En estos días se han conocido los datos que faltaban para estimar la subida de la electricidad para 2013. Por un lado se ha conocido el borrador de la orden de peajes que el Gobierno ha remitido ala ComisiónNacionaldela Energía, que regula los costes de acceso de la electricidad, y por otro se ha conocido […]
En estos días se han conocido los datos que faltaban para estimar la subida de la electricidad para 2013. Por un lado se ha conocido el borrador de la orden de peajes que el Gobierno ha remitido ala ComisiónNacionaldela Energía, que regula los costes de acceso de la electricidad, y por otro se ha conocido el resultado de la última subasta CESUR del año, que sirve de referencia para fijar los precios de «mercado» de los consumidores acogidos a Tarifa de Último Recurso (TUR en lo que sigue). Por ello, salvo sorpresas de última hora, poco posibles, se conoce como evolucionará el precio durante el primer trimestre de 2013.
Como indiqué en un artículo reciente publicado en esta misma web[1] el precio que cualquier usuario paga por su electricidad viene determinado por dos sumandos. Un elemento que deriva del mercado mayorista de electricidad que funciona mediante un método competitivo y los llamados costes de acceso que incluyen aquellos elementos del suministro eléctrico que no son susceptibles de competencia: los costes de transporte y distribución de electricidad, las compensaciones al régimen especial (cogeneración y renovables), las anualidades de la llamada deuda tarifaria, el sobrecoste del suministro extrapeninsular, y el apoyo que todos los usuarios damos a los grandes consumidores en teoría por permitir una posible interrupción del suministro (en la práctica para que dichas actividades sean rentables), además de otros costes menores como el funcionamiento dela Comisión Nacional dela Energía (CNE) y del Operador del Mercado Eléctrico (OMEL).
La subasta CESUR es una subasta organizada de electricidad que aunque afecta a una pequeña cantidad de energía futura, sirve de referencia para que el Gobierno, mediante una fórmula predeterminada legalmente, fije el precio de la electricidad para el grueso de los consumidores domésticos (17,2 millones acogidos a TUR de un total de 26,9 millones, segúnla Memoriadela Ordende Peajes de Acceso reciente) e indirectamente para todos ellos. Esto es así porque las comercializadoras de electricidad que la venden a los clientes no acogidos a TUR intentan no alejarse mucho del precio que fija el Gobierno como referencia.
El resultado de esta última subasta ha sido relativamente bueno con una subida de «sólo» el 6%. Decimos relativamente bueno porque se esperaba que la compañías productoras de electricidad repercutieran en el mercado mayorista la subida de impuestos derivada de la Leyde Medidas Fiscales para la ReformaEnergéticaque termina su tramitación parlamentaria estos días y que se aplicará desde principios de 2013. Esta Ley grava todo tipo de electricidad con un 7% y establece un impuesto adicional sobre el gas natural, que es el combustible que fija el precio del mercado la mayor parte de las horas del año. En realidad dicha ley grava todos los combustibles que se emplean en la generación, pero esto tiene poca relevancia para el objetivo que aquí nos marcamos. Además la subasta CESUR ha sido denunciada reiteradamente como «inflacionista» y la profesora Natalia Fabra ha calculado que durante 2011 la subasta implicó un aumento del 9% del precio de la electricidad [2] para los consumidores domésticos. En definitiva se esperaba (también por el autor de estas notas) una subida aún mayor. Parece que la tendencia a la baja del precio del gas para los próximos meses y un nivel de hidraulicidad mejor que el año anterior, han podido ejercer un efecto de contención.
La parte más oscura sigue estando en la orden que regula los peajes de acceso. No es cierto, como pregonó el Gobierno (y después repitieron con descaro los medios de comunicación afectos) que los peajes de acceso no hayan subido, como tampoco lo es que el precio medio de la electricidad vaya a subir sólo el 3%.
La gran incógnita de la orden de peajes son los 2.270 millones de euros que no se citan en la misma y de los que la memoria económica que la acompaña sólo aclara que serán de carácter extraordinario, sin mayor precisión que serán cubiertos con cargo a los Presupuestos Generales de 2013. Hablamos de una partida que representa más del 10% de los ingresos totales destinados a cubrir los costes de acceso, cifrados en 20,7 millardos de euros. Y, quizá sólo sea una casualidad, que es prácticamente igual a la anualidad del pago de la deuda eléctrica acumulada. Carmen Monforte, periodista especializada de Cinco Días, se hace esta misma pregunta[3] y señala….¡que en los Presupuestos Generales de este año no existe esta partida!. Todo apunta entonces a que, o bien se producirán nuevos recortes en las cantidades a percibir por los productores, o nuevas subidas de precios entre los consumidores. Una tercera posibilidad sería una ampliación presupuestaria por esa cantidad de un origen sin precisar. El Ministro Soria viene hablando de que en el primer semestre de este año se completará la reforma del sector y quizá por eso no haya que esperar mucho para resolver el enigma. En una situación similar al ministro del ramo Sebastián, se le ocurrió la solución salomónica de repartir en 3 partes iguales la cifra del déficit. los consumidores, los productores y los presupuestos. Todo concluyó con el RDL 6/2009 en el que el grueso de la carga recayó en los consumidores y en los productores con fuentes renovables. En la memoria sólo se habla de que «el sistema obtendrá otros ingresos que se destinarán a cubrir parcialmente las partidas correspondientes a la promoción de las energías renovables».
