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¿De verdad que doña Cristina, la hija del Rey cazador, no podría echarnos una mano?

Fuentes: Rebelión

El gran lógico Wesley C. Salmon usó una excelente metáfora para hacer referencia a la multitud de problemas que subyacían y subyacen a las paradojas de Zenón. Las aporías del eleata eran como una especie de cebolla de capas infinitas. Discutimos sobre la continuidad o discontinuidad del tiempo y el espacio, parece que disolvemos o […]

El gran lógico Wesley C. Salmon usó una excelente metáfora para hacer referencia a la multitud de problemas que subyacían y subyacen a las paradojas de Zenón. Las aporías del eleata eran como una especie de cebolla de capas infinitas. Discutimos sobre la continuidad o discontinuidad del tiempo y el espacio, parece que disolvemos o resolvemos la duda, y asoma la patita de nuestra teoría del infinito y sus inconsistencias. Hablamos de ello y aparece nuestro concepto de movimiento o el asunto de las tareas sobrehumanas. Y así sin fin, como una historia interminable. El entramado Urdangarin-Torres-Borbón parece tener también esta característica. Una capa de esta insana cebolla nos da pie a vislumbrar cinco o seis más. Estas nos llevan a territorios -no forzosamente al municipio de Cebolla- con presencia aún mayor de esta planta herbácea bienal. Uno de los últimos avatares de las andanzas UBT nos lo ha contado Andreu Manresa en las páginas de El País del pasado viernes [1].

La historia va de lo siguiente: Marta Pérez fue contratada durante tres años por Aizóon. Cobraba unos 600 euros al mes que le entregaba Jan, sobrino del señor Urdangarin, sin que apareciese ningún tipo de recibo ni recibiera nómina alguna. Una trabajadora doméstica de la casa de la secre del yernísimo, Josefa Garrido, ha declarado también que recibía 650 euros en efectivo de manos de «un chico que se llamaba Jan». No firmó ningún recibo ni hubieron nóminas. Papelitos, simples papelitos; los dados coinciden. Además, la nuera de la señora Garrido, Yolanda Yeste, también fue contratada por Aizóon: como trabajadora doméstica en el domicilio de doña Cuquerella. ¡La imaginación al poder! Fue una «compensación» que Urdangarin concedió a su asistente, a la señora J.C. Como siempre, el sobrino Gui «pasaba a pagarle en mano». El juez Castro va a preguntarle a este último sobre estos pagos y su papel, del que supuestamente su copropietaria lo ignoraba todo, en la empresa Aizóon.

Con algo más detalle.

Tres sobrinos y un hermano de Iñaki Urdangarin han resultado salpicados en el sumario del caso Nóos. Los familiares del yernísimo fueron colocados como supuestos trabajadores y proveedores de la trama. Sus nombres aparecen en la investigación judicial en curso. Aizóon tuvo más de una docena de personas en plantilla. Según el fiscal del caso, «los contratos de estas personas se hicieron con la intención de ennegrecer parte de los millonarios fondos que recibía la firma y para escamotear impuestos». Ni más ni menos, ejemplaridad ducal-monárquica en estado puro.

De este modo, José Castro, el juez instructor del caso, ha citado a declarar, en calidad de testigo, a uno de estos familiares del duque palmesano. ¿A su señora? No, no, a su sobrino, a Jan Gui Urdangarin. Deberá detallar, parece razonable la petición, en qué consistió su trabajo. Supuestamente, siempre por supuesto supuestamente, el joven Gui Urdangarin actuó «como mensajero e intermediario del esposo de la infanta ante los empleados de Aizóon». Pagos en metálico y sin recibo en nombre del gran duque de Palma para esos otros colaboradores, esta fue su tarea. ¿Qué hacían en realidad esos colaboradores? Trabajos ficticios, es decir, poco o nada. ¿Para qué, por qué entonces? Según sostiene la Fiscalía Anticorrupción, el yernísimo «creó una plantilla irreal de trabajadores y usó un método para simular funciones y trabajos de su empresa ante la Seguridad Social y Hacienda con el fin de aminorar el pago de impuestos». ¡Y su suegro y su querida esposa sin enterarse ni la media ni el compás inicial de esta crematística mesa de un muy cercano emprendedor formado en ESADE!

De este modo, Aizóon, la empresa de la que fue (y sigue siendo tal vez) copropietaria la hija del Rey-cazador-de-elefantes, la ejecutiva de Caixabank, en su etapa de mayor caudal económico por contratos con gobiernos de las comunidades de Valencia y Baleares entre 2004 y 2007 (¡dinerito público!), tenía contratados a los hermanos Jan, Lucas y Lucía Gui Urdangarin, hijos de Ana Urdangarin y Carlos Gui. Todo queda en familia, todo debe quedar en familia, en esas 400 o 1.000 familias que gobiernan en España (Catalunya no excluida por supuesto).

De este modo, Aizóon pagó entre 83.400 y 110.00 euros a 12 empleados colaboradores en dos de los años citados. Con algún curioso añadido: «Un hermano del yerno del Rey, Mikel Urdangarín, dirigente deportivo de la Fundación Estadio en el País Vasco, recibió unos 12.000 euros del Instituto Nóos y de la firma De Goes Center for Stakeholder Management por impartir sendas ponencias durante unos eventos organizados por esas sociedades». ¡A 100 euros el minuto! ¡Y el rey y la hija sin enterarse de las profundas palabras y grandes reflexiones del hermano del yernísimo, tan cerca y al parecer tan lejos a un tiempo!

