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¿Donde se producirá la primer guerra por el agua?

Fuentes: www.eco-sitio.com.ar

Ante la crisis energética desatada por el aumento del precio del petróleo y la dependencia del gas proveniente de la antigua Unión Soviética, los analistas europeos consideran que este recurso se encuentra en zonas del planeta «políticamente inestables». Otro tanto ocurre con el «oro azul», ya que el control de las cuencas hidrográficas podría desatar, […]

Ante la crisis energética desatada por el aumento del precio del petróleo y la dependencia del gas proveniente de la antigua Unión Soviética, los analistas europeos consideran que este recurso se encuentra en zonas del planeta «políticamente inestables». Otro tanto ocurre con el «oro azul», ya que el control de las cuencas hidrográficas podría desatar, en cualquier momento, un conflicto armado en lugares del mundo donde ya existen tensiones entre uno varios países. Estos son, pues, los «puntos calientes» del agua en el globo terrestre.

Uno de los posibles escenarios de conflicto por el control de los recursos hídricos es Oriente Medio. Las aguas en litigio son las del Río Jordán y los pozos subterráneos de Cisjordania, de los cuales depende Israel para el mantenimiento de su agricultura industrial. Sólo el 3% de la cuenca del Jordán se encuentra en territorio israelí, pero este estado aprovecha el 60% del caudal del río en detrimento de sus vecinos libaneses, sirios, jordanos y, por supuesto, palestinos.

«La vulnerabilidad que surge de la alta tasa de dependencia de recursos compartidos y externos se ha incrementado por la inestabilidad política y los conflictos que han existido en algunas partes de la región», enfatiza un informe del Consejo Árabe del Agua (AWC).

La guerra de los Seis días, en la que Israel ocupó los Altos del Golán y Cisjordania, le permitió al estado hebreo lograr el control de los recursos de agua dulce del Golán, el Mar de Galilea, el Río Jordán y Cisjordania. El historiador Ewan Anderson considera que «Cisjordania se ha convertido en una fuente de agua clave para Israel, y se podría afirmar que esta cuestión pesa más que otros factores políticos y estratégicos».

Según el informe «Agua y conflicto árabe-israelí», mientras que a los palestinos les está permitido excavar pozos que no superen los 140 metros de profundidad, los israelíes pueden llegar hasta los 800 metros. Las poblaciones palestinas sólo tienen acceso al 2% de los recursos hídricos de la región. El agua es pues un tema clave en el proceso de paz de Oriente Medio.

Conflicto en el río de los faraones
Otra de las cuencas hidrográficas donde se pone en juego la seguridad internacional es la del Río Nilo, cuerpo de agua que atraviesa diez naciones africanas: Etiopía, Sudán, Egipto, Uganda, Kenya, Tanzania, Burundi, Ruanda, República Democrática del Congo y Eritrea. Las aguas de este histórico río abastecen a una población que en el año 2025 podría llegar a los 859 millones de personas.

Según la Fundación para la Investigación de las Ciencias, la Tecnología y la Política de Recursos Naturales, el Nilo Blanco (que nace en Burundi) y el Nilo Azul (que se origina en Etiopía) han sido motivos de tensión permanente entre Egipto, Etiopía y Sudán.

En 1970 Egipto concluyó la construcción de la represa de Asuán, que produjo el desalojo de 100.000 sudaneses y tensión con el vecino país. Incluso el Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés paralizó la construcción del canal de Jongle, un proyecto de ingeniería egipcio-sudanés.
En la década del 60 Egipto llegó a bloquear la aprobación de un préstamo internacional para la construcción de 29 presas de aprovechamiento hidroeléctrico y de riego sobre el Nilo Azul a su paso por Etiopía, lo que hubiese reducido en un 8,5% la capacidad de los embalses egipcios.

En 1999 se llevó a cabo en Tanzania la reunión del Consejo de Ministros de Asuntos Relacionados con las Aguas de la Cuenca del Nilo. Los diez estados suscribieron un acuerdo estratégico intentando superar sus conflictos mediante la puesta en marcha de un plan encaminado a «conseguir un desarrollo socieconómico sostenible mediante la utilización equitativa de los recursos hídricos, reconociendo los derechos de todos los estados ribereños a la utilización de los recursos del Nilo para promover el desarrollo dentro de sus fronteras».

«El agua es tan nuestra como el petróleo»
Otro de los focos de conflicto por el control del preciado líquido se encuentra en la Península de Anatolia, donde Turquía, Irak y Siria comparten el curso de agua de los ríos Tigres y Eufrates. A este respecto el gobierno turco afirma que «el agua es tan nuestra como el petróleo de Irak es de Irak».

El enfrentamiento entre el Ejército Turco y los militantes kurdos hizo que en 1989 el Primer Ministro Turco amenazase a Siria con cortarle el suministro de agua si no expulsaba de su territorio a los grupos insurgentes del PKK que luchaban por el establecimiento del Kurdistán (un estado kurdo).

En 1990 Turquía terminó la represa de Ataturk que trasvasa agua hacia el sur de Turquía con la intención de regar 1,7 millones de hectáreas de tierras de cultivo. Se teme que en el futuro el caudal de las aguas del Eufrates descienda en Irak entre un 80% y un 90%.

Y en lo que respecta al caso iraquí, país invadido hace ya tres años por Estados Unidos, durante el reciente Foro Mundial del Agua (FMA) se dio a conocer que «las estructuras hidráulicas y de riego en Irak (ocupado por tropas estadounidenses, británicas y de otros países) sufrieron serios daños, aun cuando debieron estar protegidas por la ley internacional».

El Banco de Desarrollo Islámico indicó también que la disponibilidad de los recursos de aguas superficiales en Siria, Irak y Palestina se redujo debido a conflictos en las dotaciones del líquido de los ríos y acuíferos compartidos con países vecinos, «lo que llevó a posponer en un 30 ó 40 por ciento los esquema agrícolas planeados».

Colonizada en el pasado por los británicos, franceses e italianos, y ahora con una fuerte presencia militar estadounidense, esa región padeció en la segunda mitad del siglo XX diversos conflictos, algunos vinculados específicamente con el agua y el petróleo. El informe del Consejo Árabe del Agua presentado en el FMA enfatizó que las recientes guerras lanzadas por EEUU en el Golfo Pérsico han afectado «seriamente la economía de Asia Occidental».
Además de Oriente Medio y el Norte de África otros lugares del planeta donde se presentan tensiones de «menor intensidad» por la utilización del agua entre dos o más países son: Kazajistán, Kirguizistán y Uzbekistán, estados ribereños del Syr Daya, río tributario del Mar de Aral (prácticamente desecado); Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam, comparten el río Mekong afectado por la disminución de recurso pesquero sobreexplotado; mientras la Comisión del Río Indo, se mantiene a pesar del permanente estado de tensión militar entre India y Pakistán.

Si se desean evitar nuevas guerras, los países que comparten cuerpos de agua deberán aprender a compartirlos, con la ayuda de la comunidad internacional con el fin de que el «oro azul» no repita las guerras que en su momento ocasionó el «oro negro».

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