Nuestras sociedades están conducidas por un sistema cuyos tres factores claves son: 1) el económico (las necesidades -soslayamos las sexuales con las iglesias y las derechas ideológicas, aunque no sólo, haciendo por cogértelos y tener el control remoto de la vida, del motor de la vida-), 2) la información en sentido amplio (intelectual: valores y […]
Nuestras sociedades están conducidas por un sistema cuyos tres factores claves son: 1) el económico (las necesidades -soslayamos las sexuales con las iglesias y las derechas ideológicas, aunque no sólo, haciendo por cogértelos y tener el control remoto de la vida, del motor de la vida-), 2) la información en sentido amplio (intelectual: valores y significados; sensorial, cerebral, emocional), y 3), la política (la formalización, normas, fuerza). Esos tres caballos, interconectados e interactuando, dirigen el carro hacia un mismo fin: el control social y el beneficio privado: El Poder de la oligarquía. De la armonía que reine entre los tres dependerá la marcha, la dirección, la forma, etc., para conseguir esos fines. Casos de desavenencias, el sistema se resentirá.
Hoy, dichos tres agentes tienen un ámbito global tanto en la decisión, la actuación, como, consecuentemente, en los efectos. Es decir, la conformación de aquellos factores vienen impuestos, en gran medida, desde el ámbito internacional (los acontecimientos recientes lo dejan bien patente). Resaltar con ello, ya desde el inicio, que las conexiones, la organización, la estrategia, etc., que la quieran contrarrestar, debieran tener ese mismo planteamiento, y, asimismo, subrayar el papel cada vez más trascendente que, en este contexto, tiene la red (salvo que la corten, la saturen, la ensucien, la vicien, la infecten, la encarezcan, la parcelen, la vallen, la … Liberalismo para el pez gordo y ataduras para …la libertad), pero sin que ello desvalore ni un ápice el incremento exponencial de los multi y pluri medios de comunicación del control socia l con conexión libre y permanente y hasta el último recodo: éstos lo inundan todo durante todo el tiempo; aquella es una pequeña rendija, la alienación (y la especialización es una forma y coadyuva) está generalizada y consumada. Y todo ello comandado por los pistoleros del capital , por sus operadores sin fronteras, sin leyes, sin oponentes, campando a sus anchas, con más billones en sus cartucheras que la suma de los PIB’s de EEUU y UE juntos; al acecho, amenazando, especulando, atacando y sometiendo, incluso a quienes les protegen, a los más peoderosos (lease UE) y a sus agentes: han cambiado las guerras por el asesinato selectivo y por el padecimiento y la explotación de las sociedades. Guardan sus billones en cuevas libres de impuestos. El capital lo puede todo, no sólo tiene, prácticamente. todos los medios y todos los factores, también los gobiernos y sus políticas, y todos los controles. Además tiene la ingeniería de conocimiento: consuman así el robo, y la opresión no es percibida: el crimen perfecto.
