El 14 de abril de 2012 se ha celebrado en Barcelona un acto en defensa de la enseñanza de la filosofía en la educación secundaria. Más allá de la cuestión local o corporativa me parece que el acto tiene una dimensión simbólica que vale la pena resaltar. Muchos de los países que están dando la […]
El 14 de abril de 2012 se ha celebrado en Barcelona un acto en defensa de la enseñanza de la filosofía en la educación secundaria. Más allá de la cuestión local o corporativa me parece que el acto tiene una dimensión simbólica que vale la pena resaltar. Muchos de los países que están dando la asignatura de filosofía están padeciendo una ofensiva ideológica e institucional para justificar su desaparación. Los profesores de filosofía no hemos de ser tan arrogantes como para pensar que la formación crítica de los ciudadanos depende de nosotros. Depende de muchos factores sociales, e incluso en lo que respecta a la educación secundaria nosotros no tenemos la exclusiva. Ahora bien, si pienso que somos una pieza clave para esta formación crítica del ciudadano.
La filosofía plantea una reflexión sobre cuestiones éticas, morales o políticas que son importantes para formar un ciudadano democrático. No confundamos una sociedad democrática con la oligarquía liberal, dominada por el poder económico y burocrático, que tenemos. Para una sociedad verdaderamente democrática los ciudadanos han de tener formación, criterio y poder real. No es el caso. Por esta razón me parece que todo lo que sea defender una educación crítica y humanista y no puramente instrumental y tecnológica es un paso adelante en la defensa de una sociedad de ciudadanos emancipados.
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