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Destruyen parte del país: selvas y bosques

Fuentes: Ecoportal.net

Cuando se destruyen selvas, no solamente se matan millones de plantas y animales; las selvas moderan el clima y el movimiento del agua, por eso otro resultado de eliminar selvas es el desorden del clima, vientos mas fuertes, tormentas, inundaciones y sequías mayores, mas plagas y enfermedades, todo esto causa destrucción de cultivos, ganado y […]

Cuando se destruyen selvas, no solamente se matan millones de plantas y animales; las selvas moderan el clima y el movimiento del agua, por eso otro resultado de eliminar selvas es el desorden del clima, vientos mas fuertes, tormentas, inundaciones y sequías mayores, mas plagas y enfermedades, todo esto causa destrucción de cultivos, ganado y edificios, miseria y miles de muertes humanas: ahogados y otros accidentes, enfermedades.

En las selvas de la Argentina hay más de cien especies de árboles, algunos de varios siglos de edad y más de 30 metros de alto, eran adultos cuando América era desconocida en Europa, y lianas con flores maravillosas, miles de ejemplares de cientos de especies de orquídeas, helechos, begonias, cactus, peperomias, bromeliáceas, una diversidad enorme de plantas, varias especies de monos, miles de simpáticos y hermosos tucanes, loros, pájaros carpinteros y colibríes, y de más de trescientas especies de otras aves, paisajes maravillosos, en las provincias de Misiones, Salta, Jujuy, Tucumán, Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Corrientes, Santa Fé, Entre Ríos y otras,

Mientras usted lee esto, queman vivo todo eso al cortar y quemar selvas y bosques. Esto es emotivo, pero las emociones ayudan a guiarnos bien, a hacer funcionar la conciencia y la ética y a tener contacto con la realidad; lo racional no es suficiente para todo esto. Y es humano tener emociones, no tenerlas es ser no – humano. ¿Porqué las únicas emociones respetables van a ser las de la ambición, la política y el fútbol,? No voy a fingir no tener emociones, no tenerlas no es ser mas científico. Algunos son apasionados para la música o el teatro, pero en su trabajo hacen «explotación racional», son fríos y crueles. Eso no es sano.

Por destruir selvas se están quedando sin lugar para vivir poblaciones aborígenes, que entonces se transforman en desocupados y pierden cada vez más sus conocimientos de espiritualidad, de plantas medicinales, de animales, y su modo de vida, sus cultivos y su sabiduría, con las que vivían bien sin necesitar ayuda de nadie y de las que podemos aprender muchas cosas mejores y mas sanas que muchas rutinas y modas modernas.

La mayoría de la gente NO aborigen sabe muy poco, o NADA, de la selva, creen que es inútil, fea, que en la selva «no hay nada» excepto arañas y víboras que están esperando que uno pase para picarlo (esto es falso, esos animales no viven de picar gente), que hay que quemarla; son prejuicios contra la selva, supersticiones, ideas falsas. Casi todos estamos demasiado acostumbrados a estar encarcelados en edificios y rodeados de máquinas, esto nos hace menos humanos, mas artificiales, menos sabios, menos sensibles. Los indios y los naturalistas están felices en la selva. En los lugares silvestres hay que tener precaución, saber cómo hacer las cosas, eso es ser inteligente. El miedo viene de la ignorancia y de no usar la inteligencia.

Los animales que se van de la selva destruida: monos, aves, tapires, pecaríes, ciervos, mariposas y muchos otros, quedan sin lugar para vivir, comer, refugiarse, reproducirse. Miles de intrusos queman selva para hacer chacras. Otros quieren destruir aldeas indígenas y su territorio ancestral para hacer instalaciones turísticas (o cultivos, minería, ganadería, etc.), que se pueden hacer en lugares donde la selva fue destruida hace mucho tiempo.

Entre las plantas y animales condenados a muerte hay muchas especies no conocidas por la ciencia. Todo esto es Patrimonio Nacional y lo eliminan brutalmente. La selva es uno de los ambientes naturales más disminuidos, mas destruidos por la gente moderna, que parece que lo único que sabe hacer con la selva es exterminarla.

Hay un proyecto tri nacional (de Argentina, Brasil y Paraguay) que tiene el nombre de «Corredor Verde», para conservar la Selva Atlántica (que es diferente de la Selva Amazónica, muchas plantas y animales son diferentes). Esta Selva Atlántica es uno de los tipos de selva mas escasos en América del Sur, en Brasil dejaron solamente el tres por ciento de lo que había. Las acciones que estoy denunciando se burlan de esta sana iniciativa internacional del «Corredor Verde»… y el proyecto mismo en su forma presente es poco serio, porque se limita a conservar franjas de solamente 100 m al costado de las rutas, esto es insuficiente, y ni eso se cumple. La selva no puede existir si es muy chica o está separada en pedazos chicos por áreas sin selva. Los animales y las plantas necesitan para desarrollarse bien áreas suficientemente anchas, los rodean áreas destruidas cada vez más grandes.

Un enemigo de la naturaleza es el estado, por castigar con impuestos a los que tienen propiedades con paisaje natural. Esto obliga a matar selva para hacer algo que dé plata para pagar esos impuestos. A los funcionarios les parece normal. Los demás lo aceptan. Pero no es sagrado, algún ser humano lo decidió y otros lo aprobaron. Los legisladores tienen que entender que es necesario rebajar los impuestos a los que conservan paisaje natural, porque el paisaje natural nos beneficia a todos, no es justo multar a los que hacen eso que es bueno para todos.

