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¡Notición!

Don Ernest Maragall, el socialista rebelde, crea la «Nova Esquerra Catalana»

Fuentes: Rebelión

Aunque parezca lo contrario, no es una broma. Real como la vida y la política institucional misma. El ex conseller de Educación, el hermanísimo, se ha dado de baja del PSC-PSOE y están trabajando, con algunos de sus amigos-y-amigas-bien-situados, en la formación de una nueva formación política -«una organización que puede acabar siendo un partido […]


Aunque parezca lo contrario, no es una broma. Real como la vida y la política institucional misma.

El ex conseller de Educación, el hermanísimo, se ha dado de baja del PSC-PSOE y están trabajando, con algunos de sus amigos-y-amigas-bien-situados, en la formación de una nueva formación política -«una organización que puede acabar siendo un partido político», Maragall dixit-, la Nova Esquerra Catalana, la NEC. Se ha convocado una asamblea constituyente para el próximo 15 de diciembre. El progresismo -¿qué progresismo?-, ha añadido don Ernest, está cojo en Catalunya. Falta la sólida pierna «Maragall and friends».

Eso sí, a pesar de su abandono del PSC-PSOE, Maragall ha dejado claro que seguirá perteneciendo a la familia socialista. Así, en general. No ha dejado claro qué concepto de socialismo habita en su mente y en su entristecido corazón. Si es consistente con sus prácticas políticas realizadas, para ponerse a temblar, salir corriendo horrorizados y lanzar mil gritos de indignación.

El embrión de la iniciativa, según este político institucional catalán que lleva unos 35 años, media vida prácticamente, merodeando en y viviendo de las instituciones públicas, está en el manifiesto Declaració d’Octubre. Se reclama en este texto la construcción de «una izquierda fuerte mayoritaria para una Catalunya constituyente». Se trata, según dicen, de recuperar la confianza ciudadana en la política, reafirmando el autogobierno catalán y, parece que van en serio, todo eso «desde la izquierda», para hacer frente a la hegemonía del nacionalismo conservador, según palabras y reflexión de un conseller que pactó con la derecha conservadora catalana una Ley General de Educación que garantizaba y aseguraba aún más, entre otras cosas, la financiación pública de los negocios educativos privados, muchos de ellos religiosos y ultraconservadores, orillando en la operación a una formación política, ICV-EUiA, sumisa hasta el suicidio, con la que supuestamente formaba gobierno. Un caso inaudito en la historia reciente.

Para que se entienda mejor las cosas, este grupo disidente del PSC espera «ganarse el derecho» -con sus propias palabras- para resucitar un proyecto tan de izquierdas como el Partit Català d’Europa que quiso fundar en su día Pasqual Maragall, algo así, según palabras del ex president, como el Partido Demócrata usamericano. Pero, eso sí, a la catalana.

Iñigo Aduriz, que ha entrevistado a don Ernest para Público [1], abre su crónica con estas palabras: «llevaba tiempo siendo un rebelde en su propio partido, el PSC». ¿Rebelde? ¿Qué tipo de rebeldía representa Ernest Maragall? Abreviando y siendo altamente generoso, la siguiente:

La de un político institucional que siempre -unas tres décadas o más- ha figurado en listas sin encabezar ninguna elección. La de un político a la vieja usanza que, como se señaló, pactó con la derecha conservadora desde su cargo de conseller de Educación. La de un conseller que menospreció todos lo que pudo y algo más a los sindicatos de enseñantes que convocaron cinco huelgas generales contra su privatizadora y neoliberal gestión. La rebeldía de un político que dice y decía ser socialista y que eliminó estudios nocturnos de bachillerato de muchos institutos del extrarradio barcelonés. Un político que se negó a recibir estudiantes que deseaban entregarle simples e inocentes cartas de protesta. Un político de élite que desaconsejaba públicamente a alumnos de ESO, de familias recién llegadas a Catalunya, que siguieran estudios de Bachillerato porque eran poco prácticos, que mejor harían si estudiaban ciclos formativos. En fin, como puede verse, una joya rebelde, un político con admirable alma socialista rebosante de buenos sentimientos y de prácticas transformadoras.

Para entendernos rápidamente: una de las mejores noticias de las próximas elecciones catalanas (ignoro si habrá muchas más) es que, finalmente, don Ernest Maragall, el rebelde, no será diputado en el Parlamento catalán ni tendrá ningún cargo institucional.

Por el momento, eso sí; la codicia y las ansias de poder son insaciables, y los vientos políticos huracanados y el pragmatismo más terrenal concebible suelen agitar la cosmovisión e ideología de algunos proyectos y de muchos políticos que buscan siempre, y ante todo, una buena ubicación en las proximidades de los vértices del poder. Y, por descontado, otros proyectos muy cercanos están también en este mundo. ¡Y, además, ganan elecciones y ostentan o pueden ostentar más poder que nunca!

Nota:

[1] http://www.publico.es/espana/443813/los-catalanes-tenemos-que-compartir-con-espana-casi-todo

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.