1.- Las fuentes del poder
Así, El Poder tiene, como pilares, fundamentalmente tres elementos de sustento: el dinero, la información y la fuerza. La información que implantan en las cabezas a través de la educación y, más reiteradamente y durante toda la vida, con los medios de comunicación (del control de las masas) multimedias y multicanal. Con ella no sólo le (1) inocula el softward a través del cual verá o no, percibirá o no, interpretará y valorará la realidad, también (2) le pasa-oculta la película de la realidad que quiere que conozca-ignore, así como (3) sus características sensoemocionales con las que modelar al sujeto: embrutecimiento, inconsciencia, insensibilidad, violencia-ruido-dispersión, miedo-ansiedad, etc., etc. Además de lo que le ocultan, también hay que añadir todas las variantes alienantes, distorsionadoras y manipuladoras. Todos los medios de comunicación multicanal y multimedia están en manos, no ya privadas, más en rigor, del poder privado, en manos del capital; y, los públicos, de facto, también. Son la industria de la plurialienación . No están para informar al ciudadano, menos a su servicio, están para programarlo, para sujetarlo, para liarlo, engañarlo, entretenerlo, atontarlo e idiotizarlo, para conformarlo, encauzarlo y meterlo en vereda y conducirlo, cuando no directamente enfermarlo, a la vez que le ordeñan y viven de él. Industria de la alienación que crea, produce y hace girar la información que apuntala a los poderes, son sus voceros y sus programadores, son El poder mental, emocional y sensitivo, peor aún, son los que te muestran/ocultan, te delimitan y te enmarcan la evidencia: son la censura que acota y conforma la realidad a la vez que el filtro perceptivo y determinante de su valoración . En consecuencia, el capital contaminará los cerebros con el programa, los valores que les fortalecen, los valores que lo reproducen : beneficio propio, competencia, liderazgo, consumismo, etc., etc.. Los valores, la semántica, los significados informacionales y sus emisiones, los anclajes emocionales, … la realidad. Al respecto volveré con artículos específicos. Ahora sólo poner de relieve que, a pesar de liberalismo reinante, su oligarquía política, los partidos mayoritarios, no solo no han privatizado la industria de la alienación pública (a pesar de su liberalismo, no se van a desprender de una conexión directa a tu cabeza, otro control remoto, éste por arriba) sino que ha desarrollado y profundizado su incidencia alienante tanto cuantitativa como cualitativamente, de manera morbosa y agobiante. Señarlar, a manera de ejemplo, la introducción de programas enteros y, otros a ráfagas, dedicados a las paranormalidades, o cómo desmontan Radio Clásica, el último reducto que quedaba, programando la estulticia y motivando la dispersión. Todo ello en mandato del PSOE: es lo que quieren que germine en nuestras cabezas. La Democracia como gran tapadera informacional sobre nuestras cabezas, aprisionando, bajando el nivel hasta la extenuación e inoculando virus, necedad y embrutecimiento. En el caso de las «armas de destrucción masiva» como cebo para llevar carne de cañón en la defensa de sus intereses, y a pesar de que pusieron en marcha la maquinaria de voceros y altavoces informativos, aunque picó mucha gente, una mayoría no cayó en la trampa. Ese fallo no puede repetirse, y están en ello. Deténganse, y vean y oigan nuestros multimedios públicos de información de control de masas.
Si es esa la incidencia y efectos de esos medios, se entenderá que sin una influencia, sin un peso determinante del ciudadano en ese factor informacional, nada se avanzará en su liberación real. ¿Entonces? Hay que construir. P. ej., web 2.0, encuentros y trabajos de todos los interesados en ese ámbito: radios, TV’s, internet, prensa, revistas, creadores, películas y cortos, etc., y crear las redes e interconexiones, los órganos y acciones consecuentes.
El dinero, hoy en nuestras sociedades, es imprescindible no sólo para alimentarse, la necesidad primera y básica por antonomasia, además, de propina y dado que todo está privatizado (quedaba el aire, pero ya hay cuotas), para poder hacer cualquier cosa. El dinero es lo que posibilita todo lo demás, hace que el mundo se mueva, lo puede. También, como la información y los multimedias de ídem, prácticamente todo el dinero está en manos del capital. El público está para coadyuvar y alimentar, retroalimentar al privado. Por si no estuviera claro, la «crisis»-reestructuración del 2008 lo ha dejado bien patente. Si con la información nos moldean, nos programan según sus intereses, ahora son nuestras necesidades más primarias e imperiosas, pero no solo, las que nos hará esclavos materiales, siervos de la atadura dineraria: las monedas son las argollas de las nuevas cadenas del cautiverio contemporáneo. Así, el capital es el poder por antonomasia, y el dinero su ligadura. ¿Se imaginan cómo sería la sociedad si, en vez del dinero privado y dinero público de las AAPP, lo que sobresaliera fuera el redistribuido en cooperativas, que éstas fueran las mayores empresas, no ya del país, de Europa, del mundo? ¿Cómo sería un mundo en el que prevalecieran las cooperativas, la cooperación frente a la explotación y la competencia?
