Para Albert Escofet (1949-2020), in memorian et ad honorem [Javier Benard: “¡No fastidies, Albert, hoy no! ¡No todavía! Tu enseñanza corre por las venas de tantas personas, que podemos gritar que la gente como tú nunca nos deja del todo. Gracias por tanto, camarada.”]
Para Antonio Ferres Bugeda (1924-2020), autor de La piqueta, in memoriam et ad honorem. “Me fui por miedo, ya no podía dormir por las noches –las historias de la cárcel, de los fusilamientos me pesaban mucho– y eso marcó mi desaparición como escritor; volví en cuanto murió Franco, cuando contaba con una cátedra universitaria en Estados Unidos, porque no sentía que aquel fuese mi lugar, porque echaba de menos España” (2009)
Para Amaya Olivas Díaz, que, muy a la Brecht, ayudó a Baltasar. “Por lo menos ya le han dado una plaza para dormir en otro albergue”.
Cuatro días después: ¡Viva la III República Española, honor a la II República!
Vivimos en un gran mercado planetario que no ha sabido suscitar sentimientos de fraternidad entre los países. Ha creado, de hecho, un miedo generalizado al futuro. Y la pandemia del coronavirus ha iluminado esta contradicción haciéndola aún más evidente. Me hace pensar en la gran crisis económica de los años treinta, en la que varios países europeos, Alemania e Italia sobre todo, abrazaron el ultranacionalismo. Y, pese a que falte la voluntad hegemónica de los nazis, hoy me parece indiscutible este cierre en sí mismos. El desarrollo económico-capitalístico, entonces, ha desatado los grandes problemas que afectan nuestro planeta: el deterioro de la biosfera, la crisis general de la democracia, el aumento de las desigualdades y de las injusticias, la proliferación de los armamentos, los nuevos autoritarismos demagógicos (con Estados Unidos y Brasil a la cabeza). Por eso, hoy es necesario favorecer la construcción de una conciencia planetaria bajo su base humanitaria: incentivar la cooperación entre los países con el objetivo principal de hacer crecer los sentimientos de solidaridad y fraternidad entre los pueblos.
Edgar Morin (2020)
Mientras Torra iba a la BBC a mentir sobre las medidas de confinamiento que había tomado el Gobierno de Pedro Sánchez, los ayuntamientos más pequeños ya estaban abasteciendo a los trabajadores de la sanidad con materiales cada vez más difíciles de encontrar, mediante iniciativas propias o canalizando el impulso de la sociedad civil. Mientras la única preocupación del presidente de la Generalitat era enviar improbables cartas a organismos internacionales, los ayuntamientos respondían a las necesidades más directas de los sectores más vulnerables, potenciando servicios sociales y —en situaciones muy complicadas— haciendo funcionar todas nuestras ciudades y nuestros pueblos. Mientras en ruedas de prensa surrealistas del Govern se escondía la información sobre la situación de las residencias, alcaldes de ERC e incluso consistorios donde gobiernan las CUP (como en Sant Cugat) pedían ayuda a la UME para desinfectarlas, ante la inoperancia de la Generalitat. Mientras se generaba un verdadero vacío informativo en torno a la Conca d’Òdena, el alcalde de Igualada, del PDeCAT —mientras resaltaba la colaboración de los ayuntamientos de la zona, todos a manos de partidos diferentes—, alertaba que la situación era grave, poniendo por delante el bienestar de sus vecinos al relato de un Govern en el que los suyos participan. Y mientras que a finales de febrero la Generalitat ni siquiera pensaba en cerrar las escuelas, en Barcelona ya se había trazado un plan de emergencia que ha llevado a coordinar y gestionar en poquísimo tiempo la creación de un espacio para personas sin hogar, la ampliación de los grandes hospitales de la ciudad acondicionando pabellones, para descongestionar las estructuras hospitalarias.
Paola lo Cascio (2020)
Las referencias de la versión ampliada al final de todo.
Abro como ustedes abrirían: con un regalo y con algunos testimonios esenciales (una palabra que de nuevo, y afortunadamente, vive entre nosotros). El regalo es del profesor Andrés Martínez Lorca:
Mi amigo Foad Mir me hace llegar esta joya literaria: el poema de Bertolt Brecht de elogio de la duda leído en su lengua original con subtítulos en español.
