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Valdeprados, un pueblo segoviano de 80 vecinos, recibe una oferta para construir una ciudad al pie de la sierra de Guadarrama

Desarrollo sostenible o 10.000 nuevas viviendas

Fuentes: Mábel Galaz - El País

Valdeprados sólo tiene un bar, el Maypi, y una tienda, Castaño Viejo, de venta de muebles antiguos. En Valdeprados no hay cura ni médico en exclusiva; consultas y misas se comparten con los pueblos limítrofes. La escuela cerró hace tiempo y los estudiantes que quedan deben de ir cada día al Instituto de El Espinar […]

Valdeprados sólo tiene un bar, el Maypi, y una tienda, Castaño Viejo, de venta de muebles antiguos. En Valdeprados no hay cura ni médico en exclusiva; consultas y misas se comparten con los pueblos limítrofes. La escuela cerró hace tiempo y los estudiantes que quedan deben de ir cada día al Instituto de El Espinar o algún colegio de Segovia. En Valdeprados el autobús sólo para cuando un vecino avisa con antelación a la empresa de transportes. Valdeprados es un pueblo de Segovia que no llega a 100 habitantes, un paraíso de la naturaleza a sólo 80 kilómetros de Madrid, que se reducirán a 20 minutos de la capital cuando el AVE entre en funcionamiento en 2007.

 

Pero este paraíso ha sido descubierto ya por los promotores inmobiliarios. Una oferta de muchos millones para construir un desarrollo urbanístico, con dos campos de golf, dos de polo, 10.000 viviendas e instalar una universidad privada de EE UU, ha puesto en peligro el estilo de vida de los habitantes de Valdeprados. «El problema es ése, que estamos muy cerca de Madrid», se lamenta Javier Cubo, alcalde (PSOE) desde hace nueve años.

 

El futuro está en manos del concejo abierto que gobierna el pueblo y de la protección que quieran ejercer sobre esta reserva natural la Junta de Castilla y León (PP) y la Diputación de Segovia.Cubo explica que hace algún tiempo él y sus dos tenientes de alcalde se plantearon redactar unas normas urbanísticas para diseñar un modelo de crecimiento, ya que Valdeprados, por su pequeño censo, no tiene opción a diseñar un plan general de urbanismo. «Pero parece que hemos llegado tarde», se lamenta.

 

Todo comenzó hace dos veranos. «Vinieron unas personas de la empresa Kent de Barcelona para contarnos sus planes», recuerda el alcalde. «Lo primero que nos dijeron fue: ‘Enhorabuena, les ha tocado la lotería: vamos a transformar su pueblo».

 

Desde entonces en las calles del municipio se oye hablar del proyecto que las promotoras (Kent y Sacresa) han llamado Valdeprados. Ciencia y tecnología. Un proyecto innovador para Castilla y León. Para levantar esta nueva ciudad, los promotores han elegido una pedanía de Valdeprados, Guisajalbas. El emplazamiento es una finca de 400 hectáreas cuyos propietarios no explotan, aunque antes en sus tierras se cultivaban cereales. Kent y Sacresa en las últimas semanas han ampliado la oferta de compra sobre Guisajalbas y han incluido en el proyecto 300 hectáreas de dos pueblos colindantes (Zarzuela del Monte y Vegas de Matute), gobernados por el PP.

 

De todas estas cosas se habla en el bar Maypi, que ahora más que nunca es el epicentro del pueblo. Los datos que se manejan son llamativos para sus habitantes, que oyen hablar de campos de golf, de polo, de la creación de 8.000 puestos de trabajo y de un crecimiento de población de 30.000 habitantes y de que los estudiantes que quieran hacer un master ya no tendrán que irse a EE UU porque una universidad norteamericana se instalará allí.

 

«El pueblo está dividido y la tensión es evidente», cuenta el alcalde. «Hay un grupo que tiene muy claro que no está dispuesto a permitir que se acabe con una manera de vida y otro al que le tienta el dinero que llegará al pueblo». La decisión final la tomarán los vecinos reunidos en concejo abierto. Cubo les ha convocado ya en dos ocasiones para analizar la oferta. La próxima cita está fijada para los primeros días de diciembre; el 15 expira la propuesta que las promotoras catalanas han hecho.

 

El interés por el futuro del pueblo es tal que en las últimas dos semanas la población ha aumentado en 20 personas, que han decidido censarse para poder influir en la decisión que adopte el concejo. Hay quienes ven en la oferta inmobiliaria una manera de revalorizar sus propiedades, de que el pueblo se enriquezca; hay quienes, por el contrario, apuestan claramente por mantener una vida más tranquila; entre ellos está el alcalde.

 

«Siempre hemos querido ser fieles a nuestro estilo», señala Javier Cubo. «Por eso soñamos que el futuro desarrollo urbanístico de nuestro pueblo respete nuestra arquitectura, nuestras costumbres y los valores ecológicos».

 

Valdeprados está en una zona de gran valor medioambiental. Por sus campos todavía se ven sobrevolar como algo natural águilas y buitres; por allí pasa el río Moros y a lo lejos se divisa la sierra de Guadarrama, llamada a ser en un futuro cercano Parque Nacional. Por todos estos valores ecológicos, Valdeprados ocupa una parte importante de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) denominada Valles del Voltoya y el Zorita, perteneciente a la Red Natura 2000.

 

La asociación ecologista segoviana Centaurea se ha interesado por la situación. «Nos oponemos a la macrourbanización porque supondría la destrucción irreversible de cerca de 700 hectáreas del hábitat del águila imperial ibérica, un área imprescindible para asegurar la supervivencia de esta especie en peligro de extinción», explica su portavoz, Carlos Bravo.

José María Oller, uno de los promotores que quiere invertir en estos terrenos, admite el interés por Valdeprados. «Ése uno de los emplazamientos que nos gustan. Pero hasta que no esté todo firmado preferimos no hablar de ello», explicó a este periódico.

 

Un total de 80 vecinos tienen en sus manos el futuro de este proyecto y la decisión de cómo quieren que crezca su pueblo. Desarrollo sostenible o 10.000 nuevas viviendas.