Muchas empresas y personas queman miles de hectáreas de selva para plantar soja o pinos, sin usar nada de la selva, ni las orquídeas, ni la madera, ni las plantas medicinales. Las autoridades del gobierno lo permiten, hasta en casos en que es ilegal y contra la Constitución Nacional y contra acuerdos internacionales. Una empresa chilena llamada alto paraná lo hizo en cerca de 10.000 ha de selva, está por hacerlo en cerca de 8.000 ha más y está por comprar o compró cerca de 200.000 ha a la compañía Pérez Companc. Queman todo, prohíben usar o rescatar. ¿Será para destruir la evidencia del crimen? Todo esto es un error monstruoso, ignorancia, codicia, crueldad, falta de sensibilidad, disfrazado con las palabras «progreso», «fuente de trabajo» (pagan muy poco), «explotación racional», «profesionalismo», «seriedad empresaria», «desarrollo». Muchos argentinos y empresas de otros países hacen igual o peor, en muchas provincias. Y de selva queda menos del 30 % de lo que había.

Un ministro de Misiones se interesó por el tema, pero dicen que los que matan selva consiguieron trasladarlo a otro cargo.

Si el precio de la soja o la madera de pino baja y no es negocio, los cultivos serán abandonados. El lugar puede quedar hecho un desierto. Para que vuelva la selva, puede ser después de siglos. O nunca. En Misiones ya hay muchos lugares donde había selva y ahora es roca desnuda.

Toda esta destrucción no se hace por necesidad ni para crear fuentes de trabajo, sino por proyectos empresarios, «estrategias de expansión industrial – comercial», un juego encerrado en la política y la economía como si no hubiera nada mas, una acción insensible, cruel, mecánica, artificial. Se hace para que unos pocos puedan usar las camisas inglesas mas caras en vez de hechas en el país, viajar en aviones a chorro privados en vez de a pie, tomar el whisky mas caro en vez del agua purísima de un arroyo, tener mas yates y mansiones… las rutinas del lujo y el derroche, del orgullo y la ambición – que no es una cualidad.

¿Cuánta gente alguna vez plantó una semilla y vió crecer la planta con emoción, cuidó un pájaro o un perrito? ¿No les parece que lo que conté no hay que permitirlo? ¿Quién va a hacer que dejen de destruir antes de que sea demasiado tarde? Escribo esto para que los que pueden hacer algo se den cuenta. Periodistas, funcionarios, autoridades del gobierno, gente de la televisión, políticos, empresarios, científicos, figuras conocidas del arte. Si conoce alguno, llévele este escrito. Para que muchos se den cuenta y hagamos algo contra este escándalo. Para encontrar soluciones y evitar esta destrucción!

Me dirijo a los dueños y accionistas de empresas que matan selva, vida, biodiversidad. ¿No saben que destruyen paisajes hermosos, millones de animales y plantas, el modo de vida tan sano de los indios, todas cosas muy buenas y valiosas que es casi imposible que vuelvan a formarse antes que pasen cientos o miles o millones de años? ¿Todo eso para hacer sus planes de expansión empresaria? ¿Eso es el precio del progreso? ¿No es demasiado caro? Es una estafa, un robo, un crimen. Lo que se extingue, se extingue para siempre. No se puede esperar. Es increíble que con lo que se sabe y después de HABLAR tanto del tema, sigan destruyendo, sigan hablando de la selva como si fuera nada mas que madera o nada mas que tierra «desaprovechada»!

Es urgente declarar RESERVA NATURAL Y CULTURAL a toda aldea aborigen y tierras suficientes a su alrededor para que puedan vivir según su tradición originaria.

Lo que conté muestra que algo de la civilización moderna está muy mal, es cruel, ignorante, destructivo, feroz. Alguna gente cree que lo único real es los negocios, el poder, el dinero y la fortuna, o la comida, no la ética ni el respeto por todas las formas de vida; son signos preocupantes. Pero mucha otra gente ve que para que algo sea bueno tiene que ser ético y respetar a todos los seres vivos. Es urgente corregir los errores. Encaminarnos bien. Ser prudentes, respetuosos y eficientes. No puede haber paz entre las personas si hay guerra contra la naturaleza.

Están destruyendo el mundo en que vivimos, lo sabemos. Sorprende que se siga matando selva virgen para plantar pinos, o soja, o té, o para hacer chacras. Queda poca selva virgen. ¿Porqué no plantan donde la selva fue destruida hace años? Esto que propongo tiene desventajas, pero toda actividad humana tiene desventajas. Hay que juntar fuerzas de personas, ONGs, instituciones, empresas y gobiernos, para resolverlas. Es necesario vivir y dejar vivir, prosperar sin destruir el mundo. Producir y proteger.

Lo que propongo no destruiría selva virgen. Es una ventaja grande. Hay que cuidar la selva, por muchos motivos. Tenemos que vivir con el mundo, no ser enemigos del mundo – es ser suicidas, porque todo está unido. La violencia (y la paz) vuelve al que la hace. Todo lo que les pase a los animales y a las plantas, les va a pasar a los humanos.

Y hay una manera de ganar mucho y muy bien con la selva sin matarla, ganar en dinero y en felicidad, en cultura y conocimiento: el turismo en la naturaleza, SI SE HACE BIEN, CON CUIDADO. Los guaraníes existieron miles de años en la selva y nunca se les ocurrió quemarla toda. No es para venderla ni destruirla. Pa’i Antonio, un sabio guaraní, dijo: «Para alegría de todos, sin excepción, son las selvas»