A diferencia de los dos anteriores, la fuerza, la violencia está, formalmente, en manos del poder público (recuerde: España es, de los países de la UE-15, con mayor polarización salarial, y, a la vez y por si acaso, el que más gasta en policías y de los que menos en sanidad, el penúltimo). Pero eso, prima facie, mera formalidad, a poco que se profundice, y dado el sustento material (dinero) e inmaterial (información) del sistema en manos privadas, las normas, procedimientos y la violencia para hacer que circule y funcione ese circuito (el sistema de mercado, pero no sólo) consolidando al poder y reportándole los pingües beneficios a sus dueños, no puede estar en manos distintas de éstos por mucho que disimulen sus testaferros (que hoy en día, ni eso: recuérdese el «cambio de Zapatero» tras su visita a la UE durante la crisis, o en las borrajas en que han quedado las primeras propuestas de algunas personalidades internacionales para reformar el sistema). Los acontecimientos actuales muestran la evidencia del sometimiento servil de lo público para dar el sustento a lo privado: el interés público como agente facilitador del interés del poder privado, como arma de éste, y la política de los estados convertida en mero instrumento (el otro) para hacerlo posible. Los gobiernos no sólo pierden influencia sobre la economía, sino que son su instrumento. La estructura política es la confluencia de lo que impulsan aquellos dos poderes para su coordinación y realización; su finalidad: la formalización del control total sobre países, sociedades y personas.
Así campañas y más campañas de derechos, eslóganes sobre participación, eso sí, meramente floral, mucha palabrería formal e informal, mucho juego de artificio, mucho conejo de la chistera, pero, al mismo tiempo, el nivel de la información, el alimento de nuestras cabezas, no es que lo bajen, es que lo contaminan, las músicas embrutecen y desequilibrian el sistema nervioso central, te destrozan la concentración y te potencian la dispersión, etc., etc. Te dan palabrería y, mientras, te quitan el sueldo, la jubilación, la …. Política: promesas que, cuando no son insustanciales, revocan versus información y economía: poderes que nos van conformando, sosteniendo, controlando.
También aquí, al igual que en los dos ámbitos anteriores, vemos que los poderes tienden a concentrarse. Lo remarcable ahora, es cómo los órganos políticos mundiales van perdiendo legitimidad democrática a medida que suben de jerarquía. En las alturas, la triada se unen en el dios que reina en la Tierra de manera cierta, pero en forma difusa.
2.- Centrarnos en lo que podemos hacer nosotros en el ámbito económico y en el informacional
Lo público ha sido y está completamente abducido por lo privado (lo privado con poder: el poder privado), por el capital. Y como a la cebolla, al montaje le han puesto muchas capas. Centrarnos exclusivamente en el vegetal (en el ámbito estrictamente político) sólo nos hará llorar al intentar quitárselas, hasta nublarnos. Nos lo dice la Historia, y así estamos. Además, ya se ha visto que el poder hoy, en una sociedad que se dice Democrática y de Derecho, procede de otros lados, si bien todos ellos conforman el sistema de dominio. No nos subamos y quedemos en la superestructura y bajemos a la arena del día a día. Hay que implementar nuevos caminos. Tenemos que aprender y no insistir en la misma senda. Nuevos caminos, nuevas formas y procesos, donde el empoderamiento de las personas sea la brújula, no solo del horizonte que nos guíe, sino de su efectividad aquí y ahora. Ello no debe descuidar prever y poner los filtros y técnicas que impidan infiltrados, sabotajes y demás satélites. A la vertiente política tenemos que añadir la económica y la informacional (sensorial, emocional, intelectual, ….: de mucho más alcance que lo meramente periodístico hasta ponerlas en prevalencia. Son realidades más micro, más inmediatas, más del día a día, más reales, más germinadoras y con efectos y frutos directos y cotidianos, más agradecidas y palpables que las estrictamente políticas. Tenemos que crearnos lazos reales, materiales, cotidianos, constantes; tenemos que construirnos una red informacional, hacernos con entes económicos estables. Lo de siempre: conseguir armar un ecosistema que de vida, y éste se sustenta sobre esos dos pilares; y es la información con sus conexiones la que lo posibilitará. Si se consigue aquella prevalencia, lo demás vendrá por añadidura.