Novedad de la versión: se debe al maestro José María Valverde.
La música de Hans Eisler y los fotogramas seleccionados por mi amigo persa abrillantan la lectura de este poema, tan filosófico en el fondo.
Los testimonios:
1. Ayer en mi turno de trabajo comprobé por primera vez como la vida y la muerte se miran en un parpadeo. Tuve que ayudar a vestir y desvestir a familias temblorosas a las que la muerte ha mirado a sus ojos inocentes, sin avisar. Y a una mujer la di la mano antes de administrarle medicación para que un ventilador respirara por ella. Le dije: ‘Todo va a salir bien’, y le fallé. La muerte volvió a ganar. Salí a la calle a gritar, a llorar y a escuchar la voz de la persona que está dando sentido a todos estos días”. Fátima, enfermera de la UCI del hospital de Alcorcón (Madrid) (08.04.2020)
2. “Este virus nos matará de hambre antes de enfermarnos”, Micah Olywangu, taxista en Nairobi (tres hijos, la menor recién nacida; con el toque de queda impuesto por la pandemia no tiene un cliente desde hace tres semanas). Tarawati, 35 años, trabajadora del hogar con un marido zapateroque “no ha ganado ni una rupia” desde que comenzó el confinamiento (siete hijos, tres de ellos reciclan objetos que buscan en la basura). Todos se han quedado sin dinero para comprar comida. “Este virus está destruyendo nuestras vidas”
3. Un ejemplo cubano (Víctor Fowler, “Otra conversación sobre el coronavirus” http://www.lajiribilla.cu/articulo/otra-conversacion-sobre-el-coronavirus):
Un vecino de mi barrio, vivo en Cojímar [Cuba], colocó en la puerta de su casa un cartel anunciando la disposición de coser nasobucos para aquellos que todavía no tuviesen; cuando salí a buscar el pan y hablamos sobre eso, con varios metros de distancia entre los dos y ambos con el nasobuco puesto, me dijo una frase maravillosa: “Es que si no hacemos eso, ¿quiénes somos?”. Porque se trata, también, de reinventar la solidaridad y la convivencia a través de acciones de asistencia concretas: hacer nasobucos, hacer los “mandados” de adultos mayores que por sí solos no pueden, compartir un plato de comida, el que tiene un auto preguntar al de al lado si necesita algo, al de enfrente, y no simplemente salir de casa para resolver la necesidad personal y ya. En lugar de esperar a que el débil pida, el crecimiento humano está en ofrecer al que se sabe que no posee. Tenemos que reinventarnos como vecinos de una cuadra o barrio en un nivel superior.
Una observación lateral: el número de mascarillas enviadas hace una semana a Cataluña hubiera podido ser otro. Pongamos por caso 1.717.428 o 1.712.286 (que también son múltiplos enteros de 1714). Pero hay que ser un liante-militante y blandir por sistema el lío por el lío para pensar (…o para no pensar pero sí para “denunciar” públicamente) que la decisión tomada por el Ministerio de Sanidad, dirigido, como recordamos, por el ministro catalán y catalanista del PSC, Salvador Illa, tuvo como finalidad ofender a la sociedad catalana recordando la fecha histórica por antonomasia, ficcionalmente reconstruida, del nacional-secesionismo. ¡La inmersión ideológica descontrolada nubla la visión!
Los diez apuntes-”lecciones” de esta semana:
Lección 1ª. El futuro y sus sombras. No nos atrevemos a decirlo abiertamente pero va a ser así a no ser que nos pongamos todos y todas en pie de resistencia y negación de lo (que no es) “inexorable”: los más débiles, las personas (muchas de ellas mujeres) más desfavorecidas, los trabajadores/as menos protegidos, las personas (que son muchas) que habitan y trabajan en lo que llaman (cínicamente, insultando) “economía informal”, los y las que no cuentan en las cuentas, terminarán pagando (ya están pagando) los costes más importantes de esta nueva y profunda crisis sanitaria y socioeconómica. En nuestros manos, en nuestra tenacidad, en nuestra lucha, en nuestro apoyo mutuo, está “cambiar el mundo, transformar la Historia”. Aunque sea muy poco, aunque no seamos capaces de generar “la gran transformación”.
