza dirigió los Mossos».

En realidad, conluye PR, Mas no ha tenido que prescindir de nada. Le ha bastado con ondear la bandera. Como en los tiempos del molt ex honorable que, como es de toda evidencia, nunca se fueron. Tal como eran, tal como son.

XX

Mientras tanto, ay! mientras tanto:

Felip Independentista Puig ficha a la mujer de Josep Tous, imputado en el caso ITV. Su nombre es Vicenta Bosch Ayala, aunque se hace llamar Tica Bosch. Es, desde antes del verano, la directora de la oficina del Centro de Promoción de Negocios de ACCIÓ en Londres, organismo que depende del departamento de Empresa y Empleo de la Generalitat, y es, como decíamos, la esposa de Josep Tous Andreu, ex alto cargo imputado en el llamado caso ITV junto con su amigo y compañero de estudios Oriol Pujol Ferrusola.

Por su parte, Antifraude vincula la Marina Port Vell al blanqueo de capitales. La operación fue aprobada en 2010 por la autoridad portuaria, entidad que gestiona el puerto y está presidida por Sixte Cambra, de CiU.

Del mismo modo, seis heridos en un desalojo de un banco ocupado por la PAH en Santa Cugat del Vallés. Los agentes antidisturbios entraron en acción. Agentes de los Mossos por supuesto.

Y así siguiendo. Etc, etc, etc.

XXI

Toca despedirse pidiendo disculpas por la extensión desproporcionada. ¡El 9N bien merecería una larga misa!

Como escribiría Antonia Maymón: «Salud y consecuencia».

Nota:

[1] He tomado la cita de David Becerra Mayor: «Escribir es convocar al fantasma» (Reseña de «El comité de la noche» de Belén Gopegui, Mundo Obrero). http://www.rebelion.org/noticia.php?id=191945

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