Si son los mercados financieros (miles de expertos, superbien pagados, los de mayor «valía», dedicándose en exclusiva a ello y durante todo su tiempo, tendrán pocos rivales: ni países, ni bancos centrales) los que deciden la política (previamente la desapoderan, la dejan sin bancos públicos, se cargan a las cajas y, al frente del Banco de España y organismos similares, ponen a sus mayores adalides, que les permiten, les posibilitan los desmanes como ….) y, a través de (la información) sus medios de comunicación del control de masas, jeringuillas inoculadoras de sus valores,»nos convencen» de que «lo conveniente» es satisfacer sus conveniencias, de actuar en su beneficio que, nos inyectan, es el de todos. Es decir, no es que la política deje de tener influencia en la economía (¿empleo?), es que es ésta la que determina a aquella («la crisis» lo acaba de volver a dejar bien claro). Peor aún, esos operadores financieros han subido hasta convertirse en el primer poder mundial, sin cabeza, sin territorio y ubicuo y global: miren como someten a la toda poderosa Europa y, muchísimo peor, a sus millones de súbditos, parados o no, con casa o no … Claro que, inocentemente, les ha exonerado de impuestos, «les ponen» paraísos fiscales, «les dan» libertad absoluta y los secretos que hagan falta. Muy inocentemente, claro, porque son otros ¿o los mismos con distinta careta-función? ¿Los mismos que están contra «la cosa pública» gobernándola? Y con eso de la globalización … La finalidad del sistema político, como se ha dicho, es apuntalar Al Sistema, El Poder , el beneficio del capital. Se pone de relieve:
-que centrarse exclusivamente en concretar peticiones a los políticos es infantil, subordinado y dependiente; es ponernos a su albur y causa de frustraciones y es, salvo espejismos momentáneos, además de ineficaz e ineficiente, más grave, contraproducente: desapodera, deja a las personas a la espera del maná de la gracia de los dioses, y así, al mismo tiempo, fortalece a éstos. De ese modo lo que se crean son súbditos petitorios, más o menos cabreados, pero súbditos. Y lo que necesitamos es creatividad, abrir caminos, crear instrumentos que nos sean útiles. Lo que necesitamos no es elaborar peticiones graciables, sino que las iniciativas movilizadoras tengan las herramientas y la infraestructura para construirlas y hacerlas realidad. De ese sustento real, material va esta propuesta: edificar en eso tres ámbitos y en conexión global.
–que centrarnos exclusivamente en la vertiente política, en sentido estricto, es, desde la perspectiva factica, motora y de fondo, equivocarnos, no nos llevará a dónde queremos porque, aunque a primera vista, pudiera parecer que el conductor es libre de ir a cualquier sitio, ni la gasolina es suya, ni la dirección lleva a puerto que no esté trazado y, por si acaso, el volante está controlado desde otros sitios. Además, tienen el GPS (la información) para persuadirles de cuál es el mejor camino para unos y, a los otros, marearlos, y a vueltas con lo mismo.
–que tenemos que avanzar por los tres flancos o pilares comentados. Enfocarnos, no en los dioses o atriles políticos, no en el muro de las peticiones, sino en nosotros, en trabajar por construir un ecosistema que de vida. Y ésta está en las relaciones socioeconómicas y en las relaciones de información. Y de los tres pilares interrelacionados, los dos que remarco son los que dan el sustento material. Por eso, tenemos que enfocarnos, que focalizarnos (no desperdigarnos ni perdernos en disquisiciones alienantes) en (1) lo informacional (desde prensa, revista, videos, radio, cine, tele, red 1.0, red 2.0, red 3.0, conferencias charlas, encuentros, etc): crear y fundamentarla (valores), en conectarnos y distribuirla: red a nivel local y global que nos empodere; y (2), en generar y propagar los elementos de construcción de entidades socioeconómicas colaborativas en todos los niveles incluyendo a los consumidores. En paralelo a la expresión política, pero focalizándonos (en estos momentos y dadas la precariedad actual) más en crear éstas infraestructuras informacional y de economía social.
