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Presentación del libro "El poder y la corrupción en Cataluña"

«Don Jordi lo sabe todo de nosotros pero nosotros apenas sabemos nada de él»

Fuentes: Rebelión

Presentación de El poder y la corrupción en Cataluña. Conversaciones con Rafael Burgos sobre Crema catalana. Amiguismo, corrupción y otras miserias más algunos anexos complementarios   Ediciones del Genal, Málaga, 2015 https://www.libreriaproteo.com/libro/ver/id/1633486/titulo/el-poder-y-la-corrupcion-en-cataluna-conversaciones-con-rafel-burgos.html   Nacido en 1972 en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), una ciudad obrera del extrarradio barcelonés donde está ubicado el Instituto de enseñanza […]

Presentación de El poder y la corrupción en Cataluña. Conversaciones con Rafael Burgos sobre Crema catalana. Amiguismo, corrupción y otras miserias más algunos anexos complementarios  

Ediciones del Genal, Málaga, 2015

https://www.libreriaproteo.com/libro/ver/id/1633486/titulo/el-poder-y-la-corrupcion-en-cataluna-conversaciones-con-rafel-burgos.html

 

Nacido en 1972 en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), una ciudad obrera del extrarradio barcelonés donde está ubicado el Instituto de enseñanza secundaria en el que trabajo desde hace 34 años y la delegación de la UNED donde imparto clases de Matemáticas desde hace unos veinte, Rafael Burgos es historiador, periodista y, en la actualidad, guía oficial de Cataluña. Ha colaborado en La Vanguardia, RNE y Enciclopèdia catalana. Entre sus publicaciones: Cervantes en Barcelona (Marge Books, ediciones catalana y castellana) y, muy recientemente, La casta (El Viejo Topo, 2015).

No hace mucho tiempo este ciudadano comprometido, crítico e incansable publicó en Icaria, Crema catalana, un texto apasionante e informado sobre la corrupción, el amiguismo y los negocios turbios-más-que-turbios made in Catalonia. Nunca un libro ha sido (y sigue siendo) más oportuno.

No he escrito libro oportunista. No lo es, en absoluto. Bien informado, muy documentando, bien escrito, alejado de lugares comunes malolientes e interesados sobre el oasis catalán (que producen ahora hilaridad contagiosa cuando no un desternillar imparable acompañado de muchas arcadas y vómitos), alejado, decía, de tópicos encubridores de mil barbaridades y ataques antisociales, hablando de lo que se tenía que hablar, de lo que tocaba y debíamos haber hablado hace ya muchos años, denunciando a personas (casi instituciones e institucionales) con enorme poder, temibles ciudadanos de alta alcurnia (y muy baja cama como diría Cecilia), hasta hace poco intocables, y molt però que molt honorables (quin riure, quin riure!). Personajes, decían, para la Historia. La toxicidad cívica aparece en Crema por las cuatro esquinas del país, especialmente entre los miembros más notables y conocidos de las élites barcelonesas (aunque no sólo), de los grandes prohombres y promujeres del país. Como también, por supuesto, en Madrid, Santiago, Sevilla, Bilbao o en otras ciudades, pueblos y localidades de nuestro país de países. No es éste, de ninguna de las maneras, ningún hecho diferencial catalán. En absoluto y ya desde antiguo. En este nudo, no hay diferencias territoriales conocidas ni reconocidas. Ni una.

Conversar sobre esta sabrosa crema era un deber cívico ineludible. Rafael Burgos ha sido generoso, muy generoso. Hemos hablado durante unos seis meses. Yo preguntaba y tomaba notas; él me señalaba razones, informaciones, datos, referencias para mi desconocidos. Se recogen en este libro el conjunto de estas conversaciones. En mi opinión, no sólo son una magnífica apostilla a su libro (todo el mérito a quien lo merece, es decir, a Rafael Burgos) sino que aportan además observaciones y juicios complementarios que merecen no olvidarse, que deberían ser tenidos muy en cuenta.

Entre la publicación de su cremoso libro y nuestras conversaciones irrumpió una comparencia pública casi impensable que lo cambia todo o que debería cambiarlo casi todo: la del molt ex honorable president de la Generalitat de Cataluña, el padre político de Artur Mas, el padre de Jordi Pujol Ferrusola, «Júnior Ferraris», y de otros imputados, el esposo de Marta Ferrusola, y, dato que suele olvidarse, el también ex presidente de Banca Catalana, S.A, una entidad financiera de enorme éxito en su momento que fue ubicada por su dirección financiera en la peligrosa casilla de los grandes desastres económicos del país. El estado español -¡sin problema con «español» esta vez!- tuvo que tapar (¿tapar?) un agujero que se calculó en unos 345.0000 millones de las antiguas pesetas de principios de los años ochenta. No parece que la familia Pujol quedase muy afectada o herida por lo sucedido. Más bien lo contrario: la acumulación crematística siguió imperando, las cuentas y negocios secretos ayudaron lo suyo. Barcelona és bona si la bolsa suena!