¿Y de quién partió todas estas luminosas ideas? Según la investigación, don Urdangarin pidió a su ayudante, Julita Cuquerella, que «fichara» a personas externas con la finalidad de generar vidilla económica a Aizóon, una entidad entre el ser y el no ser. Le comentó, vale la pena tomar notar, que «lo ideal» sería «que fuesen amas de casa interesada en cotizar por horas». La función encomendada a estas trabajadoras fue rastrear en Internet datos sobre fundaciones. El fiscal Pedro Horrach, durante el interrogatorio a la asistente del duque, señaló la finalidad real y ducal: «con los contratos de estos colaboradores y encuestadores, lo que realmente hizo el duque fue montar una cortina de humo ante Hacienda».

Como se recuerda, la señora Cuquerella trabajó para el duque, pero le pagaba Telefónica, la multinacional del siempre admirado César Alierta, el que permite que trabajadores de su empresa estén en huelga en hambre por el despido infame de Marcos sin mover un solo dedo y ningún párpado. Doña Cuquerella, la fiel cortesana del yernísimo, dio trabajo en Aizóon a su hermana y a sus dos empleadas domésticas. Cobraban «en negro» (es decir, con estrategias aristocráticas evasoras de impuestos), sin nómina ni hoja de salario. Quien abonaba el salario en mano, a veces en la calle y otras en un bar, todo muy «español», era el sobrino del gran duque. ¡El Estado soy yo y hago lo que me sale del moño! Se formó en ESADE, salen así. Su colega, Diego Torres, fue profesor de esta gran institución, es doctor incluso por la misma escuela empresarial

Doña Cristina, claro está, no puede ser de otro modo, se movía en los alrededores de toda esta trama. Dice, se dice, ha dicho, que no supo nada, nada de nada. ¿Nada, absolutamente nada? ¿No llegó a sus oídos alguna conversación, algún comentario, alguna nota, alguna sesuda reflexión evasora de impuestos? ¿De verdad que, esforzándose un poquito, no podría ayudar un pelín a la justicia en su investigación en un caso que adquiere crecientemente aspectos de una mafia muy pero que muy bien organizada y diseñada? ¿No es esa la obligación de todos los ciudadanos del Reino de España? ¿O es que la Infanta no es una ciudadana?

Por lo demás, puestos en ello, ¿y el suegrísimo? ¿Tampoco sabía nada el suegrísimo? ¿Siempre estaba de cacería? ¿No dicen que no se escapa nada de lo que ocurre en los dominios de La Zarzuela? ¿De qué hablaban en sus encuentros familiares? ¿No deberíamos pedir al Rey Borbón de España, el líder de la generación de la libertad a la que hizo referencia en la entrevista cortesana del pasado jueves, alguna información al respecto? ¿No sabe, no contesta?

Definitivamente, el régimen de la segunda restauración borbónica está herido de muerte. La revolución democrática y cívica debe darle la puntilla final.

PS: Eso sí, mientras tanto esto ocurre, la España de siempre sigue su camino, impasible el ademán. Son así «Ex ministros de UCD, PSOE y PP crean «España Constitucional». ¡Crean la España constitucional! ¡Toma el frasco don Pancracio!

Nada menos que una treintena de ex ministros que formaron parte de anteriores gobiernos de UCD, PSOE y PP han creado, así dicen, una fundación para la defensa de los valores recogidos en la Constitución española. ¿Qué valores? Igualdad, libertad, solidaridad, y desde luego unidad. Dejemos el último item por el momento. ¿Saben quienes están preocupados por la igualad y la solidaridad en España? ¿Saben por quien está impulsada la fundación? Por los ex ministros José Bono y Eduardo Zaplana, al alimón, cogidos de la mano y pasean por el jardín. ¡Bono y Zaplana preocupados por la igualdad y la solidaridad!

Pero hay un gran «tercer hombre». ¿Quién, dónde está ubicado? Como en la película de Carol Reed, en las sombras. «La fundación nace también con el importante apoyo de otro ex ministro popular y ‘hombre fuerte’ durante los gobiernos de José María Aznar como es Ángel Acebes». Como han leído, el ministro del Interior de extremísima derecha extrema, el que intentó engañar a millones de ciudadanos con el atentado de Atocha, es parte del triunvirato EC.

Hay más nombres: «Por parte del PSOE, cuenta con el apoyo de ex ministros del anterior Gobierno socialista de Zapatero como Elena Salgado, vicepresidenta y ministra de Economía, o María Antonia Trujillo, que ocupó la cartera de Vivienda, así como con ex miembros del Ejecutivo de Felipe González como Carlos Solchaga, titular del Ministerio Economía y Hacienda, o Javier Gómez Navarro, que ocupó la cartera de Comercio». ¡Para morirse y no resucitar!

Otros nombres ilustres. «Respaldan igualmente la iniciativa históricos de UCD como Marcelino Oreja, que fuera presidente de la formación y comisario europeo de Transporte y Energía», y, desde luego, el incombustible, Rodolfo Martín Villa, el ministro de Gobernación en el gobierno de la Unión de Centro Democrático entre 1976 y 1979, el de ENDESA, el de Sogecable y el de mil infamias más.

La España cañí-caciquil ataca de nuevo. No tienen arreglo. ¡Abróchense los cinturones! Mientras tanto, los independentistas catalanes ríen a carcajadas. ¡Nos lo ponen a…!

Nota:

[1] http://politica.elpais.com/politica/2013/01/03/actualidad/1357252759_363096.html

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.