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Dos breves notas sobre socializaciones y detenciones (y una apostilla sobre desalojos)

Fuentes: Rebelión

Un breve apunte sobre las finalidades socializantes del denominado socialismo real; otro, no menos breve, sobre detenciones, conselleria del Interior y gobiernos de izquierdas.

Juan Francisco Martín Seco («Nacionalizar la banca», Público, 17 de marzo de 2009, http://www.rebelion.org/portada.php) señala con acierto en su magnifico artículo que la crisis económica está probando lo que todos sabíamos con anterioridad: «la importancia que el crédito tiene en una economía moderna y los perniciosos efectos que pueden deducirse de un mal funcionamiento de las entidades financieras». Sólo la sustitución de la teoría económica, añade, por un catecismo huero ha podido conducir a aceptar sin ningún análisis que los bancos deben ser privados. No parece que exista ninguna razón para ello; los argumentos, desde la perspectiva de una marcha adecuada y eficaz de los asuntos económicos, se agolpan para defender la tesis contraria.

El argumento esgrimido para defender la privatización, apunta Martín Seco, afirma con bastante ligereza «que en el sector privado los gestores se están jugando su propio dinero y que, por lo tanto, ponen más interés que los burócratas nombrados por un gobierno». Esta observación que, obviamente, no es verdadera en ningún grado en el caso de las grandes entidades financieras -divorcio nítido entre gestión y capital, y nula o insignificante participación de los administradores en el patrimonio de la compañía- acaso pueda ser cierta, sostiene el articulista, para las pymes, los pequeños comercios o los negocios familiares, y de ahí, concluye marginalmente, «la irracionalidad económica de los sistemas llamados del socialismo real, que pretendían tener socializada toda la economía».

Tres observaciones sobre esta consideración, que, obviamente, no ponen en cuestión la corrección del argumento central de su artículo:

  1. No está claro, en mi opinión, que el mundo de las pymes sea un ámbito homogéneo y no todas las empresas incluidas en esa casilla clasificatoria son negocios estrictamente familiares. Por lo demás, como es sabido, los ámbitos de explotación y la trasgresión de las leyes laborales, con prendas más o menos paternalistas, no es moneda infrecuente en ese territorio empresarial poco considerado en numerosas ocasiones con el mundo sindical, y las actividades sindicales de sus trabajadores y trabajadoras, y muy propenso a las salidas duras y contundentes.

  2. No está claro, por otra parte, que los denominados sistema del socialismo real aspirasen a socializar toda la economía, o como mínimo no era aspiración de «todas» las sociedades incluidas bajo esa denominación, por lo demás, poco afortunada que nació, si no ando errado, contra los intentos de rectificación y renovación de los caminos autoritarios en la construcción del socialismo. Concretamente, muchas empresas pequeñas y comercios no estaban socializados en Hungría y, cuanto menos en algunos períodos, tampoco en Checoslvaquia. Creo que la situación no era muy distinta en otros países del socialismo irreal de los que la memoria no ha acuñado esta vez su moneda.

  3. Por lo demás, y aunque Martín Seco no lo afirme ni lo insinúe, no era y no es lo mismo socialización que nacionalización. La segunda, realidad económica en países capitalistas como Francia o Alemania durante largos períodos, eran dos de los ejemplos que solían citarse, no conllevaba ningún control directo de los trabajadores ni subyacía a ella finalidad alguna de autogestión o control popular. La socialización aspiraba a ello aunque el dibujo trazado y los procedimientos diseñados y practicados no siempre fueran nítidos.

El segundo apunte. Los Mossos d’Esquadra han detenido en Barcelona al activista Enric Duran, que ha reaparecido seis meses después de anunciar públicamente que, digamos, «había estafado» 492.000 euros a 39 bancos en créditos personales y a través de una empresa ficticia. El joven activista ha sido arrestado en la Universidad de Barcelona por agentes de la Unidad Central de Robos de la División de Investigación Criminal. Acusación: delito de estafa continuada.

Ni que decir tiene que, más allá de cualquier otra consideración, muchos ciudadanos y ciudadanos simpatizamos con la valentía y originalidad de Duran y su estafa a los que suelen estafar sin piedad, sin ninguna consideración y con finalidades muy otras.

No es el momento de llamar la atención, a pesar de ya se ha hablado sobre ello, sobre los nefastos comportamientos de algunos Mossos d’Esquadra que recuerdan viejos y odiados comportamientos policiales; no es acaso tampoco la ocasión para señalar que la comisaría barcelonesa de Les Corts se está convirtiendo en un monumento al disparate y a la abyección, monumento del terror que hacer pensar por momentos en Vía Laeitana y en la comisaría central de la policía franquista. Lo que sí parece obvio, y es momento para decirlo, es que la aceptación de la conselleria de Interior por parte de la coalición ICV-EUiA es un disparate político sin parangón. Ninguno de los votantes que tuvo la coalición lo hizo con la aspiración a que desempeñasen esas tareas gubernamentales ni dirigiesen o fueran responsables políticos de ese tipo de actuaciones.

Por lo demás, más allá de puntuales y estudiados apoyos parlamentarios a determinadas fuerzas para impedir que gobierne la derecha política y su base social de derechas, ¿qué sentido tiene para una fuerza de izquierda ecologista y anticapitalista formar parte de un gobierno presidido por un dirigente del PSC, el señor Montilla, que habla ante la élite del empresariado catalán para defender una salida neoliberal a la crisis donde los acentos sociales, como ellos mismos suelen decir, brillan por su ausencia, una propuesta aplaudida con entusiasmo no contenido por CiU y el PP? Ninguno, no tiene ningún sentido. O peor, tiene el sentido de querer tocar poder, de gozar de prebendas sin consideraciones transformadoras.

Además, parece obvio, aunque pueda equivocarme, que la apuesta ya está echada y un gobierno CiU-PSC se vislumbra en un horizonte no muy lejano en Catalunya. ¿Mientras tanto? Mientras tanto hemos hecho de tontos útiles.

¿Útiles decía?

PS1: Esta nota ha sido redactada antes de conocer la intervención en la madrugada del martes de los Mossos en la Universidad de Barcelona para desalojar a los estudiantes encerrados en el recinto universitario que protestaban por los planes «Bolonia». Desconozco el papel jugado por el rector de la UB, pero la intervención de la «fuerza pública», con nocturnidad y acaso con alevosía, de nuevo recuerda, sin esfuerzo memorístico, épocas supuestamente superadas. ¿Exagero hasta el disparate? Será eso.

PS2: Un colaborador de Rebelión, uno de los jóvenes intelectuales que yo más admiro y leo, me informa que Dídac Ramírez, el rector de la UB, ha exigido a los Mossos que entrasen en la Universidad. Lo ha justificado con dos «argumentos» (tomen nota porque vale la pena): (1) incidentes violentos de cuya existencia nadie tiene conocimiento; (2) presencia «de elementos antisistema» ajenos a la Universidad en el Claustro (en clara referencia a Enric Duran). Hay en estos momentos unos veinte detenidos, y los heridos probablemente dupliquen este número. Que los rectores descuelguen el teléfono, apunta mi joven amigo, para que entre la policía en la UAB, la UPF y la UB (tres universidades públicas de Barcelona) es un hecho «sin precedentes en el breve historial democrático del Reino de España». Un historial nada deslumbrante desde luego.