Lección 2ª. La gran lección. La recoge el tuit de Pascual Serrano: ¡menos banderas y más sanidad pública pública y universal! (También los datos del tuit del Club Cartum son, desde luego, muy esclarecedores). En Europa, en las últimas décadas, los ciudadanos hemos sido víctimas de las directivas-mandatos neoliberales, apoyadas casi sin rechistar desde los propios gobiernos nacionales y autonómicos. Su finalidad básica: reducción a toda costa de todos los servicios públicos (Aquí, en .Cat, tuvimos dos alumno aventajados: Andreu Mas-Colell, recordemos por ejemplo su lección inaugural de 2011 o 2012, y su gran jefe, Artur Mas, el del “gobierno de los mejores”). Con su corolario: concebir-practicar la gestión de los hospitales y servicios afines como si fueran, básicamente, centros de servicios empresariales implica concebir los ciudadanos-pacientes como una mercancía (de recepción, manipulación y reparación) que hay que incorporar rápidamente al ciclo productivo. Alguien lo ha expresado en estos términos: “Esto es otro ejemplo de cómo una visión puramente financiera pueda producir desastres bajo el punto de vista humano y sanitario. La sanidad y la educación… no pueden ser gestionados por una lógica empresarial. Los hospitales o las escuelas y las universidades no pueden generar ganancia económica (¡no deberían vender productos a los clientes que los compran!), pero deben pensar en el bienestar de los ciudadanos y en formar, como decía Montaigne, “teste ben fatte”. Se debe reencontrar el espíritu del servicio público que en estas décadas ha sido fuertemente reducido.” El homenaje a las Mareas blancas y a la ciudadanía movilizada está pendiente.
Lección 3ª. Que la memoria nos sea fiel, que no habite el olvido. Lo ha recordado Rafael Poch de Feliu en una entrevista reciente (https://rafaelpoch.com/2020/03/02/fritz-bauer/#more-417): entre 2011 y 2018, en apenas ocho años, la Comisión Europea exigió ¡en 63 ocasiones! a los países miembros que recortaran sus gastos en sanidad. David Giménez ha formulado la situación en estos términos así: “El país ha estado sometido durante cerca de una década a restricciones presupuestarias fijadas por la Comisión Europea que llevaron a recortar el gasto en educación, asistencia social y sanidad. La desigualdad y la pobreza aumentaron. El número de médicos y camas hospitalarias se redujo, en una decisión que ha resultado letal.”
Lección 4ª. Una vindicación “dialéctica”. La vida da sorpresas sobre todo a personas que, como yo mismo en muchas ocasiones, nos hemos mofado de lo suele conocerse como “pensamiento dialéctico”. Fernando Broncano (09.04.2020), nada sospechoso de ser defensor del Diamat (del “materialismo dialéctico”): “Una de las cosas que nos están enseñando los bioquímicos en la investigación del coronavirus es hasta qué punto un organismo como el cuerpo humano es un holobionte, un ensamblamiento de sistemas de sistemas en frágil equilibrio con el medio y consigo mismo”. Si se piensa analíticamente la dicotomía virus/célula, señala el catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad Carlos III de Madrid, “no parece encontrarse una explicación a la virulencia en muchas personas, especialmente los mayores”, mientras que si,por el contrario, “se investiga el complejo virus/ sistema inmune/ tejidos, se observa cómo la acción del virus, inyectando proteínas en las células, activa una sobre-reacción del sistema inmune que, paradójicamente, aumenta hasta la casi mortalidad el daño de la infección en la forma de una inflamación”. Es como si, prosigue Bronacano, “nuestro mejor sistema de defensa se convirtiese en un enemigo interno por sobre-reacción y lo hace por incapacidad de encontrar rápidamente una respuesta adaptativa y a veces hay que producir una inmunodepresión, que teóricamente debilitaría mucho más al organismo para poder defenderle”. Hay algo de interesante, concluye, “en esta dialéctica que nos permite pensar muchas otras «infecciones» de otros órdenes”. Finaliza con una recomendación (a la que me sumo): “El biólogo Richard Lewontin teorizó muy bien estas interacciones – mediaciones. No es mala idea leer o releer estos días su libro La biología con gripe. Ensayos dialécticos sobre ecología, agricultura y salud. Salud a todas/todos”. El epidemiólogo y profesor de la UPF Joan Benach lleva tiempo destacando el interés e importancia de las “reflexiones dialécticas” de Lewontin y de su compañero, creo que ya fallecido, Richard Lewins.