Estamos en una sociedad donde el conocimiento, la ingeniería financiera y no financiera, la fuerza del conocimiento (financiero-mercantil) se ha convertido en navaja de los operadores con la que roban no únicamente a los desconocedores ingenuos e indefensos. Centrarnos sólo en pedir (pedidores, pedigüeños) que no nos roben o en concretar medidas para solicitarles (solicitantes) que las implementen, es, más allá de cual fuera su concreción final, es equivocarnos. Y si sus señorías no nos lo concede, ¿nos enfrentamos a la poli, al ejercito? … A ellos sólo les interesa ganar más, tener más poder (más dinero, más policía, más control) dominar al rebaño, y, mientras tengan los otros dos pilares como los tienen, en exclusiva, aunque, graciosamente, concedan algo de las migajas demandadas, rápidamente su conocimiento, su ingeniería, superaran las tan trabajadas y consensuadas peticiones, por otras que estarán a lo mismo, a lo que es la esencia del sistema. Miremos la historia: la de nunca acabar. Además de en ese aspecto político-petitorio (¿reivindicativo?) y sus normas correspondientes (sanidad, trabajo, pensiones, tasa a los mov. de capitales, diferente elección de los presidentes de los bancos centrales y de los organismos internacionales …), hay que ponernos a hacer posible y a construir, no ya contrapesos mediáticos, sino (a) crear información activa, informaciónes integrales, multimedia, versus desesmascarar a los medios de comunicación del control social (ver art.), y hay que construir contrapesos económico-financieros. Pedir banca pública, diferente elección del presidente de los bancos centrales …, vale, pero mejor hacer lo que podemos: (b) construir cooperativas de crédito, de consumo, de producción, de distribución, potenciar sistemas de comercio justo, organizaciones de consumidores, (c) versus, publicitar listas (beneficios/salarios, jornadas y horarios, edades, estructura salarial, cantidades de los altos sueldos, negocios, política de la empresa y sus dueños, etc.) y estigmatizar las empresas explotadoras , devastadoras, antiecológicas, antiderechos humanos, etc. (d) Potenciar la toma de conciencia del consumidor y subrayar el papel decisivo que (en la sociedad de consumo) hoy tiene, si conseguimos dejar de ser mera masa consumista. No enfocarnos en los poderes, en qué pedirles, y centrarnos en lo que tenemos qué hacer nosotros y en cómo, en qué instrumentos son los que nos apoderan y en cómo hacerlos realidad, en rechazar todo aquello que no vaya en la dirección de la brújula: en apoderar a las personas, en despreciar al capital, a los poderes. En ese aspecto socioeconómico es en el que debería enfocarse la información y no en la alienación de la palabrería politiquera. En cómo hacer realidad dicho ecosistema., una red conectada, articulada. Todo eso, internet lo facilita.
Inciso para subrayar lo dicho en (c): el papel de los consumidores está totalmente infrautilizado. En sentido positivo, por todo lo que queda por hacer respecto al comercio y consumo justo. En el negativo, por el gran potencial desaprovechado y por no poner en valor sus efectos demoledores, mucho mayores que la huelga en una empresa, incluso en un país. Además, y al contrario que otras acciones, sin costes para sus actores. En contra de su éxito, quizás, juegue la falta o poca percepción ciudadana de acciones como el boicot. No obstante, una buena red informativa puede suplir esa carencia. En todo caso, poner de manifiesto sus grandes posibilidades, pero que impulsarlas requeriría, aquí también, y previamente, de esa conexión informativa, de esas redes activas que dieran a conocer la causa contra la que se dirige la acción y, más aún, que los valores que la ponen en marcha estén compartidos, y que, con la acción, se reforzarían. Así, y además de su posible gran impacto en una doble vertiente, socioeconómica y política, también habría una tercera incidencia: ser constructora, hacer prevaler y reforzar valores.