Muy contradictorio es el tratamiento de los ingresos derivados de lo que el Gobierno llama «progresividad en los peajes eléctricos». Al aludir al impacto económico general de la orden, en la memoria económica que la compaña, el Gobierno afirma: » Por lo que se refiere a la introducción de progresividad en los peajes de acceso para aquellos consumidores de baja tensión con una potencia contratada menor o igual a 10 kW que tengan un consumo superior a la media, el coste económico para los hogares no se prevé elevado, si bien se considera que la medida contribuirá a impulsar un consumo de energía más responsable».
Conviene aclarar que esos usuarios corresponden en casi su totalidad al sector doméstico (con algún pequeño negocio de bajo consumo eléctrico) y en otra línea se estima que se obtendrá una recaudación de unos 280 millones de euros. Si se tiene en cuenta que en total son casi 27 millones de contratos los hipotéticamente afectados, con una facturación total de 6,7 millardos de euros, daría una subida media de facturación del 4,2%. Una cifra nada despreciable. Pero en realidad sólo afecta a los consumidores sin discriminación horaria (los que pagamos igual por el consumo en cualquier hora del día) que consumen por encima de la media y a la práctica totalidad de los que poseen discriminación horaria[4] , por lo que habrá subidas del precio de la electricidad muy superiores al 3% pregonado. Lo correcto sería afirmar que la subida media de enero de la factura eléctrica será ligeramente superior al 5% para el conjunto de los hogares españoles. Pero a no todos afectará igual, la subida en los que posean discriminación horaria (1,1 millones de contratos) y en quienes no la posean pero consuman por encima del valor medio oscilará entre el 4% y el 9%. Sólo entre los clientes sin discriminación horaria con consumos inferiores a la media, la subida será ligeramente superior al cacareado 3%.
Estos son los hechos. Surge la pregunta de si es útil a efectos de reducir el consumo y de si es justa socialmente. Toda subida de precios eléctricos tiene un cierto efecto disuasorio del consumo, pero se sabe que la elasticidad de la demanda doméstica a una subida de precios no es muy grande. Está por ver si en una situación de crisis tan acentuada como la que vivimos el efecto es mayor, aunque habría sido más eficaz si se hubiera actuado sobre el sector servicios y la industria de todo tipo, a los que no se aplica esta subida. El hecho de que no se tenga en cuenta el número de personas que residen en una vivienda hace que además se penalice a las familias más numerosas.
Lo que resulta evidente es que esos 280 millones de euros son una nueva transferencia de renta de las familias al resto de consumidores del sector servicios y de la industria. Con la mentira del 3% se pretende ocultarla.
Otras cosas en la citada orden de peajes son las cifras sorprendentemente «redondas» como los 3000 Millones que se prevén obtener de la ley de medidas fiscales, los 200 millones de tributos autonómicos, los 280 citados de los usuarios domésticos, los 100 millones de consumos de generación, los 450 de apoyo al carbón nacional (llamado garantía de suministro) ….el margen de error por ello puede ser muy grande.
Hay además otros dos factores que a mi juicio pueden provocar significativos errores en el cumplimiento de las previsiones. Una es la estimación de las primas (yo diría compensaciones) a las energías renovables, que se hacen sobre la base del precio del producto base para 2013 del día 5 de diciembre (55,45 €/MWh) que parece muy bajo ya que cabe esperar que el mercado suba por internalización de los impuestos (las primas serían por tanto menores). La otra la demanda prevista para 2013, sólo un 0,2% inferior a la de este año y probablemente coherente con la evolución del PIB que prevé el Gobierno con una caída de sólo el 0,5%, cuando casi todos los restantes organismo hablan de una caída mayor que el 1%. Por el contrario se subestima la demanda de 2012 que no caerá el 1,9% que obstinadamente (a estas alturas del año ya hay pocas incertidumbres y será del orden del 1-1,2%) refleja la memoria.
Muchas dudas pues en la orden y una claridad absoluta de que el Gobierno cree que los paganos deben ser los usuarios domésticos,…pero sin que ellos lo sepan. De ahí la mentira del 3%.
Notas:
[1] http://www.attacmadrid.org/?p=8180
[2] Retos regulatorios y cuestiones pendientes del sector eléctrico español. Revista del Colegio de Economistas de Madrid de 2012. Natalia Fabra es Profesora titular enla Universidad Carlos III.
[3] Se publicó el día 17 de diciembre pasado.
[4] Si se ve atentamente el escalón inferior de consumo de estos clientes, 73 kWh al mes para los que tienen contratados más de 3 kW , 95 kWh para los que tienen más de 4 kW, 116 para los de más de 5 kW, etc, se entiende que es casi imposible que exista un consumidor que no alcance dichos valores.