Lección 5ª. El programa de la hora. La propuesta de Rob Wallace, Alex Liebman, Luis Fernando Chaves y Rodrick Wallace (https://rebelion.org/covid-19-y-los-circuitos-del-capital/): es preciso nacionalizar hospitales; es necesario multiplicar el número de pruebas de detección y mejorar la rapidez de los resultados; hace falta socializar los medicamentos; tenemos que reforzar al máximo las protecciones para el personal médico, a fin de frenar el contagio de los y las profesionales; hay que garantizar el derecho de reparar los respiradores y otros equipos médicos; debería implementarse un sistema de planificación para (1) obligar a las empresas a producir los respiradores y equipos de protección personal necesarios que reclama el personal sanitario, y (2) priorizar la asignación de fondos a los lugares más necesitados; debemos crear un cuerpo masivo de profesionales para la pandemia a fin de proporcionar la fuerza de trabajo –desde la investigación hasta los cuidados– capaz de responder a la demanda que el virus (y cualquier otro patógeno futuro) nos impone; contar con el número de camas de cuidados intensivos, el personal y los equipos necesarios que estén a la altura del número de contagios para que la supresión de la pandemia permita reducir el diferencial con las cifras actuales.
En otras palabras, concluyen, “no podemos aceptar la idea de sobrevivir meramente al actual ataque de la COVID-19, solo para luego volver al rastreo de contactos y el aislamiento de los casos con el objetivo de rebajar el brote por debajo de su umbral. Debemos contratar suficiente personal para detectar la COVID-19 casa por casa ahora y proveerlo del equipo de protección necesario, como máscaras adecuadas. Mientras, tenemos que poner en pausa una sociedad organizada alrededor de la expropiación, desde los propietarios de tierras hasta las sanciones a otros países, para que la gente pueda sobrevivir tanto a la enfermedad como a la cura.”
Lección 6ª. Las trampas del lenguaje: poderes nacionales y ciudadanos. Los hemos ido y una mil veces: alemanes y holandeses bloquean en la UE los mecanismos de solidaridad. Pero ni Alemania ni Holanda, ni por supuesto España, son bloques homogéneos, unidades de destino uniforme y homogéneo en lo universal. Basta recordar la carta reciente de un colectivo de intelectuales alemanes, Habermas y Von Trotta, entre ellos, criticando la política seguida por su propio gobierno. Manuel Garí y Fernando Luengo nos recordaban hace pocos días, datos esenciales como los siguientes que refutan esa visión sesgada y uniformista: “En 2018, último año para el que Eurostat ofrece información estadística, el número de personas en situación de pobreza o exclusión social en Alemania era de 15 millones, lo que representaba el 18,7% de toda la población; en Holanda esas cifras eran, respectivamente, de 2,8 millones y 16,7%. El número de trabajadores que, a pesar de disponer de un empleo, se encontraban en riesgo de pobreza en el primer país era de 3,7 millones y en el segundo de 521 mil, lo que representa, respectivamente, el 9% y el 6% del nivel de ocupación total. El 11,5% de los trabajadores alemanes, 4,7 millones, tenían contratos temporales, porcentaje que en Holanda ascendía al 17,8%, 1,5 millones. En cuanto a los contratos a tiempo parcial, los tienen 11 millones de alemanes, el 26,8% de los trabajadores; afectando a 3,7 millones de holandeses, más del 50% del empleo total”.