Reitero: es contraproducente combatir al sistema, como se hace, única o principalmente desde la vertiente estrictamente política. Enfocarnos, sólo, en análisis, planteamientos, medidas o alternativas superestructuralistas es pan para hoy y hambre para mañana, les sirve de retroalimentación y deja un campo lleno de frustraciones: los derechos, … incluso al Estado de Bienestar le dan la vuelta cuando quieren …. Ese no es el camino, el poder germinante, el incubador, lo que pone los cimientos para construir, y el poder conformador está en las otras dos vertientes. Y en llevarlas a la cotidianidad Pero es que, además, la vía política para las gentes de base no tiene recompensa, sueldos y subvenciones, al contrario que en otros casos, no es una profesión, es mero voluntarismo aplicado en «concienciar a las masas adocenadas». Eso deja muchos sinsabores y cansa a demasiados. A ese voluntarismo hay que darle sustento, darle contenido material que lo erija y consolide. Ahí la red de informaciones, las conexiones, la red multimedia, y ahí las redes de cooperativas y entidades económicas: el ecosistema que de vitalidad (que sea el trabajo ordinario, la vida cotidiana que construye y refuerza) y potencie ese «voluntarismo». Un ecosistema que de subsistencia y mantenga a las personas y a las organizaciones. Y por añadidura, será un obstáculo a la aparición de tanto cipayo y sicario a sueldo. Conviene ir por las tres bandas, pero las más genuinas, los sustentadores del poder son el dinero y la información; la política es más su consecuencia, su plasmación final, su ejecución global, integral, la última fase. Si bien, ese proceso no es lineal, sino circular, sistémico, y dónde esos tres pilares interactuan y se retroalimentan. Así, en momentos como los cambios sociales, la política, prima facie, es el elemento impulsor, pero en la normalidad, los que la cambiaron ya tienen la sarten por el mango,
3.- Quiénes, cuándo, cómo?
Quien pueda, debiera dar los pasos para posibilitar, para conectar e iniciar esos arranques: encuentros dónde los temas centrales sean esos: uno, cómo implementar redes informacionales, y otro, cómo hacer salir los germenes y conectarlos con sus cultivadores, cómo desarrollar la economía social, ….y ambos, desde todos sus prismas respectivos. La web 2.0 posibilita ámbitos de dialogo y reflexión y construcción.
Manos a la obra de edificar los elementos de un sistema económico para las personas y crear su modelo de información activa y establecer sus conexiones y redes. ¿Cómo hacerlo? Para su impulso se precisa de foros que maduren el tema, un punto de encuentro que consensuen la concreción de esas ideas y su implementación, desarrollo, y retroalimentación. Eso, tanto para los potenciales agentes, ya informacionales ya económicos, como para los consumidores. Formar la masa crítica que de el impulso. Se ha de abonar el campo (enfocarnos) hasta que ese conocimiento tenga la amplitud y profundidad suficiente para, además de conectar y poner en funcionamiento esos primeros brotes, darles continuidad y desarrollarlos. Es en sea construcción en la que nos deberíamos concentrar.
Y aquí es cuándo llegamos a otra clave del asunto: en la formación de ese nuevo comercio y ese nuevo consumidor, más allá de sus diversas variedades, podemos, tenemos que hacer confluir las voluntades por encima de las particularidades partidistas. Impulsar el cooperativismo, fomentar el colaboracionismo, la persona solidaria frente al individualismo depredador. Promover al consumidor consciente frente al consumista teledirigido. Estimular su consciencia y su asociacionismo cooperativo.
Insisto en la idea de ecosistema que nos de vida, construir las herramientas y organizaciones que lo desarrolle, trabajarlo por esas tres vías apuntadas, un proceso ….. Pero nada de ello será posible si la izquierda no cambia de mentalidad y de manera de relacionarse y de organizarse y de actuar con y en las realidades de hoy. Dejarse de diatribas sobre cuál es el dios verdadero y quién tiene la verdad revelada; dejar los catecismos y dogmas para la penitencia y centrarse en aquél norte de la brújula (empoderarnos), en los criterios para avanzar, en los argumentos y las acciones para conseguirlo: en confluir en lo concreto del presente. Ese cambio de las personas, también lo es de las organizaciones. Ejemplo: fuera cargos perennes, renovaciones constantes que oreen y oxigenen, no líderes ni pastores versus rebaños, criterios y argumentos, …..