Not olet, dijo el clásico… pero, en verdad, huele y olía. Mucho. Ojeen el libro… pero procuren taparse la nariz todo lo que esté en sus manos porque lo que van a leer despide el peor de los aromas: no sólo el de la corrupción sin límites (¡dinero, dinero, más dinero, todo por la pasta y el poder, la pela és la pela!) sino la mayor de las manipulaciones y agresiones cívicas: el engaño diseñado, pensado, practicado durante décadas, envuelto en muchas ocasiones (ocasiones que no son cosa del pasado) en falsas banderas patrióticas y en amores a una tierra que és nostra, que ha de ser nostra, es decir, traduciéndoles sin dificultad, de unos pocos, suya, pero que, por el contrario, debería ser de todos y todas, sobre todo de nuestros sectores sociales más desfavorecidos, de los y las trabajadores, sin distinción de orígenes geográficos, que la han construido con mucho esfuerzo y a costa de muchas cosas, gentes, de esas de las que apenas nadie habla cuando han fallecido, que la siguen construyendo actualmente en condiciones casi tan duras como décadas atrás.

Un catedrático de economía de la Universidad de Columbia, un catalán del Barça de «tota la vida» según sus propias palabras, un miembro de la directiva de la multinacional Barça-Qatar en tiempos laportianos, Xavier Sala i Martín, manifestó a mediados de enero de 2015 en uno de los programas de radio más oídos en Cataluña por ciudadanos del ámbito soberanista-independentista:

Nuestro gran aliado, el gran aliado de los independentistas, era el ADN español. Ellos no pueden evitar esta actitud dictatorial, impositora, de mala leche, de guardia civil. No lo pueden evitar y, por tanto, eran incapaces de negociar nada. Por tanto, eso era lo que daba fuerza, y además esta actitud insultante, denigrante… Cuanto más hablaban más independentistas hacían. Era nuestro gran aliado y no nos ha fallado. España ha hecho su parte.

Por supuesto, y aunque pueda resultar de difícil comprensión, ninguno de sus compañeros de tertulia planteó la menor objeción a esta «profunda» reflexión biologista del insigne catedrático. Con toda evidencia, según parece, eson son los atributos del ADN español (¿y qué será eso por cierto?). Tampoco, desde luego, el conductor/a del programa. ¿Qué problema podía haber? ¿No es claro y evidente que los españoles/las son así? ¿No es esa, la suya, la del insigne intelectual, la forma rigurosa de pensar y hablar, aquella que aproxima afablemente pueblos y ciudadanos?

Sea así, pues, si don Xavier lo dice. ¡Es catedrático… y en una universidad usamericana! ¡Como don Andreu Mas-Colell, un líder universitario del PSUC cuando joven! Lo que dice el economista de las chaquetas chillonas, o lo que dice doña Rahola, va siempre a misa. Patrótica y católica desde luego.

Observen de todos modos, si han podido contener el vómito, que el ex directivo del Barça no hizo ninguna referencia a la corrupción y a temas y actitudes afines. En ese nudo, la Cataluña del poder, la Cataluña instalada, la Cataluña de la casta y la trama, la Cataluña de las 400 familias con mando en plaza, en el decir del señor Millet-Palau (que sabe mucho de este nudo), hiela tanto el corazón como aquella España de privilegiados y explotadores de la que nos habló (y denunció) nuestro, de todos, Antonio Machado. No en vano durante siglos, se diga lo que se diga, la Cataluña de las élites ha sido fiel aliada de la España de los grandes poderes. Todos han sido uno y casi lo mismo y han permanecido más que entrelazados y vinculados. Hermanos de finalidades, métodos y capitales que construyeron en pararelo una sólida e impía alianza. Con algunas micro-contradicciones. Inevitables, nada sustantivo.

Acaso este libro, también sus anexos, ayude a refutar, aunque sea parcialmente, la afirmación de Francesc Cabana, cuñado (o, como a él gusta decir, «el hermano de su esposa») del ex molt honorable ex presidente de la Generalitat de Catalunya, en la comisión de investigación del clan Pujol-Ferrusola, un ámbito donde pueden oírse e intuirse las dimensiones inconmensurables de la corrupción y la omertà catalanas. Don Jordi, ciertamente, sabe o sabía casi todo de nosotros. Nosotros empezamos a saber, poco a poco, bastantes cosas de él, de su clan y de su amplio entorno familiar y social. Hasta el momento, nada bueno. Para temblar, para horrorizarse, pata no creerles, para indignarse y actuar en consecuencia. Huelen a corrupción, engaños, explotación y dinero. A la Cataluña de las élites colaboracionistas.

Tres poemas cierran el volumen. La generosidad y erudición Daniel Salgado son causa de ello.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.