Como países, como poderes, Edgar Morin se ha expresado en estos términos: “Son dos países que se aprovechan de la UE en su propio beneficio. Holanda es el mamporrero de la evasión fiscal, el primer oferente mundial de servicios para que se lleve a cabo. Alemania no ha aprendido de su historia y se empeña en imponer una lógica supremacista al resto de Europa.”
Lección 7ª. La virtud de la modestia y la veracidad. Se ha dicho y repetido: España tiene la mejor sanidad del mundo, no hay que preocuparse. La falsedad de la afirmación era (y es) evidente. ¿Cómo iba a tener España la mejor sanidad del mundo tras las políticas privatizadoras neoliberales impuestas a lo largo de esta última década, con la Comunidad de Madrid y Cataluña en posiciones destacadas? Recordemos los datos del Club Cortum.
David Giménez, vuelo a citarle, lo ha explicado así: “Los sanitarios que estos días acuden al frente de la pandemia enfundados en bolsas de basura, forzados a escoger qué pacientes conectan a respiradores, llevaban el mismo tiempo desmintiendo el mito sanitario español y denunciando graves carencias en los hospitales. Ahora sabemos que tenían razón”. Lo que quizá no lleguemos a saber nunca, prosigue, “es cuántas vidas se habrían salvado si hubiéramos atendido sus advertencias antes.” España, nos recuerda, tiene la mayor tasa de mortalidad del mundo, y el mayor porcentaje de sanitarios infectados por la COVID-19. “La pandemia está golpeando con dureza a médicos y enfermeras que hace un año se manifestaban en las calles para denunciar la falta de personal, la precariedad de sus contratos o las consultas donde un solo facultativo tiene que atender hasta 60 pacientes al día”. La falta de personal, concluye, es una de las causas del gran atasco sanitario de los hospitales. “Cerca de 700.000 pacientes se encontraban a la espera de ser operados antes de la crisis, según el Sistema Nacional de Salud (SNS).”
Añadamos: la seguridad, sin fundamento, en los propios medios y en el “podemos con todo” puede matar. Pensemos, como argumento contrario, lo acontecido en Grecia (con una salud pública mucho más maltrecha). Véase: Gabriel Morales, “El milagro de Grecia: el país que cerró el paso al coronavirus tras el primer muerto”. Atenas impuso medidas drásticas contra el coronavirus tras el primer fallecimiento para proteger vidas ante el previsible colapso de un sistema sanitario en reconstrucción.” https://www.elespanol.com/mundo/20200415/milagro-grecia-pais-cerro-coronavirus-primer-muerto/482453025_0.html
Lección 8ª. La destrucción de la razón. Drama en Sant Andreu de la Barca (una población cercana a Barcelona): pacientes de Covid-19 sedados en el CAP por falta de medios para salvarles la vida y el hospital de campaña cerrado. La Consejería de Salud del gobierno de la Generalidad de Cataluña negó por dos veces que entrasen en servicio las 140 camas montadas por la Guardia Civil en el polideportivo municipal mientras el alcalde de la población volvía a exigir su puesta en funcionamiento (https://www.elllobregat.com/noticia/18351/sant-andreu-de-la-barca/drama-en-sant-andreu:-pacientes-sedados-en-el-cap-y-el-hospital-de-campana-cerrado.html). El equipamiento provisional contaba con la tutela de Médicos sin Fronteras y el aval de la mismísima Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lección 9ª. El papel de la ciencia. El filósofo Edgar Morin lo ha explicado en estos términos: “La ciencia puede desempeñar un papel importante, pero no decisivo. Puede activar un diálogo entre los trabajadores de diferentes países que en este momento trabajan para crear una vacuna y producir fármacos eficaces”. Pero no se debe olvidar, prosigue (y recuerda tesis afines de filosofía y política de la ciencia de Manuel Sacristán) que la ciencia es siempre ambivalente. “En el pasado, muchos investigadores han trabajado al servicio del poder y de la guerra”. Dicho esto, añade, “yo confío mucho en esos científicos creativos y llenos de imaginación que ciertamente sabrán promocionar y defender una investigación científica sólida y al servicio de la humanidad”.
