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El Roundup de Monsanto en los parques de Barcelona

Decisiones públicas y cegadora cosmovisión neoliberal

Fuentes: Rebelión

Resulta tan extendido y repetido que empieza a parecer obvio. Si una institución pública, pongamos un ministerio o un ayuntamiento, en el creciente y suicida proceso de externalización de servicios y funciones, recibe varios ofertas empresariales para hacerse cargo de una determinada tarea, salvados unos mínimos imprescindibles, parece «razonable» pensar que la oferta más barata […]

Resulta tan extendido y repetido que empieza a parecer obvio. Si una institución pública, pongamos un ministerio o un ayuntamiento, en el creciente y suicida proceso de externalización de servicios y funciones, recibe varios ofertas empresariales para hacerse cargo de una determinada tarea, salvados unos mínimos imprescindibles, parece «razonable» pensar que la oferta más barata es la que debe aceptar la institución pública externalizadora. Alguna teoría o pseudoteoría del agente racional, en realidad una concepción demediada, mercantilista e incompleta de la racionalidad humana, abonará probablemente ese nudo con sesudos esquemas, algunas variables lógicas y sofisticados pseudoargumentos.

Una carta de un ciudadano barcelonés, Josep Carbonell Mestre, publicada en La Vanguardia[1], censurada por cierto su referencia a la multinacional Monsanto, que me ha sido dada a conocer por Clara Valverde [2], muestra el lado oscuro de ese irracional sendero indiscutido:

Con la llegada del buen tiempo, parece buena opción sentarnos debajo de un árbol de un parque de la ciudad. Escuchar música, leer, pensar, besarnos, holgazanear dulcemente, cuidar a quien debe ser cuidado. Vivir en definitiva.

Si vive en Barcelona, ni se le ocurra. El gobierno municipal, que desde luego no es peor de los pensables, que se las suele dar de verde y ecologista, ha subcontratado el cuidado de los parques de la ciudad desde hace algún tiempo. No puedo precisar fechas. ¡Qué modernidad, qué avance! Quién tomó esa decisión que ataca la excelente labor de los trabajadores públicos de Parques y Jardines de Barcelona, preguntarán. Lo ignoro… aunque me temo lo peor.

¿Quiénes consiguieron la subcontrata? La empresa que seguramente ofreció el mejor precio, es decir, el precio menor. ¿Y cómo consigue esa empresa dar ese servicio más barato? Pues porque además de pagar lo que paga a sus trabajadores, utiliza el herbicida más barato. ¿Y qué herbicida es ése? Lo han adivinado: el Roundup de la transgénica Monsanto.

Este herbicida, sabido es, es peligroso para toda la ciudadanía pero potencialmente tiene más riesgos en el caso de niños y de personas que sufren enfermedades como la fibromialgia, la fatiga crónica o las sensibilidades químicas múltiples.

Josep Carbonell Mestre publicaba una carta en La Vanguardia en la que recordaba que el eslogan «Barcelona, pel medi ambient» suelen lucirlo pequeños vehículos cisterna que se encargan del cuidado de los parques barceloneses. Carbonell Mestre vio que un trabajador, de uno de estos vehículos, rociaba la tierra del parque de la Ciudadela, uno de los grandes parques de la ciudad, en la zona próxima al Parlament de la Generalitat. Mientras corría por el parque, Carbonell Mestre, reparó que hacía más de un año y medio que su hijo, enfermo de síndrome de fatiga crónica (SFC) y sensibilidad química múltiple (SQM), le había dicho que no podía volver al parque, que alguna sustancia, presente en el ambiente, le perjudicaba.

Al acabar de correr, Carbonell Mestre se dirigió al trabajador que estaba rociando la tierra con la manguera. Le preguntó qué hacía, qué sustancia estaba aplicando. Muy cortés, el trabajador le explicó que era una herbicida, Roundup. Lo mata todo, le dijo; es el más económico, añadió. Ya sabe usted, le comentó finalmente, las empresas «miran la pela» y este producto es el más eficaz al precio más bajo. Usaban mucho Roundup en el cuidado de los parques de la ciudad, le apuntó.

Carbonell Mestre ha recordado la analogía del canario de las minas. Los canarios pagan con su vida. Los afectados por las citadas enfermedades lo pagan con su sufrimiento y, añade el padre del joven enfermo, «con el abandono y salvaje menosprecio que reciben de la consejerías de Salud y Acción social y ciudadanía» del gobierno de la Generalitat.

Mientras tanto, seguimos rociando los parques de la «millor botiga del mon» con herbicidas que lo matan todo y son muy baratos. La pela y la externalización, y acaso el descuido en los puestos de mando; la salud de la ciudadanía en el apartado de notas que nadie mira.

Notas:

[1] http://www.lavanguardia.es/lv24h/20100605/53940620348.html

[2] http://www.ligasfc.org/index.php?name=News&file=article&sid=344

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.