En este Día Internacional de la Mujer de 2022, hacemos un llamamiento para que se haga una reflexión sobre la importancia de la “feminística”, neologismo que reúne los conceptos de mística y femenino, que se refiere a la esencia femenina que habita todos los seres humanos, independientemente de género u orientación sexual. Observamos la “feminística” en actitudes como saber recular, saber flexibilizar y saber feminizar.
Todo movimiento que busca el cambio de la sociedad enfrentará obstáculos. Mujeres y hombres que lideran comunidades y diversos frentes proactivos son, muchas veces, presionadas(os), intimidadas(os) y amenazadas(os) por individuos corruptos, por cuestiones ideológicas, políticas, religiosas, étnicas, entre otras.
Es importante apoyar esos liderazgos, pues son ellos que cargan, provocan e impulsan otros. Si ellos se debilitan, debilitan algunos millones de dependientes de sus acciones, que también precisan de apoyo y estímulo para seguir adelante. Esta es una de las premisas de nuestro movimiento de mujeres y hombres por la paz, principalmente si esa persona es una mujer.
Mujeres y medio ambiente
Ha sido mucho más fácil sensibilizar a las mujeres con relación a la preservación y conservación ambiental debido a su propia condición biológica, como gestoras de la vida.
Las mujeres deben asumir su condición de guardianas de las florestas, los ríos, la biodiversidad y nuestro ambiente una vez que, a diario, son las que más sufren con la falta de agua, de energía, de alimentos y principalmente la violencia doméstica. Infelizmente el chauvinismo que predomina en nuestra sociedad todavía delega primordialmente a las mujeres los quehaceres domésticos.
La violencia contra la mujer no se manifiesta solamente en la agresión corporal o verbal, sino igualmente en la pobreza, la falta de educación, de trabajo, en la salud, en la falta de recursos básicos de sobrevivencia. Una puede culminar con su muerte. La otra subjetiva, indirecta, subliminar, alcanza la ética, la estética y la moral. Es la más perniciosa de las agresiones. Pude darse de varias maneras, diversas formas de discriminación, agresión psicológica, asedio moral, asedio sexual, intimidación y destrucción de la autoestima.
El poder de la palabra
La palabra tiene fuerza. Podemos, por ella, desactivar una bomba en el sistema financiero o una acción racista; podemos denunciar un sitio de pedofilia o derribar sitios mentirosos, enmascarados; podemos desarmar una agresión a la Amazonía o una farsa montada por estafadores. Otras personas, empero, precisan de ese eco para soportar la presión de la agresión de las confrontaciones y las guerras en sus regiones y territorios.
Sin embargo, si fuimos nosotros, los humanos, que hemos creado el problema, nos toca a nosotros, los humanos, buscar soluciones, no por el mismo sistema y en el mismo grado de consciencia que lo ha creado, como observó Albert Einstein.
Por lo tanto, si utilizamos los mismos sistemas de comunicación que han fortalecido ese modelo degradador e inhumano, evidentemente será posible reprogramarlo para una nueva consciencia. Eso no depende de dinero, depende de la sensibilización de corazones y mentes. Depende de un código de ética y moral universal. Depende especialmente de despertar la “feminística” que habita la esencia por la verdadera igualdad entre mujeres y hombres, con el objetivo de promover la paz entre grupos étnicos, pueblos y naciones con acciones que propicien la aproximación, la creación y el fortalecimiento de las relaciones interraciales e interculturales, orientando la no intervención, lo no injerencia y la no dominación de unos sobre otros, fomentando la tolerancia, la concordia, la colaboración y el auxilio mutuo, de modo que la identidad y la libertad sean indisociables y utilizadas como instrumentos para la construcción de un mundo que comprenda la existencias de designios superiores y trascendentales para la Humanidad.
Allahmdoulillah! (¡Gracias a Dios!)
Amyra El Khalili, por el Movimiento Mujeres por la P@Z!
*Transcripción del audio para Radio Cairo, Egipto y video para el Consejo Municipal de Defensa de los Derechos de la Mujer (CMDDM)- desde Amazonía, ciudad de Porto Velho, Rondônia, Brasil.
Amyra El Khalili* es beduina palestino-brasilera, del linaje del Shayk Muhammad al-Khalili*. Es profesora de economía socioambiental. Fue economista, con más de dos décadas de experiencia en los mercados futuros y de capitales. Editora de las redes Movimiento Mujeres por la P@Z! y de la Alianza RECOs – Redes de Cooperación Comunitaria Sin Fronteras. Autora del e-book Commodities ambientales en misión de paz: nuevo modelo económica para América Latina y El Caribe.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.