La crisis económica y las medidas de austeridad implementadas a nivel mundial afectan al conjunto de la clase trabajadora, pero han tenido un impacto cualitativamente más negativo en el caso de las mujeres. Esas medidas contienen el aumento en las tarifas de agua, luz, transporte, el desmantelamiento de la salud pública, las reformas a las […]
La crisis económica y las medidas de austeridad implementadas a nivel mundial afectan al conjunto de la clase trabajadora, pero han tenido un impacto cualitativamente más negativo en el caso de las mujeres. Esas medidas contienen el aumento en las tarifas de agua, luz, transporte, el desmantelamiento de la salud pública, las reformas a las pensiones, todas ellas en detrimento de la calidad de vida de las trabajadoras y campesinas.
Ante esta coyuntura mundial, ningún país es ajeno a ella, es decir millones de mujeres alrededor del mundo se están enfrentando a estos difíciles escenarios.
La opresión de la mujer se profundiza con la crisis económica
El Capitalismo, como un sistema económico que utiliza para sí lo que necesita cuando lo necesita, sin importar los daños que pueda ocasionar en la búsqueda de sus ganancias, mantiene esa misma lógica con las mujeres trabajadoras. Es decir, incorpora y expulsa a la mujer trabajadora del sistema económico según sus intereses coyunturales, si bien es cierto Lenin señalaba que: «la incorporación de las mujeres y adolescentes a la producción es un fenómeno progresivo en su esencia», pero, «indudablemente, la fábrica capitalista colocó esta categoría de la población obrera en una situación particularmente penosa».
Debido a lo anterior, en época de crisis económica, el Capitalismo hace uso de una serie de herramientas, que permiten una mayor expolición del conjunto de la clase explotada, tales como las opresiones, que según C. Toledo en su libro «Mujeres el género nos une, la clase nos divide», opresión se entiende como: «…la actitud de aprovechar las diferencias que existen entre los seres humanos para colocar a unos en desventaja con otros. Significa aprovecharse de una diferencia, en beneficio propio, generando así una situación de desigualdad de derechos, de discriminación social, cultural y económica».
Es así que en una sociedad dividida en clases, y asentada sobre la explotación, aplicar este tipo de opresión permite acrecentar las ganancias y profundizar el saqueo de los pueblos, en primer lugar porque al tener la mujer trabajadora y campesina en condiciones laborales y sociales más bajas, esto igualmente desvaloriza el trabajo masculino, y con ello aumenta el grado de explotación.
Trabajo desempeñado versus salario percibido
La fuerza de trabajo es el único instrumento con el que contamos las mujeres trabajadoras para generar más valor, ese valor generado se traduce en el salario percibido. Sin embargo en este ámbito, es fundamental la reproducción de la ideología machista, para destacar el papel supuestamente superior que tienen los hombres sobre las mujeres, y con ello justificar las diferencias salariales, por trabajos iguales.
El año anterior (2012) el Banco Interamericano de Desarrollo BID desarrolló un estudio titulado «Nuevo siglo, viejas disparidades» que compara encuestas de hogares representativas en 18 países en América Latina y el Caribe, en el se destaca que «Al comparar hombres y mujeres de la misma edad y del mismo nivel educativo, los hombres ganan un 17 por ciento más que las mujeres en América Latina. La brecha salarial ha venido cayendo en los últimos años, pero a un ritmo aún lento1. «
Negociación Salarial
Debido precisamente a esa coyuntura económica mundial, el salario es uno de los aspectos más afectados, ya que los grupos empresariales defienden sus ganancias hasta las últimas consecuencias, por ello aplican ridículos aumentos semestralmente. El pasado mes de julio se negoció el aumento del sector privado, en el cual el Gobierno [de Costa Rica] de Laura Chinchilla y demás empresarios decidieron otorgar ¢2400 por cada ¢100.000 percibidos por una trabajadora, donde es más que evidente que eso no compensa el alto costo de la vida.
Trabajos peor remunerados
Las mujeres que recibirán ese paupérrimo aumento podrán saber que es insignificante, sin embargo las que no cuentan con ingresos fijos sabrán que son las mujeres las más afectadas por el desempleo, dato confirmado por la Encuesta Continua de Empleo (ECE), que destaca: La tasa de desempleo fue de 9,6%, ligeramente inferior a la del primer trimestre del 2012, reflejándose una tendencia a disminuir a lo largo del 2012 que continuó así hasta el primer trimestre del 2013.Las mujeres siguen siendo las más afectadas por el desempleo, cuya tasa en el primer trimestre del 2013 (11,5%) es superior a la de los hombres en 3 pp. De igual forma cabe resaltar que las mujeres se inclinan por trabajo peor remunerados como la educación y el área de servicios.
Subempleo es peor en las mujeres trabajadoras
Lamentablemente el trabajo doméstico y las labores del cuido recaen sobre los hombros de las mujeres trabajadoras, situación que las obliga a asumir jornadas laborales a destajo, por horas o de medio tiempo, lo que claramente repercute de manera directa sobre sus ingresos percibidos. Es así que la ECE, destaca «…el subempleo a nivel nacional fue de 11,4% en el primer trimestre del 2013… Este aumento en el subempleo se genera principalmente en la población femenina, con un aumento interanual de 2,3 pp, siendo 16,1% en el primer trimestre del 2013, mientras que para los hombres fue de 8,6%W.
Una mujer burguesa no garantiza mejores condiciones salariales
El gobierno Chinchilla Miranda, ha demostrado que una mujer burguesa en el poder no significa ninguna mejoría en las condiciones de vida de las mujeres trabajadores. Las mujeres pobres y explotadas requerimos de guarderías y comedores escolares públicos, mejores salarios, acceso a la salud gratuita, igual salario por igual trabajo, y con ello garantizar iguales condiciones de acceso al trabajo.
Sin embargo esto sólo es posible si la clase trabajadora en su conjunto, lucha por el socialismo, y por combatir todo tipo de opresión y explotación.
Notas
1 La mujer latinoamericana y caribeña: más educada pero peor pagada. Disponible en: http://www.iadb.org/es/