Los noticiarios hablan de que se han reunido en Barcelona, en els Arts Santa Mónica, 400 profesionales para reflexionar sobre lo que debe ser la estrategia que señale el camino de la política cultural de los próximos 12 años (sic). El promotor es el conseller Ferran Mascarell. Como todo el mundo sabe se trata de […]
Los noticiarios hablan de que se han reunido en Barcelona, en els Arts Santa Mónica, 400 profesionales para reflexionar sobre lo que debe ser la estrategia que señale el camino de la política cultural de los próximos 12 años (sic). El promotor es el conseller Ferran Mascarell. Como todo el mundo sabe se trata de un historiador y político que proveniente de la izquierda del PSUC en sus años juveniles (Bandera Roja) que pasó a ser un cuadro político del PSC con responsabilidades institucionales y que ha acabado de conseller en el gobierno de CiU. No hay que escandalizarse, está claro que se lo merecía. Un político ambicioso con una formación como la suya lo que desea es llegar a este cargo y si se lo ofrecen ¿por qué renunciar? ¿por principios? Seguramente la mayoría de los dirigentes del PSC ya hace tiempo que los han perdido. ¿Por coherencia? Bueno, lo que representa Mascarell es la sensibilidad de la clase media catalanista y liberal, tan presente en CiU como en el PSC.
¿Quienes fueron los invitados a este encuentro? Por una parte todos los ex-burócratas de Cultura de la ex-Generalitat (o gestores, tampoco quiero ser malsonante). Por otra parte conocidos y conocidos oportunistas como Xavier Bru de Sala. También los intelectuales orgánicos de esta clase media catalanista y liberal a la que me refería: Francesc-Marc Álvaro, Salvador Cardús. Igualmente los popes intelectuales de la izquierda liberal, como Josep Ramoneda. O intelectuales mediáticos, más bien mediocres por cierto, como Rafael Argullol.Y algunos amigos más. Los de siempre, vaya. Porque en este país (ahora me refiero a Cataluña pero seguramente se puede ampliar ) la cultura de los políticos y los profesionales mediáticos es esto: un grupo amplio de amigos y conocidos, todos de la misma procedencia, que se reparten el dinero y las influencias. No quiero ser imprudente y no descarto que haya algún elemento bienintencionado en el encuentro que no disfrute de estos favores. ¿Y qué dicen? «La cultura ha sido el principal capital sobre el que se ha construido Cataluña en los últimos siglos», «La cultura representa el 4% del PIB catalán y da trabajo a 300.000 personas», «Uno de los principales problemas de la cultura catalana es que tiene más talento del que el mercado interno puede asumir», «hay que socializar la idea de que la cultura es constituyente», «reforzando la cultura reforzamos el país». «Las jornadas deben servir para formular un conjunto de conceptos que ayuden a comprender las funciones de la cultura en el siglo XXI que sirvan para fortalecer la cultura catalana a partir de sus especificidades». Los ponentes se plantean también «detectar ejes más eficientes de políticas culturales, a la luz de los activos y las deficiencias de tres decenios de experiencia.» El trabajo se prolongará a lo largo de los próximos meses.
Un rie para no llorar. Es indignante que en una situación de crisis que afecta gravemente a los recursos públicos destinados a la educación (infantil, primaria, secundaria, universitaria) tengamos que oír a bombo y platillo tanta retórica vacía. Yo no sé si los participantes cobran dinero o no, pero seguro que ganarán prestigio e influencia y seguro también que esta movida no será gratis. Las frases anteriores ya demuestran hasta que punto el sistema desarrolla un sistema de parásitos que se aprovechan de cualquier situación, por dramática que sea. Tantas frases vacías para seguir chupando del bote.
La primera cuestión es que nos expliquen que quiere decir para ellos cultura. La palabra, tan de moda, es totalmente moderna y diferentes grupos la potencian por intereses diversos. Para la burguesía es una forma de distinción de clase que les compensa la falta de filiación nobiliaria, para los nacionalistas es una manera de construir la identidad propia, para los antropólogos es la forma de referirse a lo que no es natural en los humanos. También podríamos añadir que para la izquierda es una manera de hablar de la formación de los ciudadanos y de la utilización actual para referirse a empresas o instituciones que producen un determinado tipo de bienes. En todo caso lo que permite esta falta inicial de claridad es lo de » a rio revuelto ganancia de pescadores.» Como ha sucedido desde que Max Cahner impulsó en 1983 unas jornadas similares.
Mi propuesta es muy sencilla. En primer lugar eliminar la Conselleria de Cultura. Austeridad obliga. En segundo dedicar más recursos a escuelas, institutos y universidades públicas. En tercer lugar que los ayuntamientos potencien bibliotecas, conciertos, teatro, cine de calidad para un público amplio. En cuarto lugar que se ayude de una manera pública y transparente a los que están potenciando la formación crítica de los ciudadanos.
Evidentemente la cuestión clave es cuales son los criterios para diferenciar una buena de una mía cultura, que los hay. Pero esto es un debate público serio que se debe potenciar desde otros lugares que estos encuentros donde cuatro amigos se divierten a costa del erario público: «El Congreso se divierte».
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