Si, como decía un viejo lema político, la solidaridad es la ternura de los pueblos, las feministas nicaragüenses bajo acoso del gobierno han recibido una avalancha de ternura por parte de sus homólogas de diversos continentes. Esta acción, calificada de «beligerante, oportuna y audaz» por Sofía Montenegro, periodista feminista y líder del Movimiento Autónomo de […]
Si, como decía un viejo lema político, la solidaridad es la ternura de los pueblos, las feministas nicaragüenses bajo acoso del gobierno han recibido una avalancha de ternura por parte de sus homólogas de diversos continentes.
Esta acción, calificada de «beligerante, oportuna y audaz» por Sofía Montenegro, periodista feminista y líder del Movimiento Autónomo de Mujeres, ha resonado desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington D.C., hasta la carretera conducente al aeropuerto en El Salvador.
Las notas de denuncia de las acusaciones contra las feministas nicas han aparecido en los principales medios del mundo, incluyendo Al Jazeera para el Medio Oriente.
En ocasión de la visita del presidente nicaragüense a San Salvador, para asistir a la XVIII Cumbre Iberoamericana, un grupo que firmó como «Feministas contra la impunidad» desplegó, en las cercanías de Comala -camino del aeropuerto-, una enorme valla en la que se leía: «Condenamos represión del gobierno de Nicaragua contra defensoras de los derechos de las mujeres».
Mientras tanto, en México, un nutrido grupo, representando 20 organizaciones femeninas, clausuraba simbólicamente la embajada nicaragüense. Las feministas portaron un retrato del héroe nacional Augusto Sandino con la leyenda «Ortega: no en mi nombre». Asimismo, desplegaron una manta que decía «Gobierno de Nicaragua: sin memoria, sin congruencia, sin Sandino…» «Ortega: Violador de derechos de las mujeres».
Muchas de las feministas que se han pronunciado han integrado las redes de solidaridad con Nicaragua en la década de los ochenta. Algunas, como en el caso de las líderes del grupo Visitación Padilla de Honduras, apoyaron a los sandinistas en su etapa de lucha contra la dictadura somocista.
En Honduras, seis de las más importantes organizaciones feministas, entre las que están el Centro de Derechos de Mujeres, el Centro de Estudios de la Mujer, el Colectivo Feminista Mujeres Universitarias y el Enlace de Mujeres Negras suscribieron un pronunciamiento demandando que «cese el hostigamiento a las líderes, periodistas y organizaciones sociales, y que se respete el derecho de asociación y la libertad de expresión», para que avance la democracia de Nicaragua.
Desde Londres, la Red de Mujeres para Centro América (CAWN-Central America Women’s Network), declaró el inicio de un proceso de incidencia por la restitución de «la libertad y respeto del trabajo de las organizaciones de mujeres en la región».
También firmó esa declaración Katherine Ronderos, oficial de Programa en Derechos de la Mujer. Entre otras muestras de solidaridad con las feministas nicaragüenses, se incluye una carta de seis premios Nobel por la Paz, entre ellos la guatemalteca Rigoberta Menchú.
Una declaración de Ortega como «gobierno infame» ha sido suscrita por 200 organizaciones, mientras que la Asamblea de Mujeres Vascas reclama al mandatario nicaragüense por «la saña con la que ha desatado una auténtica inquisición contra las feministas nicaragüenses».
Entre las agrupaciones femeninas bajo ataque por parte del gobierno del presidente Ortega, están el Grupo Venancia de Matagalpa, la Red de Mujeres Municipalistas de Nicaragua (RMM) y el Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM).
El 10 de octubre de este año, el Ministerio Publico decretó «auto de allanamiento y orden de secuestro de bienes» contra 17 organizaciones civiles, iniciando la acometida con la entrada forzada y secuestro de bienes personales en las instalaciones del MAM.
Desde el sur de América, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe RSMLAC, conformada por unas 300 personas y agrupaciones, exigen al gobierno de Ortega «que cese de inmediato sus ataques y falsas acusaciones… y acate en su totalidad el espíritu preclaro de la Declaración de las Naciones Unidas sobre las y los Defensores de los Derechos Humanos.
Esta declaración reconoce que los ideales consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos sólo pueden hacerse realidad si todas las personas participan en su aplicación y si quienes trabajan para promoverlos pueden hacerlo sin injerencias, obstáculos, intimidaciones o amenazas.
Orgullo y Gratitud
Sofía Montenegro, quien ha sido acusada por la primera dama Rosario Murillo de ser «satánica, abortista y agente de la Central de Inteligencia Americana, se declaró «profundamente conmovida» por la defensa de las feministas de Nicaragua.
«En lo personal, me embarga un sentimiento de enorme gratitud, orgullo y alegría por esta demostración de solidaridad y compromiso de todas y cada una de las compañeras que, en cada país, han salido en nuestra defensa», expresó.
«No porque estoy en el ojo del huracán, sino porque viene a demostrar que el movimiento está lleno de vigor y es una fuerza viva en el continente. Creo que además le ha dado una gran visibilidad en cada uno de nuestros países, pero también en el escenario internacional», agregó.
Después de esta intensa jornada, no creo que haya fuerza o partido de derecha o de izquierda que pueda seguir ignorando al feminismo latinoamericano como un movimiento político con futuro, sentenció
Sobre lo que depara el futuro para el MAM y las otras organizaciones feministas de Nicaragua, Montenegro dijo: «saldremos fortalecidos de esta ordalía. Hemos demostrado capacidad de resistencia, de defensa y una valentía a toda prueba que nos otorga a los ojos de nuestra sociedad un gran reconocimiento y legitimidad, franca admiración por ser una de las fuerzas emergentes más coherentes dentro del panorama político nacional».