La izquierda debe ser consciente de la extrema debilidad en la que se encuentra. No debiera engañarse. Más allá de escaramuzas puntuales debidas, hay que subrayarlo, al gran padecimiento social, la izquierda debe ser consciente de la revolución, de la reestructuración y fortalecimiento sin parangón que ha llevado a cabo el capital, tanto económico como informacional, y cuyas dudas no deben confundirse con falta de poder, al revés, éste ha crecido exponencialmente y su reinado es planetario (somete a la UE) y sin la oposición de tiempos pasados. Para poder avanzar, una premisa sine quo non para que tengamos algún éxito, es subrayar la necesiada del cambio apuntado, que dejemos atrás las teoría y abstracciones, las confrontaciones del siglo pasado, es que aprendamos a vivir con las etiquetas, pero que los dioses, catecismos y consignas las dejemos en la sacristía para los cónclaves, y en la realidad concreta trabajemos los argumentos concretos y las herramientas precisas, en la forma y con la finalidad de empoderarnos. Los catecismos sólo nos han traído a la división y debilidad en la que nos encontramos. ¿No tenemos suficiente? ¿Éso no nos alumbra, no nos enseña? ¿No aprendemos? ¿Más dogmas y sectarismos? ¿Que no lo ves? Ya harán ellos por dividirnos, nosotros hemos de actuar al contrario, centrándonos en la herramienta concreta. Hoy, esa debe ser nuestra estrategia. El único mandamiento debe ser el de crear instrumentos que empoderen a las personas y a sus grupos, y estigmatizar y rechazar todo lo que las abduzcan. Tenemos que coger herramientas de donde estén. La dirección nos la indica la maneta de la brújula apuntando al norte del empoderamiento del ciudadano, el criterio. Que lo que tenemos que hacer es arrimar el hombro, es crear conexiones, redes, instrumentos. Que el contraste, la disparidad de criterios nos sea útil para avanzar sin caer en doctrinarismos, y no para enzarzarnos en trifulcas de telebasura, estériles, dañinas, divisoras y destructoras. Es tiempo de construir, son momentos de conexiones. Si no, retrocederemos aún más. Las izquierdas deben estigmatizar dogmatismos y enfocarse y encumbrar criterios y argumentos certeros. Criticas si, faltaría, pero constructivas, que no se queden en lo meramente negativo, que aporten. Si no, van ha hacer mal. Y hay que apartar lo que daña y divide e impulsar lo que levanta. La mera critica destructiva debiera quedar señalada, tachada. También los dogmas y catecismos.
Empecemos por ser conscientes y por ver y priorizar lo importante frente a lo subordinado y lo anecdótico, no quedarnos atrapados en la red, en tantas naderías, en la reiteración de lo sabido, de lo mismo, en tanta información de la nada, en ….. en laS redes. No quedar atrapados en el mero consumismo de información, en la permanencia de lo efímero. Por eso tanta web de mera palabrería, muro de lamentos, literatura, historia, cuentos, vituperio y chismorreo, en gran medida, alienantes, no arman, no forman, no promueven, no construyen, no son las incubadoras de acción, de conexiones de iniciativas, los instrumentos que impulsen el funcionamiento de entidades como las apuntadas. Web que se enfoque en las herramientas y en su construcción (N-1 ?). Webs de trabajo, no como pase de revistillas y cotilleos o como pasar cromos o diapositivas, que convierten lo efímero en permanente. Ser conscientes, ser celosos con los útiles, las conexiones, el entorno en el que nos movemos: deben edificarnos, no adocenarnos, ni entretenernos ni alienarnos, deben ser conformadores de ese ecosistema que fortalezca al ciudadano.
Teniendo esa consciencia, con esas conexiones y con ese ecosistema, los organismos vivos que creemos, además de estar en interrelación y feedback constantes, también tenemos que poner especial cuidado en los procedimiento y las formas, y en controlar que su funcionamiento cumple, no sólo con los objetivos previstos, sino, incluso, que sus acciones y comportamientos potencian y no restringen aquella finalidad de empoderamiento.
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