Lección 10ª. Los olvidados, las olvidadas. De un informe -”Elijamos dignidad, no indigencia”- de Oxfam : otros 500 millones de personas pueden sumirse en la pobreza al cabo de la actual pandemia covid-19 si no se emprenden medidas urgentes en favor de los países empobrecidos. El estudio prevé reducciones de ingresos de 5, 10 y 20% entre las poblaciones más pobres del globo. En el África subsahariana, los actuales 853,9 millones de personas que viven con menos de 5,5 dólares al día podrían llegar a 864,7 millones si sus ingresos solo merman el 5% (alcanzarían 897,5 millones si la pérdida alcanza el 20%). En América Latina y el Caribe el número de personas con ingresos inferiores a 5,5 dólares al día, 162 millones en la actualidad, puede pasar a 174,6 millones si las pérdidas son del 5% (si los ingresos merman el 20% la cifra llegaría a 216,3 millones, 54 millones de nuevos pobres). En Asia meridional los pobres, actualmente 1.422 millones de personas, pueden aumentar a 1.457 millones o llegar a 1.551 millones (según los mismos esquemas de cálculo). En la región de Oriente Próximo y Norte de África, los pobres con menos de 5,5 dólares por día, 153,5 millones, pueden llegar a ser 163,8 o 198,4 millones de personas.
Añadido: Para que siga sin habitar el olvido. Quien ha escrito, apoyado, reído, retuiteado o disculpado la abyección e ignominia de la eurodiputada y fanática líder nacional-secesioonista Clara Ponsatí -”De Madrid al cielo”- no merece ni respeto ni consideración alguna de la ciudadanía.
Tres regalos de despedida. El primero: del profesor Jon E. Illescas (11.04.2020):
Buenos días a todos,
Aquí tenéis mi primer vídeo estilo youtuber, ¿será el último? Dependerá de vosotros si aceptáis el reto y me apoyáis para construir una serie de vídeos donde un hipotético youtuber marxista (yo) vaya popularizando el marxismo de un modo divertido y pedagógico, entendible por todos. ¡Incluso para aquellos que no han leído un libro marxista en su vida! ¡Abrazo hermanos proletarios! ¡Nos vemos en el futuro!
Y si os lo estáis preguntando, no, evidentemente no monetizo el vídeo. Tienes licencia Creative Commons. No voy a realizar un vídeo marxista lucrándome de esa agobiante propaganda capitalista amablemente llamada publicidad, al menos, no mientras pueda vivir de otra cosa y YouTube me de la posibiidad de elegir no ponerla o no ajustarla a vuestros datos de navegación.
Abrazo y feliz día.
Un abrazo grande.
Una nota complementaria del profesor Illescas:
Te comento que ya ha comenzado la campaña de acoso y derribo tras el éxito del vídeo en YouTube. Ya he notificado a la Policía Nacional: https://twitter.com/jonjuanma/status/1249983750479458304
Por cierto, te comentaré también porque sé que lo aprecias que fue un gran honor que Jorge Riechmann se hiciera eco de mi entrevista en El Salto: https://twitter.com/JorgeRiechmann/status/1249697284641751047
El segundo regalo, de la jueza Amaya Olivas Díaz:
Aquí te mando una charla emocionante. https://youtu.be/OoJS-lFSzZA. Paco Ignacio Taibo II hace un homenaje profundo y auténtico, y por ello nada cursi, a Howard Fast. De pequeño, niño judío en la extrema pobreza. Defensor incansable de las bibliotecas. Perseguido por McCarthy, pero también por el estalinismo, y por el imperio británico. Fiel a sus ideas y a una forma de estar en el mundo incómoda y subversiva.
Que la potencia del arte nos ilumine, y sobre todo,que los afectos nos resguarden, con o sin pandemias.
El tercer regalo me llega del profesor Martín Alonso:
Fernanda Romeu: Gracias a la Universidad Popular Carmen Michelena de Tres Cantos en Madrid , podemos ver el vídeo (“Rescatadas del olvido”), que algún@s ya conocemos , pero que es necesario recordar. Y más hoy Aniversario de la Segunda República. Gracias por vuestra difusión. Un abrazo tricolor y sororo. Fernanda.
Éste es el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=jSZ3yaEWJ4w
Los enlaces de la versión ampliada: