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Discusiones y tendencias entre sectores representativos de las clases dominantes catalanas

Fuentes: Rebelión

«Des dels Piteus» [1], el gran editor catalán Gonzalo Pontón recordaba recientemente que probablemente, en alguna ocasión, el poder político, tras algún mal cálculo, podía suicidarse (las elecciones catalanas del 25N pueden ser un ejemplo de ello), pero no, en cambio, las clases sociales. Hablando en términos globales, no está nunca en su agenda. Aunque […]

«Des dels Piteus» [1], el gran editor catalán Gonzalo Pontón recordaba recientemente que probablemente, en alguna ocasión, el poder político, tras algún mal cálculo, podía suicidarse (las elecciones catalanas del 25N pueden ser un ejemplo de ello), pero no, en cambio, las clases sociales. Hablando en términos globales, no está nunca en su agenda. Aunque los compases iniciales del Manifiesto Comunista nos alertan sobre situaciones globalmente trágicas, y la pulsión ecosuicida del capitalismo realmente existente parece corroborar la posibilidad entrevista por los jóvenes revolucionarios Marx y Engels, el matiz del curtido editor de Pasado y Presente no merece pasar desapercibido.

Algunos datos del escenario. Ni nuevos ni desconocidos.

Vicenç Navarro ha recordado oportunamente en Público.es [2] que la sanidad pública española es la menos financiada de la UE-15. En 2008, España se gastaba sólo un 6,5% del PIB en ella y un 7,3% era el promedio de toda la UE-15. Por el contrario, el gasto privado era el más alto de la UE-15. «De todo el gasto sanitario español en 2008, el 71,6% era público y el 28,4% era privado (el público era el porcentaje más bajo, y el privado el más elevado de la UE-15)».

Los recortes en la sanidad pública -y aquí, Catalunya y el gobierno unionista-convergente dirigido en este ámbito esencial por los fanáticos ultraliberales (sin hechos que falsen sus teorías inamovibles) Andreu Mas-Colell y Boi Ruiz (el conseller de sanidad ratificado, el mismo que afirmó, como si disertara alegremente sobre la paridad del siguiente de 5, que la salud no era un derecho ciudadano) destacan de manera muy pero que muy notable-, los recortes, los hachazos de y en lo público decía, «conllevarán un incremento notable del peso del sector privado cuyo tamaño ya es muy elevado». El profesor Navarro señala que los datos anteriores muestran claramente la falsedad de la postura sostenida por economistas, empresarios y políticos conservadores y neoliberales «que justifican los enormes recortes de gasto público sanitario que están ocurriendo en España y en Cataluña con el argumento de que el sector sanitario público está hipertrofiado y necesita una reducción para sanearlo». Los datos apuntan, de hecho, en dirección contraria: la sanidad pública en España y en sus CCAA, especialmente en la catalana, está profundamente subfinanciada. España, como es sabido, «se gasta en sanidad una cantidad menor de lo que debiera gastarse por su nivel de riqueza. Su PIB per cápita ya es el 94% del PIB per capital promedio de la UE-15. En cambio, su gasto sanitario público per cápita es sólo el 79,5% del gasto sanitario público promedio de la UE-15». ¡14,5 puntos de diferencia! ¡Un abismo social!

La Generalitat de Catalunya, recuerda también Navarro, tiene la potestad de elevar la mayoría de impuestos (IRPF, el impuesto de sucesiones y donaciones, impuestos finalistas, impuestos sobre el patrimonio, y tributos sobre el juego). Empero, hasta el momento, «todos los recortes del déficit de la Generalitat se han basado en recortar los gastos públicos sanitarios (entre otros) sin intentar paliar este efecto, incrementando los impuestos». Catalunya ha sido en este ámbito la «región de la UE-15» que ha sido más dura con los sectores populares y más desfavorecidos. Esta antiobrera actuación política es, además, motivo de orgullo de CiU, según su portavoz parlamentario Oriol Pujol, uno de los hijos del ex president de Banca Catalana. Vicenç Navarro recuerda muy oportunamente las reflexiones de este político neoliberal de medio pelo, partidario de la independencia (a la Liga del Norte) de Catalunya: «En el sur de Europa no hay ninguna institución pública que actúe como lo estamos haciendo en Cataluña. Lo que estamos haciendo desde Cataluña es actuar de faro para todo el sur del Mediterráneo, porque no hay nadie del sur de Europa, ni Grecia, ni Portugal, ni tan siquiera en España, que se esté comportando con el coraje de CiU». (El País, 9 de septiembre de 11). «Coraje» es la forma falsaria, en este contexto, de hablar de infamia (Por cierto, ¿quién les enseña a hablar de este modo? ¿A qué escuelas han ido? ¿De qué memes familiares se han alimentado?).

Jordi Goula, en las páginas del conservador y hasta el momento (están en un claro proceso de transición) convergente-unionista-pepero diario de La Vanguardia (vanguardia de las clases hegemónicas en Catalunya por supuesto), se preguntaba por la ubicación real del estado del bienestar [3].

Recordaba JG cosas tan elementales como las siguientes: «España ya ocupaba los últimos lugares de la UE-15 en el ranking de gastos públicos de protección social antes de la crisis y ahora los recortes se están practicando sobre unas prestaciones reales bajas, en comparación con nuestros vecinos». Los recortes que llevamos a cuestas en los últimos años «están afectando directamente a los gastos sociales que conforman lo que, un tanto eufemísticamente, llamamos en España Estado de bienestar». Un sistema de protección social, un contrato social no escrito, «que en España empezó muy tarde -con la democracia [¡qué generosidad semántica!] y se desarrolló principalmente en los ochenta- cuando en Europa ya nos sacaban muchos decenios de ventaja». En cierta forma, recuerda sabiamente JG, «podríamos decir que aquí estamos despidiendo una serie de objetivos sociales, sin siquiera haber alcanzado un nivel aceptable en los mismos, tomando como tales a los de los países más avanzados de Europa».

El gasto público español, prosigue JG, en protección social ha sido uno de los más bajos de la UE-15 a lo largo de los noventa y primeros años del siglo XXI. «En el 2004, por ejemplo, era diez puntos de PIB inferior al de Francia y siete de la media europea. Tres años más tarde y justo antes de la crisis, en el 2007, seguía en España siete puntos por debajo de la media de la UE-15 y el año pasado estaba cuatro puntos por debajo». Jordi Goula recuerda igualmente que en un reciente informe del centro de estudios gubernamental francés Cepremap, L’état-providence en Europe, «se pone de relieve cómo España es hoy el país que menos porcentaje del PIB destina a gasto social (exceptuando Luxemburgo, que no debería contar por su elevado PIB que desvirtúa la ratio) de la UE-15 y cómo estamos en último lugar en tres de los cinco indicadores de bienestar que se analizan».

Pero, pregunta JG, ¿por qué el gasto social es más bajo que en Europa en términos relativos? Su razonable respuesta: «Porque los ingresos públicos son todavía más bajos. Por ello hay que repetirlo una vez más: España tiene un problema de ingresos, no de gastos. Desde que empezó la crisis, el PIB ha caído aproximadamente el 2% en total, lo que no puede explicar en absoluto una baja de la recaudación fiscal del 20%. En el 2007, el porcentaje de ingresos públicos sobre el PIB estaba cuatro puntos por debajo de la media de la UE-15; pues bien, en el 2011 estaba ya 10 puntos por debajo… y bajando». En apretada síntesis, la presión fiscal es la más baja de la UE-15 y eso siempre tiene que ver con el poder, con el inmenso poder no contestado de las correspondientes clases dominantes. La paradoja de la desigualdad española (y catalana desde luego): «somos el furgón de cola, con el 35% del PIB, mientras que el esfuerzo fiscal realizado por los asalariados es de los más altos de Europa, concretamente se estima en un 22% superior a la media europea» [4]. Vale la pena destacarlo para que no se nos olvide: ¡22% superior en el caso de los trabajadores asalariados!

Pues bien, este es el marco económico y social en el que vale la pena repasar brevemente la información dada por Manel Pérez [5], también en las páginas de La Vanguardia. El titular de la información: «Siempre que la cuestión nacional se discute en la junta del Cercle, el debate es heterogéneo y cargado». El Cercle es la institución en la que, para poner un ejemplo significativo, don Andreu Mas-Colell abrió el curso académico 2011-12, aconsejando al público empresarial que le escuchaba: «¡Aprovechen el mal momento del espacio público! ¡A por ellos que son unos desgraciados!» (dicho, eso sí, en catalán algo macarrónico y exagerando un pelín por mi parte).

El pacto entre CiU y ERC, señala MP, un pacto que, sabido es, no ha conllevado la entrada de ERC en el gobierno (¡no son estúpidos!), «ha elevado la agitación del mundo económico catalán, en su acepción más amplia, del estado de inquietud al de conmoción. Intensos debates, opiniones diversas, decisiones diferentes». Las organizaciones gremiales, Foment, Cambra de Barcelona, Cecot, Pimec, etcétera, la flor y nata de la «sociedad civil catalana», «han expresado públicamente su agrio rechazo a las subidas de impuestos incluidas en el documento rubricado por Artur Mas y Oriol Junqueras». La pela es la pela, no hay dudas en este nudo. Jaime Gil de Biedma ya nos habló de ello en aquel poema sobre la bolsa poblada y la Barcelona bona..

Pese al dramatismo, la queja forma parte del guión habitual en este tipo de trances, según el periodista de LV, «y lo contrario habría sido chocante». Empero, «los foros orgánicos del mundo económico abarcan más allá de las patronales o las instituciones de fomento de la actividad empresarial». En ese otro mundo, más allá del exclusivo interés empresarial, ocupa un lugar destacado el casi sexagenario y muy influyente Cercle d’Economia.

Pese a los críticos que echan en falta más pronunciamientos públicos de la entidad sobre algunas de las cuestiones más calientes que cada vez más frecuentemente se viven en Catalunya, sigue siendo una referencia para la sociedad civil catalana, en opinión de MP. «Que no emita opinión no significa, sin embargo, que no palpite con los debates que sacuden a sus conciudadanos». Ocurrió en otras ocasiones. MP nos da algún ejemplo. Así, cuando tras la sentencia del Tribunal Constitucional que laminó el Estatut, se convocó la manifestación de rechazo. El entonces presidente del Cercle, Salvador Alemany, propuso que el foro se sumara formalmente a la convocatoria. «En aquella ocasión, el debate, intenso y, por momentos, muy duro, se zanjó con el silencio público de la institución, aunque Alemany decidió sumarse a la marcha a título personal».

Ahora, según parece, ha sido Josep Piqué (uno de los muchos, como don Andreu Mas, que en su momento también pasó por las filas del PSUC: dos días y 20 noches, sobre todo 20 noches) que es el actual presidente de la entidad. Hace algo más de dos semanas, pocos días después de las elecciones al Parlament, don Piqué «preguntó a su junta si sería o no conveniente pronunciarse sobre la situación abiertas tras los comicios del 25-N». El debate, según informa MP, «como siempre que la cuestión nacional se pone sobre la mesa de la junta del Cercle, fue cargado y heterogéneo». El Cercle representa a muy diversas sensibilidades, «desde la más partidaria de mantener sin grandes cambios las relaciones actuales con el Estado español hasta las abiertamente independentistas, con todos los matices posibles entre una y otra posición».

Vale la pena tener alguna información de los miembros del círculo, de la flor y de la nata catalanas. Aunque, según parece, no todos ellos estuvieron presentes en la cena en la que se celebró el debate, forman parte de la junta, además de don Piqué el president, «los vicepresidentes Artur Carulla, presidente de Agrolimen; Antón Costas, catedrático de la UB; Josep Oliu, presidente de Banc Sabadell; el director general, Jordi Alberich, y los vocales Silvia Ávila, Bansabadell Vida; Rosa Cañadas, Fundació Tanja; Joan B. Culla, UAB; Javier Faus, Meridia Capital; Teresa García-Milà, UPF; Jordi Gual, economista jefe de La Caixa; Francesc Homs, ex conseller de Pujol y consultor; Marta Lacambra, Fundació CatalunyaCaixa; José Manuel Lara, presidente de Planeta; Juan-José López Burniol, notario y consejero de La Caixa; Amancio López Seijas, Hotusa; Miquel Nadal, Fundació RACC; Alfred Pastor, profesor del IESE; Marc Puig, president de Puig; Josep Ramoneda, periodista; Ferran Rodés, Havas, y Àngel Simon, presidente de Agbar». ¡Los lazos entre el poder económico y la intelectual, empresarialmente comprometida, son más que evidentes! ¡Y luego se ríen a carcajadas de los intelectuales comprometidos que toman partido por los de abajo, por los socialmente desfavorecidos, como Sacristán, Paco Fernánez Buey, Anna Alabart, Neus Porta o Giuia Adinolfi!

Hubo tensión en la cena centrada en torno al posible referéndum en Catalunya. Incluso «varios de los presentes no sintieron adecuadamente tratados sus puntos de vista por parte del presidente y así se lo reprocharon a Piqué». Como conclusión se acordó seguir el debate en la siguiente junta. «Entre una y otra, una comisión ejecutiva sirvió relajar los ánimos y diluir las tiranteces de la reunión anterior».

La junta se reunió de nuevo. Sobre la mesa, el pacto entre CiU y ERC. En un clima mucho más distendido, informa MP, «varios vocales propusieron que la entidad se pronunciase bien contra el pacto, bien contra algunas de las medidas, especialmente las fiscales, recogidas en el documento. Otros, en cambio, plantearon que la institución no debía pronunciarse -ni tampoco tenía el derecho- sobre un pacto resultado de negociaciones entre fuerzas políticas elegidas democráticamente». Es decir, para entendernos, los partidos tienen en principio todo el derecho del mundo a hacer lo que mejor estimen. Eso sí, otra cosa es «valorar, posteriormente, medidas concretas de Gobierno, algo que se podría hacer más adelante». Don Piqué, el ex dirigente del PP, abonó el consenso: aconsejó esperar a la constitución del nuevo Govern y a conocer sus medidas

MP concluye que el Cercle dará a conocer sus puntos de vista sobre la situación política, «con mensaje a Madrid [¿a Madrid?] para que se tome la cosa en serio», incluidas por supuesto las medidas económicas y fiscales del Govern de Mas y Mas-Colell a la vuelta de fiestas. Es decir, ya.

¿Por qué estás voces resuenan tan alto? ¿Por qué las nuestras pasan desapercibidas?

PS. Por lo demás, es bueno aprender de «los otros». Nadie puede poner en duda la importancia de la organización, la unidad y los consensos para intervenir social y políticamente con éxito o, cuanto menos, con algún alcance.

Notas:

[1] Publicado en www.pasadopresente.com, ha sido recogido por el mientras tanto electrónico, nº 109, enero de 2013 [http://www.mientrastanto.org/boletin-109/el-extremista-discreto/des-dels-piteus]

[2] http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2012/12/28/los-recortes-en-la-sanidad-publica-otra-vez/

[3] http://www.lavanguardia.com/economia/20121230/54356709495/sonde-esta-estado-bienestar.html

[4] Los técnicos de Gestha aluden a la situación «dual» que viven los contribuyentes españoles en función de si sus rentas son retenidas en origen o no. Los trabajadores y pensionistas declaraban hace pocos años unas rentas anuales medias casi 5.000 euros superiores a profesionales o pequeños y medianos empresarios. «Es una prueba evidente del enorme fraude fiscal que sitúa a España en el segundo o tercer puesto del ranking de los países más defraudadores de la UE». Hay más cosas: enormes volúmenes de dinero en paraísos fiscales, grandes fortunas con el permanente chantaje de llevarse las sicav a un lejano puerto sin tasas, etc. En Gestha se estima que un plan eficaz de lucha contra el fraude «podría reducir en diez puntos porcentuales las bolsas de fraude y economía sumergida en España, situándose a niveles similares a los de la UE, pudiéndose recaudar unos 38.000 millones de euros adicionales».

[5] http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20121223/54356585486/manel-perez-debate-en-el-cercle.html

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.