Traducido por Eva Calleja
Esta Declaración demanda una nueva estrategia de acción climática en Australia, una respuesta que iguale la escala de la amenaza a medida que los impactos de un clima más caliente se intensifiquen en Australia y por todo el mundo.
Impacto climático
Los megaincendios en Australia en 2019-2020 son un indicador de la vida y la muerte en una Tierra más caliente. El clima ya es peligroso, en Australia y en el Antártico, en Asia y en el Pacífico, por todo el mundo. La Tierra ya está inaceptablemente demasiado caliente.
Los impactos de la alteración climática son más graves de lo que se había pronosticado. Con un calentamiento de 1,5ºC desde los niveles preindustriales, que posiblemente se alcanzará en una década, el Gran Arrecife de Coral se perderá, el nivel del mar ira camino de subir muchos metros, y estarán cerca los puntos de inflexión para Groenlandia, y para el Amazonas y para otros almacenes de carbono.
Los compromisos del Acuerdo de Paris para la reducción de emisiones, si se llevan a cabo, están en una trayectoria de calentamiento de 3,5ºC para 2100 o incluso antes. Esto podría aumentar a 4-5ºC cuando se tienen en cuenta retroalimentaciones del sistema climático a largo plazo. Analistas de seguridad nacional alertan que 3ºC podría provocar un “caos social absoluto”, y se considera que 4ºC son incompatibles con el mantenimiento de unacivilización humana.
Eminentes científicos alertan de un escenario de “Tierra Invernadero”, un límite planetario que podría encontrarse en un calentamiento de solo 2ºC, en el quela subida de temperatura se haría autónoma. El reto ahora es volver a un clima seguro enfriando la Tierra a la vez que se evitan puntos de inflexión que podrían desencadenar más calentamiento.
Esto requiere una respuesta de emergencia, en la que el clima es la preocupación principal de los líderesen todos los niveles.
Fracaso de liderazgo
Los líderes mundiales influyentes, entre los que se incluyen a los líderes políticos, corporativos, financieros y de medios de comunicación, deliberadamente, se han negado a aceptar el consenso científico mayoritario sobre el cambio climático y sus riesgos, usando la dilación depredadora para prolongar un sistema económico insostenible. Impulsados por iniciativas cortoplacistas perversas y carentes de imaginación para entender las implicaciones, han colocado a la humanidad en un riesgo extremo.
Muchos de los líderes australianos son particularmente culpables, habiendo hecho todo lo posible durante las últimas tres décadas para impedir el desarrollo de una política seria sobre el cambio climático, a nivel internacional y nacional, y para proteger la industria de los combustibles fósiles. A pesar de que Australia es el cuarto mayor emisor de carbono del mundo, incluyendo las exportaciones, y uno de los países más expuestos al cambio climático.
La primera obligación de un gobernante es proteger a las personas, su bienestar y su sustento. En su lugar, los gobiernos australianos han dejado a la sociedad muy poco preparada para los desastres que ahora están teniendo lugar, y para los grandes cambios que se necesitan para mantener una sociedad cohesionada a medida que aumenten los impactos del cambio climático.
Fortalecer la democracia
Para definir las soluciones a la emergencia climática, se necesita una democracia más fuerte, no más débil. Se deben proteger los derechos de los ciudadanos para asegurar que las personas son tratadas con respeto y con justicia.
El cambio climático y sus soluciones tendrán implicaciones profundas para Australia, sus gentes y su tierra y su agua. Por ello es crucial conseguir y asegurar procesos verdaderamente significativos que empoderen a las voces indígenas, sus líderes y su conocimiento.
Abordar la amenaza climática
Colectivamente, los australianos tienen el deber de asistencia para proteger a las personas, a la naturaleza y a la civilización, tanto a nivel local como a nivel global. Las llamadas a ofrecer soluciones a la amenaza climática tienen que ser justas, teniendo en cuenta la capacidad de las personas.
El cambio climático es un problema mundial que requiere niveles de cooperación globalsin precedentes. Obviamente, no se puede solucionar si Australia actúa sola, pero Australia debe estar totalmente comprometida a esa cooperación.
Las medidas prioritarias incluyen:
- Recortar las emisiones de gases de efecto invernadero rápidamente a cero. Toda expansión de los combustibles fósiles debe ser detenida inmediatamente, las políticas que apoyan el uso de los combustibles fósiles deben de ser paralizadas y las subvenciones retiradas, y la demás industria desmantelada rápidamente con programas de ajuste para las comunidades en primera línea. Se necesita implementar con urgencia estrategias para minimizar las emisiones de metano.
- Rebajar las concentraciones de carbono atmosférico a niveles seguros desde las 413 ppm actuales por medio de medidas que incluyen el rediseño de las prácticas agrícolas y forestales y la implementación de secuestro de carbono del suelo, estuarios y océanos.
- Trabajar para prevenir los puntos de inflexión y los daños mientras se consiguen los objetivos de emisiones cero y serebajen las concentraciones de carbono.
- Integrar medidas de adaptación y resiliencia a la reestructuración económica necesaria para restaurar un clima seguro y reparar ecosistemas.
La acción temprana es esencial. La idea prevalente de conseguir una transición gradual a emisiones cero para 2050 no se sostiene. Se necesita una transición más rápida, usando medidas acordes a una amenaza existencial.
Hay que aceptar que el cambio climático es una gran amenaza a la seguridad nacional y humana, siendo su respuesta la más alta prioridad a nivel nacional y mundial.
Llamamiento a la acción para Australia
Es en el mayor interés para Australia demandar una acción global más amplia contra el cambio climático, y liderar actuando ella misma. No tiene sentido construir una economía basada en combustibles fósiles, prácticas y tecnologías que son insostenibles, particularmente cuando Australia tiene algunas de las mejores fuentes de energía limpia y oportunidades en el mundo.
Esto requiere líderes que entiendan el reto y las oportunidades y que estén totalmente comprometidos a acelerar la transición de emergencia a una economía para un clima seguro. Esto no sucederá con líderes que no aceptan que el cambio climático es una prioridad.
Los firmantes de esta Declaración hacen un llamamiento a la ciudadanía australiana para que se unan a ellos para construir un liderazgo que acepta la necesidad de dicha acción de emergencia.
En particular:
• Enfatizaremos la importancia de una estrategia no partidista que acepte a personas de todos los partidos políticos y sectores de la sociedad que están comprometidas a aplicar políticas, basadas en la ciencia, que hacen del clima la principal prioridad del gobierno y de la sociedad;
• Enfatizaremos el valor de un gobierno no partidista de unidad nacional para el clima;
• Responsabilizaremos a los líderes políticos actuales si fracasan en la protección de las gentes de Australia:
• Tomaremos medidas para empoderar las voces y el liderazgo indígena;
• Tomaremos medidas para fortalecer la democracia y los derechos de los ciudadanos;
• Priorizaremos las conversaciones con la comunidad empresarial para construir un entendimiento de la verdadera naturaleza de los riesgos y del ritmo de cambio necesario.
• Trabajaremos para movilizar y conectar todos los sectores de la sociedad civil para hacer una contribución influyente;
• Trabajaremos para revitalizar una administración y un gobierno público capacitado y dispuesto a dirigir la transición política y económica;
• Haremos campaña sin descanso en público para construir entendimiento y potencial comunitario para dirigir el cambio.
• Apoyaremos la formación de un grupo de trabajo especialista para diseñar una hoja de ruta para Australia para la transición de emergencia para restaurar un clima seguro.